viernes, 30 de abril de 2010

AGRESIÓN A PERIODISTAS=IMPUNIDAD

30/abril/2010

*Enrarece el ambiente de violencia en el país
*Ulises, el más viejo estilo represor del PRI

A la memoria de Tyri Antero Jaakkola y Beatriz Alberta Cariño Trujillo. A los reporteros de Contralínea: Érika Soemi Ramírez Pardo y David Cajeme Cilia García. En solidaridad.

En el libre ejercicio de su actividad, los periodistas en México corren grave peligro. Por lo mismo, el año pasado el país fue catalogado como el más riesgoso del mundo para labor informativa. ¡Más que los países en guerra! No obstante, el país tiene su propia guerra. Una situación que, mezclada con la corrupción e impunidad que permea al régimen, así como al ejercicio de las muy añejas prácticas caciquiles, autoritarias y represivas del PRI que siguen vigentes, complica los problemas del país. Y secuelas como las agresiones a periodistas.
Veamos el primer considerando. En plena guerra. Un invento del actual presidente, Felipe Calderón, que aplicó desde diciembre de 2006. La declarada y ahora a todas luces fallida “guerra contra el crimen organizado y el narcotráfico”. Que se hizo a contrapelo, utilizando el último recurso que se tiene —las fuerzas armadas— antes que atreverse a comenzar como debía: limpiar toda la corrupción del aparato gubernamental. No obstante, se dejó crecer en los últimos sexenios, porque no hay auge del narcotráfico sin contubernio y corrupción desde el poder.
El caso es que hay una guerra sin cuartel. Sin una estrategia que incluya la investigación seria del flagelo, o la intervención financiera de los cárteles en sus cuentas bancarias. Es increíble que el gobierno no sepa lo que Forbes sí: que El Chapo Guzmán está entre los hombres más ricos del país. O la captura de los principales narcotraficantes, y no los de mediano calibre. En esa lucha de fanfarrias del gobierno —como la calificó el Washington Post—, por el caso de los alcaldes detenidos en Michoacán que luego se le cayó por ineptitud. Entre otras acciones no aplicadas que sí han dado resultado en otros países como Colombia y la propia Italia.
Por lo mismo, se generaliza la violencia en todo el país. Por la guerra del gobierno contra los narcos (o viceversa), y por las pugnas entre los cárteles por el control de las plazas. Pero eso arrastra los márgenes de impunidad. Por un lado, porque no se investigan los crímenes perpetrados en contra de personas civiles inocentes, consideradas “daños colaterales”. Pese a las presiones cada vez mayores, como el caso de los estudiantes del Tecnológico de Monterrey. ¡Y todos los de Ciudad Juárez!, para cuyas madres de víctimas no hay más que sordera.
Por otro lado, el clima de violencia aumenta como crisis de la actividad delincuencial, y termina por infiltrarse en la sociedad amenazando con instalarse como una rutina. Y de eso tiene alta responsabilidad la televisión que sólo muestra hechos de sangre y no investiga; alentando con ello la misma impunidad. Y la irresponsabilidad del gobierno federal. En lugar de presionar para que se aclaren los muertos inocentes. No se puede catalogar a los todos caídos de estar coludidos con el narco, como le sucedió a Calderón con los cuatro jóvenes acribillados en la colonia Salvárcar, en Cd. Juárez. Como tantos más en muchos estados del país. Y que eso sirva de pretexto.
El caso es que el entorno se vuelve cada vez más peligroso. Porque el crimen operando del modo más violento cada vez. Y por los asesinatos ligados con otras actividades también delincuenciales que igualmente crecen. El panorama se complica por ese doble motivo. Entonces, el clima de violencia alimenta la crueldad de otros grupos, como los viejos ligados y utilizados por el poder caciquil local en los estados. Me refiero a los paramilitares. El caso de Oaxaca es más que especial, como lo ha sido, y los ejemplos sobran en otros estados como Chiapas o Guerrero.
En el segundo considerando, recordemos que Oaxaca —uno de los más pobres del país— es gobernado por Ulises Ruiz, un político de viejo cuño priista que se ha sostenido en el poder pese a ser el artífice de una de las más cruentas represiones a movimientos sociales ejemplares, como el de los maestros democráticos y la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO) en el 2006.
El libro de Diego Enrique Osorio: Oaxaca sitiada. La primera insurrección del siglo XXI, lo describe muy bien. Desnuda las actuaciones desde el gobierno local hasta el contubernio interpartidista (PRI y PAN) para sostener a un presidente de facto, porque ganó con la torsión de los datos del IFE y no con los votos ciudadanos. Porque el movimiento de Oaxaca se dio en una coyuntura electoral particular: la sucesión presidencial de 2006. Pese a que inicialmente se trató de un asunto meramente salarial, de los maestros de la sección 22 del SNTE, el sindicato más grande de América Latina que regentea la maestra Elba Esther Gordillo.
Un caso de contubernio desde el poder que pasó por la represión de un movimiento, donde el pueblo oaxaqueño (quien padece ya por 81 años acumulados el autoritarismo del PRI, al más viejo estilo de contener por la fuerza cualquier intento de independencia de un movimiento social, pese a lo agravios acumulados) se levantó en contra de un gobierno autoritario y represor. Donde el castigo para los líderes fue el encarcelamiento bajo acusaciones turbias. Y para el pueblo la represión y muerte de por lo menos 26 personas.
Sigue Ulises, en estos tiempos preelectorales donde el estado cambia de gobernador el próximo 4 de julio. Ahí, en Oaxaca, en la comunidad Triqui de San Juan Copala, ocurrió el martes pasado, día 27 a las 14:50 horas, la emboscada de una caravana de 25 personas que llevaban ayuda humanitaria —aparte de investigar la situación de derechos humanos—, por parte de un grupo de paramilitares que se conoce como Unión de Bienestar Social para la Región Triqui (Ubisort), de origen priista y que dice contar con el apoyo del gobernador.
La balacera con la que fueron rechazados por los paramilitares antes de llegar a Copala, dejó como saldo a dos personas muertas. Un finlandés y una mexicana. Pero hay más desaparecidos. Entre ellas dos reporteros de la revista Contralínea. El pecado de los Triqui fue haberse declarada el 1 de enero de 2007 municipio autónomo, en la línea de la autonomía de las comunidades zapatistas de Chiapas. Es el viejo estilo de un gobernador priista que le hizo un gran favor al presidente. Por otro lado, la acusación de Calderón de que las agresiones contra periodistas provienen del crimen organizado es falsa, porque detrás están autoridades coludidas. Quedarán impunes, todos, si la sociedad se los permite.

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jueves, 29 de abril de 2010

MIGRANTES, VIDA DE MISERIA

29/abril/2010

*Centroamericanos vejados en sus DH
*El paso del infierno, el paso por México

“El obrero tiene más necesidad de respeto que de pan”: Karl Marx (1818-1883).

Justo en esta coyuntura, en la que México está dando la batalla dentro y fuera de los Estados Unidos, en contra de la Ley Arizona por criminalizar inmigrantes, aparece el informe de Amnistía Internacional (AI), “Víctimas invisibles; migrantes en movimiento en México”, donde revela los abusos y violaciones en sus derechos que padecen los inmigrantes centroamericanos a su paso por México, desde la frontera sur con Guatemala y Belice hacia el sueño del American way of life, en el país vecino del norte.
Y no se puede, porque se pierde calidad moral, luchar en un frente de batalla descuidando el otro. Ver la paja en el ojo ajeno y omitir la viga en el propio. Desdeñar lo que se hace por parte de autoridades mexicanas —militares, policías fronterizos, federales y locales— para ver únicamente lo que se hace por parte de la policía fronteriza de EU con nuestros connacionales.
Porque tanto buscan mejores oportunidades los inmigrantes locales como los de otros países. En este caso de Centroamérica, principalmente salvadoreños, guatemaltecos, hondureños y nicaragüenses. Así como México es incapaz de brindar esas opciones laborales, salariales y de vida, también —o todavía más— lo son los países hermanos del sur de México. Y como tal, México es el territorio de su travesía.
Del mismo modo que los mexicanos, también los centroamericanos aspiran a llegar al norte, y no precisamente quedarse en el país de paso porque las opciones que pudieran encontrar aquí son malas o muy pocas. Pero eso sí, cruzar por territorio mexicano se convierte para inmigrantes centroamericanos en un infierno por tantas vejaciones. Como ocurre con las mujeres que padecen violación (6 de cada 10 indocumentadas), hombres que son golpeados y tantos más que encuentran la muerte.
Como problema mundial y de la globalización, la inmigración no es un fenómeno nuevo. Es legal, eso sí, cuando se pasa una frontera con pasaporte; ilegal, cuando no se cruza la línea divisoria sin la autorización del destino-país, y se padecen todas las peripecias.
La más común es la inmigración ilegal. Un producto de las diferencias entre países desarrollados y “subdesarrollados”; de los que se dicen del primer mundo y los catalogados como del tercero. Fruto del abismo que se abre entre países ricos y países pobres. O mejor dicho, entre explotadores y explotados.
El cruce ilegal de fronteras ocurre porque los cientos de miles de hombres, jóvenes, mujeres y hasta niños van en busca de oportunidades para salir de la miseria. Asumen el riesgo del traslado y el cruce ilegal con toda la esperanza de un trabajo digno, remunerado. No obstante por su condición de ilegal es objeto de discriminación, de maltrato, de violación, plagio y hasta de muerte.
AI denuncia lo que ocurre en México con los inmigrantes centroamericanos. “Decenas de miles” sobre “niveles alarmantes”, sufren abusos cada año al cruce del territorio mexicano hacia EU, dijo Rupert Knox, investigador de AI para México. Tal y como lo reportó en España y divulgó la BBC Mundo un día antes que el organismo internacional presentara el citado informe ayer aquí en México.
El caso es que con frecuencia México denuncia las violaciones de los derechos humanos de los migrantes mexicanos en el paso por su frontera norte y sur de EU, pero no vuelve la cara para ver lo que está sucediendo en su propio territorio con los centroamericanos. Tiene todo el derecho de protestar y, como en este caso, denunciar la propia Ley Arizona, pero debe ver también lo que está pasando y poner medidas migratorias y controles a los vigilantes fronterizos en el sur.
AI denuncia que, “la mayor parte de los centroamericanos que cruzan desde México hacia EEUU son víctimas de abusos. Son recuentes los secuestros por bandas de delincuentes, las extorsiones de policías y las violaciones sexuales. En 2009, por ejemplo, la independiente Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) documentó que en seis meses se cometieron más de 9.000 plagios de indocumentados”.
Eso desata, como ciertamente documenta AI, una grave crisis humanitaria, porque los inmigrantes están virtualmente ajenos a la justicia, temerosos a represalias y deportación cuando se atreven a denunciar los abusos. Y como ilegales, “están condenados a una vida de marginación, vulnerabilidad y explotación de bandas de criminales y oficiales corruptos”, según el informe. Como ocurre con las seis mujeres de cada 10 que han sufrido agresiones sexuales por parte de militares o policías federales o locales, porque “son pocas las que se salvan”.
Felipe Calderón ha dicho, cita el informe, que: “Estamos obligados a darle un trato humano, justo, respetuoso a los mirantes de otros países que vienen aquí o pasan por México en busca de un mejor destino”, pero se queda en palabras. O como la reacción de Segob, frente al reporte de AI deslindando el asunto a que son bandas de criminales, como las del narcotráfico, las que desvían su actividad. Como si fuera un problema reciente. Y no se hace lo propio para enmendarlo. Porque, eso sí, los esfuerzos por remediar o resolver el tema hasta el momento son completamente insuficientes.
El caso es que el olvido, la desatención, el descuido y el abandono por parte del gobierno federal y del propio Estado, han alentado que el problema de la inmigración ilegal de centroamericanos a su paso por México esté en calidad de crisis humanitaria. Así quedó en claro, también, hace unos días (el pasado 23 de marzo), cuando una decena de organismos defensores de los derechos humanos en México, solicitaron la presencia de autoridades mexicanas para una audiencia ante la CIDH con sede en Washington. Ahí se denunció, entre otras violaciones, que tan solo en los últimos seis meses se perpetraron ¡9 mil 758 hombres y mujeres secuestros!
Señalando, ante la CIDH, que el Estado mexicano es un violador de derechos humanos de los migrantes de tránsito. Como a EU frente a México, a México frente a Centroamérica la hace falta una política migratoria. Respeto de iguales a trato entre afines.

