viernes, 15 de abril de 2011

GUERRA EN LIBIA SE COMPLICA

15/abril/2011

*Expulsar a Kadafi resultó costoso a Occidente
*Con aval dividido, apoyo armado a insurrectos

Libia, el petróleo sigue en el centro de la disputa. Si por Estados Unidos o las potencias europeas fuese, no sólo lanzarían a Muammar Kadafi del poder sino habrían expulsado a la población libia de su territorio para quedarse con todo, principalmente el oro negro del país cuya representatividad política entre el dictador y el frente social opositor ahora se disputan.
Luego del aval de Naciones Unidas (con la Resolución 1973), para intervenir militarmente en territorio del país norafricano en aras de “proteger” a la población civil de la violencia desatada por las fuerzas mercenarias de Kadafi en ciudades como Bengasi y la capital Trípoli —tras el oleaje ciudadana, en su versión Facebook y Twiter que demanda libertad y la salida de los gobiernos autócratas y represores, que comenzó en Túnez y se expandió a casi todo el mundo árabe en la región—, llegó el consabido bombardeo a sitios estratégicos civiles y militares de Kadafi, encabezado primero por la coalición de Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña, para luego dejar la operación al mando de la Organización del Tratado del Atlántico del Norte (OTAN).
Pronto la indefinición de la campaña occidental contra el líder libio se volvió presa de la incertidumbre y objeto de la oposición, porque nada garantizó de entrada el objetivo de la ONU de proteger a civiles que estaban siendo víctimas de esos mismos ataques. Un doble cuestionamiento se posesionó, desde afuera, del encono contra Kadafi: 1) Nada justificaba la intervención armada de las fuerzas occidentales, porque se trataba de un asunto interno que los propios libios debían resolver [el petróleo, en la mira pero como un objetivo soterrado, imposible de manejar abiertamente porque entonces se velaría la película; vamos, todo al estilo de las otras guerras, como la recuperación estadounidense de “Kuwait” (en enero de 1991) de la invasión iraquí (de agosto 1990), y la incursión del Pentágono perpetrada después contra Saddam Husein en Irak, tras el falso alegato de las “armas de destrucción masiva” en el post 11/S], incluso a pesar del propio Kadafi; 2) La propuesta de Naciones Unidas no incluía arremeter contra civiles, los “daños colaterales” de esta guerra, y mucho menos la polémica propuesta del presidente norteamericano Barack Obama y su secretaria de Estado, Hillary Clinton —apoyados también por el presidente francés, Nicolas Sarkozy—, de armar a los opositores de Kadafi para evitar otra intifada [palestinos versus israelíes] como respuesta con piedras y palos a la fortaleza militar del ejército del todavía líder libio.
A esto, claramente, se suma la voracidad a todas luces por apoderarse del energético de origen fósil del país norafricano. Y, aparte de impedir el avance del control árabe-musulmán de la región, porque eso alejaría a los incondicionales de Occidente enquistados en el poder [los dictadores caídos en Túnez, Egipto y ahora inminentemente en Libia, habían sido sostenidos por el control político y militar; hasta se supo que Kadafi habría financiado la campaña del ahora presidente Sarkozy, confirmado porque aquél habría sido recibido por éste con alfombra roja en París], favorable a los países promotores de la guerra —bajo el uso de instrumentos como la ONU y la OTAN—, ellos requieren distractores contra su incapacidad para evitar-controlar-salir de la crisis económica fuertemente recesiva que toca a las pertas no sólo europeas sino sobre todo —y originada en— estadounidense.
Es decir, la guerra como instrumento del poder económico-militar occidental para intentar opacar la realidad —y la percepción que le sigue y se refleja en los mercados especulativos tanto del energético como de las finanzas en general—, del hundimiento de las economías capitalistas fuertemente dependientes del petróleo y el gas de aquellos países exportadores como Libia.
Por eso ahora los dirigentes de los países se “hacen bolas” [una expresión mexicana muy conocida, pronunciada por Carlos Salinas en los tiempos previos al asesinato del entonces candidato presidencial Luis Donaldo Colosio; dicha para sostenerlo (sic) en la candidatura del PRI], sobre todo los árabes que forman parte del llamado Grupo de Contacto, que son utilizados por Occidente y así fungen de cómplices y legitimadores en contra de un país de la región; más allá de tratarse de un presidente denostado por la generación Facebook como lo es Kadafi. Una guerra, que por lo demás, habiendo iniciado como protesta vía la red, Occidente no quiere perder porque afianzaría el precedente que la web sirve para recomponer gobiernos de países con una protesta bien coordinada políticamente por la sociedad civil, y particularmente por los jóvenes.
Por eso el acuerdo reciente —miércoles 13— conseguido en Doha, la capital de Qatar, tras la primera reunión del llamado Grupo de Contacto donde, con la participación de unos 20 países entre occidentales y árabes, se divididamente se pactó algún tipo de ayuda financiera contra Kadafi. Se trata de una acción desesperada también por parte de Occidente, del apoyo financiero y militar a los opositores del régimen para que la balanza se incline a su favor, toda vez que los militares fieles al gobierno mantienen acotado el avance rebelde.
Se trata de un “mecanismo financiero temporal”, donde no se fijan fechas ni montos. Desde luego que lo que Occidente quiere es un consenso nada fácil de conseguir, porque los países integrantes del BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) se oponen tanto al uso de la violencia como a la intervención militar internacional a territorio libio, que comenzara la coalición el 19 de marzo y retomara la OTAN el 31 del mismo mes hasta la fecha. El comunicado final del grupo adoptó, a más del apoyo financiero, “gestionar las ayudas y garantizar las necesidades de financiamiento a corto plazo” de las regiones controladas por la insurgencia.
Pero así como Alemania cuestionó la “legalidad” de subsidio a la insurrección con fondos de Kadafi como lo propuso Italia, el grupo insistió en la renuncia del dictador; aparte que sólo Francia, Italia y Qatar reconocen al citado Consejo Nacional de Transición como “interlocutor legítimo y representante de las aspiraciones del pueblo libio”. No obstante, el documento reconoce a la vez la necesidad de “brindar apoyo material” a la población bajo control de los rebeldes —lo que debe ser la prioridad, en todo caso—, lo que Occidente quiere es cambiar la balanza a favor de la oposición a Kadafi porque más pronto que tarde se están dando cuenta que les resulta más caro el caldo que las albóndigas.
Nadie, comenzando por el propio Obama, pensó que la guerra contra Kadafi se prologara y que disponer de las reservas petroleras les costara tanto. Por eso todos quieren, ahora sí, una salida inmediata al conflicto, pero sin perder nada.

[NB: Por Semana Mayor, Maniobras del Poder deja de publicar hasta su retorno programado para el 2 de mayo].

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jueves, 14 de abril de 2011

FUKUSHIMA, MINIMIZAR EL IMPACTO

14/abril/2011

*Sigue la tragedia, pero Naoto Kan tiene aliados
*Ocultar datos crea desconfianza de la población

“Fukushima es un Chernóbil en cámara lenta”: Sectores críticos al uso de la energía nuclear en Japón.

