jueves, 31 de marzo de 2011

LA GUERRA, RAZÓN DE ESTADO

31/marzo/2011

*Uso capitalista-imperial de la violencia
*El fin que no justifica los medios

“Si vis pacem para bellum”: Vegecio.

El viejo precepto aquél que dicta: “Si quieres la paz prepárate para la guerra”, del filósofo Flavio Vegecio Renato, que pretextó la consolidación del ejército romano, guarda en su seno un principio y un contrasentido. El principio es que tiene por contexto a un imperio, porque no cualquier país tiene los recursos suficientes para desarrollar la industria de la guerra, sino aquel o aquéllos que han resuelto las necesidades primarias de su pueblo —al menos en el sentido antiguo—. Y tienen a una parte de la población para convertirlo en ejército, pagado y disponible para ir a pelear, mal en aras de conquista o de la sujeción de otra nación cualquiera.
Y el contrasentido es porque: 1) El país que se arma lo hace y capacita a un ejército porque ve enfrente a un posible enemigo, igual interno que externo; sea vecino cercano o distante. Por lo tanto, está preparándose para entrar en guerra en cualquier momento. Los motivos pueden ser variados. Visto así, dicho país no tendrá paz por la predisposición a la guerra. Y a nivel individual ocurre lo mismo; véase aquéllos países cuyos ciudadanos tienen a la mano las normas necesarias para adquirir un arma o más [el caso de los ciudadanos estadounidenses es tristemente ejemplar, protegidos por su legislación local]. 2) Le brinda un pretexto y una justificación, a dicho país, para entrar en guerra contra otro sin cuestionar el o los motivos. Y por lo mismo no tendrá paz.
Por tanto, el adagio de Vegecio ha sido útil para justificar la guerra; y para la paz no funciona como tal precepto. En el segundo punto está la trampa. El caso es que nadie tiene un arma sin usar, así sea para la caza. Peor cuando se trata de la imposición de un imperio sobre uno o más países débiles, o no preparados para dicha confrontación. Un país imperial arrasa con otro cuando el interés se impone. Y los motivos de un imperio para ir a la guerra son: o bien de conquista a la antigüita con fines de ocupación y tributarios; o bien con fines de apropiación directa de recursos naturales.
El empleo de los procedimientos del imperio romano con fines de ampliar el territorio y el tributo siempre utilizando la violencia, mediante uno de los ejércitos más preparados y capacitados, heredó a la posteridad imperial el mecanismo de la guerra con los mismos fines, básicamente de apropiación de las riquezas de los países fuertes por los débiles.
En el capitalismo, desde el surgimiento, se desarrolló la industria de la guerra con fines mercantilistas y de apropiación de las riquezas ajenas. Y el que un país pobre o en desarrollo no se prepara para la guerra, nunca ha justificado la ofensiva del que sí. Pero los países capitalistas desarrollados utilizaron el procedimiento militar para la conquista y el arrebato de los recursos naturales de los demás.
El surgimiento (siglos XV al XVIII) y consolidación (siglos XIX y XX) del o los imperios capitalistas, que incluso lucharon entre sí por el reparto territorial del mundo (I y II Guerra Mundiales), dio le ventaja al imperio estadounidense con un triunfo aparejado a la posesión del arma atómica, la más poderosa desarrollada hasta el momento. Desde entonces, la consolidación del imperio trajo aparejado el desarrollo de armas cada vez más sofisticadas; el fruto de una industria de guerra que goza de fuertes inversiones, con los mismos recursos públicos —donde la población paga las inversiones que luego utilizan los más fuertes para agredir a otros pueblos.
La historia de Estados Unidos es de oficio violento. La fundación recogió lo más excelso del capitalismo inglés; una industria boyante, con todas sus variables bajo control, y un campo fértil donde se siembra la prosperidad de manos de la esclavitud negra. La expansión territorial fue un saldo de guerra contra los nativos y contra los vecinos, sobre todo contra México. Haciéndole la guerra a España se apoderó de sus colonias y su posterior extracción de materias primas. Eso impulsó la industria local y de ahí hasta la supremacía que alcanzó como imperio tras la II Guerra Mundial.
Porque fueron dos grandes guerras las que operaron la consolidación del imperio estadounidense. Desde entonces, la historia mundial ha visto la ampliación del imperio convertido en imperialismo por el capital que lo sustenta. El periodo de la Guerra Fría fue de guerras continuas, y en todas partes del mundo. Y contra cualquiera de los países que se quedaron atrás en dicho desarrollo industrial.
Cuando el mundo se dividió entre ricos y pobres, igualmente se separó entre países desarrollados y subdesarrollados. La riqueza se concentró y con ello los instrumentos todos de y para la dominación. Sin embargo, comprobado está que pese a la superioridad militar, no hay imperio que triunfe contra un pueblo completo. Esa fue la lección que dejó, durante el periodo de la Guerra Fría, la salida sin el triunfo del ejército estadounidense de Vietnam en el cercano 1975.
Por lo mismo, y desde entonces, el Pentágono de EU le apuesta más al uso de aparatos militares sofisticados que a la confrontación cuerpo a cuerpo que le cuesta una fuerte oposición interna y externa. Además del empleo de otros mecanismos previos a las guerras, como el espionaje, la intriga, el complot, la conspiración, la compra de enemigos, el armar a la contra; el uso del arma ideológica y política, y últimamente de organismos como Naciones Unidas, EU pretende justificar en aras de la “democracia” y de la “libertad”, toda invasión o uso de la guerra contra un país cualquiera.
Así, con fines de apropiación de recursos como sucede hace algunas décadas con el petróleo y el gas de aquellos países poseedores —explotadores y exportadores; EU respondió con procedimientos de guerra contra los países de la OPEP a partir de la crisis del petróleo de 1973, bajo la organización de las llamadas Siete Hermanas—, EU utiliza a su brazo armado, el Pentágono, en aras de su sobrevivencia energética.
Por eso convirtió la apropiación de dichos recursos en un asunto de seguridad nacional. La justificación ideológica y política incluyó la declaración, en calidad de enemigos, de otras culturas y la confrontación con ellas como un fundamento durante la postguerra Fría. Fue el mecanismo llamado “choque de civilizaciones” de Samuel Huntington lo que abrió la justificación para la guerra en contra de aquellos países que son los poseedores de grandes reservas energéticas.
Las guerras últimas contra Irak, Afganistán y ahora Libia no encuentran otra razón de Estado. Eso explica la presencia armada del Pentágono en coalición con la Organización del Tratado del Atlántico del Norte (OTAN), haciéndole la guerra a un dictador que hace muy poco era un gran amigo de los países imperiales. El fin que no justifica los medios.

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miércoles, 30 de marzo de 2011

JAPÓN, EN ALERTA NUCLEAR

30/marzo/2011

*Sigue ocultándose la información
*Expansión de los daños hacia EU

Más que complicada, la situación en Japón resulta catastrófica. No es equiparable al accidente de Chernóbil, se dice; sólo es lo peor que les ha sucedido desde el fin de la II Guerra Mundial, tras los ataques estadounidenses en Hiroshima y Nagasaki con bombas atómicas. Lo cierto es que ni se informa a ciencia cierta lo que está pasando en la central nuclear Fukushima I, y las instalaciones siguen fuera de control desde el pasado 11 de febrero, el día del terremoto/tsunami registrado en las costas nororientales de la isla, cerca de Miyagi. Ante la radioactividad, amenazante, las medidas preventivas resultan insuficientes y ponen en riesgo a la población.
Ayer mismo el primer ministro japonés, Naoto Kan, dijo ante el Parlamento que la situación en la planta Fukushima es de “alerta máxima” e “imprevisible”. Más por el hallazgo de plutonio radioactivo, altamente tóxico, en cinco sitios de la planta. Con todo y que la empresa Tokio Electric Power Co (Tepco), la responsable de la administración, dijo que la cantidad registrada de material radioactivo resulta “mínima”, sin peligro para el cuerpo humano. Porque es similar a la encontrada en otros tiempos durante las pruebas atómicas. Tamaño consuelo.
Lo que Tepco intenta es no causar pánico entre la población, porque todavía “no se registra el peor escenario posible” [sic], según los voceros. Y hacen lo que pueden para evitar por todos los medios la emisión de radioactividad al medio ambiente. Pero la situación los ha desbordado tanto por el tamaño del accidente como por lo peligroso del volátil material que se maneja en la central Fukushima I y sus seis plantas nucleares.
Por lo mismo, el portavoz del gobierno, Yukio Edano, comentó que la situación era “muy seria”, porque el hallazgo del plutonio era un indicio de una “cierta proporción de barras nucleares fusionadas”. Pero no hay investigación de fiar. Sólo que hay agua contaminada por radioactividad en la zona. Que el mar registra elevados índices radioactivos. Que cayó la bolsa de Tokio. Que se reporta recientemente en territorio estadounidense, en algunos estados, lluvia radioactiva pero sin el mayor peligro, en estados del noroeste como Massachusetts, Pennsylvania, Virginia. Antes se mencionó a Hawai, California, Washington, Colorado y Oregón. Información o bien encontrada o, peor aún, contradictoria. ¿Y el resto del mundo?
Y esa es responsabilidad de todos los que participan en el control, por no decir manejo, de la situación. Tienen tamaño compromiso, no sólo con el pueblo japonés sino con el mundo [las secuelas para el planeta], por la peligrosidad radioactiva para la vida. Eso está más allá de Japón. No causaron el accidente, ni Tepco, o el gobierno de Kan, y organismos como OIEA, Organismo Internacional de Energía Atómica, o hasta el gobierno francés que abasteció del plutonio para una de las centrales nucleares.
Pero no se vale que, ante la peligrosidad por la fuga del plutonio, por ejemplo, el segundo de a bordo de la OIEA, “el director para la seguridad nuclear”, afirme en Viena que la fuga “significa que hay una degradación del combustible, lo que no es una novedad”. Porque trabajadores de la planta descubrieron más depósitos de agua radiactiva que se fuga y no saben de dónde, pero eso ha elevado los niveles en la planta y se habría contaminado ya tanto el suelo como el mar. Así, según la agencia Kyodo, funcionarios de la planta informaron que el yodo radioactivo liberado podría haberse filtrado al mar, mucho más al norte de Fukushima de lo previsto. Además, según el vocero de la Agencia de Seguridad Nuclear e Industrial, Hidehiko Nishiyama, las nuevas lecturas de radioactividad mostraron que la contaminación en el océano se extendió a casi 1.6 kilómetros al norte de la central nuclear en cuestión.
Es claro, por otro lado, que los trabajadores de Tepco han dado su vida por salvar la de otros, los miles o millones que están bajo peligro. Porque todos han estado expuestos a las emisiones radioactivas. Ni se niegue que las secuelas no aparecerán pronto, o que sólo una parte pequeña de los empleados saldrá afectada; se dice que 20. Han dado su vida tratando de controlar el accidente.
Y lo que falta porque la situación sigue en emergencia. Por ejemplo, antes de encender el sistema de enfriamiento de los seis reactores —si es que todos funcionan, luego de “controlar” los daños—, se debe retirar y guardar el agua radiactiva que se encuentra en los edificios de los reactores nucleares. En el reactor 2, según la última lectura, fueron encontrados más de mil milisieverts por hora; unas 10 mil veces las mediciones normales. La causa, al parecer, fue la “fusión parcial” del núcleo. Que ocurriría, según el vocero del gobierno de Naoto Kan, Edano, en las últimas dos semanas.
Y de los registros de plutonio, estaría como contaminante en el agua de la zona si fuese encontrado en bajas concentraciones. Pero no. El reactor 3 es el que causa dolores de cabeza, el único de los seis que tiene la central y utiliza plutonio como combustible. Es un combustible procedente de Francia [Nicolas Sarkozy ha dicho que visitará Japón mañana jueves 31; será el primer jefe de Estado], el llamado MOX, porque contiene un 5% de uranio, y un 5% de plutonio, mucho más radioactivo. Los otros reactores utilizan uranio y también generan el plutonio. Pero por el tamaño de los registros, se trata de la fuga en el rector 3.
El plutonio, reportó Tepco, se encontró en sus presentaciones -238, -239 y -240. Además de su larga duración —24,000 años—, la radiactividad que emite es de partículas alfa que representan un alto riesgo para la salud, en comparación con las partículas beta del yodo -131. Por lo tanto, los registros elevados de radioactividad, pudieron venir del reactor 3, como lo reconoce Tepco, y según información de The Japan Times on line de ayer 29.
En cuanto la tierra no deja de moverse —el último sismo fue de 6.5 grados Richter—, el terremoto/tsunami pusieron a temblar a los japoneses y al mundo. Hasta ahora el número de víctimas es de 11 mil 168, de acuerdo con datos de la policía de la isla nipona por ambos fenómenos. Pero hay otras 17 mil 339 personas en calidad de desaparecidas, para un total de al menos 200 mil víctimas que están en mil 900 albergues. Falta el saldo de los que padezcan la fuga radioactiva de Fukushima I. Para empezar los que hacen lo que pueden para limpiar los reactores y ponerlos a trabajar. No se ve sencillo que vuelvan a operar. A ver qué hacen los occidentales con el “uso pacífico” de la energía nuclear.