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ARIZONA, NARIZ DE LA DERECHA

28/abril/2010

*Choque de trenes, dos proyectos
*Ley anti-Obama, y antimexicana

“Lo maravilloso de la guerra es que cada jefe de asesinos hace bendecir sus banderas e invocar solemnemente a Dios, antes de lanzarse a exterminar a su prójimo”: Voltaire (1694-1778).

Víctimas de los jaloneos electorales y de los juegos del poder en los Estados Unidos entre izquierda y derecha, demócratas y republicanos, moderados y extremistas o pacifistas y guerreros —que no por azares del destino o la casualidad—, ahora les toca a los migrantes padecer los embates de la reacción que detesta al presidente Barack Hussein Obama y a su proyecto “socialista”. Porque trata de apoyar a la población con leyes como la Nueva Ley de Salud, avalada en marzo pasado, en lugar de hacer rentables negocios al estilo de los Bush.
Por ello, en su momento, también la Ley de Salud fue avalada sólo por los demócratas, mientras que los republicanos además de votar en contra organizaron protestas a las afueras del Congreso para arremeter mediante el movimiento populista Tea Party, diciendo que la ley era un atentado a la libertad individual de los estadounidenses, y que su país se estaría convirtiendo en una Rusia comunista o una Alemania nazi. Mientras la líder demócrata Nancy Pelosi decía, con “humildad y orgullo”, estar haciendo “historia, por el progreso del pueblo estadounidense”. Un choque de trenes, pues, entre dos proyectos muy distintos de nación.
El caso es que ahora, el tema de la migración entró a formar parte del proceso electoral con resultados nefastos y una ley xenófoba como resultado. Todo, porque el senador John McCain intenta reelegirse por sexta vez, y enfrenta a un competidor de su partido que trata de arrebatarle la bancada por Arizona. Se trata del político J.D. Hayworth, quien también es apoyado por los miembros del Tea Party. Esa agrupación que cuenta ya con la simpatía de por lo menos el 28 por ciento de los estadounidenses, y está fuerte en temas como los derechos gay y el cambio climático. Ya hora es antiinmigrante.
La bandera de Hayworth es apretar las medidas contra migrantes, criticando por ello a McCain quien en otros años ha propuesto regularizar a 12 millones de trabajadores indocumentados. El tema, entonces, surgió en la disputa entre candidatos republicanos. Por eso la Ley Arizona tiene nariz con olfato republicano. Y McCain está apoyando a la gobernadora Jan Bewer, en un claro intento por conservar el hueso, la silla senatorial. Por eso él mismo es quien ha solicitante la presencia de los 3 mil soldados de la Guardia Nacional para resguardo de la frontera de Arizona con México.
El asesinato lamentable cometido —no se sabe si por un migrante o un narcotraficante— en contra de Rob Krentz, el hacendado de Arizona de 58 años de edad el pasado 27 de marzo, se convirtió en el pretexto para apretar la legislación estatal y sustentar el alegato de Bewer a favor de la ley que avaló el congreso local sin rubor.
La coyuntura se prestó para que el caso tomara los tintes electorales que ahora tiene. Pero impacta porque atenta contra los migrantes mexicanos, los criminaliza y afecta sus más elementales derechos humanos. A la vez que levanta ámpula porque sale a relucir el movimiento de la derecha más recalcitrante que detesta el populismo “socializante” que abandera Obama, y está lejos del guerrerismo de los Bush que tantos beneficios les deparó bajo el pretexto del antiterrorismo.
El caso es que ahora, y eso está bien para los inmigrantes mexicanos (aquí servirá de mucho lo que apriete Felipe Calderón para apoyar a los mexicanos que viven allá), la ley xenofóbica obligará al presidente Obama a discutir un tema que había guardado en el cajón del escritorio, para retomarlo en tiempos de su pretendida reelección presidencial. Rediscutir el tema será importante para él y su proyecto de reelegirse (otra vez el tema electoral, pero los migrantes representan siempre votos a favor o en contra; ¡eso sí!), con todo y eso sea cambiar la agenda de trabajo por presión de los republicanos.
Pero desde que llegó al poder, el hoy presidente de origen negro no la tiene fácil con la derecha que se escuda en el Partido Republicano. Acostumbrada a ejercer la política de la violencia que resulta altamente redituable, la derecha no se ha estado quieta sobre todo a partir del 11 de septiembre del 2001. Más cuando el presidente saliente, George Bush, le entregó en las manos elevadas ganancias so pretexto de la guerra antiterrorista.
Por eso la derecha aprovecha cualquier asunto para denostar a Obama. Pero por eso el propio presidente tiene que luchar también en defensa de su propio liderazgo. Y por defender su presidencia. Así como en su momento la Ley de Salud le representó batallas que al final ganó. De ese mismo modo la Ley Arizona le otorga la coyuntura para retomar un asunto que bien lo puede posicionar cuando requiera el voto hispano.
Por eso a Obama le conviene retomar la bandera de la inmigración, y contraponerse a la Ley Arizona. Eso le interesa también a los mexicanos. Y el gobierno de Felipe Calderón debe estar preparado para la batalla en el Congreso de EU. Por lo mismo, no debió cancelarse la reunión que tendría lugar en aquél estado, entre sendos gobernadores. Le faltó asesoría a Guillermo Padrés de Sonora, para no desistir de ir a ver a Bewer. Y la Ley Arizona era un buen pretexto. Igual que un impedimento.
El caso es que la derecha gringa seguirá haciéndole la vida de cuadritos a Obama. Porque el asunto no es meramente electoral. Ese se convirtió en el pretexto ahora para denigrar mexicanos. Pero también porque México no acciona sino que reacciona. El gobierno mexicano necesita una política activa. No de sometimiento a EU, como ahora. El Congreso mexicano debe presionar a Calderón en este sentido.
Pero la derecha reaccionaria no descansará hasta lograr lo que quiere: derrotar a Obama y a su gobierno benefactor. Porque a ella no le interesan los problemas sociales sino la política exterior que trae beneficios con la guerra. Porque la guerra es, como decía Clausewitz, “la política por otras vías, o viceversa”. Por eso, bajo el Partido Republicano se esconden los flamantes empresarios cuyo negocio es la guerra. Ahora se conforman con criminalizar a los migrantes. De paso presionan a Obama.

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martes, 27 de abril de 2010

XENÓFOBA, LEY VS. MIGRANTES

27/abril/2010

*Tibia postura del gobierno de Calderón
*Migrante=mano de obra=economía de EU

“La indignación moral es la estrategia tipo para dotar al idiota de dignidad”: Herbert Marshall McLuhan (1911-1980).

La tibieza con la que reaccionó el gobierno mexicano a la firma de la ley antiinmigrante de la gobernadora de Arizona en Estados Unidos, Jan Brewer, el viernes pasado, delata problemas que apuntan en diferentes direcciones, a la vez que saltan al más elemental sentido común. Un asunto en donde Felipe Calderón queda mal parado. Así, veamos, por ejemplo:
1.- La unilateralidad de la política exterior de México, tal y como se viene manejando durante los últimos nueve años del gobierno presidencial del PAN. Limitándose al vecino del norte, sobre todo a partir de la firma de acuerdos como el TLCAN (el tratado EU-Canadá-México; Bush-Mulroney-Salinas), que unió más el destino del país a los fines e intereses del vecino del norte, no obstante los 43 tratados suscritos con otros países también en términos de libre comercio pero que han sido desaprovechados en los hechos.
2) El entreguismo de la política gubernamental del presidente Felipe Calderón, hacia los propios Estados Unidos; sobre todo porque ejerce una política meramente reactiva frente a los problemas fronterizos, como el relativo a las restricciones comerciales de los productos de agricultores mexicanos altamente competitivos, cuya llave se cierra cada vez que se quejan los productores locales y presionan a sus legisladores con fines proteccionistas, en un país cuyo baluarte es el “libre mercado”.
3) El abandono por parte del gobierno mexicano actual, de la tradicional-histórica política exterior del país —basada, además, en elevados principios como el de la no intervención, la autodeterminación de los pueblos, la solución pacífica de las controversias, la igualdad jurídica de los Estados, entre otros—, que durante décadas le permitió mantener una voz cantante en los foros internacionales, con una autonomía y calidad moral propias para opinar sobre los más diversos temas del escenario político mundial. Esa fue, por lo menos, la política de México durante todo el difícil periodo de la segunda posguerra.
4) La improvisación y por ello el descuido de la parte mexicana, a una relación históricamente compleja compartida desde una frontera de más de los tres mil kilómetros. Por eso las reacciones de botepronto, meramente coyunturales, por parte de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) de México, a los distintos problemas que presenta dicha relación. Cuando es de la más alta prioridad, o debería serlo, desde el momento en que los asuntos cotidianos de la relación se complicaron cuando EU redefinió muy bien sus políticas y prioridades frente al mundo, al cambio de “estrategia” de “seguridad nacional”, desde el 11 de septiembre de 2001 —el autogolpe a las Torres Gemelas de Nueva York, con tintes autoterroristas y de invadir los territorios ricos en petróleo en Asia Central— a la fecha.
5) La falta de una agenda de asuntos cotidianos y pendientes, dentro de esa compleja relación con EU, por parte del gobierno mexicano; o lo que es lo mismo, de una estrategia frente a los temas de la más alta prioridad como son, además de la inseguridad que ha detonado el problema del narcotráfico y el crimen organizado en la frontera, la corresponsabilidad no asumida por Washington en el citado combate, hasta la revisión misma del TLCAN y otros tratados como el Plan Mérida y el ASPAN. Y los temas de la migración de mexicanos, como mano de obra que acude al mercado estadounidense porque México no le otorga las oportunidades debidas para un empleo y una vida dignas. Porque sin mayor presión, a EU no le interesan aquellos asuntos que no están dentro de su agenda de prioridades. Como es el caso del millonario negocio de la venta de armas a los grupos criminales mexicanos que le depara altos dividendos. O la misma reforma migratoria tantas veces llevada y traída con fines electorales en aquél país.
6) El pragmatismo y la torpeza de la titular de la SRE, Patricia Espinosa, sale a relucir cuando dice que la aprobación de la citada ley discriminatoria en Arizona, deteriora las relaciones de México con ese estado. Cuando dicha ley antiinmigrante, racista y xenófoba, apunta a un deterioro con EU y con el Congreso de ese país. No sólo con Arizona y la gobernadora Brewer. Porque dicha ley, además de criminalizar a los migrantes mexicanos, atenta contra los tratados firmados por los propios EU en materia de derechos humanos y de respeto a la mano de obra migratoria. Un aspecto deslizado por los EU y no apuntado con seriedad por México, porque la mano de obra mexicana es de la mejor calidad y con eso aporta gran parte de su valor a los procesos laborales en aquél país. Y no es lo suficientemente defendido, aún cuando los montos de las remesas enviados por nuestros connacionales tienen un alto valor para la propia economía mexicana.
7) El rechazo a la mencionada legislación ha venido, no tanto del gobierno como del poder legislativo que se ha pronunciado absolutamente en contra de tamaña pretensión de ley xenofóbica en Arizona, porque la policía estatal podrá, bajo la mera sospecha de ser migrante entre otras vejaciones, detener en calidad de delincuentes, a los migrantes mexicanos.
8) El caso es que, o el gobierno de Calderón rectifica su postura frente a Washington y el presidente Obama —y no sólo ante la gobernadora racista— para efectos de entrarle a una legislación sobre migración que reconozca la importancia de la mano de obra mexicana en ese mercado del norte, o será rebasado por los propios migrantes en aquél país que solos estarán peleando por una presencia digna, como gente trabajadora que son en aquél país. El Congreso mexicano hará lo propio. Pero al gobierno de Calderón le corresponde tomar la iniciativa. Aunque sea tardía. Ojalá no demasiado, porque él será el responsable de cualquier acción no acotada a su debido tiempo.
Entretanto, la citada gobernadora de Arizona, Jan Brewer, ha dicho que “tomará las cosas con sus propias manos” para impedir que la frontera deje de ser sólo “una línea imaginaria”, con el anuncio del “programa de reforzamiento de seguridad fronteriza”. Con ello apoyará a los policías y a las misiones aéreas en la línea fronteriza con México. Discriminación vil con la entrada en vigor de la ley. En tanto las protestas comienzan a sentirse frente al capitolio estatal, en defensa de la dignidad de los migrantes.