Por todos los medios, tanto las autoridades japonesas como aquellas instancias encargadas de vigilar la operación y manejo regular de este tipo de conglomerados industriales del mundo desarrollado, se está tratando de minimizar los efectos del accidente registrado en el complejo nuclear de Fukushima I de Japón, a causa del terremoto de 9 grados y el posterior tsunami, del pasado 11 de marzo.
Claro está que del tamaño del accidente es igualmente el intento de bajar la presión sobre el gobierno nipón y la empresa Tepco, la administradora del área Fukushima que resultó seriamente dañada por el incidente natural doble y de gran magnitud. Las razones son varias, pero destaca el hecho de que todavía hay países desarrollados, principalmente Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia y Rusia, cuyos gobiernos se resisten y cuidan de la presión de los movimientos sociales antinucleares. La resistencia tiene carácter internacional.
Sin embargo, dado el tamaño del desastre, apenas este lunes 11 el gobierno japonés decidió elevar de 6 a 7 el grado de peligrosidad radioactiva, similar a los niveles con que se manejó el accidente de Chernóbil en 1986. Pero se ha tratado de ocultar el impacto, dado que las consecuencias no son observables a simple vista sino que comenzarán a sentirse hasta dentro de dos años, según el Comité Científico de la ONU sobre Efectos de la Radiación Atómica.
También la desconfianza, por parte de los afectados, sigue en pie hacia el gobierno japonés. Es la población aledaña la que teme las secuelas. Dos testimonios desde Fukushima señalan el grado de descontrol. “Pensamos que somos afortunados porque estamos con vida, pero nos aterra la situación, sobre todo porque creemos que Naoto Kan (el primer ministro) no dice toda la verdad sobre la situación de la planta nuclear…”. Y, “El gobierno nacional ha actuado con opacidad en esta crisis y eso ha repercutido negativamente en el desalojo de la población en las zonas de emergencia”.
El dato fue publicado esta semana en la revista Proceso. Agrega el testimonio: De los 88 mil 558 desalojados de la zona de riesgo, 29 mil 792 personas permanecen en albergues de Fukushima y el resto ha sido trasladado a Tokio y Shiba. No obstante, 20 mil siguen viviendo en un radio de entre los 20 y 30 kilómetros de la planta, lo que significa que muy probablemente están siendo expuestos constantemente a la radiación nuclear. Y hasta más allá de ese radio, a 40 kilómetros en la ciudad de Iitate, Greenpeace registró niveles de 10 microsiervet por hora. Una dosis suficiente para que, quien la reciba por 3 o 4 días, acumule la cantidad tolerable para el cuerpo humano —sin mostrar daños— hasta por un año.
Uno de los riesgos es la exposición de las personas que siguen viviendo en la región aledaña a Fukushima, otra que también es importante resaltar se refiere a los alimentos. Porque Fukushima es un “centro de abastecimiento alimenticio a escala nacional”. Y, agrega el testimonio a la revista mexicana: “Aquí hay mil compañías procesadoras de alimentos que no han dejado de trabajar. Los de mayor riesgo son los que tienen hojas, como la lechuga y las espinacas; pensamos que no hay problema con los jitomates y los espárragos, pero estamos haciendo mediciones”. Tampoco en esto hay las mediciones ni los registros suficientes, tanto para el consumo interno como a niveles de exportación. En Europa, Alemania está muy al pendiente de esta situación. Pero sólo India decretó, hace una semana, el peligro a importar y consumir los alimentos procedentes de Japón, por el impacto radioactivo.
Pero más allá de algunas protestas internas, que tampoco encuentran eco en el exterior —a lo más, Naoto ha dicho que la zona afectada posiblemente esté desocupada durante 20 años—, organismos como la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) ha declarado que Fukushima es “completamente diferente” a Chernóbil. Con todo y se ubique en el nivel 7, el máximo de la Escala Internacional de Eventos Nucleares Radiológicos (INES). Todo eso le ayuda a Naoto Kan, pero también a los países con reactores [véase la lista en: http://maniobrasdelpoder.blogspot.com/2011/03/fukushima-el-punto-de-inflexion.html] nucleares.
La diferencia estriba, según el jefe del departamento de seguridad nuclear de la AIEA, Denis Flory, en que de acuerdo con expertos, entre 500 mil y 600 mil terrabecquereles (un millón de millón de Bq) de radiación se han fugado de los reactores de Fukushima, mientras que en Ucrania, en abril de 1986 se escaparon entre 5 y 6 millones de terrabecquereles, 10 veces más. Además, se dice, el accidente de Chernóbil fue producto de una explosión, en tanto Fukushima lo fue del terremoto y tsunami. Y aquél envió grandes cantidades de radioactividad a la atmósfera “difundiéndola por todo el mundo”.
También la OMS (Organización mundial de la Salud) salió en defensa de las autoridades japonesas. Dijo que la decisión de las autoridades de Japón de elevar la alerta nuclear al máximo de 7 “no significa que el riesgo de salud pública sea mayor o que el desastre sea comparable al de Chernóbil”, en voz de Gregory Hartl (Ver, La Jornada de ayer, miércoles 13).
Sin embargo, la prensa europea, sobre todo alemana, sí le está midiendo a las consecuencias. Y el despliegue de información es amplio a sabiendas que los movimientos antinucleares son muy reacios a pasar por alto los peligros del uso “pacífico” de la energía nuclear. La prensa de Italia y España también se extiende en sus informes. No pasa lo mismo con Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia.
Estos tres, más Rusia, son países que luchan con el problema de tener reactores nucleares viejos. Y eso levanta polémica en sendos países. Porque el movimiento antinuclear revive desde el accidente de Fukushima I. incluso en países como China e India, en donde los planes son hacia la ampliación de plantas. China pretende incrementar desde 70 gigavatios (GW) hacia 2020, siete veces la actual, hasta 400 en 2050. India de 4.6 GW en 2009 hasta 40 en 2030. En tanto Francia, que depende en un 77% de la generación total ahora, debe reemplazar sus fierros añejos. Por eso todo el mundo está tratando de bajar la presión sobre Fukushima I, diciendo que nada es comparable a Chernóbil, un antiguo brazo de la exsocialista URSS. El impacto se minimiza.

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miércoles, 13 de abril de 2011

EU-MÉXICO, LA AMENAZA GRINGA

13/abril/2011

*La política gringa es injerencista e intervencionista
*Los gobiernos del PAN, occisos con los principios

Visto por el cedazo de la coyuntura, todo acontecimiento parece nuevo pero no lo es. Porque hay memoria que se acumula para forjar historia y ella se encarga de colocar cada asunto en su lugar, tanto en el análisis como hacia la definición de largo plazo. Son los temas cotidianos de la relación entre Estados Unidos y México, donde a diario brincan los dichos y los hechos que —a últimas fechas— tienden hacia la aceleración de los conflictos y con ello, al deterioro de la relación entre vecinos bajo amenaza de intervencionismo.
Vecinos distantes, como lo planteara Alan Riding en su libro publicado en 1985, fue escrito para “entender a México”. El corresponsal de The New York Times escribió que eso era una “cuestión de interés propio y de seguridad nacional” para Estados Unidos. El objetivo de Riding era traducir una cultura a la otra y “hacer a México más accesible para los no mexicanos”. Y ahora las circunstancias plantean una exigencia inversa: en el interés de México y de su seguridad nacional hace falta escribir la antítesis. Para entender [o reexplicar] a EU.
Sobre todo ahora, cuando los gobiernos del PAN han tirado por la borda todos los principios de la política exterior de México; no digamos decimonónicos de Benito Juárez circunscritos al “entre los individuos como entre las naciones el respeto al derecho ajeno…”, sino de “no intervención”, “igualdad jurídica entre los estados”, “solución pacífica de las controversias” y “autodeterminación de los pueblos” plasmados en la Constitución mexicana e inspirados por Matías Romero. Este último, el principal soporte de las relaciones internacionales de México, atropellado por los EU tras la redefinición sin cortapisas de su política de “seguridad nacional”.
Porque en tanto el imperio gringo ha replanteado frente al mundo sus prioridades nacionales y en función de ello ha redefinido también sus relaciones internacionales; la contraparte, casi todos los países, se han dormido en sus laureles abriendo grietas por donde se han filtrado los EU. Y en eso México resulta ejemplar.
Pésimo por al menos dos reveses, y no de ahora: 1) La incorporación de México a los vaivenes del mercado mundial a principios de los años 80, no pasó por el consenso de los actores económicos ni la revisión de los sectores internos o; en otras palabras, nada en contraposición al impacto de las políticas macroeconómicas impuestas por los gobiernos neoliberales en sus condiciones internas, mucho menos en la política externa, especialmente en lo correspondiente a las relaciones con EU; 2) La actualidad de las políticas, en los términos impuestos por EU tras el 11/S de 2001. Es decir, que el parteaguas que significó el replanteamiento de las relaciones con el mundo desde EU, no encontró su opuesto en muchos países especialmente México. Desde entonces, para EU o hay amigos o enemigos. Ni más ni menos que la política maniquea de lucha entre bien y mal.
Así, por no asumir tamaño reto, en los hechos México ha perdido en los dos sentidos. La imposición de las políticas gringas quedó claramente sujeta a la protección, defensa y prioridad de sus intereses nacionales o de seguridad nacional. Incluso frente a otros países, para EU atrás quedaron los principios de “seguridad humana” de las agendas exteriores de países como Australia, Canadá, Chile, Irlanda, Japón, Jordania, Suiza, Tailandia, Noruega, etcétera. Ni qué decir de los países declarados como non gratos, tras los autoatentados a las Torres Gemelas. Por ello la seguridad energética pasó a retomar el papel primordial que EU le dio.
Salvo a los socios incondicionales, al resto del mundo le aplica EU su maniqueísmo exterior; así, los países son amigos o son enemigos. Y en esos términos se mueve ahora la relación EU-México. El asunto es tan delicado como su revisión, pero el gobierno mexicano no lo mira así. Todavía los gobiernos del Partido Revolucionario Institucional (PRI) se defendían, bien que mal, y además presionaban para imponer los temas a la agenda bilateral. Poco que se lograra, pero se hacía siempre bajo los preceptos del derecho internacional y los principios de política exterior constitucional.
Hay un dicho aceptado que “todo tiempo ido fue mejor”. Pero no precisamente es verdad en todo. Lo es en este caso. Porque no había un ejercicio de sometimiento vil hacia EU como el impuesto o tolerado por los gobiernos del PAN. Vicente Fox se abrió de capa frente a George Bush. Silencio vil cuando desde el Rancho San Cristóbal el halcón declaró el primer lanzamiento de misil contra Irak. Fox calló y cayó de bruces. Le seguiría en el juego todo el sexenio y seguiría después con Calderón.
En el altar de prioridades, EU tiene al santo de su seguridad energética. El petróleo y el gas que siguen moviendo al aparato militar-industrial. Y bajita la mano, pero sin quitar el dedo del renglón, EU ha emprendido una política de agresión, injerencista primero e intervencionista después, por todos los medios a su alcance. No dudaría que el fin último fuese el arribo de operativos militares. Que para eso tiene un buen pretexto; el narcotráfico y los peligros de que la violencia desatada por ellos alcance su propio territorio.
Pero es como contra otros países. Su estrategia no es nueva. Primero busca el pretexto, descalifica y arremete con toda la fuerza. En ese sentido, el trabajo sucio está por delante, y los medios ni interesan. Así, por ejemplo: 1) la violencia desatada por las bandas del crimen organizado en México ha sido alimentada con armas de alto poder vía instrumentos ilegales como el operativo rápido y furioso, con pleno conocimiento de autoridades gringas. 2) Por la ruta de la diplomacia espía del experto en Estados fallidos, Carlos Pascual, se ha hecho hasta lo imposible por hacer de México un Estado fallido. Eso va en demérito de los mexicanos y en beneficio de EU, porque construye un pretexto para invadir, así sea por regiones o estados como sucede con los de la frontera norte y colindantes con EU. 3) El negocio del narcotráfico —y del crimen organizado en general— tiene beneficiarios, y los mayores dividendos, el usufructo financiero queda o se invierten en el mercado norteamericano. El ejemplo del banco Wachovia no deja lugar a dudas. 4) Las promesas de colaboración en combatir el flagelo del narcotráfico resultan de sorna. Ya por la mascarada del llamado Plan Mérida, que además es claramente intervencionista como el Plan Colombia, y por las promesas de la corresponsabilidad. Una responsabilidad que el gobierno de EU no asume nunca.
El problema es que todos los anzuelos que lanzan los gringos son mordidos por el gobierno mexicano. No sucedía lo mismo con los gobiernos del PRI. Por mucha denostación que merezcan. Porque el PAN no solo es entreguista sino que está abierto a toda política intervencionista gringa. Por eso el alto margen de vulnerabilidad de México. Porque EU va con todo y contra todo, en tanto México vive en el mundo de ensueño; foxilandia o calderolandia. El caso es igual. En tanto la geopolítica del imperio gringo es de sometimiento y va con todo contra México. Como si México fuera huérfano en principios, o no tuviera historia.