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martes, 29 de marzo de 2011

ESTRATEGIA 2012: PAN/PRD

29/marzo/2011

*Las cuatro condiciones para ganar
*Edomex y candidato único son pasos

Asoma más claramente la estrategia del gobierno de Felipe Calderón Hinojosa y del Partido Acción Nacional (PAN), hacia su continuidad presidencial. Porque al menos cuatro de las conditio sine qua non para que los gobiernos panistas conserven el poder más allá de los dos sexenios [el de Vicente Fox y Calderón], la Presidencia de la República en el 2012, se están abriendo paso en los escenarios políticos de México.
A fuego lento, pero la estrategia se cocina para ganar: 1) La inminente alianza 2012 entre el PAN y el Partido de la Revolución Democrática (PRD), porque solo el partido en el poder sabe que no gana; 2) La participación conjunta en otras elecciones, como han sido los casos de Oaxaca, Puebla y Sinaloa durante 2010, que preludiaron el Estado de México en este 2011; 3) La sucesión al interior del propio PRD donde Los Chuchos, entreguistas y aliancistas con la derecha, conservaron la presidencia perredista con el relevo de Jesús Ortega por Jesús Zambrano. 4) La posibilidad de que sea avalada en el Congreso una parte de la iniciativa en materia política de Felipe Calderón enviada en 2009 que proponía las “candidaturas ciudadanas”.
Porque el PAN quiere impedir a todas luces el retorno del Partido Revolucionario Institucional (PRI) a Los Pinos en 2012; incluso se desconoce todavía si es parte de alguna negociación oculta en las cúpulas del poder. Y Felipe Calderón no pretende entregar la estafeta a la alternancia; todo lo contrario, quiere conservar el poder para el PAN otros sexenios más —Fox dijo que cuatro, hay quienes quieren cinco; es decir, estar en la silla presidencial 30 años en total—. Para eso trabajan Calderón y el PAN. Y con ello el control de algunas instituciones clave, se sienten seguros de ganar.
Ah, pero eso sí, quieren una elección lo más limpia posible. Eso incluye un aire de ciudadanización. Eso incluye, entre algunas variables señaladas, la candidatura independiente para la Presidencia. ¿Por qué no? Para empezar, porque el PAN sabe que solo no gana. Para eso pretende la alianza con el PRD y contar con postular a un candidato ciudadano como se menciona al exrector de la UNAM, Juan Ramón de la Fuente.
Eso significa, entonces, que si el PAN y Calderón cuentan con el apoyo perredista —ese sí seguro y está amarrado, a juzgar por el comportamiento de su dirección, particularmente Jesús Ortega—, la aprobación de la candidatura independiente no será problema en el Congreso. Se trata, ni más ni menos —como lo dijo el titular de Gobernación, Francisco Blake Mora, el pasado 22 de febrero con motivo del 98 aniversario luctuoso de Francisco I. Madero—, de la petición para avalar la iniciativa enviada desde 2009 por Felipe Calderón. Ahí se planteaba, entre otras cosas, “candidaturas ciudadanas” en todos los niveles: “Presidencia de la República, diputados, senadores, alcaldes gobernadores”.
Por ello la estrategia 2012 PAN/PRD va por buen camino. Y la consulta “ciudadana” de este domingo es parte de los artilugios del gobierno. No quieren a Enrique Peña Nieto en la silla presidencial. Como tampoco al PRI de regreso. El poder es apetitoso; jugoso negocio. No importe que el país se hunda. Los intereses del dinero están puestos por delante en la estratagema del PAN como gobierno. Eso representa, pero desde luego, pérdidas para México. Porque el panismo lo está llevando al caos.
Claro que se justifican con todo lo que pueden. Ejemplo de ello es la consulta del domingo en el Edomex, que entra en la estrategia 2012. Para comenzar, está claro que ganaron los manipuladores de conciencias que operaron a través de las encuestas, el marketing político y las televisoras. Del mismo modo se dirá, a partir de ahora, que apoya la gente porque ganó el sí por 211 mil 317 votos ¡de un padrón de 10 millones 800 mil, en 127 municipios! Apenas el 1.9 por ciento. Triunfo pírrico.
Por eso funcionará la alianza, presumen. Irán juntos PAN/PRD, en esta elección de las importantes, previa al 2012. Ahora se dirá también que eso está definido y por encima de la opinión de los líderes partidistas. El alegato será ahora que la ciudadanía dijo que sí quiere dicha alianza. No importa lo que digan los candidatos. Incluso no importa si el candidato del PRD, Alejandro Encinas dice que no va con el PAN. Se dará la alianza y se postulará a otro; ahora lo niegan tanto Zambrano como el líder del PAN, Gustavo Madero. El PAN tiene a los suyos: Luis Felipe Bravo Mena y José Luis Durán Reveles.
Por lo visto el PAN sólo baraja nombres, pero no impondrá candidato. Eso no le importa porque en el fondo lo útil será la alianza con el PRD. Por eso el delegado de la dirigencia nacional del PAN en la entidad, el diputado Javier Corral, acaba de decir que en el curso de la presente semana se planteará incluir en el frente electoral “no sólo a los partidos del Trabajo y Convergencia, sino también a personajes de izquierda [sic] como Manuel Camacho Solís”. Porque este personaje de “izquierda” es uno de los operadores de dicha alianza PAN/PRD. Para que gane el PAN en el 2012, claro está.
Entretanto, al interior del PRD avanzan las definiciones encontradas; la polarización, mejor dicho. Nadie al interior sabe lo que ocurrirá. Si Los Chuchos de la Corriente Nueva Izquierda y sus afines de Alternativa Democrática Nacional se salen con la suya de ir aliados con el PAN, ahora y en el 2012, o si lo rescatan los que se oponen desde adentro, simpatizantes todos de Andrés Manuel López Obrador, y el Movimiento de Renovación Nacional (Morena), y aseguran que con el PAN irá el cascarón.
El hecho es que tanto Calderón como el PAN han echado a caminar su estrategia. A esa sí que le han puesto todos los centavos [¡millones de pesos, claro!] para ganar. Es la suerte del poder lo que está en juego, no tanto en el Edomex —que dicho sea de paso hasta la podrían ceder a manos del PRI y su candidato Eruviel Ávila—, como en la elección presidencial del 2012. Porque el PAN no quiere ceder el cargo al PRI. Por eso irá con todo y contra todos los priistas. La guerra mediática será clave; el control del conteo lo mejor. Por eso los promotores, las televisoras, también se preparan. La propuesta de país, en cambio, claro que no interesa.

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lunes, 28 de marzo de 2011

SEGURIDAD NACIONAL, EU VS. MÉXICO

28/marzo/2011

*Affaire Pascual, apenas superficial
*Política contra la seguridad nacional

“La relación con México es realmente fuerte. El reto es que los cárteles de las drogas se han fortalecido y el presidente Calderón está, justamente, frustrado”, refirió el presidente estadounidense Barack Obama en entrevista difundida por CNN el pasado 22 de marzo, mientras hacía su recorrido por Centro y Sudamérica. El caso es que el asunto de la “frustración” causó revuelo, así en la prensa mexicana como en la clase política comenzando por el propio Calderón.
Revuelo similar se vio al introducir el tema del noviazgo de la hija del priista Francisco Rojas, con el embajador de facto —hasta que se vaya y sea sustituido por el relevo—, Carlos Pascual, como un elemento de descontento del propio presidente mexicano con el operador espía al servicio del sistema de inteligencia de su país [el Departamento de Estado], con cartas de embajador en jefe, para cerrarle las puertas en Los Pinos y otras dependencias del gobierno federal. El affaire Pascual.
Sumado a los calificativos del mismo presidente Calderón, que apuntan a Pascual de “ignorante”, por un lado, y la pérdida de “confianza” ganada a pulso tras la revelación de los cables de Wikileaks y sus conceptos claramente desarrollados para informar tanto al órgano de inteligencia que dirige Hillary Clinton, como a otras dependencias del gobierno de EU, por otra parte. Todo en el marco de la fallida [esa sí, objeto de críticas internas continuas; justamente por la falta de resultados concretos y/o avances en eso de contener la violencia desatada por el crimen organizado y especialmente el narcotráfico] guerra desatada por el empecinamiento presidencial de seguir por la línea simple y dura de la confrontación.
Sin olvidar que, en el curso de la presente semana [eso señala el reportaje principal de Proceso que circula en estos días], el presidente Obama rechazará una petición del Buró de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF), en el sentido que la Casa Blanca emita una “orden ejecutiva” para “obligar a las armerías de los estados fronterizos con México a reportar al ATF todas las ventas masivas de armas que se hagan a una sola persona”. Que las hay.
En otras palabras, que en el asunto de la colaboración —mejor dicho la traída y llevada “corresponsabilidad”— con México en aquello de combatir el flagelo del narcotráfico, no hay tamaño compromiso de EU sino todo lo contrario. Eso de la falta de control de los armeros que hacen negocio millonario al filo de la frontera entre ambos países —particularmente en el estado de Arizona, el primer estado que creó una ley xenofóbica y antiinmigrante— por parte de Obama es tan sólo un indicador. Lo mismo que su negativa al operativo —tanto él como otros funcionarios dicen ser ajenos, no estar al tanto, de Rápido y furioso— del tráfico indiscriminado de armas, absolutamente ilegal y para llenar las arcas de las bandas del crimen organizado mexicano.
Distractores y pruebas irrefutables. 1) Lo que antes de armar el rompecabezas del sistema operativo de los órganos de inteligencia gringos, parecía un artilugio del embajador de EU en México, Carlos Pascual, en eso de traficar armas a beneficio de los cárteles de las drogas mexicanos, llegó más allá porque alcanza al Departamento de Justicia en el más alto nivel, según revelaciones de un exjefe de la mismísima ATF. Es decir, que Rápido y furioso surgió como política de Estado porque anidó —por lo menos— al interior del órgano de “Justicia” de EU. Además, como se publicó el sábado 26 en La Jornada, el operativo se autorizó en Washington. 2) El embajador Pascual hizo su trabajo siguiendo no únicamente sus preceptos como experto en Estados fallidos, sino atendiendo a las políticas de Washington para desestabilizar a México al armar a los generadores de más violencia, a los carteles.
Ante tamañas evidencias, ahora queda más claro que, de creerle a Obama [y demás funcionarios de alto nivel que, como Pilatos, se lavan las manos] de ignorar el sucio operativo Rápido y furioso, más está en manos de la derecha republicana que lo maneja a su antojo, en eso de la avaricia de apoderarse a como dé lugar de las reservas estratégicas y energéticas de México [lo que incluye una invasión militar; lo que sea por su seguridad nacional, y el petróleo y el gas lo son], que haciendo una presidencia autónoma o con buenas y demócratas —moderadas en materia de política internacional— intenciones. Porque la intentona de atizar los disturbios de violencia allende la frontera con México es apenas el comienzo.
Ya antes, cuando apenas salieron los cables de Wikileaks sobre México y los escritos de Pascual, Maniobras del poder anticipaba esa intentona de Pascual de tipificar a México de Estado fallido, así como de calificar los problemas del país como fuera de control, tanto del gobierno de Felipe Calderón como de su estrategia antinarco [por lo demás ciertamente fallida] y, desde luego, su intención de generar controversias entre dependencias como Marina y Ejército. En eso llamó la atención esta columna. Igual advertía sobre la necesidad en atender los problemas directamente; cara a cara presidente a presidente: Calderón frente a Obama. Pero nada.
Y todavía más, que el operador espía, con cartas credenciales de embajador, se ha hecho digno de ser expulsado. Cuantimás ahora, que sigue presente para efectos de la transición. Porque Obama lo sostiene, para que no se vea como el primer funcionario de nivel, afectado por el Escándalo Wikigate, que descubrió el trabajo sucio de las embajadas estadounidenses en cualquier parte del mundo.
Peor tantito, ahora cuando se sabe que el operativo Rápido y furioso surgió al más alto nivel en Washington. Eso amerita algo más que una prometida investigación para castigar a los presuntos responsables, según las palabras de Obama; requiere una protesta también al más alto nivel desde México. Así como la exigencia —incluso la expulsión de Pascual resulta de poca monta, de los chismes ni se diga, comparado con el operativo— de que EU defina de qué se trata. Porque los fines desestabilizadores nacieron “al más alto nivel”. Y Pascual solo hizo su trabajo cumpliendo la encomienda. De ahí el espaldarazo de sus superiores.
Vale preguntar al gobierno de Felipe Calderón, ¿por qué tolerar tanta saña del vecino del norte, si de todas maneras persiste la política de entreguismo en los hechos? EU olvida que todo país, incluido México, está en su derecho de proteger sus reservas energéticas. Con todo y que este gobierno mexicano pone en charola de plata su petróleo y su gas. En el fondo se trata, para México, de un asunto muy delicado que pone en alto riesgo su seguridad nacional.