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lunes, 26 de abril de 2010

HACIA EL PAÍS DE TODOS (Y III)

26/abril/2010

*Sueño, vigente contra el neoliberalismo
*Urge un proyecto alternativo de nación

Con un país así, como México, gobernado por una camarilla de mafiosos donde no reina otro interés que el de los hombres del poder, lo que urge es un cambio de régimen. Un cambio de fondo. Con todo y eso, el propio Andrés Manuel López Obrador —el rijoso de la política para el sistema del PRIAN y la mayoría de los medios de comunicación que lo mantienen marginado— lo plantea no como un cambio violento sino pacífico. Esa es, creo, su tesis principal. La otra es hacerlo con el apoyo de la gente. Por eso el recorrido por todos los municipios del país, muchos de ellos a pie tierra.
Un cambio desde abajo hacia arriba, pero que modifique las estructuras del sistema; es decir, desde la sociedad hacia el régimen político (incluidos los partidos), y el gobierno. Una sacudida que impacte hasta al Estado, claro está. Para eso es importante el apoyo consciente y consistente de la población. De una sociedad organizada y participativa. Pero sin falsas promesas porque el desencanto es fatal. Y hacerlo aprovechando los procesos electorales presidenciales.
Porque bien visto el asunto, incluso a los propios hombres del poder les beneficia echar por tierra este sistema que no trae más que la agudización de las contradicciones. Corroído desde las entrañas como está. La violencia actual es una manifestación de dicha putrefacción. Porque ni el crimen organizado ni el narcotráfico se explican fuera de la colusión desde el poder. Sin la corrupción que a estas alturas permea todo el sistema político.
Por eso ahora amenazan los narcopolíticos y las narcocampañas en el proceso electoral en curso que culminará el 4 de julio entrante. Como tampoco se explica (dicha violencia) sin la impunidad, porque muchos de los mafiosos escalan posiciones políticas, o son los encumbrados. Mejor dicho, a estas alturas el narcotráfico se convirtió en un problema porque se le salió de las manos a los gobernantes mismos, cuando no sea a los encumbrados del poder.
Pero se puede cambiar, si todos nos lo proponemos. Así, por la vía pacífica. Incluso por la vía electoral tradicional. Nada más cuidando bien el proceso y con los candados pertinentes en el conteo de los votos, como en el PREP. Puede hacerse bajo el control de una institución ajena al IFE, como pudiera ser la UNAM o el Politécnico.
El caso es que se les puede arrebatar el poder a los hombres que tienen secuestrado al país, y con ello a todos los mexicanos. Cambiar pacíficamente, como lo han hecho otros hermanos latinoamericanos (Brasil, Argentina, Uruguay, Venezuela, Bolivia, incluso Chile; es decir, con sus diferencias de cambio e institucionales).
Modificar el sistema político y el modelo de desarrollo neoliberal por otro más eficiente; adaptado a las necesidades del país, porque las incrustaciones externas no funcional. Recuperar la tranquilidad en el país, por ejemplo, es un asunto de la más alta prioridad. Redefinir la estrategia contra el crimen organizado y el narcotráfico. Modificar la política social para que deje de ser meramente asistencialista y volverla participativa.
Un cambio de régimen que les conviene a todos. Así, apostarle al cambio pacífico, no a más violencia, como la que ha alentado la falsa guerra anticrimen que no ha traído más que muerte en todo el país. Porque crece la criminalidad, en tanto los militares sigan en la calle. Es la derrota de la falsa estrategia del presidente actual, Felipe Calderón. Una guerra que se preveía perdida, porque siempre ha sido improvisada y sin sustento estratégico de ningún tipo; una guerra sin medidas aleatorias y complementarias.
Apenas hace dos días que el gobernador del estado de Chihuahua habló del desgobierno en México. Porque no es un dilema de un solo estado, sino de varios. Porque no se trata únicamente de aquellos estados en donde se escenifican batallas entre los cárteles de la droga. Sino en todo el país en donde la inseguridad se ha apoderado de la sociedad. Y el miedo como parte de la sicosis colectiva.
El problema del narcotráfico como una de las expresiones extremas, entonces, de la corrosión de ese sistema político y económico sin sustento. Porque cuando el crimen cuenta con el apoyo de la población es por miedo o por necesidad. Porque la población está abandonada. El Estado no le proporciona ningún aliciente. El gobierno se olvida de los problemas fundamentales del país. Por eso no emprende políticas para resolverlos.
Por eso los que
tienen en sus manos el poder hacen lo que quieren para aumentar su riqueza. Porque los últimos gobiernos así lo han orquestado. Como decíamos ayer, los hombres ricos no pagan impuestos, o si pagan aportan lo que quieren, no lo que deben. En cambio, hacen negocio con los bienes del Estado, como es el caso del petróleo que se reparten como si fuera propiedad privada.
Bueno, ya lo es con la última reforma energética avalada por todos los partidos. Pero principalmente por el PRIAN. Por eso las tesis de Obrador tienen eco. Porque el país no puede funcionar atendiendo únicamente el interés de unos pocos. Ni con la polarización extrema, como en el caso de la riqueza y la pobreza. Con el hombre más rico del mundo y con la mayor cantidad de pobres.
Recuérdese que, de acuerdo con los datos últimos del Banco Mundial, en México avanza la concentración del ingreso como en ningún otro país de América Latina; así como el número de pobres. Ahí están, entre los más ricos del país, nombres como: Carlos Slim, Alberto Bailleres, Ricardo Salinas Pliego, Jerónimo Arango, Germán Larrea, Roberto Hernández, Joaquín Guzmán Loera (El Chapo), Emilio Azcárraga Jean, Alfredo Harp Helú. Y otros más, porque la décima parte de los mexicanos acumulan el 41.3 por ciento del ingreso nacional (es decir, 439 mil 597.2 millones de dólares).
Mientras en el otro extremo, hay 54.8 millones de mexicanos pobres; es el 51 por ciento de la población. Tan sólo el último año, por la crisis, habrá 4.2 millones más de personas pobres; adicionales a los 5.9 que cayeron en los tres primeros años de Calderón. Bueno: la mitad de los pobres de Latinoamérica está en México. Por eso urge cambiar a este país. Y El Peje es el político que lo plantea con la mayor claridad, como Proyecto Alternativo de Nación.

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sábado, 24 de abril de 2010

EL PAÍS DE UNOS CUANTOS (II)

25/abril/2010

*México, entre parálisis y desgobierno
*El laissez faire, laissez passer del PAN

“Una mentira nunca vive hasta hacerse vieja”: Sófocles (495 aC-406dC).

Los pocos son también los que no pagan impuestos. O pagan lo que quieren. La última relación de empresas y adeudos al fisco los delata. Y pertenezcan o no a la mafia del poder, a los hombres más ricos de México, el caso es que no pagan. O no lo que deben. Todo lo contrario con la mayoría de la población, que soporta toda determinación impuesta desde el poder presidencial, y del gobierno federal. Como los controles salariales que orillan a la población a la depauperación. En tanto los mafiosos gozan de todos los privilegios, que para eso dominan con todo el aparato del Estado.
Pero todavía más. Hay algo que se advierte claramente en México: que existe una parálisis letal. Como si en lugar de promover el desarrollo desde el gobierno, se estuviera administrando la crisis. O peor tantito, navegando en el laissez faire, laissez passer (dejar hacer, dejar pasar) cobrando impuestos pero sin invertirlos; pero eso sí, haciendo negocios privados de los bienes de interés público. Y esta percepción ha ganado terreno desde la llegada del Partido Acción Nacional (PAN) al poder. Con todo y que el PRI no se queda atrás porque heredó lo propio. Lastres en la política y en la economía. Por eso el calificativo de AMLO de que ambos partidos con la misma cosa.
Porque el PRI dejó, entre otras linduras, una situación de desastre. Por ejemplo: 1) Síntomas de la descomposición del sistema acompañados de una buena dosis de inestabilidad política; 2) Un desencanto de la política en general (incluidos los partidos), de la mano del desgaste de la clase gobernante; 3) Un descrédito del presidencialismo y una tremenda desilusión social, que va de la mano del deterioro de la democracia; 4) Ya ni hablar de la tan cantada y también prometida transición democrática, que nunca llegó (y la polémica sobre este tema da para mucho), pero, ¡ah cuántas promesas!; 5) Una economía “prendida por alfileres”, totalmente vulnerable y colgada de la economía de Estados Unidos; 6) Con decrecimiento en las tasas del PIB, como es la característica de todo el periodo neoliberal; 7) Una estabilidad macroeconómica obligada por las directrices de EU, pero apretando siempre a la mano de obra y a las percepciones salariales. 8) Crisis tan fuertes como la de 1994-95; 9) Problemas tan graves para las finanzas públicas como los rescates (Fobaproa-Ipab, carretero), como forma de socializar las pérdidas para proteger a los ricos; 10) Empobrecimiento de la población, comenzando por las clases medias. Entre muchos otros vacíos.
Cierto. Pero ni duda cabe que tras el arribo de los panistas a la Presidencia de la República en el año 2000, se agudizaron los problemas heredados. Y para comprender esto no hay más que de tres sopas: 1) o no saben gobernar, pese a que llevan más de nueve años en la Presidencia; 2) no les interesa el país ni su gente, porque sólo ambicionan el poder; 3) lo que están haciendo (sin hacer) lo hacen de manera deliberada, no obstante el riesgo de desestabilizar al país, o pese a ello. Bajo cualquiera de estas tesis, los riesgos son grandes para México. Una situación que se agravó desde la declarada guerra contra al narcotráfico, por parte de Felipe Calderón.
Pero el desgobierno es una característica propia del PAN. Así ocurrió con Vicente Fox (no obstante el 42.5 por ciento de la votación; una legitimidad desperdiciada porque pudo hacer muchas cosas; pero al final demostró no tener ideas propias, más allá de los dimes y diretes) y luego desde el 2006 hacia acá con Felipe Calderón (éste si a la sombra de la suspicacia; con una legitimidad atropellada porque la diferencia de votos entre él y Andrés Manuel fue de tan sólo el 0.64 por ciento; con la sospecha fundada de que el cuñado, Hildebrando Zavala Gómez del Campo, operó el montaje cibernético del IFE); es decir, se avanza como por inercia. Pero con manos libres para los grandes empresarios. Tanto nacionales como extranjeros.
Por eso la economía se mueve aún sin mayores estímulos que una demanda cada vez más deprimida. A excepción las grandes que responden a la exportación de sus productos. Por eso la mayoría de las micro, pequeñas y medianas empresas han desaparecido lenta y paulatinamente; por lo mismo no hay creación de los empleos que demanda el mercado laboral. Por ello el desempleo y el subempleo. Son los lastres del “Presidente del empleo”, como prometió en campaña Calderón. Ni se diga la desatención de los jóvenes. Porque para el Estado del “dejar hacer” no existen los jóvenes. Ni opciones educativas, menos laborales. Por lo mismo se vuelven víctimas de las drogas. Por eso prenden los narcotraficantes en la juventud, porque representan un mercado virgen y abandonado.
Por eso decimos que se observa un desgobierno en casi todo, en la economía y en la política, que impacta a la población en todos los aspectos de su vida diaria. Pero eso mismo, el no “hacer o el dejar hacer” a otros, permite que los poderosos —los pocos que hay, y que no son sólo la camarilla que gobierna este país a que se refiere Andrés Manuel López Obrador— hagan y deshagan, o impongan todas sus condiciones. Como el privilegio del no pago de impuestos o incluso los adeudos al fisco.
Por el desgobierno, por la falta de proyecto de país, por el desinterés en resolver los problemas estructurales de México. Por lo mismo se comprende que existan hombres tan ricos como el propio Carlos Slim, del Grupo Carso y de Telmex, que tiene la mayor fortuna del mundo (Slim ha dejado atrás a los estadounidenses Bill Gates, el creador de Microsoft, y al inversionista Warren Buffett, de la Berkshire Hatahaway, según el último reporte de Forbes).
Mientras tanto, el desgobierno alcanza hasta el cinismo del actual titular de Hacienda, Ernesto Cordero, cuando dice que el gobierno tiene su “guardadito”. Así lo dijo el pasado 22 a El Financiero: Se trata de “ir juntando el guardadito para enfrentar épocas de vacas flacas”. ¿Acaso el país aguanta más vacas flacas? La miopía del gobierno no alcanza para más que para la parálisis económica, política y social. Mientras que no sabe cómo parar una destructiva guerra que aumenta la inseguridad en el país, los ricos son cada vez más ricos.