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martes, 12 de abril de 2011

PAN/PRD, COALICIÓN POSIBLE

12/abril/2011

*El acuerdo del Consejo no cancela las opciones
*Los perdedores: Marcelo Ebrard y Camacho

Tras la realización del Consejo Político del Partido de la Revolución Democrática (PRD) este fin de semana, que votó en contra de la coalición con el Partido Acción Nacional (PAN) para las elecciones de gobernador en el Estado de México, a realizarse el próximo 3 de julio, el consenso es general respecto a que dicha alianza ya se cebó. Y así parece. Lo que falta es que Los Chuchos se queden quietos, al igual que los perredistas de la entidad. Pero ambas determinaciones todavía están por verse. Sobre todo porque, claro está, Los chuchos le habían apostado a ir coaligados con el partido del poder para derrotar también al candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en la entidad, en su caso el abanderado Eruviel Ávila Villegas.
En el Consejo —el segundo órgano de decisión interna perredista, después del Congreso Nacional— hubo de todo, pero principalmente reparto de cuotas entre las diversas corrientes. Entre ellas se dividieron las carteras de la operación partidista interna. Eso sí, quedó en claro la reivindicación de El Maestro, René Bejarano —operador corporativo y de acarreos; pero el único que hizo partido en el DF en los años postreros a las elecciones del 88, en tiempos del surgimiento del PRD—, quien ha retornado por sus fueros después de la quemada originada por el videoescándalo montado por la dupla Cevallos-Salinas, con material grabado en las oficinas de y por el empresario Carlos Ahumada, cuando Bejarano se llevó un portafolio y las bolsas del saco repletas de billetes. Lo chamaquearon primero; lo exhibieron después.
Inconformes con el resolutivo del Consejo, se ve difícil que Los Chuchos, quienes tienen el control de los principales órganos de decisión del partido —la presidencia quedó en las manos de Jesús Zambrano—, no traten de hacer hasta lo imposible para reventar tamaña determinación que atenta contra sus intereses, que son los mismos del presidente Felipe Calderón y del presidente en turno del PAN, Gustavo Madero, en este caso para la elección en el Edomex.
Dicho con otras palabras, que todavía a estas alturas y aún con el acuerdo del Consejo en contra, Jesús Ortega y su corriente podrían intentar acciones de suicidio; es decir, echar abajo la decisión del órgano interno de operación de los lineamientos político-partidista-perredista, e impugnar dicho acuerdo ante la máxima instancia de dirección, que es el Congreso Nacional. El argumento para esto podría resultar hasta simple: la consulta ciudadana del pasado domingo 27 de marzo organizada por ambos partidos, y que le dio mayoría al sí para la coalición PAN/PRD. Y, como no habría Congreso en puerta, la impugnación misma podría ser llevada hacia alguna instancia externa al PRD, en este caso electoral. Ese podría ser uno de los ases bajo la manga de Los Chuchos. El chiste, para ellos, sería no perder la oportunidad de ponerse de alfombra y hacerle el favor al PAN, para arrebatarle la gubernatura al PRI en esta entidad, electoralmente la segunda en importancia del país, después del propio Distrito Federal. Y un laboratorio perfecto rumbo a la elección del 2012 presidencial.
Claro que de no seguir esa ruta hay más. La otra opción a seguir por Los Chuchos, podría ser el dejar las cosas como están y apuntando a la unidad de las izquierdas —como pronto lo refirió el aliancista del DIA (Diálogo por la Reconstrucción de México), Manuel Camacho Solís—, y permitir en todo caso la consolidación de la candidatura de Alejandro Encinas, la apuesta mejor posicionada para disputarle tanto al PAN como al PRI la gubernatura en cuestión. Siempre y cuando, claro está, no se opere también hasta lo imposible para tumbar a Encinas, alegando su cuestionable estancia domiciliaria en la entidad. La otra posible vía tanto del PAN como del propio PRD para empujar una coalición electorera —entre al agua y el aceite— de la política mexicana de los últimos años. Claro está que la impugnación no vendría del PRD ni Los Chuchos, pero esta última sólo en apariencia.
En fin. El caso es que con cualquiera de las dos opciones mencionadas y presumibles viables —la impugnación del Consejo por un lado y reventar la candidatura de Alejandro—, todavía podrían operar Los Chuchos a favor de la alianza con el PAN. Utilizar cualquier argucia puede ser posible, con tal de impedir, también, que la izquierda vaya unida y todos —incluido Andrés Manuel López Obrador, el jefe de Gobierno del DF, Marcelo Ebrard [personaje que había apoyado la alianza PAN/PRD y luego recularía a favor de Encinas; por ello es un claro perdedor —al lado de su orquestador, Camacho— en estas tretas político-partidistas], junto a Convergencia y el Partido del Trabajo—, vayan contra el PRIAN en Edomex y ensayen juntos también para el 2012 presidencial.
Desde luego que ambos caminos le representarían elevados costos a Los Chuchos, pero después de lo que han hecho es claro que no les interesa hipotecar o hasta vender los principios del partido. Sin embargo ahí no termina la cosa todavía. Porque hay otras dos opciones por las que podrían caminar Los Chuchos. Una, la que señaló el dirigente del PAN, Madero; otra la que mencionan los propios perredistas del Edomex.
En el primer caso se trata del llamado a la unidad ciudadana contra el PRI. Todavía es posible, dice Madero, una alianza de facto. El blanquiazul convocaría, dijo su dirigente, de inmediato a organizaciones y ciudadanos que quieran sacar al PRI del gobierno en el Edomex. Así pretenden, convocar a organizaciones, asociaciones y ciudadanos que creen que es necesario construir un gobierno “distinto” al PRI, para que apoyen a Luis Felipe Bravo Mena, el aspirante panista al gobierno de la entidad. Esa es una treta más, en la que veladamente podrían participar Los Chuchos.
Y la otra es que, los perredistas locales, cuyo dirigente es Luis Sánchez, desde el Consejo hablaron de las bondades de la alianza con el PAN, y quieren autonomía para decidir. Esa puede ser la otra opción que tiene Jesús Ortega. Esto es: ir en alianza con el PAN sólo con el PRD local. Con todo y que hay aguerridos perredistas, como Higinio Martínez que simpatizan más con la alianza de las izquierdas. Ni se diga que la postura de Obrador es por esta última opción.
El caso es que, visto por el lado que se le mire, el acuerdo del Consejo todavía no cancela las opciones de Los Chuchos de hacerle el caldo gordo al PAN que quiere ganar la entidad a como dé lugar. El laboratorio más fuerte y cercano a la elección presidencial que sabe, no gana solo. Parte de los escenarios político-electorales rumbo al 2012 que se disputan ya.