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viernes, 25 de marzo de 2011

GUERRA ANTINARCO; DESATINOS, DERIVADOS

25/marzo/2011

*Inestabilidad generada por un problema desbordado
*Acuerdo de medios, tarea de todos sin oportunismo

Violencia e inseguridad en México son dos problemas graves que amenazan su estabilidad y viabilidad como país. Y los mexicanos, todos, involucrados en una guerra no solicitada, están cada vez más desesperados, angustiados, temerosos. El origen, un engendro del propio sistema que amenaza desbordarlo; el crimen organizado que, en la modalidad del narcotráfico, lucha por un negocio millonario de alcance internacional, y como tal debe atacarse si realmente se quiere contener.
Los errores cometidos, a estas alturas más que claros, en la estrategia contra los carteles de las drogas han degenerado en otros tantos problemas más que complican la situación. Derivados de origen. Cuando arrancó la guerra contra el crimen organizado y las bandas del narcotráfico en México en el año 2006 —sobre todo en aquellas ciudades fronterizas por donde fluyen las drogas, los dólares y las armas; y los inmigrantes mexicanos y centroamericanos que resultan víctimas de la extorsión y el secuestro—, el ambiente de violencia creció paulatinamente en casi todo el territorio nacional.
Por un lado, la ofensiva del gobierno federal con el empleo casi exclusivo de las Fuerzas Armadas, no ha dado los frutos esperados. Ya porque arreció la lucha entre los carteles por el negocio, sobre todo el control de las rutas hacia el mercado consumidor más grande de mundo: los Estados Unidos. O porque el flagelo no habría florecido sin la complicidad de autoridades de los distintos niveles de gobierno, municipal, estatal y federal. Florecimiento y desbordamiento del fenómeno tanto por la corrupción e impunidad crecientes. Sabido es que uno de los principales y más violentos carteles está conformado por exmiltares, o desertores del Ejército, el denominado grupo Los Zetas.
Al poco tiempo de comenzar la ofensiva gubernamental contra el crimen organizado, la estrategia mostró su ineficacia. La mera confrontación sin investigación impediría atacar el problema en todas sus vertientes, como el lavado de dinero del jugoso negocio, o el flujo de cuantiosos recursos en los mercados financieros. Más tratándose de un fenómeno global.
Es más, todavía hoy el gobierno de Felipe Calderón no se quita el estigma de que el Ejército fue llevado a las calles por un golpe de timón; para buscar la legitimidad no ganada en las urnas en 2006. Más que eso, delicado, si se demuestra, como denunciara ayer Las Abejas, AC, en alusión a que el origen de Los Zetas es la contrainsurgencia en Chiapas; militares capacitados por colegas de escuelas en Estados Unidos [La Jornada, pag. 18]—. Porque deviene en una amenaza contra la sociedad civil. Tiene sentido desde que los gobiernos tanto de Carlos Salinas como de Ernesto Zedillo quisieron meter en cintura al movimiento zapatista en Chiapas para evitar la propagación guerrillera hacia otros estados por el creciente repudio al modelo neoliberal.
Fue la zozobra postelectoral la que desnudó la debilidad de Calderón. Su necesidad de apoyo permitió abrir las puertas al intervencionismo estadounidense desde su sede diplomática en México; tan atenta como vigilante para defender sus intereses a cambio de reconocimiento y un poco de legitimidad. A la postre, resultó elevado el costo político, muy contrario a la seguridad nacional de México.
No se diga la inclinación del PAN a tolerar la participación abierta de EU en los asuntos internos de México, bajo promesas de “corresponsabilidad” en los asuntos comunes, especialmente en lo relacionado con el crimen organizado. Eso condujo hasta las amenazas de Carlos Pascual como embajador espía, quien se creyó con manos libres para orquestar —él sí— toda una estrategia para desestabilizar a México. Esa sí pensada y con todo un apoyo e inteligencia, con recursos ilimitados. Una intromisión que llegó hasta el operativo Rápido y Furioso para abrir el flujo de armas de EU a México, aún a sabiendas que irían a parar a manos de los carteles todos. Eso sonó más a operativo para armar a los enemigos de México, a una intentona para desestabilizar al país, aún desde los estados fronterizos.
La participación todo terreno de EU con Pascual, abrió muchos frentes, todos de clara intromisión en los asuntos internos de México. Como participar en operativos de inteligencia, interceder en la captura de capos y entrometerse en la estrategia misma contra el crimen organizado [atizando un peligroso divisionismo entre los miembros de las Fuerzas Armadas, a favor de Marina]. Porque creyó tener puertas abiertas, Pascual dejó secuelas graves para México.
Un tema que se agrega a los errores de Felipe Calderón por una guerra interna mal planteada. Secuelas graves como en número de muertos que sobrepasa las 34 mil 600 personas.
Tamaños errores de estrategia terminaron por arrastrar a la sociedad hacia un ambiente de creciente zozobra, miedo e inseguridad en todo el país. Eso involucró a todos los sectores, entre ellos a los medios de comunicación. Ayer se firmó un “Acuerdo”, invitados por las televisoras, para la “cobertura informativa de la violencia”. Lo que incluye un decálogo de criterios editoriales, para “no interferir” en el combate a la delincuencia y “no convertirse en vocero involuntario de la delincuencia organizada”. Acción aislada por parte de los convocantes.
El evento se realizó en el marco de la Iniciativa México II y participaron más de 50 medios de comunicación, empresarios e integrantes de la sociedad civil. Desde que los convocantes carecen de calidad moral para iniciativas de ese tamaño, no obstante involucrar a radio y medios impresos. Porque quienes más utilizan los noticiarios haciendo periodismo tipo nota roja son las televisoras. Es importante la participación, pero no ayuda el oportunismo.
Antes que nada, son las televisoras quienes están más comprometidas con un código de ética y comportamiento que no tienen. Porque frente a problemas como el de la violencia y la inseguridad desatada por el crimen organizado, han convertido los noticieros en simple nota roja. Las grandes entrevistas con los capos, que los colocan como héroes, han sido suyas. Los escenarios de sangre y destrucción ocasionada por los narcos han sido reflejados por la señal abierta.
No obstante, es de esperar que iniciativas como esta no queden en meros parches. Sobre todo porque rebasa la participación única de las televisoras del país; Televisa y Tv-Azteca. Lo que hace falta es revisar el fenómeno que está generando tanta violencia como inseguridad. Y de paso generar un gran acuerdo nacional, que el gobierno no ha propuesto, para atacar ese y todos los problemas del país. Titánica tarea. Pues como va, la guerra seguirá abriendo heridas más que soluciones.

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jueves, 24 de marzo de 2011

PEMEX, PLANCHA PRIVATIZADORA

24/marzo/2011

*PAN presenta propuesta legaloide
*Abierta, la participación extranjera

Hace unos días, el 18 de marzo, se recordó el 73 aniversario de la expropiación petrolera en México —nacionalización de vital industria—, operada por el entonces presidente Lázaro Cárdenas. El móvil, plenamente justificado. Era el año de 1938. Se expropió: “Por causa de utilidad pública y a favor de la nación, la maquinaria, instalaciones, edificios, oleoductos, refinerías, tanques de almacenamiento, vías de comunicación, carros-tanque, estaciones de distribución, embarcaciones y todos los demás bienes muebles e inmuebles de propiedad”, que estaban en manos de empresas extranjeras y operando la explotación del energético en el país.
Apenas hizo dos días, el pasado martes 22, el senador panista Juan Bueno Tenorio, presentó sendas iniciativas con la intención de modificar el Artículo 28 de la Constitución y la ley reglamentaria del Artículo 27, en la rama de petróleo, para privatizar la petroquímica básica. Es decir, abandonar la tesis de que sea el Estado el que explote y administre la industria petrolera, hoy bajo la responsabilidad de Petróleos Mexicanos (Pemex), para permitir el acceso de los inversionistas privados en clara actitud de entreguismo a los extranjeros —empresas gringas y españolas.
Tiempo ha, que los gobiernos, tanto del PRI como ahora los del PAN, le traen ganas a Pemex. Porque el petróleo sigue siendo, como motor de industrias de productos derivados, un jugosísimo negocio para la empresa mundial. Ya la reforma de Carlos Salinas de fraccionar en cuatro subsidiarias [Pemex Exploración y Producción (PEP), la más importante; Pemex Refinación; Pemex Gas y Petroquímica Básica; Pemex Petroquímica] la empresa administrada por el Estado, bajo el pretexto de eficientar su funcionamiento, llevaba la intentona de vender los activos expropiados atrás por Cárdenas. Todo bajo presiones de Estados Unidos, porque para ellos el energético es vital para su sobrevivencia industrial y, por tanto, un asunto de seguridad nacional por la cual están dispuestos a todo; las guerras incluidas. De ahí la invasión de países petroleros, como Irak en 2003, por los halcones de George W. Bush.
Iniciativa privatizadora del PAN; émulo de la propuesta de Felipe Calderón que fue rechazada por el Congreso en 2008. Y el alegato de ahora de Tenorio es el de siempre: la paraestatal carece de recursos para invertir en nuevas refinerías, ductos y etcétera. Dichos de antaño, porque artimañas viejas son las que, primero, los gobiernos dejan al garete a las empresas en poder del Estado, luego alegan su inoperancia y las conducen al remate. Así ha sido siempre, desde que entró en vigor la estratagema neoliberal, en México y cualquier parte del mundo, cuando se quiere privatizar una empresa y arrancársela al Estado.
El antecedente es que con Pemex suceden, entre otras atrocidades, dos situaciones difíciles de olvidar. 1) La paraestatal ha sido mal administrada y acosada permanentemente desde que iniciaron los gobiernos neoliberales —los últimos cinco sexenios—, exprimiéndole cualquier cantidad de recursos [hoy aporta todavía la tercera parte de los ingresos fiscales del país], incluso vía la “ordeña de Pemex”; 2) Gran parte de sus operaciones “normales” están ya en manos de particulares, gracias a diversos mecanismos como los ilegales “contratos de servicios” y de “servicios múltiples”, de arrendamiento, integrales y subrogaciones, herramientas mediante las cuales los últimos gobiernos han entregado dicha empresa a manos de la iniciativa privada, en favor de intereses extranjeros, principalmente de los gringos.
La iniciativa de Tenorio, desde luego que apenas fue presentada al Congreso, representa la contrarreforma de Cárdenas. En tanto el expresidente que nacionalizó la industria argumentó el interés nacional y la utilidad pública a favor de la nación…, la iniciativa del PAN pretende que empresas privadas, nacionales y extranjeras, construyan y operen refinerías y ductos; así como producir, almacenar y distribuir gasolina y gas y otros derivados. Precisamente los que procesa la industria petroquímica. La que realmente explota y saca jugo vía los derivados del crudo.
Pero como queda claro. Más bien lo que intenta hacer el PAN con su reciclada iniciativa —primero Calderón y ahora Tenorio—, es legitimar lo que ilegalmente ya está operando en Pemex con la presencia de intereses particulares metidos en la empresa por cualquiera de las vías ilícitas. Legalizar la plancha privatizadora en la paraestatal, es lo que requieren ahora los panistas. Falta definir, ¿qué harán las mayorías compuestas por las bancadas del PRI y el PAN al respecto? Esa es ahora una moneda al aire. Porque tanto se pretenden legalizar acometidas contra Pemex de los priistas como de los ahora panistas enquistados en el poder.
Tan sólo recuérdese que, valgan algunos ejemplos que son del dominio público. Por la ruta de los contratos de arrendamientos y servicios, se ha permitido a PEP ceder el control a manos privadas de 47 plataformas ubicadas en el Golfo de México, 11 de las cuales son embarcaciones. Las empresas contratistas que prestan el servicio a Pemex, han permitido que de los 257 equipos de perforación, 156 sean propiedad de empresas trasnacionales. Desde 2007, PEP privatizo sus ductos, según licitación 18575111-006-07 [véase Contralínea, N° 224, “El Fin de Petróleos Mexicanos”] para la operación y mantenimiento durante 10 años de 66 ductos ubicados en Tabasco y Veracruz. Hay, además, la subrogación de servicios médicos, transporte aéreo de personal en helicópteros. Y el reciente anuncio de Suárez Coppel sobre los “contratos integrales” [ver: http://maniobrasdelpoder.blogspot.com/2011/03/
pemex-sigue-la-ordena.html], permitirán la asociación de Pemex con los particulares para que independientemente exploren y exploten los energéticos del subsuelo mexicano, un patrimonio nacional en manos de extranjeros.
Por eso la insistente propuesta de ahora del PAN, bajo la presentación del senador Juan Bueno Tenorio, revive la discusión de modificar la plataforma constitucional en sus artículos básicos, para legalizar lo que ya es un hecho pero opera a todas luces ilegalmente gracias al entreguismo de los últimos gobiernos del PRIAN. Ni más ni menos.