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jueves, 22 de abril de 2010

EL PAÍS DE UNOS CUANTOS (I)

23/abril/2010

*Estafas de los hombres del poder
*Preocupación por el país; El Peje

“Se puede engañar a todos poco tiempo, se puede engañar a algunos todo el tiempo, pero no se puede engañar a todos todo el tiempo”: John Fitzgerald Kennedy (1917-1963).

No es la primera vez que Andrés Manuel López Obrador (AMLO), el candidato presidencial en la elección del 2006 en México, que abanderó a la Coalición por Bien de Todos (Partido de la Revolución Democrática, Partido del Trabajo y Convergencia), dice que el país está siendo gobernado por una camarilla muy selecta de mafiosos. Es decir, los hombres más ricos de México. Porque ellos son los dueños del país y ellos lo controlan todo. O casi todo.
Que los pocos hacen y deshacen con la economía y con la política. Y que los políticos de los principales partidos PRIAN (Partido Revolucionario Institucional y Partido Acción Nacional), responden a sus intereses como simples empleados; incluso el calificativo alcanza hasta los legisladores, al menos los más influyentes de sendas cámaras: Diputados y Senadores. Todo en beneficio propio. Tan solo por estos señalamientos hay quienes tiran a El Peje de a loco. Pero eso no pasa de la descalificación.
El caso es que por mucha negativa, lo contrario no lo soporta ni la realidad ni el análisis más simple. Bueno, ni siquiera las estadísticas del INEGI. Salvo los más serviles que no lo quieren ver. Pero todo apunta, ciertamente, hacia dicho control gansteril del país. Y de los recursos, los negocios más rentables, las más grandes empresas. Y desde ahí, desde el control económico hacia todo lo demás. Para eso utilizan el Estado. Y la fuerza del Estado. Y la política como simple medio y la democracia como parapeto, mera justificación. Y de las elecciones ni se diga, pero para una elección democrática deben cambiar las reglas del control.
Claro está que dicha camarilla se enquistó en el poder durante los últimos sexenios mozos del control presidencial que ejerció el PRI, al final de sus últimos 71 años. Sí, pues los gobiernos de la trilogía De la Madrid-Salinas-Zedillo fueron los responsables de tamaña edificación mafiosa. Y no únicamente con el PAN, a quien ya sólo le tocó apaciguar las tormentosas aguas de la inestabilidad política priista, tras el asesinato del candidato presidencial del PRI, Luis Donaldo Colosio en marzo de 1994. Esos años tormentosos del sistema político del presidencialismo priista.
Pero también el PAN ha profundizado el uso mafioso del poder. Pero el ejercicio mafioso del poder creció. Y quien lo consolidó, está y ha estado en vela y detrás de semejante Frankenstein es Carlos Salinas de Gortari, desde su sexenio para acá. Tanto política como económicamente. Salinas profundizó las trapacerías iniciadas por De la Madrid de arrebatarle las empresas paraestatales al Estado, para entregárselas a unos cuantos empresarios con todos los privilegios; baratas y con facilidades de pago. O hasta sin el pago de impuesto correspondiente.
El pretexto fue dizque achicar el Estado para hacerlo más eficiente, en aras del libre mercado que lo resolvería todo como la “mano invisible” de la economía clásica burguesa: Smith y Ricardo. Y los neoclásicos (los marginalistas y el equilibrio entre oferta y demanda; y los modernos: los monetaristas y neokeynesianos. Por ahí andan los monetaristas también. La misma gata, pero revolcada. Un enredijo que va de la utilidad o el beneficio hasta lo racional, pero que esconde la lucha de clases de Marx) que inspiraron el espíritu de Washington en el famoso Consenso que lleva su nombre.
De ahí surgieron los brotes que hicieron las “recomendaciones” a los países en desarrollo como México y toda América Latina. Son los organismos financieros internacionales que responden, claro está, a los intereses de Estados Unidos como el Banco Mundial (BM), el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el propio Departamento del Tesoro.
El análisis puede seguir esa línea, hasta llegar a que o bien todo se ha articulado para beneficiar a unos cuantos o para cumplir con los intereses del vecino del norte, los Estados Unidos. Porque en el fondo de todo este planteamiento está que los últimos benefactores ni siquiera son los integrantes de la camarilla nacional sino la extranjera. Y en esto el análisis de Andrés Manuel se queda corto todavía.
Pero vayamos a otra tesis de El Peje. Y es que para todas sus trapacerías, la mafia del poder cuenta con el emporio Televisa. Sí. La televisión (donde también participa Tv Azteca, para un dominio duopólico del espectro televisivo nacional) que le heredó Emilio Azcárraga Vidaurreta (1895-1972) al hijo Emilio Azcárraga Jean, es el instrumento de dominación ideológica y de control que tiene el poder para sus fines.
Por eso, el emporio televisivo se ha convertido él sólo en un brazo de dicho poder, sino en un poder alterno, o un poder fáctico que a estas alturas cuenta con el potencial de poner o de quitar a quien quiere. Engrandecer a unos u ocultar a otros. Y los que no están en la televisión no son parte del gusto nacional y como si no existieran; sea en los ámbitos artísticos, cultural o de la propia política. De ahí el encumbramiento del próximo candidato presidencial del PRI, Enrique Peña Nieto, hoy flamante gobernador del Estado de México.
Por eso también las leyes de telecomunicaciones que incluyen el espectro televisivo salen de las oficinas de Azcárraga, y sólo son palomeadas en el Congreso. Vale la tesis de AMLO, que los legisladores son simples peleles.
Por eso, lo que dice la televisión es lo que vale. Por ello también, para replantearse otro proyecto de nación distinto que se preocupe y ocupe de las necesidades de los mexicanos, será muy importante desarticular esa perversa manipulación de las conciencias que representan las televisoras.
Y otra prueba más de que en México padecemos el ejercicio de un Estado mafioso, es porque la camarilla que controla el poder actúa al estilo de las mafias. Con códigos secretos para todo (al estilo El Yunque; véanse los libros de Álvaro Delgado: El Yunque. La ultraderecha en el poder [1993], y El Ejército de Dios. Nuevas revelaciones sobre la extrema derecha en México [2004]). Hacer negocios a toda costa. Y el Estado no es más que un simple instrumento para el ejercicio de ese poder.

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miércoles, 21 de abril de 2010

RIESGO DE LA NARCOPOLÍTICA

22/abril/2010

*Gaviria recomienda con elementos de causa
*La sociedad seguirá padeciendo la guerra

“El hombre que pretende obrar guiado sólo por la razón, está condenado a obrar muy raramente”: Gustavo Le Bon (1841-1931).