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lunes, 11 de abril de 2011

MÉXICO, VIOLENCIA SISTÉMICA

11/abril/2011

*Denunciar, evitar la corresponsabilidad
*El país no se merece tamaño desdén

Ahora y siempre. En la revisión de los temas que padece México —como cualquier país—, se tiene que ir al fondo del asunto. Atender a la raíz y no andarse por las ramas. O, dicho sea desde otro punto de vista: mirar al árbol sin perder el bosque y viceversa. Evadirlo tiene sus implicaciones. El principal, es volverse corresponsable; tanto peca el que mata la vaca como el que la agarra la pata. Y, seguro, nadie quiere asumir como propios los problemas ajenos; culpabilidad gratuita.
Por eso el deslinde, y el reto, es importante. Como lo dijo el poeta Javier Sicilia, recordando a Bertolt Brecht, en su carta que publicó Proceso: “Un día vinieron por los negros y no dije nada; otro día vinieron por los judíos y no dije nada; un día llegaron por mí y no tuve nada que decir”. En el fondo de tal consigna está la protesta contra el atropello del fascismo hitleriano, contra la esclavitud a que sometieron las potencias europeas y estadounidense durante siglos a los negros africanos, por la defensa y el respeto de la vida ajena como propia y la elección de la dignidad individual y colectiva como precepto de la libertad. Muy ad doc ahora.
Dicho sea con otras palabras: guardar silencio con los acontecimientos de México en los últimos años [una década en el tema de la inseguridad pública], que ha arrojado casi 40 mil muertos en lo que lleva este sexenio actual, es como coludirse con la violencia. Con autores y promotores. Porque no son menos dignos de respeto —en su vida— aquellos caídos como víctimas que los victimarios igual caídos. Unos porque toman las armas, otros porque toman las decisiones; aquellos que se asocian y coluden, muchos que se encontraron en tiempo y espacio en el momento más inoportuno. Víctimas todas.
Los problemas son estructurales y añejos. Esa concepción debe estar en el fondo de cualquier estudio. El desbordamiento del crimen organizado es porque creció coludido al interior del sistema; y ahora surge como síndrome de su descomposición, corrupción e impunidad de actores, principalmente políticos. Particularmente el narcotráfico que avanzó más allá de los acuerdos —internos y externos—, y llegó hasta el rompimiento y ahora el descontrol. Luego entonces, el asunto no es meramente de narcos sino sobre todo de involucrados, implicados; protectores o activos participantes, miembros activos de dicho sistema. Como problema, el crimen organizado no surgió con el PAN sino desde los tiempos del PRI.
Y el abordaje para solucionarlo, del problema de la violencia como todo lo demás, es fundamentalmente político. Porque se trata de limpiar todo el sistema. Desde el nivel de los policías municipales hasta los políticos más encumbrados, pasando por el sistema de procuración e impartición de la justicia. ¿Qué se puede hacer cuando un elevado porcentaje de los jueces no pasan las pruebas de confianza? Y desde los funcionarios públicos hasta los involucrados del sector económico, como son las empresas, las inversiones y el sector financiero implicado en actividades de lavado de dinero y acumulación de millonarias ganancias. Todos quedan impunes.
La determinación es política porque exige aplicar un rasero de justicia. El procesar aquellos actores pasa desde los policías hasta los gobernadores, y demás actores del sistema; ¿cuántos coludidos? El presidente Felipe Calderón dijo apenas, por ejemplo, que no habrá retirada militar de las calles hasta que no haya 32 cuerpos policiacos profesionales. Pero no ha emprendido acción alguna para que eso suceda. Cuando en Colombia comenzó a atacarse de raíz el problema del narcotráfico fue porque se procesó hasta a legisladores. En México habría que abrir indagatorias comenzando por los gobernadores; y de ahí hacia abajo.
Una determinación de ese tamaño no le corresponde a Calderón porque él carece de la legitimidad mínima necesaria para hacerlo. Y a estas alturas del sexenio, mucho menos. Por eso, como dice el sacerdote activista y defensor de derechos humanos de los inmigrantes [ver el reportaje de Proceso de esta semana, N° 1797], Alejandro Solalinde, parafraseando a Sicilia: “Yo también estoy hasta la madre”. Y, cuando se le pide un balance sobre el tema, en el año de gobierno que le queda a Calderón, agrega: “Ya es demasiado tarde para cambiar las cosas. Él y todos (los políticos) están enfocados en el 2012, están en el canal electoral… Por lo demás, México y la sociedad civil sabrán en qué lugar colocan a cada quien en las elecciones. Pobre México”.
Siquiera como lo refrescó el expresidente brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, en su conferencia magistral el pasado viernes en Cancún, con motivo de la 74 Convención Bancaria: la violencia en México es por falta de atención a los pobres. Lo dijo así: “El problema que vemos hoy en día en el mundo es la falta de decisión política, no es un problema económico, es decisión política”. Y sabe por qué lo dice. Porque, agregó, “en ocho años sacamos a 28 millones de personas de la pobreza extrema y elevamos a 36 millones de personas a la clase media del país”. Calderón en cambio dijo recién que México ya es un país de clase media; ¿media qué?
Pero si de economía se trata, México padece la instrumentación neoliberal desde 1982-3 a la fecha y el desastre avanza y se consolida con tasas paupérrimas. La continuidad del modelo seguido por presiones de Washington es por el sometimiento de los presidentes desde Miguel de la Madrid a la fecha. También es un problema político. Ninguno ha tomado las riendas —Salinas, Zedillo, Fox, Calderón— de un desarrollo propio y autónomo para México, porque les faltan tablas. La calidad de estadista les ha quedado corta. A cambio, priistas y panistas, han entregado decisiones importantes a la Casa Blanca.
Pero del recrudecimiento de la violencia en los últimos años tiene gran responsabilidad la decisión estratégica de la confrontación directa, nada más. El número de caídos lo delata. Pero Calderón no recula en su dichosa estrategia. Como tampoco atiende todas las variables corroídas del sistema. No ve el presidente, como sí los millones de gentes que se manifiestan en las calles, que la corrosión es estructural y sistémica.
Por eso Calderón se empeña en seguir por el umbral de sus propios errores. También hay que decirlo con todas sus letras. Él pidió la crítica de su estrategia. Eso es lo que recibe. Bueno, pero si hasta los propios gringos están aceptando que a sus 32 años de puesta en marcha de “enfoque agresivo” se equivocaron, como lo admitió el pasado jueves también en Cancún el subsecretario de Estado adjunto de la Oficina de Asuntos Internacionales de Procuración de Justicia y Narcotráfico de Estados Unidos, William R. Brownfield. México no merece tamaño desdén.

Correo: maniobrasdelpoder@gmail.com

viernes, 8 de abril de 2011

JUICIO POLÍTICO A FELIPE CALDERÓN

08/abril/2011

*Guerra contra el narco en aras de legitimidad
*Del “No + sangre”, a “Estamos hasta la madre”