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miércoles, 23 de marzo de 2011

ALIADOS EN PIE DE GUERRA

23/marzo/2011

*Los ataques a Libia, el pretexto es Kadafi
*Contra aires de libertad y democracia árabe

Los países aliados presumen descoordinación en la acción. El caso es que el fin de semana reciente comenzó la guerra en Libia en contra de Muammar Kadafi. El pretexto: los ataques del líder contra la población civil que le manifestó su repudio, en ciudades como Bengasi, tras el oleaje de la “revolución de los jazmines” [la pureza y la tolerancia] que inició en Túnez contra el gobierno autoritario de Zine el Abidine ben Ali, en el poder durante 23 años. Al igual que en el resto de países árabes de la región donde la generación Facebook y Twitter se reveló contra sus dictadores y se hizo extensiva por una amplia gama.
Los países invasores esperaron sólo la justificación —la declaratoria de “exclusión del espacio aéreo” en la resolución 1973 avalada por el Consejo de Seguridad— en la “reunión de París” del 17 pasado de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que dirige Ban Ki-moon, para formar la coalición de guerra con Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia [Sarkozy como el gran escudero, el “señor de la guerra” que lucha por la reelección; antes Kadafi era recibido con alfombra roja en París, incluso se dice que el libio financió la campaña del francés, según Saif Kadafi hijo]; o lo que bien podríamos calificar como la triloquía que encabeza la ofensiva.
Pero atrás le han entrado al aquelarre, igualmente, un buen número de países pertenecientes a la Organización del Tratado del Atlántico del Norte (OTAN), como Canadá, Italia, Dinamarca, Bélgica, España y la Liga Árabe, entre otros. Todos los invitados que asistieron pronto a esa suerte de fiesta de disfraces y arlequines en donde [unos dan la cara y otros no], además de los juegos pirotécnicos [la guerra ya es más un juego de niños: gear of wars o halo 1, 2 y 3, que de hombres], habrá partida y reparto de pastel; es decir, el control de los pozos petroleros libios en disputa y, en la medida que lo permita la guerra misma, de toda la región.
Dicen, los aliados, que pretenden impedir las acciones represivas de Kadafi, pero que no van contra él; con todo y que se han bombardeado sus guaridas —se ha corrido la versión que uno de los hijos ya murió en zendo ataque—. Sólo quieren su renuncia. Y no queda claro quién asumiría el poder tras la caída de un dictador que se ha mantenido en el gobierno por más de cuatro décadas. Porque las estructuras tribales carecen del control y la representatividad suficiente. Más bien no hay estructura para edificar un Estado democrático, como lo presume occidente para la era postKadafi.
Pero es justamente esa debilidad del Estado en donde toda oposición fue controlada por el dictador en pugna [una oposición sin la organización en partidos políticos], por lo que la coalición de guerra considera tener asegurado el control de las reservas petroleras de ese país norafricano. Que en realidad lo que les interesa, además de poner en práctica las nuevas armas desarrolladas por las industrias de guerra de cada país y la esperanza que la muerte impulse —o arrastre, mejor dicho— a las tozudas economías cuyos gobiernos no atinan a rescatar de la profunda crisis financiera que les aqueja.
Descoordinados o no, la verdad es que la triloquía pretende confundir el liderazgo de EU con el nombre de la misión diferente según el país. Para la Britania es “Ellamy”; para el país de l’amour es “Harmattan”, y para los gringos es “Amanecer de la Odisea”. Pronto, ha dicho el presidente Barack Obama [quien a estas alturas está ya controlado por los halcones de la guerra de los Bush], que su país transferirá el mando de la operación de noche —porque los ataque son con los modernos Tabby de visión nocturna integrados a los aviones de la muerte; los desarrollados desde la II Guerra Mundial y contra Vietnam— sin definir cuándo ni a quién. Pero seguro es a la OTAN. EU no está en condiciones tampoco de apostarle a otra guerra prolongada porque para derrotas le basta y sobra con Iraq y Afganistán.
En este caso, seguramente los guerreros del Pentágono retomaron la estrategia de Ronald Reagan en contra de Libia del 15 de abril de 1986, denominada “Operación el Dorado Canyon”, cuya planeación incluyó ataques masivos enfocados a instalaciones militares, aeropuertos, carreteras, instalaciones estratégicas y guaridas de Kadafi; o el aislamiento de los principales centros de operación y comando, y de ciudades importantes para evitar la reacción del dictador.
Hoy es el ataque a las fuerzas de Kadafi en ciudades como Bengasi donde ciertamente la oposición creció desde un principio. O en Trípoli, principal bastión de las fuerzas proKadafi, que han defendido a capa y espada. Pero el asalto de los aliados está perfectamente dirigido y planeado. Así, el primer paso los dio Sarkozy con sus naves para el resguardo del espacio aéreo. Para el segundo irrumpió EU en el bombardeo de las defensas aéreas libias situadas cerca de Trípoli, Misrata y Sirte, con los Tomahawks —misiles crucero de largo alcance— lanzados desde buques de guerra situados en costas del Mediterráneo. Se incorporaron a tareas similares Gran Bretaña y otros como España.
Mientras tanto, algunos países se abstuvieron de votar la resolución de la ONU, como fueron Brasil, India, Alemania, China y Rusia. ¿Quién niega que sea a razón de hacer la guerra por la apropiación del petróleo del territorio libio? Así Irán lo denunció recién: que los países occidentales quieren “poner sus manos en el petróleo” libio. En tanto la ONU pide a Rusia apoyar las acciones de la coalición. Y tanto Obama como el propio señor de la guerra, Nicolas Sarkozy, pugnan porque sea la OTAN quien se encargue de las directrices de las acciones militares.
Luego entonces, la oleada de protestas para el derrocamiento de los dictadores árabes en esta región del mundo derivó en guerra. Los llamamientos de libertad y democracia terminaron con el sello de la muerte impuesta por los occidentales con EU a la cabeza. No falta quienes arguyan la confrontación civilizatoria como pretexto. En el fondo la verdad todos la saben: los participantes en dicha coalición quieren el petróleo para las industrias militares y las economías de guerra de sus países. No es por la presunta ocupación de los intereses del pueblo libio que detesta a un líder autócrata. Es la razón occidental contra toda otra que les parece incidental.
De la ONU ni se diga; es un simple operador de los intereses de los países en guerra que encabeza EU. Todos se olvidan que no hay enemigo menor. La crisis del petróleo no lo justifica. La muerte de inocentes tampoco. Las consecuencias pueden ser mayores.

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martes, 22 de marzo de 2011

PASCUAL, SECUELAS DE RIESGO

22/marzo/2011

*Un embajador con fines desestabilizadores
*Impuso un estilo de espionaje e intervención

A simple vista, parece como si el otrora flamante embajador de Estados Unidos en México, Carlos Pascual, saliera derrotado una vez que presentara su renuncia al presidente Barack Obama el sábado 19 y le fuera aceptada —no sin “pesar”— por Hillary Clinton, jefa del Departamento de Estado de su país, tras el affaire Wikileaks. Simples apariencias. Porque se puede decir cualquier cosa, menos que de México Pascual se va raspado.
Todo lo contrario, porque al gobierno de su país le entrega buenas cuentas. No en balde, tras la declaratoria al The Washington Post de Felipe Calderón, sobre el “no me ayudes compadre” y la desconfianza ganada a pulso hace casi tres semanas, Pascual recibió el espaldarazo de Obama [“él es nuestro embajador”] y del vocero del Departamento de Estado Philip Crowley: “Estados Unidos no tiene planes” de cambiarlo. La propia secretaria Clinton, apenas el sábado 19 alabó el trabajo del ahora exembajador Pascual; además le pidió participar en la “transición ordenada”, hasta en tanto llegue el nuevo representante de su país a México.
En el fondo, quien queda mal tras el descubrimiento del tipo de trabajo desempeñado por el exembajador Pascual es el gobierno mexicano —del Partido Acción Nacional y de Felipe Calderón—, por las secuelas todas de su trabajo como embajador dedicado al espionaje desde la propia sede diplomática, tal y como quedó al descubierto tras la publicación de los cables elaborados por él y enviados a las diversas instancias de inteligencia de su país sobre la situación política de México y revelados por Wikileaks.
Experto en Estados fallidos, las acciones de Pascual —al paso de su gestión— más tomaron el matiz de trabajar para desestabilizar a México por su intromisión en asuntos de seguridad nacional y directamente en todos los temas de la guerra contra el crimen organizado [y sus propias decisiones], que en contribuir —como él mismo dijo recién nombrado embajador en 2009—, en alentar el avance de México como un nuevo integrante del G-16 o del G-20. O como brindar el tratamiento correspondido al problema del tráfico de drogas, de armas y de dinero [nada se hizo, al menos, sobre el tema de los circuitos financieros utilizados por los carteles de las drogas] entre los dos vecinos, y las presuntas bonhomías del Plan Mérida o el tema de la cooperación en todos los temas de la relación bilateral, etcétera.
Y así, como representante de Estados Unidos, Pascual llegó a entrometerse en los asuntos internos de México en beneficio del suyo propio. Pero, ¿qué se esperaba? Por eso el saldo de su trabajo le favorece a Pascual, y a su país. Claro está que el caso Wikileake rompió todas las barreras en cuanto al tema del papel de la diplomacia gringa en otros países como México. Los asuntos abordados en los informes. Las revelaciones. Las tipificaciones de las políticas básicamente de seguridad, de los políticos específicamente del PAN, en custodia siempre de los asuntos relacionados con la seguridad nacional estadounidense, entre otras cosas que fueron descubiertas.
Clinton dijo, este sábado, que Pascual había “colaborado sin descanso con sus contrapartes mexicanas para poner los cimientos de un mercado transfronterizo de energía renovable, abrir negociaciones sobre el manejo de las reservas de petróleo y gas que abarcan territorio mexicano y estadounidense, y construir una nueva estrategia fronteriza para fomentar el comercio y detener tráficos ilícitos”. Y otras linduras. Pero, igualmente dijo Hillary, “Carlos adoptó un enfoque de ‘todo el gobierno’ para atender una de nuestras relaciones bilaterales más importantes”.
Le faltó decir a Clinton, que en su —de Pascual— política “todo gobierno” hizo hasta lo imposible por desestabilizar a México, por convertirlo en un Estado fallido, por aplicar la política del “divide y vencerás”. Pero se sobreentiende —como “al buen entendedor pocas palabras”—, que Pascual vino a México a aplicar todo lo que sabe [se le puede calificar de lo que sea menos de tonto e ignorante, porque además de capacitado es un académico], y eso incluye cualquier estrategia en contra de México. Así sea por la vía de la diplomacia; que para eso resultó espía de altos vuelos. El inverso de la historieta del Agente 007.
Baste decir que, en el contexto de la política de seguridad nacional estadounidense se inserta la llamada “seguridad hemisférica”; con todo y esta última devenga “inseguridad hemisférica”. Y que en primera instancia se impone la seguridad del imperio. Y eso tiene que ver, también en primerísimo lugar con el abastecimiento energético; petróleo y gas —no tanto las energías alternativas—. De ahí el planteamiento de la señora Clinton del tema de las reservas petroleras, no las de territorio estadounidense sino mexicano. No se olvide la incidencia, y en gran medida preferencia, de los gobiernos del PAN por la presencia de las empresas españolas como Repsol [prevalece también la identidad entre las derechas de ambos países], que de EU en cuanto a las licitaciones [entreguismo sin tapujos] desde Petróleos Mexicanos. Y a EU, claro está, eso no le conviene por fines estratégicos.
Carlos Pascual vino a apoyar la geoestrategia del imperio gringo en México. Por eso se convirtió en persona non grata. Porque fue más allá de toda promesa y de toda expectativa. Se brincó las trancas. Los cables Wikileaks lo dejaron desarmado. Nada de lo prometido en un principio resultó verdad para México. Por eso hizo bien su trabajo. Porque trabajó para EU, no para México. En eso salió librado.
En México, en cambio se quemó. Su estrategia “todo gobierno” intentó desestabilizar al país. Se entrometió en la estrategia del gobierno de Felipe Calderón en contra del crimen organizado, en asuntos tan delicados como la presencia o no del Ejército mexicano en Ciudad Juárez. Participó con todo su aparato de inteligencia en la captura o muerte de importantes capos. Generó inconformidad entre el cuerpo de inteligencia mexicano —que incluyó el favoritismo por Marina— destinado a dirigir la “guerra” de Calderón contra el crimen organizado. Operó, bajo el agua, mecanismos como el espionaje abierto al Estado mexicano desde la propia Embajada. Y no se podrá negar ahora que, bajo sus lineamientos se puso en marcha el operativo Rápido y Furioso que anegó de armas a los carteles de las drogas en México —alentar la violencia para alterar la estabilidad en los estados fronterizos con fines de intervenir militarmente—. Y se echó andar a los aviones espía en los estados fronterizos del país, en lugar de avanzar en un acuerdo sobre migración fronteriza, dizque para vigilar a los carteles de las drogas. Acciones todas en claro intervencionismo en los asuntos de seguridad nacional de México y con fines desestabilizadores. Siempre en el marco de la aplicación de una política de seguridad imperial para EU.
Por eso, Pascual bien puede llegar a Washington diciendo: “Misión cumplida”. En tanto si Calderón cree que ganó con su renuncia, pierde. Cuando México destrabe su trabajo, entonces ganará. Entretanto, Pascual, a su estilo, se va triunfal.