Dicho sea con conocimiento de causa, de “muy largo” calificó aquí el exPresidente de Colombia, César Gaviria, el proceso de aprendizaje de México para tener una política que ayude a recuperar la seguridad. Pero fue más allá, al decir que el Presidente Felipe Calderón evidencia que “no está preparado” para combatir el narcotráfico, ya que “la lucha ha resultado muy larga” también.
Y agregó puntual: “No porque las cosas que se están haciendo no se necesiten, sino porque no están focalizándose lo suficiente, porque está tratando de mejorar toda la policía y creo que ese no es el camino”. Para ser más eficiente, hay la necesidad de “crear grupos de élite” que se encarguen de los operativos y estrategias para combatir con más eficiencia al crimen organizado”.
Invitado a debatir en el foro “Compromisos por México”, organizado por el gobierno del Estado de México, Gaviria vertió opiniones que van más allá del señalamiento de Calderón de que “la ropa sucia se lava en casa”, porque como bien dijo el exPresidente colombiano, “en un mundo globalizado es necesario abrirse a la crítica, no sólo del gobierno sino de la sociedad y en general en (la) forma en que se hacen las cosas”. Porque, tiene razón, el problema no es sólo de México; ni mucho menos.
El visitante advirtió también sobre los organismos de seguridad privada (que están proliferando en el país), “para tratar de evitar que se vuelvan ejércitos y tengan las mismas armas que las fuerzas armadas y terminen con más poder de fuego que éstas, como ha ocurrido con los carteles de la droga que a veces tienen más poder de fuego que el propio Estado”. Cuerpos de seguridad que están creciendo, pero sobre todo en la región norte del país, donde muchos empresarios se autoprotegen del crimen organizado.
Finalmente en otra de sus declaraciones, que interesa resaltar, dijo el exPresidente que se está perdiendo la gobernabilidad de México al subestimar el trabajo del Ejecutivo. Pero también fue claro en el sentido que eso es consecuencia de que no tiene aliados. Claro que no los tiene, consenso de la crítica, porque no los buscó desde que arremetió solo contra el narco, al punto que a estas alturas hasta los generales están inconformes. Porque fueron sacados de los cuarteles y ahora, tras el desgaste que padecen, se ven en la calle sin protección jurídica alguna haciendo tareas de policía. Así lo expresaron el lunes en entrevista anónima con La Jornada.
Luego vendrá el reclamo por los derechos humanos violentados, dicen ellos con justa razón, pero le compete a la sociedad misma poner en la balanza tanto este asunto como la responsabilidad presidencial de enviarlos a las calles a la guerra contra el narco del presidente en turno. Por eso la jerarquía militar, comenzando por el general secretario Galván reclaman respaldo legal a los legisladores.
Pero además Gaviria le dio al clavo en este tema, porque aseguró que: “Se debe aprender a hacer alianzas (porque), se está perdiendo la gobernabilidad; Fox no la tuvo y Calderón un poquito”. No lo dice más contundente, pero ese ha sido un gran déficit del presidente mexicano actual. Como del anterior. Y más allá. Porque vale el reclamo de la preparación de los policías o la sugerida creación de cuerpos de elite para hacer más eficiente la lucha. Pero ni lo uno ni lo otro. Y tantas lagunas más, entre otras que la sociedad está quedando como víctima, porque pone los muertos y ni siquiera se le consulta. Ese es su mayor déficit de Calderón.
Todavía más, retrotrayendo algún otro de los argumentos de los generales entrevistados en cuestión el lunes en La Jornada, ellos afirman que el secretario Galván le ha propuesto al Presidente y a los legisladores, “dar valor probatorio a las investigaciones de inteligencia realizadas por el Ejército para que se combata la corrupción en los círculos gubernamentales y, en caso de detectar ilícitos de este tipo, los responsables sean castigados sin importar si se trata de gobernadores o secretarios de Estado, por ejemplo”.
Y no pondrían el “ejemplo”, si no hubiera algo. Porque como critica el diputado del PAN por Sinaloa, Manuel Clouthier, que en su estado se ha implantado un modelo de narcopolítica. Con tres principales vertientes: la económica-empresarial, la de los políticos que alcanza hasta el gobernador y el negocio del narcotráfico. Y ese modelo se estaría imitando en otros estados, sólo menciona a Tamaulipas. Pero seguramente que inteligencia militar tendría mayores elementos probatorios de tamaña participación de los políticos con los hombres de la mafia. Porque como bien dice el propio Clouthier, no hay negocio en el narco sin la participación de los políticos y la protección que se les brinda desde el poder.
Todo lo anterior, de la mano de la investigación de las finanzas de los narcotraficantes, como señalan muchos analistas más, estaría reestructurando la estrategia contra el crimen organizado. Pero como se ve, al parecer al Presidente no le interesa redefinir el rumbo. Peor para él si no lo hace. Sólo falta la voz de los legisladores y la presión de la sociedad para dejarse de timideces.
Porque será, finalmente, de la sociedad de quien dependa presionar a los poderes para que cambien las cosas. Entre tanto, si la guerra sigue como hasta ahora continuarán las estadísticas de sangre. Calderón debe aprender la lección propia, si es que no quiere ver los esfuerzos de otros gobiernos como el de Colombia, donde sí se ha sometido a los mafiosos de la droga. Pero con timideces no se resuelven las cosas. La responsabilidad primera de los resultados será del mismo Calderón. Lo que se tarde en aprender tardará en cambiar el rumbo por el bienestar de los mexicanos.

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martes, 20 de abril de 2010

DATOS, ¿EN MANOS DE QUIÉN?

21/abril/2010

*Identidad de mexicanos en peligro
*Credencial electoral del IFE y otros

“Lo característico de la vida actual no son la inseguridad y la crueldad, sino el desasosiego y la pobreza”: George Orwell (1903-1950).

Tremenda suspicacia, pero sobre todo desconfianza, es la que genera entre los ciudadanos mexicanos el hecho de que sus datos personales, confiados a una institución del Estado como es el Instituto Federal Electoral que emite la credencial para votar —y a su vez funciona como identificación personal para todo tipo de trámites—, o depositados en cualquier otra dependencia, como el Registro Vehicular o la licencia para conducir, estén a disposición de cualquier comprador en el antiguo barrio de Tepito, conocido centro de venta de fayuca en la Ciudad de México.
Se sabe que en ese espacio que pelea por su cultura —en otro tiempo semillero pugilístico y ahora comercial—, ubicado rumbo al norte del zócalo a la distancia de unas 10 manzanas, se consigue de todo tipo de mercancías “chuecas y derechas” como mercado negro que es. No es ningún secreto para los capitalinos y menos para las autoridades policiacas, locales y federales.
Pero lo que resulta increíble es que listados completos de datos, con santo y seña de todos los mexicanos —credencial con fotografía, datos como direcciones, números telefónicos y hasta fichas policiacas de identidad— estén a disponibilidad en un solo paquete de quien pueda pagarlos a un precio de 12 mil dólares (153 mil pesos), como lo denunció el lunes una investigación de El Universal.
Se trata no sólo de un delito que, como ha dicho la titular de la Fepade, Arely Gómez González, la PGR investigará de oficio, sino de una tremenda falla de las dependencias de gobierno y del Estado, como el responsable de salvaguardar los datos de las personas que confían su identidad para efectos de registro, archivo y todo tipo de trámites, como ocurre con el manejo de datos del IFE.
Recuérdese que ya en mayo de 2003 se descubrió que a finales de 2001, la empresa Choice Point le vendió al gobierno de Estados Unidos bases de datos de uso exclusivo del Estado mexicano. Por las indagatorias se determinó que la empresa Soluciones Mercadológicas en Bases de Datos, vendió en 335 mil dólares a Choice Point la base de datos del padrón electoral del IFE, con información de 58 millones de identificados y votantes inscritos.
Entonces el IFE demandó a los traficantes por los cargos de revelación de secreto, delito de tipo electoral y además por traición a la patria. Pese a que se dictó sentencia condenatoria en contra de cuatro personas involucradas, y un tribunal condenó a una de las implicadas a un pago de mil 658 millones 589 mil 135 pesos por el daño causado al IFE, un juez federal les dictó “suspensión definitiva” y obtuvieron su libertad en enero de 2004, con tan sólo el pago de una fianza de 96 mil pesos. En otras palabras, que el delito cometido en contra de los mexicanos quedó más o menos impune, y los datos del padrón en manos de estadounidenses.
Si entonces, desde luego, el riesgo era grande, ahora lo es todavía más por los problemas de la coyuntura nacional. Pero resaltemos tan sólo dos que son circunstanciales: 1) la cercanía del proceso electoral que se realizará en varios estados, donde nadie dudaría un manejo turbio de datos oficiales como los de la credencial electoral; 2) la delincuencia desatada que tendría en sus manos datos completos en caso de plagio, de robo a casas habitación, negocios, coches u otro tipo de delito.
La información está disponible en tres memorias externas de 160 gigas cada una, dice la nota de El Universal. Como “uno de los archivos denominado Casetas Telmex, con los números de todos los teléfonos públicos del país, les permite (a las corporaciones policiacas) rastrear llamadas relacionadas con secuestros o extorsiones, un trámite que les tomaría unos cinco días, si lo hacen ante la compañía”.
Según datos recabados por la reportera del caso, “otro archivo incluye datos de las policías del país, con fotografía de sus elementos, número de placa y lugar donde están adscritos”. Sobre esta información, según palabras de la fuente consultada: “Los delincuentes ya saben con quién llegar, a quién amenazar, pues cruzando datos con la lista del padrón electoral obtienen hasta sus domicilios y ubican a su familia para presionarlos”.
Está disponible también, “la identificación de todo el parque vehicular del Servicio Federal, donde está incluido el transporte de carga. Ahí se detallan marca, modelo, placas y tipo de carga que transportan, desde electrodomésticos y abarrotes hasta material explosivo y las rutas”. Incluye la población carcelaria. Tamaña amenaza.
Porque eso no es todo, pues “la información la han adquirido tanto grupos del crimen organizado como agentes policiacos que la utilizan para trabajar, ya que en sus corporaciones no tienen esa disponibilidad de datos”. Por eso, por el origen ilícito, el mercado negro de Tepito, es que levanta suspicacia que la venta de la información ciudadana tendrá mal uso. Y no es de pensar mal, es que de entrada se habla de algo que anda mal. Se trata de un ilícito que atenta contra la seguridad de las personas, no sólo de la ciudad de México sino de todo el país.
Por eso, como lo han dicho algunos especialistas, los datos en manos del gobierno no son confiables. Por eso, salta luego luego la interrogante sobre el destino del Renaut. Tan sólo porque no previó el registro de los homónimos. Nació con una legislación torcida, o por lo menos de corto alcance.
Por tanto es urgente el resguardo de los datos. Como dice el especialista en temas de seguridad de la UAM, José Luis Pyñeiro, “el primer paso sería que hubiera servidores públicos que pudieran ser responsabilizados de este manejo, pues actualmente la ausencia de estos controles estrictos nos de elementos para suponer que puede haber un uso discrecional o comercial de la información”.
O como dice el presidente del IFE, Leonardo Valdés Zurita, que “si los datos salieron del instituto se presentarán las denuncias correspondientes”, a la “escandalosa y preocupante” venta de base de datos en Tepito, como califica la titular del IFAI, Jacqueline Peschard. No es para menos el asunto.

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lunes, 19 de abril de 2010

TIEMPO DE LOS GENERALES

20/abril/2010

*No es rebelión, es claridad para la acción
*El trabajo sucio de la guerra antinarco

“La primera víctima de la guerra es la verdad”: Hiram Warren Johnson (1866-1945).