Hay que decirlo con todas sus letras. Felipe Calderón Hinojosa ejerce el poder presidencial en México como un presidente ilegítimo. Y ese es un consenso generalizado. Porque no ganó limpiamente en las elecciones del 2006. Obtuvo números a su favor con trampas cibernéticas. Se vio en el comportamiento inusual del acumulado de votos expresado en las gráficas del IFE y en las pantallas de la televisión el día del conteo; se comprobó después en todos los análisis matemáticos de la academia y la negativa de abrir los paquetes electorales para un nuevo conteo de los votos.
Entonces el ganador fue Andrés Manuel López Obrador. Y por lo tanto él tiene razón cuando afirma que “la mafia del poder le robó la Presidencia”. Porque así fue. Pese a todo lo que se disienta de él. Porque con el fraude que se cometió, así Calderón se hizo Presidente de la República. Como el candidato del Partido Acción Nacional (PAN). Y su ambición de prolongar otro sexenio, seguido del que sí ganó Vicente Fox Quesada, con votos y gobernó con toda legitimidad. Pese a tamañas torpezas cometidas y a sus promesas y políticas falaces. O a todo lo que se le pueda criticar, como obedecer en todo a los designios y presiones de Estados Unidos.
No así con Calderón. Tan oscura fue la declaratoria de ganador, como tramposa la toma de protesta en la sede del Congreso de la Unión el 1° de diciembre de 2006. La misma no hubiera ocurrido sin la complicidad del Partido Revolucionario Institucional (PRI). Coludido con el PAN, el PRI avaló el arribo por la puerta de atrás a Calderón para que protestara para un cargo que no ganó con votos. Por lo tanto, llegó al cargo bajo la más completa ilegitimidad. Igual que Carlos Salinas de Gortari en 1988 quien llegó con un fraude monumental cuando el vencedor fue Cuauhtémoc Cárdenas, también vía la “caída del sistema”, anunciado entonces por el secretario de Gobernación en turno, Manuel Bartlett Díaz. También con el apoyo del PAN. Por eso en el 2006 el PAN se la cobró al PRI: “una por otra”, y el PRI asintió.
La desesperación de Calderón por las presiones políticas y mediáticas —en la medida que se le dio cabida en algunos medio a El Peje, no así en las pantallas del duopolio televisivo claramente entreguista—, por las movilizaciones que demandaban el “voto por voto”, le urgió a un golpe de timón al mismo estilo Salinas que preparó el encarcelamiento de Joaquín Hernández Galicia, alias La Quina. Calderón se sacó de la manga operar la “guerra contra el narcotráfico”. Y sacó a las Fuerzas Armadas de sus cuarteles. Con acciones primero en su estado natal, con el Operativo Conjunto Michoacán, luego el Operativo Conjunto Chihuahua, Calderón decidió solo lo que luego —más pronto que tarde— devino claramente militarizar las calles. Eso con intenciones de infundir temor en la población, además de ganar legitimidad a costa de acciones. Fatuas, más que eficientes, pero al fin ejerciendo una facultad presidencial como Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas.
Pero sin mayores precauciones; es decir, sin un aval del Congreso. Sobre todo porque las FA no podrían, y no pueden todavía, ejercer funciones de la policía federal. Y porque el legislador no le quiere entrar al tema de regular ese dilema; porque el Ejército se opone al enjuiciamiento por violaciones de derechos humanos contra civiles. Por cierto que, en todo este enredo presidencial, la Secretaría de Seguridad Pública ha brillado por su ausencia. Y la policía federal, o bien no atina a ofrecer resultados por inoperante, o no los da porque está claramente coludida. El caso es que Genaro García Luna, titular de la SSP, dirige pero sin resultados. No puede o no quiere. Sin embargo ha sido sostenido en el cargo por Calderón, contra todo cuestionamiento pese a su incapacidad. No así al procurador Arturo Chávez Chávez.
El caso es que, a estas alturas de gobierno, queda más que claro que la ilegitimidad de Felipe Calderón no justifica la violencia. En México como en cualquier parte del mundo. Menos cuando la dichosa “guerra” contra el crimen organizado ha costado casi 40 mil vidas en lo que lleva el actual sexenio. Miles de ellos inocentes, simplemente catalogados como “daños colaterales” por el gobierno, las vidas no pueden seguir acumulándose para la estadística.
Peor cuando, desde que Calderón comenzó su dichosa “guerra”, se ha planteado que sin resultados lo mejor debería ser el replanteamiento de su estrategia. Montado en su macho, empecinado en atacar a los violentos con la violencia —los carteles que se disputan los negocios millonarios del tráfico de las drogas en México y hacia los Estados Unidos—, no ha ensayado siquiera con otras medidas. No se ha tocado el corazón de las finanzas. Más cuando los recursos que manejan las bandas del crimen organizado se cuentan por millones de dólares. Nada se hace en contra del lavado de dinero; dizque el Congreso no se pone de acuerdo. No se investiga sospechoso alguno. La medida recientemente anunciada por la PGR de que la ciudadanía denuncie el narcolavado bajo recompensa es una tomadura de pelo.
Lo peor de todo es que la impunidad sigue campante. Eso sostiene a los implicados en sus mismos espacios de gobierno: autoridades de todos los niveles cooperan o forman parte de las bandas del crimen entregados al dinero fácil. Muy raspada queda la justicia mexicana en estos temas. Aparte que todo el sistema judicial está corroído por el mal funcionamiento de origen. La reforma al sistema se quedó en los juicios orales que siguen entrampados. El juicio oral que liberó a Sergio Barraza, el asesino de la joven Rubí Frayre, en Chihuahua, fue ejemplo de la ineficacia. Eso puso en jaque a toda la reforma.
Los cientos de denuncias por esclarecer los crímenes de los caídos en dicha “guerra” antinarco, duermen el sueño de los justos. Una muestra de la inoperancia del gobierno federal. Ese es el saldo de una guerra con fines legitimadores. Tal y como demandaron el miércoles los manifestantes en 24 entidades del país —atendiendo a la convocatoria del poeta y escritor Javier Sicilia, padre del recién asesinado Juan Francisco, junto a seis jóvenes más—: “Una guerra que no es nuestra”. De ahí otras demandas ciudadanas de actualidad como el: “No + sangre”; o “Renuncien si no pueden”; “Que se vayan todos”, o el “Ya basta”.
La sociedad tiene miedo. Porque todo México es escenario de violencia. Todo México es territorio en disputa. Aún así crece la indignación ciudadana. Por eso el “¡Ya basta!”. Ahora más que nunca vale el clamor: “Estamos hasta la madre”, de Sicilia. Y porque Calderón inició esta guerra, merced a su intentona de legitimidad, llegó el tiempo de exigir al Congreso: ¡Replantear la estrategia antinarco!; ¡“No más impunidad”!; ¡"Juicio político a Felipe Calderón”!

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jueves, 7 de abril de 2011

EU, ARTILUGIOS NEOIMPERIALES

07/abril/2011

*México, país que más reciente los impactos
*Atrás está la intentona intervencionista gringa

“¡Pobre México! Tan lejos de Dios y tan cerca de Estados Unidos”: Porfirio Díaz (1830-1915).

Si hace como pato, camina como pato y grazna como pato, es un pato. Si Estados Unidos actúa como imperio, entonces lo es. Lo es muy activamente contra el mundo; lo es con su vecino del sur, México. Así, no hace falta ser un experto en el tema de la relación México-Estados Unidos, o principalmente en los asuntos de la seguridad nacional correspondiente a ambos países, para sopesar —atendiendo a las políticas de cada cual— el impacto y alcance de sus acciones y respectivos nexos.
Se mira en todo, incluso en aspectos de la coyuntura. Ni se diga ahora que, por un lado EU cambió sus parámetros de seguridad a partir del 11/S-2001, y con ello las políticas de sus órganos de inteligencia con prácticas cada vez más sofisticadas; o que México también modificó —a la inversa— los términos de la relación con su vecino del norte soltando deliberadamente tantos hilos como su descuido y entreguismo se lo ha permitido, en sendos sexenios del Partido Acción Nacional.
Estados Unidos, para comenzar, emprende políticas hacia el exterior todo rasero —y México no es la excepción, con todo y comparta una frontera de más de 3 mil kilómetros—, atendiendo al resguardo de sus intereses como nación. Y en primera instancia está su seguridad nacional en materia energética. De ahí su proyección geoeconómica y geopolítica. Primordial resulta la supremacía imperial en el mercado mundial, como garante de la operación económica de sus empresas y el negocio de sus inversionistas en todas las ramas de la economía globalizada; comenzando por un muy activo sector financiero cínicamente especulador. En apoyo está el soporte de la política interior y exterior.
En las políticas contra el mundo, EU no escatima nada; y eso incluye la guerra. Ya promueve en otros países garantizar la instrumentación de modelos económicos como el neoliberal, utilizando a sus organismos afines; o políticos de consenso con el aval tipo Naciones Unidas, que domina a su antojo vía el Consejo General y las cuotas. Ya emprende políticas desde organismos estilo G-7 u OCDE; ya inversiones en sectores clave de las economías —si para ganar-ganar tiene que comprar toda una rama económica lo hace—. Ya en deuda pública de otros Estados —en aras de una estabilidad falaz, porque la misma nunca sirve a intereses locales—. Ya en el sector especulativo —cuando no se apodera del control de las bolsas de terceros, incluso las variables macro—, y todo lo tocante a los negocios formales de la economía globalizada.
O bien utiliza las actividades informales para igualmente conseguir sus metas. Desde los negocios ilícitos como el tráfico de armas, drogas, personas, órganos, lavado de dinero, ¿secuestro?, etcétera. Actividades cuyos dividendos pasan a formar parte de sus fines económicos e imperiales.
Para ambos rieles de su actuación neoimperial, EU utiliza la intriga política, la compra de conciencias [de traidores]; usa el espionaje, el descrédito o descalificación, el complot, inventa ideológica y propagandísticamente al enemigo que para eso cuenta con el aparato televisivo y la industria del cine más grandes del mundo, etcétera. A eso dispone recursos, personal capacitado y las más modernas tecnologías de la comunicación y el cómputo. Es claro que no actúa solo contra el mundo, pues para eso son los socios. Y entre los incondicionales destacan, Gran Bretaña en Europa, Canadá en América, Israel en Medio Oriente, y tantos más en Asia, África y Latinoamérica que se someten a los designios imperiales sin chistar.
Claro está que a la caída del Muro de Berlín y quedarse sin el enemigo al frente, EU inventó el “choque de las culturas o de civilizaciones”. De ahí surgieron los nuevos objetivos, que vinieron a suplir a la antigua URSS y demás países socialistas: los países poseedores de grandes reservas energéticas, su mayor problema —dada su escases de reservas, aún con las que posee en Alaska— para la seguridad nacional.
En objetivos rebeldes se convirtieron países como Irak y Afganistán [el paso geoestratégico en Asia Central, para las venas del petróleo y el gas], porque el resto de reyezuelos y sultanes están abiertamente controlados y sometidos, como sucede con Arabia Saudita, Emiratos Árabes, Kuwait luego del rescate de las manos de Sadam Hussein, entre otros países. El invento del 11/S [auto atentado vil] sirvió para erigir a un contrario: Al Qaeda —comandado por Osama bin Laden, un antiguo socio de empresarios texanos y que sigue vivo, porque no se le cazó como a Hussein—, un grupo de enemigos terroristas a quienes había que perseguir por doquier.
En todo ese contexto de guerra internacional, so pretexto de su seguridad nacional, para EU se dio el replanteamiento de sus políticas con el exterior. En ese marco entró México con dos gobiernos abiertamente sometidos también o claramente entreguistas. Para eso también, a contentillo de EU, en México se dio apertura a un ambiente de guerra. Y, a sugerencia o no, el caso es que la guerra contra el narcotráfico ofreció el pretexto ideal a EU para aplicar contra México toda su estrategia, geopolítica y geoeconómica imperial.
Es claro que no se maneja abiertamente así, pero si se mueve como pato y grazna como pato, luego entonces es un imperio. Contra y a pesar de México. ¿Qué le interesa de México a EU? Sus energéticos. Romper los candados constitucionales para permitir el ingreso a flor de piel de sus empresas a apoderarse del petróleo y el gas. Así tenga que comenzar por la frontera, que para eso le interesa también generar un clima de Estado fallido en esos espacios territoriales.
No de gratis llegó a espiar, y para abastecer a sus servicios de inteligencia, a Carlos Pascual, un experto en Estados fallidos, para hacer de México eso. De ahí la urgencia de la sociedad de presionar, tanto al presidente actual Felipe Calderón, como al propio Congreso —particularmente al senado— a un replanteamiento de programas como el intervencionista Plan Mérida. Ni se diga un replanteamiento del combate al narcotráfico. Porque, también en este contexto analizado, más parece que el crimen organizado hace el trabajo sucio de EU, porque contribuye a desacreditar todo lo que suene a institucional [incluidas las Fuerzas Armadas] y da pie a cualquier intentona intervencionista militar gringa. En mala hora.