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viernes, 18 de marzo de 2011

PELIGRO ATÓMICO Y CRISIS SOCIAL EN JAPÓN

18/marzo/2011

*La Central Fukushima está fuera de control
*Posible, riesgo de fusión nuclear en reactores

En Japón, los problemas de la vida cotidiana se complican por la situación de emergencia. Hay miedo e incertidumbre entre la población, tanto en casa como en los refugios. El peligro atómico podría producir una catástrofe de dimensiones impredecibles. Más cuando la información disponible es contradictoria, sobre las condiciones de los reactores de la Central Nuclear Fukushima I [o Fukushima Dai-ichi], comenzando por los niveles de radioactividad tanto en la zona como los vertidos a la atmósfera tras las explosiones en los reactores 1, 2 y 3 en fechas distintas, luego del terremoto/tsunami ocurridos hizo ya una semana. El propio gobierno no ofrece la información necesaria, como tampoco lo hace la empresa eléctrica Tepco. Lo imprevisto puede desatar una reacción en cadena, o una situación fuera de control. Posible crisis que desbordaría la isla japonesa, pues la radioactividad es altamente perjudicial.
Los problemas de planeación de quienes construyeron Fukushima I desde principios de los años 70 del siglo anterior son asunto del pasado. Pero es claro que fallaron las previsiones, o no se tomaron en cuenta todas las variables para el manejo del átomo. Una modalidad que describiera Einstein en su famosa fórmula E=mc2. Pero es válido presionar a los gobiernos del mundo para que revisen, nunca es a toro pasado en estos casos, las plantas para prevenir cualquier posible fracaso en su operación. La fragilidad del suelo y todas las variables, el uso de materiales y el manejo de todas las medidas previsibles. Incluso su posible abandono, para suplir la energía atómica por otras alternativas.
Mientras tanto, tensión y miedo acompañan a las familias japonesas. Porque además del temor por la radioactividad, que puede alcanzar a la capital que está a unos kilómetros, los problemas se complican para las actividades de la vida cotidiana y los servicios. El aumento del frío hasta los cero grados en la región norte de la isla, obliga a unas 850 mil familias a gastar más energía eléctrica. En tanto el gobierno convoca a gastar menos por el desabasto y la crisis Fukushima I. Otras tantas familias carecen de agua potable, y los servicios del transporte por la misma causa.
Es decir, que Fukushima ya interfiere en las actividades cotidianas. Aparte del temor de los habitantes porque los niveles de radioactividad son tres veces más altos de lo normal desde el martes pasado. La autoridad dice que eso no representa un problema para la vida humana, pero la suspicacia de que miente es general entre la población. Por eso mucha gente está tratando de huir de la capital, porque “el gobierno no está diciendo la verdad”. Y el miedo de que pueda ocurrir otro terremoto está presente. En tanto aumenta el número de víctimas del terremoto/maremoto del viernes 11. Se acerca a los 15 mil, entre muertos [5,198] y desaparecidos [8,600]. Mientras los más de 80 mil efectivos de las Fuerzas de Autodefensa trabajan en el rescate, con grandes dificultades, entre los escombros para sacar a un mayor número de víctimas.
Mientras el gobierno lucha por controlar la situación en las fuentes de energía; evitar una posible fusión de los núcleos en el corazón de los reactores. En acción desesperada el Ejército trata de refrigerar con agua los reactores utilizando camiones cisterna y helicópteros. Es un mecanismo externo, pero peor sería no intentar nada. Así, por ejemplo, el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) informa que el reactor 4 está en “serias complicaciones” porque el agua se agotó. En condiciones peores está el reactor 3 —el más peligroso porque tiene plutonio en lugar de uranio— al cual se le había vertido agua de mar. En tanto los militares informan que desde el reactor 2 “se percibe la salida de humo blanco”. Y en los reactores 5 y 6 la temperatura de las piscinas sube, pese a que están siendo refrigerados con ácido bórico y agua de mar.
Con todo y que el reactor 4 es la prioridad, por los elevados niveles de radiación que emite, los militares descubrieron que las barras de combustible del reactor 3 estaban a punto de quedarse sin agua y producir una fusión. De ahí que el nivel de radiación que se reporta en los alrededores de la central sea de unos 3,000 microsievert por hora, ante los 1,000 microsievert al año que se consideran seguros para la salud humana. No obstante, el gobierno japonés ha decidido que el área de evacuación no irá más allá de los 20 kilómetros de la planta Fukushima Dai-ichi.
Pero es claro que muchas vidas están en alto riesgo, porque la fusión atómica podría ocurrir en cualquier momento. Por eso, por las mediciones de radiación de la central, es que la Comisión Reguladora Nuclear de Estados Unidos ha dicho que los riesgos son “altos”. El presidente del organismo, Gregory Jaczko, dijo ante una comisión parlamentaria que los niveles de radiación son “extremadamente elevados” en las inmediaciones del reactor 4 porque el agua del depósito de combustible se agotó, lo que complica las labores de los operadores allí. “Las dosis de radiación, agregó, que podrían recibir pueden ser potencialmente letales en un breve periodo de tiempo”. Y esas condiciones podrían llevar a una “fusión nuclear”.
En tanto el director de la OIEA, el japonés Yukiya Amano, ha criticado a Naoto Kan por no ofrecer la información clara y completa de los daños causados en la central por ambos accidentes. Finalmente, y ante la crisis humanitaria de la cual el mundo está muy pendiente, Le Monde dice, por ejemplo, que el primer ministro Kan le ha pedido a la gente “que se encuentra en la zona remota de 20 a 30 kilómetros del centro de Fukushima permanecer dentro de sus casas y oficinas”, luego de pedir la evacuación de la zona de unas 200 mil personas.
La crisis humanitaria está presente. Vino acompañada de una catástrofe natural, pero se volvió rápidamente social. Japón espera la ayuda de la Unión Europea, como del mundo entero. No obstante, el peligro por la vida se lo puso el hombre mismo con el desarrollo de las centrales nucleares y, como en este caso, en las entrañas de los mismos centros urbanos. En tanto la gente en las calles dice: “Oímos hablar de la central nuclear de Fukushima todos los días. Pero yo no sé si lo que estamos escuchando es la verdad”. O, “no me preocupan los terremotos, lo que me preocupa es la crisis de Fukushima”. “Tenemos miedo”. Esa es la única verdad.

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jueves, 17 de marzo de 2011

MIEDO E INCERTIDUMBRE MUNDIAL

17/marzo/2011

*La catástrofe en Japón puso a temblar a todos
*Miedo a la muerte, luchar por la sobrevivencia