Más que claro. Que a estas alturas todavía no les cae el veinte a los implicados en el problema de la seguridad en este país. Sobre todo a los responsables: uno, de las decisiones; dos, de la legalidad. Se trata, en primera instancia, del Presidente de la República; y por otra parte, del poder legislativo, específicamente el Congreso de la Unión. El primero por la determinación, la decisión, la orden (como facultad constitucional, cierto); el segundo por las formas, por la legalidad, la revisión de viejas o emisión de nuevas leyes.
Aunque el tema nos incluye a todos porque, dada la gravedad, va más allá de un problema social: se trata de una cuestión de Estado. Es un asunto que amenaza la seguridad nacional, la estabilidad política y alcanza la propia gobernabilidad. Se trata de un problema con muchas aristas, también es cierto. Pero no atendido con la seriedad que merece. Y por supuesto que adicionalmente representa una amenaza para la soberanía, por los intentos de intromisión de otros países, como Estados Unidos, bajo el ardid de su seguridad nacional.
Se trata de la continuidad, la permanencia o no, y en su caso el cómo, de las Fuerzas Armadas del país en el resguardo de la seguridad interior. El más llevado y traído que resuelto asunto sobre la presencia o no de los militares en el combate al crimen organizado y el narcotráfico en el territorio nacional; en unos estados más que en otros, pero al fin permanencia. Pero también el cómo seguir en la calle. Con o sin las reglas pertinentes, la protección debida que demandan los generales. Porque andan al garete.
Porque luego, ciertamente, ante las violaciones de los derechos humanos (ahora “bajas colaterales”) se les carga la mano, cuando no se les responsabiliza porque —como en el 68 y los tiempos de la guerra sucia, cierto que no se les exime— el Presidente en turno, como Poncio Pilatos, se lava las manos cuando se va. Y deja el peso a otros, como sucedió con Ordaz y luego Echeverría, siendo que la responsabilidad primordial recae en quien da las órdenes. Como en este caso le compete a Felipe Calderón. Ahí está la responsabilidad primera; y eso no se juzga todavía. Pero no es cualquier cosa mandar a la calle a las Fuerzas Armadas.
En esto tienen razón los militares anónimos que hablan para cuestionar, en entrevista con La Jornada. Hacen planteamientos que son válidos. Es la preocupación, porque según el titular de Gustavo Castillo: “El Presidente nos mandó a las calles sin garantías jurídicas: militares”. (Ver diario del 19) Ese es el sentir, el diagnóstico de los generales. ¿Pero por qué seguir permitiendo tan delicada situación? ¿Qué acaso, por mucho presidencialismo (que no lo es tanto, sino más bien es el “estilo personal” autoritario de ejercer el poder, como lo hace Calderón), el Presidente se manda solo o puede decidir sin control alguno, así sus decisiones representen una afectación para el país?
Cierto que caben tantas interrogantes como derivados del problema. Pero plantemos algunas. ¿Por qué continuar con una estrategia antinarco que ya demostró ser fallida? ¿Por qué no cambiarla? ¿Por qué la sociedad debe seguir tolerando las secuelas de muerte, por una guerra mal planteada desde el principio —diciembre de 2006— que sólo tenía tintes legitimadores, y de la cual ahora no se sabe cómo salir? ¿Por qué a estas alturas, el poder legislativo no hace lo propio para cuestionar la decisión presidencial y, después para legislar lo necesario?
Porque a estas alturas afecta en muchos sentidos a la sociedad, es que se trata de un asunto de interés público. Y la guerra no para, sobre todo la permanencia del Ejército en las calles, a decir de Calderón, en tanto aumenta el número de muertos. ¡Cuántos inocentes! Y los espacios bajo el control de narcotraficantes crecen. La gobernabilidad está lacerada, porque en muchas ciudades importantes, la presencia de las bandas del crimen tiene amedrentada a la población y sometida a las autoridades locales.
También eso representa una amenaza para la estabilidad política. Aparte de que, como reconocen algunas voces, es casi imposible impedir que dinero del narcotráfico penetre en algunas de las candidaturas de los competidores a cargos de elección popular del 4 de julio. Eso sí que conduce al país por el riel de la narco-política hasta la amenaza de un narco-Estado. Además que atentaría la seguridad nacional. ¿Hacia allá queremos llegar?
La situación es de una preocupación tal, que la salida es más que urgente. Por eso los generales ponen su parte. Y la sociedad debe poner el resto, como el engrudo que une a las partes. A los generales les preocupa, con razón, el juicio venidero con el cambio de estafeta presidencial. Cuando otro Presidente pida cuentas por una estancia en la calle sin legislación. Y ellos no hacen otra cosa que ampliar la postura del general secretario, de Sedena, Guillermo Galván Galván.
Porque, como ellos bien plantean, los soldados tienen una preparación distinta a la de las policías. Los militares están capacitados “para el ataque, no para la disuasión”. Por eso se “solicita (al legislador, que) se definan los procedimientos para que las fuerzas armadas continúen sus acciones de preservación de la seguridad interior, según define el lenguaje oficial”. Porque “hasta hoy, agregan, la Constitución mexicana no establece de manera específica bajo qué parámetros las fuerzas armadas pueden participar en el combate al crimen organizado ni la temporalidad del mismo”.
Están al arbitrio del presidente en turno, sin soporte jurídico alguno. Por eso solicitan mayores atribuciones. Pero por los antecedentes y la impunidad de los casos de violaciones a los derechos humanos, también la sociedad civil se alarma por ello. Eso lo entienden los generales; les dejan el trabajo sucio. Y la propia sociedad. Quienes no entienden son los que deben tomar las decisiones. No es rebelión, es claridad para la acción. Es protección. También para la sociedad.

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domingo, 18 de abril de 2010

PROBLEMAS PREOCUPANTES

19/abril/2010

*Entre la cotidianidad y los errores
*Del miedo social a la incertidumbre

En México, cuando se presta, en pláticas cotidianas entre amigos salen a relucir siempre las preocupaciones sobre lo que está ocurriendo en el país. Y por qué no, en algunas ocasiones hasta lo que pasa en el mundo. Porque lejos de no estar enterados, a las personas les ocupa y preocupan los acontecimientos (las noticias, así sean los tips de la televisión y no precisamente de los diarios que ofrecen una información más amplia pero desafortunadamente son menos leídos), porque saben que tarde o temprano les afectará en sus vidas.
Las inquietudes son tanto generales como específicas. Y sobre los más diversos temas: tanta violencia desatada en el país y la inseguridad que ello representa en algunas ciudades específicas, los elevados precios de las cosas (tanto como la pérdida del poder adquisitivo del salario, con un acumulado de décadas), la falta de fuentes de empleo y en general los bajos ingresos.
También las complicaciones para adquirir algunos bienes de consumo; para salir de viaje (tan siquiera por aquí cerca durante las vacaciones; no se diga los fines de semana), cubrir los costos de los colegios particulares (cuando es el caso), comprarse ropa, zapatos, tenis, hasta los útiles escolares, etcétera. Todo es preocupación.
Problemas coyunturales, como el involucramiento de los hijos en el consumo de drogas, al igual que los adultos. La obesidad de los niños, también de los mayores. Las dificultades para bajar de peso, un problema de las familias y del país; México tiene el segundo lugar en obesidad después de Estados Unidos, en sus tres clasificaciones por región norte, centro y sur, aunque los platillos son diferentes. Cuenta la flojera para preparar alimentos nutritivos, de la mano del consumo chatarra y del refresco dulce, la vida sedentaria de los niños que crecen frente a un televisor, y la falta de ejercicio.
La venta de chatarra —que no merece el calificativo de “alimento”—, como gran negocio de directores e inspectores en el sistema escolarizado a nivel primaria y secundaria, que les deja grandes dividendos a costa de la salud de los niños. Por eso hubo reacciones a la norma aprobada hace unos días desde el Congreso para eliminar los productos chatarra de las escuelas, de las llamadas “cooperativas”. “Porque no habrá tiempo para que ejerciten los niños veinte minutos diarios”, o “porque será un tiempo desperdiciado”. Ni siquiera se cuenta con la infraestructura ni los espacios. Pretextos todos para un “negocito” antes intocable, en beneficio de las autoridades.
Incluso como diagnosticó recién el propio titular de la Secretaría de Educación Pública, Alonso Lujambio (el presidenciable de Felipe Calderón caído Juan Camilo Mouriño y apoyado por Elba Esther, una vez que otros mencionados son muy bisoños), que es muy bajo el nivel de los profesores que enseñan en las escuelas, y que un elevado porcentaje de maestros “no sabe enseñar matemáticas”.
El temor creciente por tanta violencia relativa a las pugnas entre pandillas por controlar colonias, unidades habitacionales, calles, espacios públicos; el involucramiento de más jóvenes en actos delictivos porque no encuentran oportunidades ni de estudio ni de trabajo. Y se están enviciando, gastando más de lo que tienen, o que los propios padres pueden darles al día.
Los niveles de deserción desde el nivel primaria han ido en aumento, es verdad, pero las complicaciones son mayores por la falta de espacios en las escuelas públicas a todos los niveles. Tan sólo a nivel profesional, recuérdese cómo hace poco también la UNAM admitió en sus aulas únicamente a un 10 por ciento del total de aspirantes. Pero claro está que no es un problema de la universidad, sino del sistema escolar del país en general.
La inseguridad que crece en las calles porque aumenta la violencia, y lo que se deriva de ello. Lo peor es que se percibe un ambiente de incertidumbre, porque no se ve por dónde las autoridades estén haciendo los estudios y los planes propios para contrarrestar la situación. Los policías no están capacitados para controlar un fenómeno tan grave.
No se sabe cuántas son las corporaciones policiacas que están infiltradas por las bandas delincuenciales. Pero coludidas o no y en qué grado, el caso es que el fenómeno permea a la sociedad cada vez más. Y la amenaza, que es lo peor. Es la fuente de la incertidumbre, y sobre todo de la inseguridad hasta de salir a las calles. No se diga en aquellas ciudades que están auténticamente sitiadas, como algunas del norte del país.
Causan indignación social casos como los de la pederastia sacerdotal. El tema Marcial Maciel y los problemas derivados para la Iglesia católica por eso. Los hijos denunciaron las violaciones del fundador de los Legionarios de Cristo, y los herederos del emporio educativo y sacerdotal se han puesto a temblar porque El Vaticano les arrebate el control de los dineros, o les demande reestructurar, y por el desprestigio de su padre fundador.
La aceptación de los vicios de Maciel, así como las disculpas para los ofendidos por parte de los Legionarios, son insuficientes. Más cuando el tema tiene alcance mundial. Los curas pederastas son protegidos desde la propia estructura clerical. En El Vaticano, ni el actual Papa Benedicto XVI, ni el anterior, Juan Pablo II, escapan al señalamiento público por proteger pederastas. No basta, como lo dijo el Papa recién en Malta, que la Iglesia ha sido “herida por nuestros pecados”. Los pederastas deben ser enjuiciados y castigados.
Peor tantito con el tratamiento que le están dando al tema los sacerdotes mexicanos. El cinismo del salirse por la tangente del “libertinaje sexual”, o de “la cultura de erotismo (que) afecta a toda la sociedad y como consecuencia a los sacerdotes que están inmersos en ella”, como declaró el mismísimo obispo Samuel Ruiz García, de San Cristóbal, Chiapas. Incluso las palabras de cinismo de Juan Sandoval Íñiguez, cuando afirma que los ataques al pontífice por los casos de pederastia cometidos por sacerdotes se deben a que la Iglesia católica “pisa muchos callos”.
Hacen caso omiso
a declaraciones como las del teólogo Hans Küng, excompañero de Ratzinger en el Concilio Vaticano II, en el sentido de refundar a la iglesia. Como dictamina en su carta a los obispos del jueves pasado que reprodujo la prensa mundial. O a los llamados a un nuevo concilio, para tratar temas como el celibato y la sexualidad.
La nube tóxica de la erupción del volcán ubicado en el glaciar islandés Eyjafjalla, y que invade Europa preocupa a todo el mundo porque no parece disminuir y no se sabe las consecuencias que traerá. Todo genera un ambiente tenso y de incertidumbre. Preocupación común. Sea o no opinión pública.

Correo: maniobrasdelpoder@gmail.com

LA NATURA COBRA FACTURAS

18/abril/2010

*El capitalismo-imperialismo depredador
*Camino a la autodestrucción del hombre

“La religión sin la ciencia estaría ciega, y la ciencia sin la religión estaría coja también”: Albert Einstein (1879-1955).