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miércoles, 6 de abril de 2011

WACHOVIA BANK, LAVADERO DEL NARCO

06/abril/2011

*Revelaciones de Martin Woods en The Observer
*Recursos ilícitos, al sistema financiero global

Si es de procedencia ilícita, no importa. Si son billetes bañados en sangre porque se obtienen con la muerte de cientos o miles de personas —implicadas o no en el consumo o el negocio en alguna de sus facetas— de cualquier parte del mundo, tampoco interesa. El hecho concreto es que son ingresos, dinero convertido en jugosas ganancias; capital que engorda los circuitos financieros de los países desarrollados —y hasta los salva de las crisis—, una vez que pasa por la realización del mercado, o interviene en la transacción de la compraventa de las drogas y llega a las casas de bolsa y las cuentas de los bancos mediante el lavado.
Dinero procedente de actividades ilícitas, especialmente del narcotráfico, que se cuenta en millones de dólares. Activos que se incorporan a la economía real y mundial con cierta preponderancia, porque son recursos no sólo de procedencia ilícita sino que aporta grandes dividendos. La ganancia fácil y rápida como una de las prioridades de la voracidad de colosales capitales que le apuestan al menor riesgo y el mayor lucro.
Porque en este sector, el financiero sobre todo el de origen especulativo, se mueven algunos de los mayores capitales del mundo, es que resulta complicado a los gobiernos y hasta los Estados —pasando por los gobernantes y los políticos de los partidos, así sean los más poderosos— ponerles trabas. Por eso la famosa regulación financiera se queda en el papel, en los escritorios o en las iniciativas de gobiernos y políticos ingenuos, quienes presumen elaborar leyes con fines regulatorios. Nada más iluso mientras no asuman el riesgo de afrontarlos con un contrapeso similar. Porque los Estados, y sus operadores, están para servir a los grandes capitales. Son los coludidos políticos, o que están para servir a los hombres del auténtico poder. El poder político siempre al servicio del poder económico, y no viceversa. Porque los varones del dinero son los que dominan, a los políticos que devienen simples peleles.
La última reforma de Barack Obama, para regular el sistema financiero de su país, se quedó en los enredos al interior del poder legislativo. Porque la iniciativa quedó en medidas pírricas. Nada de importancia que mine el carácter netamente especulativo, colocación de valores a futuro con alto riesgo, del capital financiero. Nada de relevancia para evitar tanto las burbujas inflacionarias como y el traslado de los riesgos a los clientes una vez que las cosas salen del control. Porque eso sí, los bancos arriesgan pero si los alcanza la crisis no la pagan, sino que la transfieren a los clientes o usuarios del sistema bancario. Sucede cuando los gobiernos rescatan a los bancos. De ahí deriva la socialización de las pérdidas, vía el pago de impuestos.
De ahí también la explicación sobra la vacuidad de las propuestas del gobierno de Washington con respecto a México en lo tocante a combatir el lavado de dinero de procedencia ilícita. Promesas, porque en realidad a EU no le interesa contener el problema en la medida que se beneficia del negocio del narcotráfico. Al fin que los muertos los pone México, en cuanto las lavanderías son gringas.
Eso explica también, el hecho de que la revista estadounidense Forbes, año con año sabe el monto de recursos que maneja el único narcotraficante que aparece entre los grandes adinerados del mundo, Joaquín Loera El Chapo Guzmán. De la misma manera que el gobierno de EU sabe cuántos de los fondos que circulan en las venas del sistema financiero gringo y mundial son de procedencia ilícita, y cuántos tienen un origen específicamente en las actividades de narcotráfico de las grandes bandas del crimen mexicanas, que han alcanzado importancia global.
Muchas reflexiones sobre el tema son tachadas de falaces en cuanto carecen de los datos duros. Pero de cuándo en cuándo brincan las evidencias. Es cuando la sospecha se transforma en evidencia. Como cuando los estados son invadidos de recursos ilícitos; así le sucedió al estado soviético, luego de la caída de la antigua URSS y el derrumbe del Muro de Berlín, donde en Estado se volvió mafioso.
Pero, incluso son los mayores centros del capital financiero y especulativo también los mayores benefactores. Su origen mafioso los delata. Así lo reveló el exdirector de la Unidad contra el Blanqueo de Capitales del banco Wachovia en Londres, en el diario The Observer y que difundió este domingo: El papel de los centros financieros de Londres y Nueva York en el lavado de dinero del narcotráfico. Ambas ciudades son “Los mayores lavaderos de dinero de origen criminal. Más que en las islas Caimán, la isla de Man o Jersey, el dinero se blanquea en Londres y Nueva York”.
La indagatoria se realizó a partir de 2005 cuando Martin Woods se incorporó al Wachovia Bank, una de las instituciones financieras más grandes de los Estados Unidos. Describe cómo las grandes ganancias generadas a partir de la venta de las drogas en México y los EU, fluyen o ingresan al sistema financiero internacional. Los cárteles mexicanos introducen recursos de manera ilegal a través de convenios entre el Wachovia Bank y las casas de cambio existentes a lo largo de la frontera entre ambos países.
Parte del informe revelado por The Observer dicta que: “Tras ardua investigación de 22 meses, las autoridades comprendieron que el dinero del narcotráfico era lavado a través de transferencias bancarias, cheques de viaje y envíos de dinero desde México hacia EU a través de las Casas de Cambio que tan populares se han vuelto para que os migrantes manden remesas a sus familiares del otro lado de la frontera”. Aquí, incluso, brinca la suspicacia de cuántos de los recursos registrados como remesas pertenecen al dinero de lavadero. “Estas Casas de Cambio, a su vez, tienen firmado un convenio con Wachovia Bank y a través de sus cuentas bancarias, el dinero sucio estaba siendo inyectado de manera lícita al sistema financiero internacional.
[Claro que] las autoridades norteamericanas sancionaron al banco por no aplicar rigurosamente las políticas internacionales para evitar el lavado de dinero, sin embargo, el monto de la multa no equivalía ni al 10% del dinero que ya había circulado a través de sus cuentas y el caso nunca llegó a los tribunales, pues no se ejecutó acción penal sobre alguna persona ya que a los cuentahabientes de dicho banco los protegía la Ley del Secreto Bancario”.
Así, tan sólo el cartel de Sinaloa lavó durante el periodo de 2004-2007, recursos por 378 millones de dólares en dicho banco de EU, en sendas transferencias. El negocio ilícito, de la mano de la legalización de millonarios recursos. Los mexicanos mueren; los banqueros de EU ganan. Secretos a voces.

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martes, 5 de abril de 2011

MORELOS, HASTA LA MÉDULA

05/abril/2011

*El crimen organizado florece bajo protección
*Llamado a protestar de la sociedad morelense

“Un día vinieron por los negros y no dije nada; otro día vinieron por los judíos y no dije nada; un día llegaron por mí y no tuve nada que decir”: Bertolt Brecht (1898-1956). Nos lo recordó el poeta Javier Sicilia en su “Estamos hasta la madre… (Carta abierta a los políticos y a los criminales)”. En solidaridad.