El mundo es más frágil de lo que presume la inmortal soberbia humana de la cultura occidental. Y si no, véase. Basta un imprevisto natural convertido en catástrofe —sea por causa de terremoto, tsunami, tornado, huracán, volcán en activo, etcétera—, para descubrir la fragilidad del arrogante y procaz dominio del hombre sobre la vida en el planeta tierra. ¡Como si todo en la naturaleza pudiera quedar subsumido a tan caprichosa voluntad! Dicho sea, cuando el hombre no es más que juguete frente a la naturaleza; y no pasa de títere controlado por su propia avaricia y el arrebato, eso sí, de sus muy desarrollados instintos [¡y no de sobrevivencia!, entre otras grandiosas cualidades]. Pese a la presumible hazaña de sus adelantos científicos.
Será que, en tanto la sociedad de consumo [el soporte de la idiosincrasia de occidente; desde los países más desarrollados, los llamados ricos, hasta los más pobres que, como aquellos, siguen los preceptos del dinero a pie juntillas] no se ocupe del hombre mismo y en lugar de los cambios internos siga enfocándose en la exterioridad vía la adquisición y acumulación de sobresatisfactores para el ocio, en riqueza, o el sentido de la apropiación de todo [incluido lo ajeno], etcétera, continuará viviendo en plena etapa de salvajismo [“el hombre seguirá siendo un primate”: Desmond Morris]. Por tamaña debilidad y falta de principios que le orienten en la vida es que el hombre occidental queda sujeto a sus propios defectos; se convierte en reproductor constante de sus propios vicios —o la siempre presente maldición de los pecados capitales bíblicos.
Pero la cosa no queda en eso. Al contrario. El hombre de occidente piensa, y así lo cree, que es el dominante. Y que todo lo puede conseguir con el empeño, incluso hasta sin el mayor esfuerzo; que para eso se inventó el libre albedrío, mejor entendido como libre competencia. Por eso el aliento de que no le den sino que lo pongan donde hay. Por eso la ambición que surge del poder, porque el poder sirve para el control de los demás. Y eso se ajusta, precisamente, a la consecución del bienestar individual. O de la apropiación de lo que tienen los demás, vía cualquier mecanismo legal o ilegal, lícito o ilícito, ¡que para eso se inventó también el respeto, y el derecho, de la propiedad! Y el Estado como una muy buena herramienta.
De ahí viene el hacer creer que el reconocimiento de la personalidad es lo que vale. De que con el empeño de cada quien se alcanzan desde la felicidad, el éxito y la realización con las riquezas. ¡Tamaña ilusión perversa alimentada por la ambición! Porque ninguna de esas metas cumplen tal banalidad. Ninguna pasa de la codicia para el corto plazo individual; porque es el alimento de fines meramente mercantiles, que para nada dignifican al hombre sino lo pervierten. Y lo mismo da que el tema sea visto así o a la inversa. Ya lo dijo Lao Tse: “Opulencia y poder conducen a la soberbia / Y de esto nace la ruina”. Pero el asunto no termina ahí. Ni la disertación tampoco.
¿Por qué el hombre se llena de miedo ante lo desconocido? ¿Por qué el temor a la catástrofe si lo domina todo? Recordemos que siempre en épocas de cambio hay incertidumbre. Pero igualmente en tiempos de accidentes asoman las perturbaciones. La ruina japonesa ha puesto sobre la balanza la importancia de la vida misma. Cierto que apenas comienza, pero los países no lo harían si no midieran el tamaño del accidente que significa la exposición de aquél país a la radiación atómica, tras los accidentes generados por el terremoto y el tsunami del viernes pasado que impactó los reactores del área en Fukushima . Por eso no faltan las voces que hablen del Apocalipsis hecho realidad.
Pero, ¿por qué tanta desconfianza, cuando se sabe que el hombre occidental coloca toda su fe en los descubrimientos científicos que tiene y en la utilización llanamente pacífica de los mismos, como en este caso de la energía nuclear? ¿Acaso el hombre occidental no entiende que su ciencia no lo salva de perderse inclusive en este mundo? ¿Por qué los miedos, cuando se siente una suerte de Dios que lo controla todo? ¿A qué temer si nunca mide el tamaño de la destrucción que generan, además de los desastres naturales —ya no tan naturales porque la actividad industrial ha modificado el funcionamiento de muchos fenómenos con el conocido efecto del cambio climático—, sus procedimientos sucios de generación de la riqueza? ¿O será que sólo en estos tiempos de amenaza real, es que el hombre occidental se ocupa tanto de lo que ha hecho como de lo que no con su mundo, gracias a esa desmedida ambición?
Porque ahora, al menos a todos los líderes mundiales ya les entró el temor de revisar corriendo sus propias instalaciones nucleares. Porque tienen el espejo, lamentablemente por cierto, de Japón enfrente —están poniendo las barbas a remojar—. Pero en el fondo, la verdad es que el hombre está destruyendo su propio hábitat y todo lo que le rodea; si es que no se quiere referir a la Madre Tierra, como sí lo hacen los pueblos originarios en todo el mundo. Entiéndase los desplazados y relegados, desdeñados y maltratados por la llamada civilización occidental.
Por lo pronto, ciertamente que el reto que tienen enfrente los japoneses es monumental. Alguien dijo ya que se trata de un Chernóbil pero en cámara lenta. El mismo primer ministro Naoto Kan ha exigido a la empresa Tepco una explicación de lo que está sucediendo: “Qué demonios pasa”, expresó ayer. Pero a estas alturas todavía, quizá la verdad ni la propia empresa la conozca o no la quiera dar a saber. Pero el riesgo es grande, y más que eso. Los niveles de radioactividad están elevados, más allá de la tolerancia humana. Las mismas autoridades no saben si la situación crecerá y hasta dónde.
Por eso los ciudadanos japoneses, con razón, están asustados y no saben qué hacer. Muchos quieren salir de su país pero no pueden. En gran medida el pánico está presente. Con la experiencia a cuestas de las bombas de Hiroshima y Nagasaki, seguro le temen a la radiación más que a los terremotos. En circunstancias similares están muchos ciudadanos en otras partes del mundo. Los gobiernos presumen modificar algunas políticas al respecto del manejo de los reactores pero nada asegura que lo hagan. Porque tampoco falta quien sostiene que son mayores los beneficios que los peligros del uso de la energía nuclear. La minimización de costos por delante de la riqueza que se puede crear en las bolsas de los hombres ricos que están metidos en el negocio. Al mundo civilizado la vida no interesa. Apocalíptica o no, el caso es que todos estamos en peligro.

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miércoles, 16 de marzo de 2011

EU-PASCUAL, HUELLA INTERVENCIONISTA

16/marzo/2011

*Amenaza gringa, inteligencia contra México
*Juárez, intromisión directa en redefinición

A confesión de parte relevo de pruebas. Se trata, ni más ni menos, de una doble circunstancia que apenas si queda a flor de piel, pero tiene gran trascendencia al tiempo que presenta diversas aristas, por lo que impacta el proceder del gobierno mexicano encabezado por Felipe Calderón y su consabida guerra contra el crimen organizado, que está desbordando la violencia en casi todo el país.
1.- La revelación por Wikileaks del contenido de más cables elaborados por Carlos Pascual y enviados a su matriz, el Departamento de Estado de Estados Unidos y otros órganos de inteligencia para los que sirve su trabajo como diplomático espía en México —de experto en Estados fallidos—, en donde queda más que claro su intervencionismo en asuntos internos de México y por ello el peligro que representa tolerarlo en el cargo. Porque, gracias a sus cables, ahora se sabe que Pascual vino a México a contribuir a su desestabilización y no a otra cosa.
2.- De la mano de lo anterior, se ve el fuerte peso que tiene la participación de Estados Unidos y con ello su información de inteligencia —sobre todo en lo correspondiente a los presidentes emergidos del Partido Acción Nacional—, en la toma de decisiones y definiciones importantes de algunas políticas internas y muy propias del gobierno mexicano. Sobre todo en lo relacionado, precisamente, con la estrategia de lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado.
Ambos puntos indican, a su vez, otras secuelas no menos graves. 1) Que Estados Unidos aprovechó la circunstancia del debilitamiento y cuestionamiento de Felipe Calderón tras la elección presidencial en 2006, para imponer el ejercicio de su geopolítica exclusivamente en defensa de sus intereses y por encima de todo, a cambio de otorgarle reconocimiento y así un poco de legitimidad. 2) Con ello, la tolerancia o permisibilidad por parte de Calderón a la imposición de lineamientos externos, como apoyo al problema del combate al crimen organizado, sin sopesar suficientemente los riesgos que se asumirían, en tanto que EU actúa en función de intereses geopolíticamente definidos, como es la apropiación de las fuentes primarias de energía, petróleo y gas, existentes en la propia frontera norte de México. Porque en función de eso EU ha trabajado, con sus órganos de inteligencia que encabeza todavía Pascual, al gobierno mexicano. 3) La evidente carencia de una política de seguridad nacional y, con ello, de órganos de inteligencia en México suficientes y capaces de analizar el problema del narcotráfico, antes de haber emprendido una lucha a muerte y sin control. Como definición de tácticas y proposición de políticas inteligentes para generar un solo frente ante el citado flagelo que amenaza la seguridad en el país y, como una política de Estado que implica otros cambios de políticas en diversos sentidos —a fondo, como el educativo, cultural y el combate a la pobreza—, una sólida estrategia contra el narcotráfico y el crimen organizado.
Pero nada de eso. En cambio, información de Wikileaks que registra La Jornada, revela dicho intervencionismo de Pascual. Resulta que, por ejemplo, el revire que, todos creímos, dio Felipe Calderón al replegar al Ejército de Ciudad Juárez en los primeros meses de 2010 para que la Policía Federal (PF) asumiera en control —con los 4 mil 500 policías federales que llagaron—, no fue parte de una definición o redefinición de la estrategia antinarco desde el propio gobierno calderonista, sino la aplicación de una directriz que salió de la embajada estadounidense. Ni más ni menos.
Se reveló ayer en el diario mexicano, que dicho retiro fue planeado y diseñado “por insistencia” del gobierno de Estados Unidos en estrecha colaboración con grupos de trabajo binacionales que operan en todas las dependencias del gobierno mexicano relacionadas con la seguridad. ¿De ese tamaño? Pues sí. Resulta que desde diciembre de 2009 (cable: 09MEXICO3468) la embajada estadounidense sabía que Calderón daría “luz verde” al proyecto. ¡Dos meses antes de notificar al gobernador Reyes Baeza!, y el presidente municipal José Reyes Ferriz, calificado como un “cero a la izquierda” en el cable 10MEXICO518.
La intromisión de EU sólo sirvió para empeorar las cosas en Juárez, como quedó en evidencia con las muertes que fueron en aumento (mil 322 asesinados en 2008, contra el doble en 2009, y 2 mil 738 en 2010). Aparte de engrandecer la labor de Genaro García Luna al programa “Todos Somos Juárez”, gracias a la “asesoría de todo tipo de especialistas de las agencias estadounidenses y los millonarios recursos que se le destinaron”. Además que, tanto el propio García Luna como el secretario del Consejo de Seguridad Nacional, Jorge Tello Peón y Guillermo Valdés, director del Cisen, “tenían el compromiso de mantener informados a los estadounidenses de las decisiones del gabinete de seguridad”. Sigue la nota: el cambio de estrategia fue resultado del intenso compromiso de Estados Unidos con México y de nuestra insistencia en que el meollo para una solución de largo plazo a la inseguridad es la profesionalización de la policía y de las instituciones judiciales.
El caso es que Juárez fue el conejillo de indias de los estadounidenses. El gobierno mexicano solo se dejó llevar en sus principales directrices. Porque “Juárez fue elegida como laboratorio para probar el despliegue de policías federales en lugar de militares. Varios documentos de estos afirman que esa ciudad fronteriza ‘se ha convertido en un problema para México, ya que internamente domina el debate político e internacionalmente marca la percepción que se tiene del país’. [Y] al sacar a los militares de la primera línea de ataque a los carteles de la droga, Estados Unidos asumía que la confianza que desde el principio del sexenio había depositado Calderón en el Ejército no había funcionado”. Lo que resulta todavía peor porque deja mal plantado al propio Ejército, a juzgar de los mismísimos intervencionistas gringos.
En fin, que la ilegitimidad de Calderón le abrió las puertas a la inteligencia estadounidense. El problema es que EU no viene a ayudar a México sino a empeorar las cosas, con fines desestabilizadores. A eso vino Carlos Pascual como embajador espía. Por eso tanto desdén por todo lo que suene a México para él, como lo deja en claro en cada reporte cableado por Wikileaks. Por eso el peligro de que siga aquí.

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martes, 15 de marzo de 2011

FUKUSHIMA, EL PUNTO DE INFLEXIÓN

15/marzo/2011

*A discusión, futuro de la energía nuclear
*Mayor estándar de seguridad, la urgencia

