jueves, 29 de abril de 2010

MIGRANTES, VIDA DE MISERIA

29/abril/2010

*Centroamericanos vejados en sus DH
*El paso del infierno, el paso por México

“El obrero tiene más necesidad de respeto que de pan”: Karl Marx (1818-1883).

Justo en esta coyuntura, en la que México está dando la batalla dentro y fuera de los Estados Unidos, en contra de la Ley Arizona por criminalizar inmigrantes, aparece el informe de Amnistía Internacional (AI), “Víctimas invisibles; migrantes en movimiento en México”, donde revela los abusos y violaciones en sus derechos que padecen los inmigrantes centroamericanos a su paso por México, desde la frontera sur con Guatemala y Belice hacia el sueño del American way of life, en el país vecino del norte.
Y no se puede, porque se pierde calidad moral, luchar en un frente de batalla descuidando el otro. Ver la paja en el ojo ajeno y omitir la viga en el propio. Desdeñar lo que se hace por parte de autoridades mexicanas —militares, policías fronterizos, federales y locales— para ver únicamente lo que se hace por parte de la policía fronteriza de EU con nuestros connacionales.
Porque tanto buscan mejores oportunidades los inmigrantes locales como los de otros países. En este caso de Centroamérica, principalmente salvadoreños, guatemaltecos, hondureños y nicaragüenses. Así como México es incapaz de brindar esas opciones laborales, salariales y de vida, también —o todavía más— lo son los países hermanos del sur de México. Y como tal, México es el territorio de su travesía.
Del mismo modo que los mexicanos, también los centroamericanos aspiran a llegar al norte, y no precisamente quedarse en el país de paso porque las opciones que pudieran encontrar aquí son malas o muy pocas. Pero eso sí, cruzar por territorio mexicano se convierte para inmigrantes centroamericanos en un infierno por tantas vejaciones. Como ocurre con las mujeres que padecen violación (6 de cada 10 indocumentadas), hombres que son golpeados y tantos más que encuentran la muerte.
Como problema mundial y de la globalización, la inmigración no es un fenómeno nuevo. Es legal, eso sí, cuando se pasa una frontera con pasaporte; ilegal, cuando no se cruza la línea divisoria sin la autorización del destino-país, y se padecen todas las peripecias.
La más común es la inmigración ilegal. Un producto de las diferencias entre países desarrollados y “subdesarrollados”; de los que se dicen del primer mundo y los catalogados como del tercero. Fruto del abismo que se abre entre países ricos y países pobres. O mejor dicho, entre explotadores y explotados.
El cruce ilegal de fronteras ocurre porque los cientos de miles de hombres, jóvenes, mujeres y hasta niños van en busca de oportunidades para salir de la miseria. Asumen el riesgo del traslado y el cruce ilegal con toda la esperanza de un trabajo digno, remunerado. No obstante por su condición de ilegal es objeto de discriminación, de maltrato, de violación, plagio y hasta de muerte.
AI denuncia lo que ocurre en México con los inmigrantes centroamericanos. “Decenas de miles” sobre “niveles alarmantes”, sufren abusos cada año al cruce del territorio mexicano hacia EU, dijo Rupert Knox, investigador de AI para México. Tal y como lo reportó en España y divulgó la BBC Mundo un día antes que el organismo internacional presentara el citado informe ayer aquí en México.
El caso es que con frecuencia México denuncia las violaciones de los derechos humanos de los migrantes mexicanos en el paso por su frontera norte y sur de EU, pero no vuelve la cara para ver lo que está sucediendo en su propio territorio con los centroamericanos. Tiene todo el derecho de protestar y, como en este caso, denunciar la propia Ley Arizona, pero debe ver también lo que está pasando y poner medidas migratorias y controles a los vigilantes fronterizos en el sur.
AI denuncia que, “la mayor parte de los centroamericanos que cruzan desde México hacia EEUU son víctimas de abusos. Son recuentes los secuestros por bandas de delincuentes, las extorsiones de policías y las violaciones sexuales. En 2009, por ejemplo, la independiente Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) documentó que en seis meses se cometieron más de 9.000 plagios de indocumentados”.
Eso desata, como ciertamente documenta AI, una grave crisis humanitaria, porque los inmigrantes están virtualmente ajenos a la justicia, temerosos a represalias y deportación cuando se atreven a denunciar los abusos. Y como ilegales, “están condenados a una vida de marginación, vulnerabilidad y explotación de bandas de criminales y oficiales corruptos”, según el informe. Como ocurre con las seis mujeres de cada 10 que han sufrido agresiones sexuales por parte de militares o policías federales o locales, porque “son pocas las que se salvan”.
Felipe Calderón ha dicho, cita el informe, que: “Estamos obligados a darle un trato humano, justo, respetuoso a los mirantes de otros países que vienen aquí o pasan por México en busca de un mejor destino”, pero se queda en palabras. O como la reacción de Segob, frente al reporte de AI deslindando el asunto a que son bandas de criminales, como las del narcotráfico, las que desvían su actividad. Como si fuera un problema reciente. Y no se hace lo propio para enmendarlo. Porque, eso sí, los esfuerzos por remediar o resolver el tema hasta el momento son completamente insuficientes.
El caso es que el olvido, la desatención, el descuido y el abandono por parte del gobierno federal y del propio Estado, han alentado que el problema de la inmigración ilegal de centroamericanos a su paso por México esté en calidad de crisis humanitaria. Así quedó en claro, también, hace unos días (el pasado 23 de marzo), cuando una decena de organismos defensores de los derechos humanos en México, solicitaron la presencia de autoridades mexicanas para una audiencia ante la CIDH con sede en Washington. Ahí se denunció, entre otras violaciones, que tan solo en los últimos seis meses se perpetraron ¡9 mil 758 hombres y mujeres secuestros!
Señalando, ante la CIDH, que el Estado mexicano es un violador de derechos humanos de los migrantes de tránsito. Como a EU frente a México, a México frente a Centroamérica la hace falta una política migratoria. Respeto de iguales a trato entre afines.

Correo: maniobrasdelpoder@gmail.com

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