En ningún país, en ningún estado, municipio, ciudad, población, serranía, colonia, calle, florece el crimen organizado en cualquiera de sus facetas, sin el proteccionismo de las autoridades, desde los niveles más bajos hacia arriba, o viceversa. Es decir, que los negocios sucios prosperan sólo en el marco de un Estado infiltrado hasta la médula; desde las instancias policiacas hasta los más encumbrados empresarios y políticos.
En el caso del narcotráfico, desde el sujeto que cultiva, el que cosecha, procesa, traslada, trafica, distribuye, vende, lava, hace fortuna, reinvierte, disputa el terreno con otros competidores, asesina inocentes, etcétera, sucede enteramente igual. Millonario negocio, de ahí salta a otros niveles; es decir, desde la conformación de apenas un eslabón de la cadena, hasta grados internacionales. Porque el capitalismo imperialista y globalizador es corrupto, violento, sucio y que promueve actividades delictivas, por su avidez por la ganancia fácil. Y el crimen organizado forma parte de, apenas, uno de los síndromes de tamaña descomposición. Por eso pasa por encima de lo que sea, destruyendo cuanto se le pone enfrente.
En ese triste y lamentable papel está el Estado mexicano ahora, como el torero, lidiando con su propio síndrome. Porque a estas alturas el problema se le ha escapado de las manos a los políticos; o se les ha salido de control. Cierto que el problema no es de ahora, con todo y que durante este sexenio se desbordó, porque o bien se rompieron las reglas de la tolerancia y la autorregulación de unos por otros, o mal porque se rompieron los entendidos, los acuerdos. ¡A saber! El caso es que la confrontación como medida de contención, la simple violencia desató más violencia. Por ese sólo hecho es que la guerra de ahora está perdida. Porque se desecharon otros medios de acabar con el problema.
Ya en 1998, el Instituto Mexicano de Estudios de la Criminalidad Organizada, A.C., en su informe titulado Todo lo que debería saber sobre el crimen organizado en México, publicado por la editorial Océano, en general describía el asunto con las siguientes palabras: “En términos generales la mayoría de las tendencias del crimen organizado está presente en México. La especificidad fundamental del crimen organizado en México es que se origina, se sostiene, y nutre desde las estructuras del Estado, en particular de aquéllas que teóricamente existen para combatir, precisamente, la delincuencia.
“Dicho de otro modo, el crimen en lo fundamental es organizado desde el Estado, protegido desde el Estado y defendido desde el Estado ante las exigencias de las víctimas —la sociedad— de poner fin a las agresiones de estos grupos delictivos. De hecho las ‘mafias’ mexicanas habitan el corazón del mismo Estado.
“Aunque la corrupción de servidores públicos es una constante en diversas naciones desde donde existe el crimen organizado, en México el fenómeno es particularmente acentuado y determinante”. (p. 31).
Cuando el río suena es porque agua lleva. Secreto a voces si se quiere, pero para el caso da lo mismo. Tal como ocurre en otros estados del país, en Morelos el crimen organizado cuenta historias de sangre. En la ciudad de la “eterna primavera”, ruta entre el Distrito Federal y Acapulco, en Guerrero —zona centro y sur del país—, la violencia se recrudece. Los muertos aparecen con frecuencia en la “autopista del sol”, o lo que se le conoce ya como la “ruta de la muerte” —80 ejecuciones en lo que va del año, cinco más que el primer trimestre de 2010; o 335 en total durante el último año, y 1,200 ejecuciones en los últimos cinco años con igual número de desaparecidos—. De las víctimas recientes resaltan los siete jóvenes asesinados, entre quienes estaba Juan Francisco Sicilia, el hijo del poeta Javier Sicilia.
El crimen en el estado se recrudeció desde la caza en 2009 del capo Arturo Beltrán Leyva, El Barbas, que controlaba el negocio de la mano de Édgar Villarreal, alias La Barbie también detenido después. La pugna es por la plaza. Es claro que ambos capos operaban en Morelos, no bajo el agua. Beltrán Leyva se refugiaba en un departamento en Cuernavaca a poca distancia de la residencia del gobernador del estado. Incuso era vecino, a sabiendas o no, de importantes políticos de la entidad. A mediados de ese año, luego del descubrimiento que uno de sus principales lugartenientes, José Alberto Pineda Villa, El Borrado, vivía a 200 metros de la casa de Gobierno de Morelos, se capturó a dos de sus principales protectores, como presumiblemente se dijo eran los directores de la policía estatal y municipal, Luis Ángel Cabeza de Vaca y Francisco Sánchez, respectivamente, según reportes periodísticos.
Pero el negocio tiene cola. En diferentes momentos y por evidencias circunstanciadas, los gobernadores morelenses han sido salpicados con el narco. Es el caso de Jorge Carrillo Olea, de Sergio Estrada Cajigal y al actual Marco Antonio Adame. Al primero, el The New York Times lo señaló en enero de 1997 por presuntos vínculos con Amado Carrillo Fuentes, El señor de los cielos. Con todo y que en enero de 2004 fue liberado de cargos de incumplimiento de funciones públicas y ejercicio inadecuado del servicio público, a falta de elementos, por la Segunda Sala del Tribunal Superior de Morelos; en1998 Olea pidió licencia al cargo luego que se iniciara juicio político en su contra por el Congreso del estado por su responsabilidad al descubrir al jefe del grupo antisecuestros, Armando Martínez Salgado, intentando deshacerse de un cadáver. También el coordinador de la policía judicial, Jesús Miyazawa Álvarez fue separado del cargo y puesto a disposición por los mismos hechos.
El panista Jorge Estrada Cajigal, que ganó por el efecto Fox en el 2000, fue separado del cargo en octubre de 2004, restituido después por la SCJN, para enjuiciarlo políticamente. Señalamientos: varios relacionados con presuntos nexos con el narcotráfico. En 2009 renunció a su filiación panista. Del actual Adame, o bien se habla de su incapacidad o hasta la posible protección al cártel de los Beltrán Leyva. Lo menos es su omisión por “la ruptura del tejido social y el involucramiento de grupos policiacos en acciones ilícitas”. [Proceso, N° 1796]. ¿Gobernadores inocentes? Ahora la sociedad morelense despierta y llama a la movilización y a la protesta. Como dijo el dolido poeta: “Lárguense si no pueden hacer su trabajo”.

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lunes, 4 de abril de 2011

REFUGIADOS LIBIOS, LAMPEDUSA EN CRISIS

04/abril/2011

*Crisis humanitaria europea, sin visos de solución
*Francia, promotor de la guerra, cierra fronteras

“Si queremos que todo siga como está, es preciso que todo cambie. Una de esas batallas en las que se lucha hasta que todo queda como estuvo. No queréis destruirnos a nosotros, vuestros padres. Queréis sólo ocupar nuestro puesto. Para que todo quede tal cual. Tal cual, en el fondo: tan sólo una imperceptible sustitución de castas”: El Gatopardo, G. Tomasini di Lampedusa (1896-1957).

Refugiados, perseguidos y desplazados o expulsados. Problemas derivados de los conflictos políticos, religiosos o militares; secuelas inevitables de las guerras intestinas de países, o de confrontaciones. Mientras se suceden las revueltas contra los dictadores en los países del norte de África, los problemas por los desplazados se generan en Europa. Y es la prensa europea, la que está llamando la atención sobre este reciente dilema.
Guerra es sinónimo de tragedia humana. Primero están los caídos en el frente y sus secuelas; segundo, aquellas personas, involucradas o no [en México los muertos civiles por la guerra contra el narcotráfico son “daños colaterales”], que son víctimas de afectaciones físicas graves; tercero, la población en general que teme por su vida, mucha de la cual opta por huir. Esta última cae en la clasificación de refugiada, sea hacia otra ciudad dentro de su propio territorio, o que busque salida hacia otro país. La mayoría salva la vida pero, casi siempre en condiciones lamentables.
Las tres categorías caen dentro de lo que se conoce como las víctimas de la guerra; unas de manera directa, otras indirectamente. Y, como generalmente sucede, de las secuelas los Estados en guerra no se ocupan, aunque las provoquen. Si no lo hacen suficientemente con las víctimas del frente, mucho menos por todos aquellos que viven el problema cuando se desplazan interna o externamente. Si no lo hacen los generadores de conflictos, más prestos a la guerra —peor cuando se trata de gobiernos en abierto repudio—, tampoco los opositores que regularmente carecen de casi todo.
Como trastocamiento acelerado de un Estado en sentido “democrático”, en situaciones de violencia la población es víctima de represión, amenazas de muerte y todo tipo de violación a sus derechos humanos. Es por eso que el drama crece; se agudiza la crisis social. El problema alcanza niveles internacionales. Baste decir, por ejemplo, que en 1999 de Kosovo, Timor Oriental y Chechenia, por sendas guerras, huyeron más de un millón de personas de sus lugares de origen, en situaciones de desplazamiento forzado.
Ese es un dilema que ahora enfrentan muchos ciudadanos norafricanos, sobre todo tunecinos y libios; éstos últimos a raíz de las revueltas populares y los bombardeos contra Muammar Kadafi de la coalición que encabezan Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia, hoy al mando de la OTAN. Huyendo de la violencia, muchos ciudadanos de ese país han dejado su ciudad natal para desplazarse a otras; los menos están huyendo hacia el extranjero, especialmente Italia, lo que está provocando desplazamientos en pequeñas embarcaciones hacia la isla Lampedusa [más conocida por la novela de Giuseppe Tomasini di Lampedusa, Il Gattopardo].
Es decir, mientras en los frentes de guerra libios los bandos luchan por ganar terreno unos frente otros y los negociadores de ambos lados hacen lo propio para intentar un cese al fuego —sacando la mayor ventaja política del conflicto hacia la recomposición—, el grueso de la población civil [mujeres, niños y ancianos] directamente involucrada teme por su vida.
Apenas ayer, el controvertido presidente del Consejo de Ministros, Silvio Berlusconi, reconoció que “la situación en Lampedusa es difícil”. Hace días fue de visita a la isla, en un claro reality show, un manejo político del conflicto —como otros; el problema de la basura en Nápoles o el terremoto de L’Aquila—, en el marco del juicio que enfrenta por acusaciones de prostitución de menores.
Ya el pasado 29 de marzo, los habitantes de la isla —apenas unos 5,000— protestaron masivamente por los problemas generados con la presencia de los inmigrantes, tunecinos primero y ahora procedentes de Libia; hacinamiento, insalubridad, basura, epidemias, etcétera, pero todos demandan servicios para sobrevivir. No se descartarían motines. El problema lo impone la cantidad. Desde el pasado 1° de enero han llegado cerca de 20,000, pero hay quienes temen que el número pueda llegar a los ¡50,000 inmigrantes! El Ministro del Interior, Roberto Maroni, comentó hizo un mes que las revueltas del norte de África tendrían consecuencias migratorias de “proporciones bíblicas”. Y no se equivocó. Tan sólo este fin de semana, en la noche del sábado al domingo, llegaron otros 346 para un total de 2,500 de refugiados.
“El problema del Ejecutivo —dijo El País el pasado 29 de marzo—, es que las revueltas han destruido de un plumazo su política de inmigración, basada en el hoy inaplicable delito de inmigración clandestina y en los acuerdos bilaterales con las dictaduras de Libia y Túnez. Caídos los sátrapas, las cosas no van tan bien. Roma prometió el sábado un crédito de 150 millones al Gobierno tunecino si frena las salidas. Pero estas han aumentado y ayer Maroni amenazó con devolver las pateras a Túnez aplicando la ‘repatriación forzosa’”.
Apenas este sábado, The Independent refirió la crisis de refugiados que en Italia va in crescendo. “Noche tras noche se amontonan en grupos, tratando desesperadamente de mantener el calor… Otros duermen en las laderas, a la espera de que llegue la ayuda. Mientras el mundo concentra su atención en los acontecimientos en el Medio Oriente y África del Norte, una crisis humanitaria en curso en Europa. Se trata de Lampedusa, una pequeña porción del paraíso italiano normalmente virgen del sur del Mediterráneo que se ha convertido en un campo de refugiados fétidos de miles de personas desesperadas que huyen de la agitación y la pobreza” [traducción libre].
Mientras ACNUR (Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados), pide investigar dos embarcaciones con 400 inmigrantes que desembarcaron de Libia el pasado 25 de marzo y de los cuales no se tiene noticia —ver el seguimiento puntual del problema que hace el Corriere della Sera—; Francia, el primero de los países que determinaron la invasión occidental en Libia, aplica la política de fronteras cerradas según la determinación de su presidente Nicolas Sarkozy. A los aliados invasores no les importa la gente, les interesan los energéticos.