Una de dos: o las autoridades niponas están mintiendo sobre los niveles de radioactividad registrados en las inmediaciones del complejo Fukushima, tras los daños registrados en los reactores nucleares luego del terremoto y maremoto del pasado viernes; o la empresa que administra el complejo industrial —la Tokyo Electrc Power (Tepco)— no está haciendo su trabajo con el grado de responsabilidad que el incidente amerita tanto para el gobierno y la sociedad a la que sirven, como el riesgo que implica una posible catástrofe para la comunidad mundial.
El caso es que tamaña sospecha se está generalizando en Europa y Estados Unidos, tanto por la responsabilidad de Pepco como del gobierno encabezado por el primer ministro Naoto Kan. Todo, seguramente, con el objeto de minimizar el fracaso del manejo y el control a que debe someterse el uso de los reactores con fines pacíficos, o bien evitar el caos —y hasta el pánico— por las afectaciones en la salud de la población ubicada en las inmediaciones de la zona industrial de Fukushima, Miyagi o Ibaraki, pese a los masivos desalojos.
Así comienza a manejarse ya en la prensa mundial. Tras la sospecha, las denuncias y señalamientos contra el gobierno japonés por la ineficiencia en el manejo de tamaña tragedia. Greenpeace acusa directamente al gobierno de Japón de “ocultar información clave” tras el grave accidente sufrido en Fukushima. “La gestión de la información del gobierno japonés y de los administradores de la central ha sido irresponsable”, dijo Christoph von Lieven, experto en el tema de la agrupación.
En Francia, el presidente de la Autoridad de Seguridad Nacional, André-Claude Lacoste, ha dicho que el accidente de la planta nuclear Fukushima I, que presenta problemas de refrigeración en tres reactores, está “más allá de Three Miles Island, sin llegar [al nivel de] Chernóbil [Ucrania]”. Lo que implica que el nivel de riesgo es de peligro, en grado 5; es decir, “accidente con consecuencias de mayor alcance”. Y no como lo ha calificado el gobierno de Kan, en el nivel 4, como “accidente con consecuencias de alcance local”.
Así, con todo y que se entiende el grado de moderación que debe tener el manejo de esta crisis, el llamado de Japón al Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) y a Estados Unidos para que participen en el “control de la situación” también deja ver el tamaño del problema. Pero mejor será que el gobierno de Japón abra la medición de los niveles de radiactividad en los sitios del accidente a instancias ajenas —como también se demanda—, tanto para dejarse de sospechas como sopesar el tamaño del peligro nuclear para la salud humana. Porque vale más la claridad que la sospecha.
El apoyo, de cualquier manera y procedente de varios países, comenzó a llegar a las costas de la isla. La movilidad de más de 170 mil personas de las zonas afectadas es un problema complejo. Pero igualmente lo es, o peor, el grado posible de afectación a la salud por radioactividad. Esto último, también, ha despertado diversas reacciones en otras partes del mundo por el uso de la energía nuclear.
En Alemania [en general en la Unión Europea (UE) el asunto nuclear nunca ha estado lejos de la discusión, en la sociedad civil, sobre sus alcances y peligros], por ejemplo, la canciller Angela Merkel aplazará sólo por tres meses la prolongación de la vida útil de las centrales nucleares de su país. Eso representa una moratoria a la reforma legal avalada en 2010, que aplazaría por una media de 12 años el apagón de las centrales nucleares. Así, tanto Merkel como su vicecanciller Guido Westerwelle, están tomando la delantera al demostrar que Fukushima representa un “punto de inflexión” para el mundo. A la vez que anunció que comprobará de nuevo la seguridad de sus 17 centrales nucleares atómicas alemanas.
En Suiza, el gobierno ha decidido suspender todas las licencias en curso para autorizar nuevas centrales nucleares en tanto se examina la seguridad de las existentes [sus cinco plantas] en el país, así lo anunció la ministra de energía, Doris Leuthard.
En la UE hay división entre los países que utilizan la energía nuclear y quiénes no; 15 de los socios cuentan con centrales nucleares y el resto de los veintisiete no. Por lo pronto Bruselas ha convocado a reunión urgente de los responsables de la seguridad nuclear —operadores y fabricantes—, para valorar las secuelas del incidente Fukushima. Ayer mismo se reunieron en París los ministros de Exteriores del G-8 para evaluar la situación. En tanto Austria, que no posee plantas nucleares, ha exigido que se lleven a cabo pruebas de resistencia en las centrales existentes para revisar los niveles de seguridad, tras la alarma provocada en las plantas japonesas.
Y en Estados Unidos, el representante crítico de la energía nuclear, Edward Markey, no sólo pidió una moratoria a la construcción de nuevas plantas, sino que agregó: “Debemos garantizar que las plantas nucleares de Estados Unidos puedan soportar un evento catastrófico y tengan los más elevados estándares de seguridad”, según el reporte de The New York Times. Y al mismo tiempo solicitó detalles sobre los planes de emergencia de la industria nuclear.
Muchos países [29 en total] dependen mayormente del uso de la energía nuclear [hay 442 reactores]. Así están, de acuerdo con el reporte del OIEA, Estados Unidos, con 104 reactores y una producción de 100,747 megavatios; Francia, con 58 reactores y 63,130 mv; Japón, 54 con 46,821 mv; Rusia, 32 con 22,693; India, 20 y 4,391; Reino Unido, 19 y 10,137; Canadá, 18 y 12,569; Alemania, 17 y 20,490; Ucrania, 15 y 13,107; China, 13 y 10,158; Suecia, 10 y 9,258; España, 8 y 7,514; Bélgica, 7 y 5,926; República Checa, 6 y 3,678; Suiza, 5 y 3,263; Finlandia, 4 y 2,716; Hungría, 4 y 1,889; Eslovaquia, 4 y 1,816; Argentina, 2 y 935; Brasil, 2 y 1,884; Bulgaria, 2 y 1,906; México 2 y 1,300; Pakistán, 2 y 425; Rumania, 2 y 1,300; Sudáfrica, 2, 1,800; Armenia, 1 y 375; Países Bajos, 1 y 487; Eslovenia, 1 y 666. Para un total de las 422 plantas de 375,001 mv. Más otros 63 que están en proceso de construcción en otros 15 países. Datos actualizados a marzo de 2011.
El caso es que, en resumidas cuentas, Fukushima será un punto de inflexión para el mundo, en materia del uso de la energía nuclear para fines pacíficos. Pero recuérdese que el mayor problema todavía está en las armas que poseen los países que han desarrollado la energía nuclear con fines armamentistas.

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lunes, 14 de marzo de 2011

JAPÓN, LA TRIPLE TRAGEDIA

14/marzo/2011

*Sismo, de los más peligrosos de la historia
*Uso militar de la energía atómica, el peligro

Como la peor catástrofe desde el fin de la II Guerra Mundial. “Esta es la peor crisis de Japón desde que concluyó la guerra hace 65 años”, así calificó el primer ministro de ese país, Naoto Kan, tras el desastre que azota a la isla desde el terremoto del viernes 11 [a las 14:46 hora local] en la parte nororiente, por un triple y devastador impacto: el terremoto de 8.9 grados Richter, el tsunami que golpeó sus costas con olas de 10 metros y se propagó por aguas del Pacífico hasta el continente americano como derivado, y el posterior peligro por fuga de radiación de al menos tres centrales nucleares, en Fukushima 1, Onagawa y Tokai.
Impredecible, pero el costo en vidas humanas será muy elevado. Los últimos reportes registran muertos, desaparecidos y un gran número de damnificados [el reporte de unos 50 incendios contribuyó] por terremoto y tsunami; se desconoce apenas el impacto por radiación. Hasta ayer se habían registrado oficialmente 1,353 muertes y 1,085 desaparecidos y 1,200 heridos, pero las víctimas podrían superar las 10 mil personas, según la policía de Miyagi, el lugar más cercano al epicentro del sismo, pues tan sólo los desaparecidos en Fukushima superan los 1,167 “no localizadas” y en Minamisanriku zona costera, otras 9,500 personas por el tsunami. Y los daños materiales son incalculables.
De 8.9 grados Richter, seguido de al menos 60 réplicas —una de ellas de magnitud 7.1; otra del sábado de 6.7 misma escala—, el sismo ocurrió a 24.4 kilómetros de profundidad y unos 100 kilómetros de Miyagi, según el Instituto de Geofísica de Estados Unidos. Sabido es que las costas continentales del Pacífico han presentado los movimientos telúricos más fuertes de la historia, y costosos en vidas humanas, y materiales también.
Así por ejemplo, Chile, 22 de mayo de 1960, sismo de 9.5 grados, dejó 1,600 muertos, 3,000 heridos, 2 millones de personas sin casa, destrozos por 550 millones de dólares. Alaska, 28 de marzo de 1964, 9.2 grados, dejó 128 fallecidos, 311 mdd en pérdidas materiales. Sumatra, Indonesia, 22 de mayo de 1960, 9.1 grados, causó 227 mil muertes, 1.7 millones de personas abandonaron su casa por el terremoto y el maremoto. Kamchatka, Rusia, sismo de 9 grados, 9 de noviembre de 1952, pérdidas económicas por 800 mil y 1 millón de dólares. Chile 8.9 grados, 27 de febrero de 2010, 523 mil muertes, 25 desaparecidos, 800 mil damnificados y 30 mil millones de dólares en pérdidas.
Pero el peligro es por la radiación. Y vaya si Japón tiene el registro en la memoria por Hiroshima y Nagasaki. Los bombardeos atómicos ordenados por el presidente de Estados Unidos, Harry Truman, el 6 y 9 de agosto de 1945, en represalia por el bombardeo de la base en Pearl Harbor en Hawaii, el 7 de diciembre de 1941. Tan sólo a fines de 1945 se calculó que las bombas habrían matado a 140 mil personas en la primera ciudad y a otras 80 mil en la segunda. De las víctimas, entre el 15 y 20 por ciento murieron por lesiones o enfermedades causadas por envenenamiento de radiación; otras tantas por leucemia, cánceres, etcétera [otros impactos son: mieloma múltiple, tumores cerebrales, desórdenes tiroideos, esterilidad, abortos y malformaciones de nacimientos]. Claro está que las víctimas fueron civiles, porque se atacó masiva y perniciosamente a la población.
No obstante, conforme al reporte reciente de Japón al Organismo Internacional de Energía Atómica, AIEA, que el primero, el nivel de alerta se ha decidido en el Onagawa Central de Tohoku Electric Power Company; “…la alerta fue declarada por el hecho de que los niveles de radioactividad se registraron en niveles superiores a los permitidos en la zona cercana a la Central”. Pero “no habrá otro Chernóbil, dijo Naoto Kan. Ocurrió en la planta N° 1 de Fukushima, a 250 kilómetros de Tokio, tras la explosión del sábado cuando cayó parte del edificio donde se encuentra el reactor, el primer ministro declaró la evacuación de la región en una zona de 10 kilómetros, que alcanzó a unas 170 mil personas, ante el peligro por la radioactividad, pese a insistir que los niveles radioactivos eran bajos.
Situación nada bajo control, cuando la Agencia de Seguridad de Energía Nuclear de Japón informó que otro reactor en la planta perdió su sistema de enfriamiento y que necesitaba agua con urgencia. Algo similar estaría ocurriendo en un tercer reactor por la misma razón, por lo que los niveles de alarma se habrían elevado al grado 4, con base en la radioactividad que va del 1 al 7 —Mile Island, EU y Chernóbil habrían sido colocados en 4 y 7, respectivamente—. Sin embargo nadie espera un Chernóbil porque, como sugirió el vicedirector del centro de seguridad de dicho reactor soviético, Valeriy Hlyhalo, “los reactores japoneses están mejor protegidos que los de la extinta Unión Soviética”.
Pero como todo el mundo sabe, la resistencia de los materiales tiene un límite y, como en este caso, dependerá de los daños registrados y del control que de los mismos logre hacerse en los reactores afectados. Baste recordar que la radioactividad, fruto del rompimiento del átomo de los elementos más volátiles de la tabla periódica, no sólo es difícil el control sino imposible evitar la permanencia milenaria y las secuelas para la vida terrestre y no sólo para el hombre. Y que Japón es uno de los países que más dependen, para el uso y abastecimiento de la energía eléctrica, de la energía nuclear el funcionamiento controlado de los reactores.
Pero la liebre brinca siempre donde menos se espera. Y ese es uno de los peligros del uso industrial o masivo del rompimiento del átomo radioactivo para fines domésticos. Peor aún cuando los reactores están en territorio frágil, como el japonés; o cuando están en manos de países en situación de inestabilidad política, como fue el caso de la exUnión Soviética en años previos a su rompimiento.
Japón tiene un gran reto por delante. La crisis humana que tiene enfrente no es menor. Todo lo contrario. A estas alturas todavía no se mide siquiera el alcance de la tragedia humana. Siquiera el tamaño de las pérdidas por la doble catástrofe. Mucho menos por los incidentes atómicos en sus plantas nucleares. No obstante, los incidentes nucleares darán mucho de qué hablar en el mundo. Europa comenzó ya a discutir sobre el futuro de la energía nuclear para fines pacíficos.
Pero no se olvide que el uso militar de la energía atómica es el más nefasto. Y todavía peor cuando está convertido en armamento muy sofisticado, como el que se desarrolló durante todo el periodo de la Guerra Fría, principalmente en Estados Unidos pero igualmente en las demás “potencias nucleares”. Ese es el gran pendiente. Porque con uno o dos reactores en accidente se pone en peligro la vida algunas ciudades y hasta de un país, pero el uso militar pone en peligro la sobrevivencia de la humanidad entera. Replantear el uso o no del núcleo atómico es el gran reto. Cualquier accidente puede desatar una guerra de extinción.