Valga apuntarlo, como dice el refrán, “por si las moscas”. Pero quizá nada tenga que ver con aquello de que se están cumpliendo las profecías antiguas, de hombres como Nostradamus o de culturas enteras como los mayas (tan misteriosos, tan cósmicos, pero tan nuestros), o que sea una suerte de fin de los tiempos como los marcó el Apocalipsis bíblico hace casi 2 mil años —con todo y que las señales pasen por una prevista y muy marcada crisis al interior de la Iglesia católica, como sucede ahora bajo la égida del Papa Benedicto XVI—, pero lo cierto es que como raza humana y “civilizada”, la Madre tierra ya nos está cobrando la factura.
Mucho se ha dicho, sobre todo a partir de la década de los 90 del siglo XX hacia acá cuando se han agudizado las contradicciones (entre países desarrollados y subdesarrollados, ricos y pobres, etcétera) y polarizado las diferencias (entre riqueza-pobreza, grandes urbes-ciudades perdidas, consumo-hambre, mansiones-chozas, vida-muerte, salud-enfermedad), que no sólo la humanidad avanza por la senda de un capitalismo industrializador, imperialista y globalizador en beneficio de unos pocos, también que se trata de un modelo particularmente destructivo y autodestructivo porque el hombre se perjudica a sí mismo y, de refilón, daña de modo irreversible a la naturaleza.
Porque el modelo de desarrollo es depredador, no restaurador. Y no repara los daños. Porque el tipo de negocio es el de los menores costos y con los mayores beneficios, convertidos también en mayores ganancias. Tira los árboles y no los sustituye. Todo lo que destruye no lo reconstruye. Por ejemplo, consume demasiada energía derivada del petróleo (que utiliza la industria en general, claro está) para desplazarse y vivir cómodamente, haciendo con ello millonarios negocios, pero arroja “desechos” de los que no se ocupa. Los regresa como derivados en forma de desperdicio sin tratamiento alguno (por mucho que se diga ahora que reciclar es negocio, como sucede con el tratamiento y procesamiento de “basura”), pero para contaminar el mar, la propia tierra, lagunas, ríos y hasta la atmósfera.
Por lo mismo, pareciera entonces que el hombre no tiene camino de retorno. Que se estaría hundiendo de la mano de su propio estilo de vida, y del negocio derivado; claro que de unos cuantos. Es decir, que si la dinámica del capital destructor no muestra límites, porque a simple vista parece no tenerlos (¡pero claro que los tiene, y además le son intrínsecos!), en realidad podrían no estar en la mano de los hombres pero sí lo están en la naturaleza misma, y de la cual también el hombre forma parte. En otras palabras, hay oposición por los dos caminos. Nada más falta que el hombre se decida.
En tanto eso sucede, al parecer la naturaleza tiene y muestra sus propios límites. Porque ir en contra de ella es pagar una factura muy costosa. Y eso no es cuestión de premoniciones apocalípticas sino de realidades. La tierra reacciona frente a tanta destrucción. Por eso en los últimos años lo ha mostrado con tanta virulencia. Porque como organismo vivo, eso sí, o ha cambiado o la hemos obligado a cambiar su ritmo. Como sucede con las estaciones del año, cuyas líneas divisorias ya son tan irregulares. Ni se diga las cabañuelas.
El avance de la ciencia —y no tanto la evolución sino su aplicación— en los países desarrollados, genera ventajas con su aplicación como tecnología. Es la historia de la ciencia en general, y del uso de la misma. Por ejemplo, en la química y la física (con sus derivados: la química es orgánica e inorgánica, bioquímica, química física y la química industrial con la petroquímica como subrama; la física es mecánica, de ondas, electromagnética; pero también atómica y nuclear), los conocimientos han sido utilizados para elaborar máquinas. Las máquinas brindan un poder y un control para aquellos países y estados que las poseen, a la inversa de aquellos que no tienen los medios. Pero ello ha derivado en una nueva y acelerada fase de autodestrucción, tanto de la naturaleza en general por daños más bien irreversibles, como de la raza humana en particular. Más allá del hambre que a nivel mundial genera la polarización de la riqueza creada, entre países, entre sociedades, entre personas.
Por ejemplo, los experimentos científicos con elementos radiactivos desde los tiempos del neozelandés Ernest Rutherford que estudió la estructura del átomo y, pasando por la teoría de la relatividad de Einstein, del estadounidense Robert Oppenheimer quien sentó las bases para la construcción —se le conoce como “el padre de la bomba atómica”—. Pasando por los estudios teóricos en física de la fisión y la fusión nucleares; las detonaciones de Hiroshima y Nagasaki que pusieron fin a la Segunda Guerra Mundial; todas las prácticas subterráneas de los países que tienen la tecnología para la bomba atómica (y de paso el uso de la energía nuclear con fines pacíficos, pero que a la larga es contraproducente); los desperdicios radioactivos que se entierran en el subsuelo en depósitos que algún día podrían ser abiertos, e incidentes dramáticos como los de Chernobyl en Ucrania en 1986, etcétera. Todos han arrojado su buena dosis destructiva para la tierra.
Donde entonces, la subsistencia humana está al alcance de la mano en un botón, rumbo a su desaparición. Por muchos tratados que se firmen, como el último suscrito entre los presidentes de Estados Unidos y Rusia.
El caso es que la naturaleza reacciona. Fenómenos como El Niño, climas extremos de altas bajas temperaturas, con inundaciones y ahora temblores son una muestra muy reciente y muy lastimosa porque genera tremenda destrucción. Ahí están los terremotos en Haití, en Chile, en California y China, con ecos en México también. Devastadores, porque han ido muy costosos en vidas humanas. Pero al fin cambios en la madre natura. Inducidos o no. Pero destructivos como el desarrollo mismo del hombre, el peor enemigo de sí mismo.

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jueves, 15 de abril de 2010

2010, CAMBIO EN REVERSA

16/abril/2010

*Una guerra antinarco sin salida
*EU, agazapado para intervenir

“El hombre nace libre, responsable y sin excusas”: Jean Paul Sartre (1905-1980).

Puesto en perspectiva, pareciera que el esperado cambio de los 10 en la historia de México se está cumpliendo, pero a la inversa y con grandes consecuencias. Es decir, el cambio de este 2010, en honor al 1810 de la guerra independentista de España, iniciada por los criollos con el cura Hidalgo como personaje inteligente y culto; un hombre distinguido. Y en honra también al 1910, de una lucha que devino en popular y revolucionaria pero fue iniciada por el terrateniente Francisco I. Madero, en contra del dictador pero modernizador también del país, Porfirio Díaz.
Se trata de la guerra contra el narcotráfico y el crimen organizado emprendida desde el Estado, la cual avanza a contracorriente porque se inició sin una estrategia clara, sin una planeación inteligente. Una guerra que nació en diciembre de 2006 más como una ocurrencia —parte de un proceso legitimador por una elección presidencial altamente cuestionada, o hasta como una herramienta útil para amedrentar a la sociedad—, puesto que si bien existía el problema de las drogas que, digamos, justificaba un acción de contención, ello resultaba a todas luces insuficiente para meter apresuradamente a las Fuerzas Armadas en su laberinto sin salida. Como se hizo. Y como se ve ahora.
Y a más de tres años, ahí están los resultados de una guerra absurda: todos negativos. No hay un saldo a favor más allá de la detención de algunos cabecillas, la muerte de algunos capos importantes que luego son relevados, y la incautación de armamento y drogas. Cierto. Pero todo insuficiente, porque en el fondo la violencia crece peligrosamente.
Y donde la sociedad llora a sus muertos. Claro que hay bajas entre los soldados, los policías y los narcotraficantes; pero también hay personas inocentes que son vistas como “daños colaterales”: hombres, mujeres, jóvenes y niños. Y los cárteles siguen avanzando en el negocio de la venta de drogas, aquí en México y en el mercado más grande del mundo: en los Estados Unidos, cuyos consumidores pagan en dólares.
Por eso las ganancias son millonarias para los narcotraficantes. Y por eso mismo el negocio es boyante. Ilegal pero próspero. Y los cuantiosos montos van a parar a inversiones para el blanqueo, o a los bancos propios o a los extranjeros. Cuando no a los paraísos fiscales, donde luego las fortunas se incorporan a los flujos globales del capital financiero.
Con ese mismo poderío económico, los cárteles compran armas para participar en la guerra. Para defenderse, o para ir en contra de los otros cárteles que disputan el país como un territorio por partes, por regiones o por estados. Pelean por un negocio del cual, al final de cuentas, hasta los vecinos del norte disfrutan las ganancias. Por eso EU no hace nada para contener el flagelo; porque no le interesa. Tampoco por evitar la violencia; por eso vende las armas, porque México pone los muertos.
Por eso mismo EU, que dice proteger la frontera sur porque el problema de la violencia atenta contra su “seguridad nacional”, no hace lo propio por controlar, que tampoco acabar, con el negocio de las drogas. Como no lo hizo en Afganistán, cuando el Pentágono llegó a controlar también el negocio de la producción de opio. En este sentido, de la lucha contra el narcotráfico, México no cuenta con un aliado. Tiene a un lobo con piel de oveja, dizque con la intención de ayudar pero más bien de intervenir con sus fuerzas armadas. Porque además tiene otros fines: los relativos a la energía.
Más bien que EU es su propio aliado. Como ha ocurrido siempre cuando ve sus intereses amenazados. Como intervino en tiempos de la Revolución Mexicana para el derrocamiento de Madero, o como participó agazapado para dar el golpe tan pronto pudo atentar contra el territorio mexicano, en los tiempos de la independencia. Recuérdese que a principios del siglo XIX, EU estaba en plena intentona expansionista, a partir del aniquilamiento de los nativos. Luego vendrían los zarpazos contra México para apropiarse desde Texas hasta California, entre 1846 y 1848. Y posteriormente la “compra” de Arizona y Nuevo México en 1853.
Ahora que México hace el trabajo sucio en la frontera con EU, ese país se apresta a intervenir. Por eso el rechazo nuestro a que eso ocurra. Por eso el no a la presencia militar en la frontera norte de México. Como si EU aprovechara cualquier inestabilidad del vecino para arremeter en su contra; por eso mismo lo del Estado fallido desde allá. No se ve claro pero las intenciones las tiene el Congreso estadounidense, como se dijo recientemente. Así, en este sentido, pareciera como si el flagelo del narcotráfico estuviera creciendo para justificar la presencia norteamericana. Si no lo es, ojalá porque en México esto no se ve con claridad, mejor. Pero el riesgo que eso implica es latente, y el peligro está vigente.
Además de los caídos por la guerra antinarco en México, ha ocurrido un tremendo desasosiego social. La sociedad tiene miedo a las batallas indiscriminadas, se dice que por la persecución de narcotraficantes, en aquellas ciudades como Juárez, Monterrey, Reinosa, Tijuana, etcétera, donde se presentan las balaceras y caen los inocentes. Hay parálisis y temor por los bloqueos en las calles principales de algunas ciudades. Hay también ciudades y estados completos, como Chihuahua, Nuevo León, Michoacán, Sinaloa y Tamaulipas, donde la violencia es del diario. Y los peligros de convertirse en una víctima más también.
El propio Ejército mexicano está sufriendo un tremendo desgaste, por participar en esta guerra para la cual no fue más que enviado. Obedeciendo órdenes del jefe supremo. Pero los militares han sido obligados a realizar tareas no propias de su función. Por lo mismo, las señales de un retiro parcial del campo de batalla, nos indica que la guerra está perdida tal y cual la estrategia inicial. Hay un cambio de rumbo, pero no está tampoco muy claro de por dónde se camina.
Se dice que urge legislar desde el fuero militar hasta la capacidad de investigación del propio Ejército. Ese es un déficit legislativo que llevará tiempo. Pero también se dice, desde el Congreso, que se legislará para dar mayores armas e investigar desde el corazón de los cárteles: el mundo de sus finanzas vía las casas de bolsa. Pero eso está por verse porque seguramente hay muchos implicados en eso. ¿Hasta los propios bancos?
Parece, en fin, un cambio a la inversa en este 2010, para conmemorar los cambios revolucionarios de otros siglos. ¡Vaya remembranza!

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miércoles, 14 de abril de 2010

GUERRA FALLA, ¿QUIÉN RESPONDE?

15/abril/2010

*El cambio de estrategia es perder
*Los caídos, por entidad, por cártel

“La violencia crea más problemas sociales que los que resuelve”: Martin Luther King (1929-1968).