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viernes, 1 de abril de 2011

REVOLUCIÓN LIBIA SE COMPLICA

01/abril/2011

*Aumenta rechazo a intervención extranjera
*Reculan rebeldes, avanzan fuerzas de Kadafi

Por lo visto, y dados los acontecimientos en los frentes de guerra en Libia entre los jóvenes revolucionarios y las fuerzas leales a Kadafi, los ataques perpetrados contra puntos estratégicos y de infraestructura operados por las fuerzas intervencionistas encabezadas por Estados Unidos —a partir de ahora bajo el mando de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), avalada el pasado 22—, no han servido de mucho para detener al dictador u obligarlo a renunciar. Todo lo contrario, sus milicias están propinando serios reveses y obligando a retroceder a sus detractores, al orillarlos a viejas trincheras.
Mientras abunda el desánimo entre las fuerzas revolucionarias porque no ven claro el apoyo promovido desde el exterior por los ataques nocturnos de la OTAN contra Kadafi [que han cesado los últimos dos días], no pueden contra los estrategas del gobierno dictatorial ni poseen el armamento y la capacitación suficiente para confrontarse con el ejército del régimen, crece igualmente la polémica en el exterior entre los países que conforman la coalición —Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia— y aquellos países que se oponen a una guerra sin sentido. O, mejor dicho, con el único sentido del intervencionismo neocolonial, como se cataloga en varios países.
Así, no se ve para cuando concluya la guerra ni se obtenga la renuncia de Kadafi, lo que hace pensar que los combates seguirán cobrando vidas en el territorio en disputa. El caso es que en el curso de los últimos tres días, los rebeldes fueron desalojados desde las cercanías de Sirte [estaban a 60 kilómetros], la ciudad natal del dictador, una vez que tenían posesión de Bin Yauad, ciudad intermedia entre Bengasi —el bastión rebelde— y Trípoli, la capital; todas ciudades costeras en el Mar Mediterráneo. Y ahora, de perder Marsa el Brega el golpeteo seguirá en Ajdabiya, la puerta de entrada a Bengasi, por ser una ciudad estratégica para medir el principio del fin o la derrota de unos y otros.
Eso dependerá tanto de la resistencia rebelde, también en la ciudad de Misrata, más cercana a la capital, como del apoyo del intervencionismo neocolonialista de occidente. Ante tamaña movilidad de tropas de ambos frentes, se están provocando grandes migraciones de población civil de unas ciudades a otras que consideran más seguras; un problema adicional porque hasta en tanto la guerra no se resuelva en un sentido u otro, no habrá quien atienda sus necesidades; lo que generará una tremenda crisis social dentro de pocos días.
En parte, la ausencia de ataques por parte del operativo de la OTAN a las fuerzas de Kadafi en el operativo Odisea del Amanecer, es la espera del llamado de auxilio de los rebeldes ante la ofensiva de los leales al dictador, en parte también porque sólo una petición interna como esa brindaría un toque de legitimidad a lo que hasta la fecha resulta muy endeble, y es cuestionado por varios países a nivel internacional. Hay reclamos en varios sentidos.
Entre ellas: 1) el alcance del resolutivo 1973 de la ONU; 2) hasta dónde llegará el apoyo de los aliados a los rebeldes, porque las fuerzas de occidente no son bien vistas entre los grupos musulmanes libios en acción; 3) si se arma o no a los revolucionarios que se oponen a Kadafi; 4) si se capacita a dichas fuerzas opositoras y rebeldes, porque son todo menos un ejército capaz de afrontar a las bien organizadas tropas del dictador en cuestión.
El contraste de las fuerzas de unos y otros se mide claramente, porque tan sólo el ejército de Kadafi posee —según versiones del portavoz de los rebeldes, el coronel Ahmad Omar Beny, citado en la edición de ayer de El País—, entre 3,200 y 3,600 soldados de la Guardia Republicana chadiana, bajo el mando del vicedirector de la Seguridad Nacional de Chad, Isa Bahar, primo del presidente Idris Deby. Y agrega: “Es una fuerza muy preparada con armamento pesado y altamente mecanizado”. En tanto los milicianos rebeldes solo disponen de armas ligeras. Eso los ha obligado a una retirada táctica, hasta contar con una mejor estrategia.
Y abunda en peticiones: “Para hacer frente a esta fuerza [de Kadafi], necesitamos de armas con las que se puedan destruir tanques y artillería de 155 mm”, que es lo que están utilizando los gadafistas, concluye Ahmad. Pero eso no se ve cercano. Ni siquiera en lo tocante a la capacitación, porque no queda en claro quién o qué país de los intervencionistas podrían jugar ese papel. Por ejemplo, el secretario de Defensa estadounidense, Robert Gates, ha dicho que deberían ser otros países, “y no Estados Unidos”, quienes deberían ofrecer ese tipo de asistencia [el asesoramiento y la ayuda en entrenamiento de tropa].
Más cuando en los propios EU, el presidente Barack Obama está recibiendo algunas críticas severas, por su proceder en Libia. Porque no faltan los cuestionamientos sobre la finalidad de dicha participación. Eso mismo lo obliga a operaciones encubiertas. Ayer el The New York Times publicó, con información de la agencia Reuters, que Obama, secretamente, está enviando misiones de agentes de la CIA a Libia. Y, dado que la autorización requiere unas dos o tres semanas, se habría autorizado al mismo tiempo que se firmó el uso formal de la fuerza para imponer una zona de exclusión aérea en Libia so pretexto de “evitar la matanza de civiles por parte de Kadafi”.
En el inter también está el cuestionamiento internacional en el sentido del envió de armas o no a los rebeldes, por parte de EU. El principal argumento es que eso no está previsto en la resolución de la ONU, del pasado 18 de marzo. Por la afirmativa están, además del presidente Obama su secretaria de Estado Clinton, en tanto por lo contrario destacan, además del ministro del exterior británico William, el secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen y del exterior francés, Alain Jupee, varios países entre quienes destacan Rusia, Italia, Noruega, Bélgica, Dinamarca y China. Uruguay y Venezuela también rechazan la injerencia militar del “imperio” gringo.
En tanto el principal promotor de la intervención extranjera en Libia, y de la asesoría de la OTAN, el presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, le teme a la reacción de los países árabes para quienes la OTAN representa “una fuerza occidental neocolonial”. En su cara se lo restregó el presidente chino Hu Jintao a Sarkozy, el miércoles en ese país de Asia: “El objetivo de la resolución es parar la violencia y proteger a los civiles, pero si las acciones militares llevan al desastre a los civiles y agravan la crisis humanitaria, entonces éstas van contra el propósito de la resolución [1973]”, remató Jintao.

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