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viernes, 11 de marzo de 2011

RÁPIDO Y FURIOSO; FINES DESESTABILIZADORES

11/marzo/2011

*Depto. Estado y gobierno estadounidense
*Pascual, espía experto en Estados fallidos

Más sospechosa que nunca; desestabilizadora. Así resulta la geoestrategia de los Estados Unidos últimamente contra México, que tiene bases de intentona intervencionista. El cuádruple filo con el que repara el gobierno estadounidense, ante la amenaza violenta que representa el crimen organizado, puede verse al menos desde cuatro vertientes que son un reflejo tanto desde el terreno de su política interior como de la exterior. Así:
1) El desdén del propio presidente Barack Obama por los temas de la relación con su vecino del sur; 2) Aquellas declaraciones de los funcionarios encargados del área de “seguridad interior”, que mejor atizan a la violencia que a la coadyuvancia para contener el problema del crimen organizado, a partir de una pronta colaboración de los propios EU; y más allá del Plan Mérida; 3) En el área diplomática —mejor dicho del espionaje de Carlos Pascual; calificado ya como el embajador incómodo—, cada revelación de los cables Wikileaks, ahora en La Jornada, representa un golpe duro y a la cabeza del gobierno mexicano —además del tufo abiertamente injerencista de Pascual—; 4) El tratamiento de los hechos de la vida cotidiana, como el operativo Rápido y furioso de carácter peligrosamente intervencionista, y muy contrario a la coadyuvancia en la contención del flujo de armas hacia México, entre otras acciones posibles.
Luego entontes, cualquiera de estas acciones delata a EU y su política de peligroso intervencionismo, en defensa de sus intereses geopolíticos y geoestratégicos. En primera instancia, el presidente Obama está ahora más urgido que nunca de congraciarse con la derecha republicana [si no es que ya está controlado por ella], porque últimamente dominan las posturas recias de política interna y externa en su país. Ni se diga que el Tea party escaló escaños en la Cámara baja y desde ahí controla al poder legislativo demócrata, claramente mermado. Pero Obama quiere la reelección el 6 de noviembre de 2012, y está cediendo por ello; aparte que no atina controlar todos los hilos del poder. Ahí está la política contra México. Es más, al presidente Obama ya le sobran las críticas en el sentido que más bien va en retroceso, porque está cediendo en los avances logrados durante los primeros dos años de gestión. Basta el revés propinado por los republicanos en la reforma de salud; además la magra conducción de la economía y el tema de la guerra. En este último sentido, más reina el belicismo de los halcones de los tiempos de George W. Bush; Libia es el mejor ejemplo, donde EU está metiendo sus narices en aras del control petrolero norafricano.
Los funcionarios de la seguridad interior de EU atinan más a complicar los problemas que a desatarlos como corresponde a dos vecinos con tamaña problemática. Desde la secretaria de Estado Hillary Clinton, la titular del Departamento de Seguridad Interior, Janet Napolitano; Eric Holder, el fiscal federal, entre otros. Pero todos se mueven entre las promesas y las falsas calificaciones; en lo único que coinciden es en la calificación del peligro que representa la lucha desatada por los carteles de las drogas en su frontera, el riesgo de que se desborde hacia territorio estadounidense y las amenazas de no tolerar cualquier atisbo de violencia en su país, pero con aires descalificatorios contra México. La prometida corresponsabilidad de Clinton, en sus declaraciones y en sus visitas a México, se perdió en las grabadoras de los reporteros o en los diarios.
El injerencismo de Pascual queda cada día más al descubierto. De no ser removido por Obama —tratará de no cambiarlo porque eso sentará un mal precedente y se convertiría en el primer afectado de alto nivel por el impacto Wikileaks— aparte de pasar como embajador incómodo, el gobierno de Felipe Calderón lo seguirá relegando a un segundo plano; o marginarlo como castigo por sus desatinos sobre México. Experto en estados fallidos, Pascual parece más bien actuar como generador de conflictos. En sus informes —los cables desde la Embajada en México hasta el Departamento de Estado— primero trató de generar división entre el aparato de seguridad de México; especialmente entre la Sedena y la Semar. También la rivalidad entre la PGR y la SSP. Después, promoviendo el injerencismo del Pentágono con las capacitaciones de militares y policías mexicanos en el extranjero conforme a principios puramente bélicos. Las descalificaciones, tanto de las acciones emprendidas contra los carteles de las drogas por parte del gobierno de Calderón [un asunto neta y abiertamente interno], entiéndase la guerra fallida, como los desatinos de la clase política mexicana que tampoco le compete. En otras palabras, Pascual vino a México a atizar el fuego menos que apagarlo; como destinado a hacer de nuestro país un Estado fallido. Ahora se entienden los calificativos reiterados procedentes de EU, desde 2008, por integrantes del gabinete de seguridad gringa.
Resulta increíble que la señora Napolitano, tan al pendiente de los asuntos que afectan a la seguridad nacional de su país y seguido lanza improperios contra México, haya permanecido ignorante del llamado operativo Rápido y furioso, que diera a conocer CBS News. Más, porque la institución que lo alentó fue la Agencia de Control de Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego (ATF) dependiente del Departamento de Justicia. Y nunca trabajan descoordinados. Casualmente, dicho operativo —que es totalmente contrario a las tesis de dientes para afuera de asumir compromisos con su vecino del sur— tuvo como fin tolerar el ingreso de miles de armas [¿sólo miles?] a México por vía de comerciantes “ilegales”, siendo monitoreados por la ATF, para “ver el destino de estas armas para en algún momento actuar en contra de los carteles” [¿No será que llegaron direccionadas a ciertos carteles, y no al azar como asegura la dependencia?].
Tamaña intervención con fines soterrada pero abiertamente desestabilizadores de, en su caso, los gobiernos estatales que tanto señala la propia Napolitano: “Chihuahua, Tamaulipas, Nuevo León y Sonora” donde “las tendencias no proceden en la dirección correcta” de acuerdo a la estrategia de Calderón del control de la violencia. Como dijo el propio senador republicano, Charles Grassley, a la cabeza de la investigación de dicho operativo, que la estrategia “claramente afectó las vidas de incontables individuos que podrían haber sido víctimas de delitos realizados como resultado de permitir el ingreso de armas a manos de criminales”. Como el caso de la muerte del agente de la patrulla fronteriza, Brian Terry, que “fue causada por dos rifles que pasaron de Estados Unidos a México”.
A desestabilizar. A eso vino el experto en Estados fallidos, Carlos Pascual, a México como embajador que espía, por sobre el trabajo diplomático. Correrlo cuando antes se volvió un asunto de seguridad nacional para México.

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jueves, 10 de marzo de 2011

CORROSIÓN DEL SISTEMA PENAL

10/marzo/2011

*Polémica desatada por el filme Presunto culpable
*Urge la redefinición de los procedimientos penales

La disputa mediática que despertó el documental Presunto culpable —con varios premios internacionales, hasta el domingo 6 de marzo habría acumulado al menos 906 mil 636 espectadores; con 130 copias habría obtenido en taquilla unos 22 millones de pesos— desde su exhibición que inició el pasado 18 de febrero en las salas de cine, por las múltiples aristas que se derivan, tomó igualmente cauces equivocados. Algunos de los cuales son los siguientes:
1) El problema no está en si hubo o no, las autorizaciones correspondientes para filmar un juicio de tipo penal en el interior de un reclusorio del Distrito Federal, en este caso en el Reclusorio Oriente. Porque los permisos fueron otorgados, uno por el presidente del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal (TSJDF) en su momento, José Guadalupe Carrera y ratificado por el ahora titular, Edgar Elías Azar; y otras autoridades como las del propio nosocomio. Además, se supone, los juicios son de carácter público. Y más ahora cuando el sistema judicial debe avanzar hacia los juicios orales en todo el país, de acuerdo con la reforma constitucional vigente, a propuesta de Felipe Calderón que avaló el Congreso en 2008. Con todo y que la crítica la coloque como una “abominación constitucional”, en los términos del jurista y catedrático Raúl Carrancá y Rivas [un asunto para otra discusión].
2) Que si se trata o no de un documental que juzga, de la misma manera lo que critica, porque en su exhibición somete al juicio de la colectividad e invierte los papeles de acusar al antes testigo y reivindicar al acusado una vez que se logra la revisión del caso y es liberado. Como caer en el juego de volverse acusador. Y exhibir a los involucrados, los familiares tanto de la víctima —la propia imagen del fallecido— como del acusado. La herramienta, en este caso la grabación de cámaras, pone fuera de la realidad los hechos y se convierte en juez y parte, a modo, de la presentación misma del documental y del criterio de los directores y patrocinadores del filme.
3) Si hubo censura o no al cortometraje Presunto culpable, porque la titular del juzgado Decimosegundo en Materia Administrativa en el Distrito Federal, Blanca Lobo Domínguez, decidió otorgar una “suspensión provisional” a la exhibición en las salas de la citada cinta a partir de martes 1 de marzo, por considerar que tenía elementos para otorgar el amparo promovido por quien aparece como el testigo del caso, y primo de la víctima, Víctor Manuel Reyes, a razón de ser “objeto de desprestigio, vejaciones, humillaciones, burlas y amenazas desde que el documental fue estrenado”.
No obstante el Consejo de la Judicatura Federal resolviera el martes 8, la revocación de la orden de suspensión de la juez, y la cinta volverá a exhibirse en los cines. El criterio del organismo superior dicta que: la medida cautelar [de suspensión] causa perjuicio al interés social y contraviene disposiciones de orden público, pues la sociedad está interesada en que sea respetado el derecho a la información, contenido en el Artículo sexto de la Constitución federal. Además, que los magistrados salvaguardan el Artículo cuarto constitucional, porque en su párrafo noveno establece los derechos que tienen los mexicanos a la libertad de expresión cultural, con los que se establecen los vínculos de identidad.
Lo falso del dilema radica en que el drama de la cinta Presunto culpable, pone en entredicho y desnuda las formas y procedimientos del sistema de justicia y penal en México. Y ese es el asunto de fondo. Lo que en todo caso debiera comenzar a discutirse. Comenzar por las falsedades de los procesos. Desde la prepotencia e impunidad de los judiciales, las acusaciones —muchas de ellas no probadas—, las detenciones en otras tantas ocasiones arbitrarias y agresivas de los policías, los juicios viciados orquestados por los abogados auxiliares —¡cuántos de ellos sin la preparación para participar en un proceso judicial!—, etcétera.
Así, entre otras revelaciones, el filme de Roberto Hernández, Layda Negrete y Geoffrey Smith, los dos primeros abogados e investigadores del CIDE y el segundo cineasta australiano, con algunos años de indagatorias sobre el sistema de justicia mexicano, ponen al descubierto varios procedimientos tan viciados como perversos de la justicia penal y de los procesos mismos. El fruto es que hay miles de jóvenes, en su mayoría inocentes, purgando penas indebidas en los llamados Centros de Readaptación Social que son más bien escuelas del vicio y del crimen. Por eso es que levantó tantas reacciones Presunto culpable. Por eso mismo la sociedad debe exigir su derecho a ser y estar informada de falsos procedimientos para exigir su cambio inmediato.
Por ello, y más allá de los detalles de la cinta, es importante resaltar algunos puntos. 1) “A los policías y otros funcionarios del sistema penal los premian por el número de personas detenidas y acusadas”. Por eso, en el ‘93% los presos nunca vieron una orden de aprehensión’. Y que los jueces no participan en los juicios; cualquier funcionario, menos el juez, puede presidir una audiencia”. 2) Pueden ser pruebas desde falseadas hasta exageradas, según testimonio de la cinta. 3) Los procesados difícilmente conocen al juez de su causa. Eso ocurre en el “93% de los acusados”. 4) La Procuraduría se basa en el expediente que arma a contentillo, y de ahí salen tanto las acusaciones como sentencias. “El expediente no se puede cuestionar”, dice la investigadora del CIDE. “La Procuraduría se cobija en el expediente como una historia que arma previamente al juicio y ya no tiene que venir al juicio a debatir”. 5) Las pruebas no importan, sólo las sentencias. Es más, dicta la abogada: “La policía no investiga. Desconoce pruebas, borra pruebas. Esa es una pregunta clave para entender qué está pasando con la justicia en México”.
En el fondo, la sociedad sabe que en México no existe la presunción de inocencia. Y que el sistema judicial es un “sistema perverso”. El caso es que, en última instancia, el juicio es un botón de muestra de tamaña arbitrariedad que tiene a miles de jóvenes en la reclusión; en las escuelas del crimen. ¿Hacia dónde va el sistema de justicia en México? El asunto rebasa al propio sistema. Y revelaciones como esta de Presunto culpable son aleccionadoras para replantear el asunto sin falsas premisas.

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