Del segundo encuentro realizado entre la Junta de Coordinación Política del senado (Madero, Beltrones, Navarrete, Escobar, Maldonado, Monreal; Creel, Aguilar, Melquiades, Mendoza, González, Arce) y el Gabinete de Seguridad (Mont, Galván, Luna, Saynez y Chávez) de este país para evaluar el tema de la seguridad pública, no obstante la secrecía porque se realizó igualmente a puerta cerrada, se han dado a conocer varios asuntos importantes que ahí se abordaron y de los cuales ya podemos sacar algunas conclusiones.
La principal consecuencia es que, una vez involucrada —que no consultada, porque nunca se le pidió opinión— la sociedad en su conjunto en una guerra en contra del crimen organizado y del narcotráfico, los elevados costos que se han pagado a estas alturas exigen una participación más comprometida de otras instancias como el mismo poder legislativo, especialmente el Senado de la República.
Es decir, que para anunciar a los cuatro vientos el presunto avance en el combate al crimen organizado, el principal responsable de la decisión que ha sido siempre el Jefe Supremo de las Fuerzas Armadas, Felipe Calderón, ha estado presto. Pero no lo está cuando, a más de tres años de estar vigente que los militares andan en las calles del país confrontando narcos y ejerciendo funciones policiacas, y el problema crece.
Porque no admite que la dichosa guerra antinarco ha sido una batalla fallida. Y no lo dice Calderón con todas sus letras, pero en los hechos ya lo admite. Porque eso sí, ha sido una guerra con elevadísimos costos en vidas humanas, 22 mil 743 caídos ligados todos a la actividad delictiva. Fue desde el repudio generalizado a la presencia del Ejército en Ciudad Juárez —que en 2009 alcanzó la malograda calificación de ser la ciudad más violenta del mundo— y la muerte de los trabajadores de la embajada de Estados Unidos en la entidad, lo que presionó al gobierno para cambiar las reglas del juego.
A partir de ahí se optó por enviar policías federales a suplir a los mandos militares que fungían como guardianes del orden en las calles de Juárez. Esa fue la primera medida tomada de revire. Pero sin que Calderón haya admitido que el Ejército salía del combate frontal, aún y cuando en los hechos haya sido replegado a funciones de coadyuvancia (vigilancia en el campo, retenes carreteros, operaciones especiales, etc.) con la policía federal de Chihuahua.
Así, en los hechos hay un cambio de estrategia porque la primera y muy costosa etapa, le falló al presidente. Y con ello también a la sociedad, a quien prometió entregarle la seguridad perdida. Pero no, los tantos caídos representan un elevado costo social, así como las confrontaciones entre bandas y los atropellos del propio Ejército en las calles que han derivado en “daños colaterales” con la muerte de inocentes, generan una elevada la zozobra (miedo hasta de salir a las calles, como en ciudades importantes de Chihuahua y Tamaulipas) e inestabilidad social.
Por eso los encuentros de senadores con el gabinete de Seguridad, han tomado tanta relevancia. Porque de ahí saldrán medidas y normas, o leyes, que le den otro giro a la perdida guerra calderonista. Por eso se habla con la verdad. Por ello se han revelado los argumentos y las cifras ofrecidas en esos encuentros; y se han filtrado a la prensa con toda intencionalidad, como fue el caso de la Agencia AP.
Por eso en la reunión de Seguridad se habló de todos los temas, incluso del encuentro de Ismael Zambada García, El Mayo, con Julio Scherer, el fundador de Proceso; una entrevista que tomó por sorpresa al gobierno federal y al propio gabinete. El miedo de Zambada a que lo atrapen o lo encierren, dijo Gómez Mont, es porque se está avanzando. Y que se ataca a todas las bandas todos por igual, “sin distingo”, que no hay pacto con alguna banda. También dijo Guillermo Galván que hay “resistencia de algunos generales a participar en la guerra contra al narcotráfico, porque carecemos de protección”. Lo que no significa rebelión, desde luego, dicho sea con todas sus letras.
Por lo mismo, el propio secretario de la Defensa está dispuesto a que se legisle sobre un tema por tantas décadas tabú al interior de las Fuerzas Armadas: el fuero de guerra. Bajo condición, solamente, de “que no se relajen la disciplina y la obediencia castrenses”. Incluso fue más allá: “Acatarán la recomendación de la Corte Internacional de Derechos Humanos, la cual exige que los militares que violen las garantías sean sancionados por tribunales civiles; incluso anunció que el instituto armado elaborará una iniciativa de reformas a dicho fuero”. En reporte de El Universal.
También se demandó, por parte del mismo titular de Sedena y el de Segob, Fernando Gómez Mont, algo no abordado en los tres años de guerra fallida: que el Congreso brinde al Gabinete de Seguridad Nacional instrumentos jurídicos para atacar el corazón del poder del crimen organizado; es decir, mermar su poderío económico por medio de investigaciones en el sector financiero a través de las casas de bolsa para combatir el lavado de dinero”.
Una demanda que ha estado presente siempre que se evalúan, aunque sea parcialmente, los avances y retrocesos de la dichosa guerra, ahora fallida, por parte del observador imparcial. Pero lo que causa espasmo son las cifras igualmente filtradas a la prensa, del número de caídos. El total de “muertos en ejecución” alcanza la cifra de 20 mil 868 personas. En enfrentamientos mil 715, en agresión 160. Por estados, en Chihuahua suman 6 mil 757; Sinaloa, 3 mil 133; Guerrero, mil 826; Baja California, mil 644; Michoacán, mil 394.
Igual, los cinco municipios más violentos del país, tan sólo en lo que va del año, son: Ciudad Juárez con 630 muertos; Culiacán, 193; Tijuana, 153; Chihuahua, 130; Gómez Palacio, 87. En total son; mil 183 caídos en este período. También se informa que hay 97detenciones relevantes de los cárteles del Pacífico, Beltrán Leyva, del Golfo, La Familia michoacana, los Arellano Félix, del cártel de Juárez, Los Zetas, Los Valencia y de El Chapo Guzmán. La guerra falla, la estrategia cambia. La sociedad paga costos. ¿Quién responde?

Correo: sgb33@hotmail.com

martes, 13 de abril de 2010

ABSOLUTAMENTE NO

14/abril/2010

*Asunto de mexicanos criticar el rumbo
*¡Rechazo a intervencionismo de EU!

Los desaciertos de los gobiernos se critican para que las políticas públicas se enderecen, así como los aciertos se aplauden para que las acciones caminen. Y en el caso del gobierno mexicano, para que el país avance en beneficio de la población en todos los terrenos del bienestar (económico, político, social y cultural) y no únicamente para el interés y satisfacción de unos cuantos —llámese élite económica o política—, hay más materia para señalar errores que para el encomio (salvo los panegiristas y comodines al sistema de poderes establecidos que todo avalan). Por eso la crítica. Además que esa es la función del crítico que construye. De ahí la importancia del observador externo a las acciones de los gobiernos. Siempre que no se pierda la perspectiva general.
Dicho sea, esto último, por la muy sencilla razón de que las políticas aplicadas por los últimos gobiernos —de Miguel de la Madrid al actual; es decir, ¡cuatro sexenios y la mitad del de Felipe Calderón!— desde que se perdió la senda del nacionalismo (no de economía de puertas cerradas sino en el sentido de colocar el interés del país por encima de todo, como lo hacen Estados Unidos, Gran Bretaña, Europa, Japón, y los más que practican el proteccionismo a toda costa de sus economías), tienden al entreguismo en beneficio de factores externos y en claro perjuicio del interés nacional. Ejemplos sobran, pero tenemos casos como el desventajoso —no aguanta el balance a favor— TLCAN, el asunto del petróleo, y tantos más. Siempre en beneficio de EU. Gobiernos sometidos a los intereses del imperio del norte.
Por eso en lugar de avanzar se retrocede, ante la mínima revisión de la senda del desarrollo y del crecimiento económico nacional. No se diga cuando los resultados de los últimos gobiernos se ponen en la balanza contra los datos duros del bienestar social. No los hay. Aparecen los elevados déficits; las derrotas de las políticas públicas; las falsas salidas de los gobiernos que en lugar de resolver complican todavía más la situación. Lo que avanza es el retroceso. Es cuando vienen los desencantos por las instituciones, por los políticos —desde la Presidencia para abajo—, de los partidos (del PAN, pero también del PRI, cuando han tenido las riendas en la mano); el desgaste de la política y tantos asuntos más como la ingobernabilidad. Es cuando los gobiernos pierden credibilidad, por las políticas fallidas que aplican.
Es cuando se habla del Estado fallido. Es cuando el ambiente se presta para los balances desfavorables desde EU (también desde aquí los hay, pero ese es un asunto nuestro como mexicanos), en temas como el de la seguridad pública tan atropellada. Porque EU se empeña en calificar de fallida la estrategia contra el crimen organizado y el narcotráfico, a pesar del Ejército. Por eso se apresta a intervenir militarmente, según el “Informe del Servicio de Investigaciones del Congreso de Estados Unidos”, a cargo de la especialista en asuntos internacionales, Liana Sun Wyler (ver Proceso 1745 de esta semana). Pero frente a eso los mexicanos decimos que no. ¡Rotundo No! a cualquier intento de intervención militar del Pentágono de EU en la frontera norte de México. Porque el vecino sólo vela intereses, nunca otra cosa (recuérdese la riqueza gasífera en el subsuelo de la frontera común).
Y si ellos ven perdida la guerra contra el narcotráfico en México, con todo y la violencia desatada en la frontera, ¿qué hacen para evitarla? Por qué, siguiendo el “Informe”, justifican que: ¡“El tráfico de narcóticos de México representa una amenaza para la seguridad nacional de Estados Unidos, y por ello se necesita y se debe ampliar el papel del Pentágono en la lucha contra el narcotráfico en ese país”! ¿Qué hace EU en su territorio para controlar el consumo y desalentar así tráfico de drogas hacia su país? ¿Qué hace EU para evitar la venta de armas desde los estados del sur, que van a parar a manos de los narcotraficantes mexicanos? ¿En dónde está la coadyuvancia con México para desarticular a los cárteles desde el corazón, desde las finanzas que son el soporte como grandes fondos que invierten los narcos en sus propios bancos? ¿En dónde queda la pretendida corresponsabilidad anunciada por la secretaria de Estado, Hillary Clinton, cuando vino a México hace unos días?
Porque, claro está, para EU su “seguridad nacional” está en el gas natural de la frontera norte de México: el corredor Reynosa-Nuevo Laredo. Ni qué decir de la explotación del petróleo de aguas profundas del Golfo de México, que ya emprendió excluyendo al país. Esa es la preocupación por su “seguridad nacional”. Ni tanto que le apure la violencia porque EU no está poniendo los muertos. Así que nada justifica la intentona intervencionista.
Cierto que “los cárteles del narcotráfico mexicano son cada vez más poderosos y sofisticados en sus operaciones”, como dicen ellos. Pero también que los EU están armados hasta los dientes para la ofensiva, y no la aplican en su propio terreno, si es que les interesa contener el flagelo del narcotráfico más que el negocio. Es verdad que “la solución del problema de la violencia en México relacionada al trasiego de las drogas podría tomar varios años…”, como dicta Sun Wyler. Y que el problema se complica porque “al problema de la violencia está vinculado directamente a la corrupción por narcotráfico que cala a todos los sectores del gobierno mexicano”.
Pero en el fondo, el interés de resolver el problema del narcotráfico es de México, ya que la cooperación de EU sólo se plantea por el lado de la intervención militar. El problema de la fallida guerra de Calderón contra el narcotráfico es evaluación de mexicanos y no de gringos. Nadie está solicitando su participación militar. Mucho se vulnera la seguridad nacional de México —que es lo que nos interesa a nosotros—, con el “entrenamiento a militares y policías mexicanos, con otorgar equipo militar y tecnológico sofisticado e intercambiar información de inteligencia”, por parte de EU en el marco del Plan Mérida. Pero hasta ahí.
Que EU realice lo pertinente en su propio territorio para contrarrestar el poder de los narcotraficantes, sean mexicanos o de otras partes del mundo. Que no estén de ofrecidos con el envío de tropas. En México el Senado está haciendo lo pertinente, de acuerdo con la última reunión del gabinete de seguridad, para enmendarle la plana a Calderón en la fallida empresa antinarco. Pero ese es otro tema.

Correo: sgb33@hotmail.com