jueves, 29 de abril de 2010

ARIZONA, NARIZ DE LA DERECHA

28/abril/2010

*Choque de trenes, dos proyectos
*Ley anti-Obama, y antimexicana

“Lo maravilloso de la guerra es que cada jefe de asesinos hace bendecir sus banderas e invocar solemnemente a Dios, antes de lanzarse a exterminar a su prójimo”: Voltaire (1694-1778).

Víctimas de los jaloneos electorales y de los juegos del poder en los Estados Unidos entre izquierda y derecha, demócratas y republicanos, moderados y extremistas o pacifistas y guerreros —que no por azares del destino o la casualidad—, ahora les toca a los migrantes padecer los embates de la reacción que detesta al presidente Barack Hussein Obama y a su proyecto “socialista”. Porque trata de apoyar a la población con leyes como la Nueva Ley de Salud, avalada en marzo pasado, en lugar de hacer rentables negocios al estilo de los Bush.
Por ello, en su momento, también la Ley de Salud fue avalada sólo por los demócratas, mientras que los republicanos además de votar en contra organizaron protestas a las afueras del Congreso para arremeter mediante el movimiento populista Tea Party, diciendo que la ley era un atentado a la libertad individual de los estadounidenses, y que su país se estaría convirtiendo en una Rusia comunista o una Alemania nazi. Mientras la líder demócrata Nancy Pelosi decía, con “humildad y orgullo”, estar haciendo “historia, por el progreso del pueblo estadounidense”. Un choque de trenes, pues, entre dos proyectos muy distintos de nación.
El caso es que ahora, el tema de la migración entró a formar parte del proceso electoral con resultados nefastos y una ley xenófoba como resultado. Todo, porque el senador John McCain intenta reelegirse por sexta vez, y enfrenta a un competidor de su partido que trata de arrebatarle la bancada por Arizona. Se trata del político J.D. Hayworth, quien también es apoyado por los miembros del Tea Party. Esa agrupación que cuenta ya con la simpatía de por lo menos el 28 por ciento de los estadounidenses, y está fuerte en temas como los derechos gay y el cambio climático. Ya hora es antiinmigrante.
La bandera de Hayworth es apretar las medidas contra migrantes, criticando por ello a McCain quien en otros años ha propuesto regularizar a 12 millones de trabajadores indocumentados. El tema, entonces, surgió en la disputa entre candidatos republicanos. Por eso la Ley Arizona tiene nariz con olfato republicano. Y McCain está apoyando a la gobernadora Jan Bewer, en un claro intento por conservar el hueso, la silla senatorial. Por eso él mismo es quien ha solicitante la presencia de los 3 mil soldados de la Guardia Nacional para resguardo de la frontera de Arizona con México.
El asesinato lamentable cometido —no se sabe si por un migrante o un narcotraficante— en contra de Rob Krentz, el hacendado de Arizona de 58 años de edad el pasado 27 de marzo, se convirtió en el pretexto para apretar la legislación estatal y sustentar el alegato de Bewer a favor de la ley que avaló el congreso local sin rubor.
La coyuntura se prestó para que el caso tomara los tintes electorales que ahora tiene. Pero impacta porque atenta contra los migrantes mexicanos, los criminaliza y afecta sus más elementales derechos humanos. A la vez que levanta ámpula porque sale a relucir el movimiento de la derecha más recalcitrante que detesta el populismo “socializante” que abandera Obama, y está lejos del guerrerismo de los Bush que tantos beneficios les deparó bajo el pretexto del antiterrorismo.
El caso es que ahora, y eso está bien para los inmigrantes mexicanos (aquí servirá de mucho lo que apriete Felipe Calderón para apoyar a los mexicanos que viven allá), la ley xenofóbica obligará al presidente Obama a discutir un tema que había guardado en el cajón del escritorio, para retomarlo en tiempos de su pretendida reelección presidencial. Rediscutir el tema será importante para él y su proyecto de reelegirse (otra vez el tema electoral, pero los migrantes representan siempre votos a favor o en contra; ¡eso sí!), con todo y eso sea cambiar la agenda de trabajo por presión de los republicanos.
Pero desde que llegó al poder, el hoy presidente de origen negro no la tiene fácil con la derecha que se escuda en el Partido Republicano. Acostumbrada a ejercer la política de la violencia que resulta altamente redituable, la derecha no se ha estado quieta sobre todo a partir del 11 de septiembre del 2001. Más cuando el presidente saliente, George Bush, le entregó en las manos elevadas ganancias so pretexto de la guerra antiterrorista.
Por eso la derecha aprovecha cualquier asunto para denostar a Obama. Pero por eso el propio presidente tiene que luchar también en defensa de su propio liderazgo. Y por defender su presidencia. Así como en su momento la Ley de Salud le representó batallas que al final ganó. De ese mismo modo la Ley Arizona le otorga la coyuntura para retomar un asunto que bien lo puede posicionar cuando requiera el voto hispano.
Por eso a Obama le conviene retomar la bandera de la inmigración, y contraponerse a la Ley Arizona. Eso le interesa también a los mexicanos. Y el gobierno de Felipe Calderón debe estar preparado para la batalla en el Congreso de EU. Por lo mismo, no debió cancelarse la reunión que tendría lugar en aquél estado, entre sendos gobernadores. Le faltó asesoría a Guillermo Padrés de Sonora, para no desistir de ir a ver a Bewer. Y la Ley Arizona era un buen pretexto. Igual que un impedimento.
El caso es que la derecha gringa seguirá haciéndole la vida de cuadritos a Obama. Porque el asunto no es meramente electoral. Ese se convirtió en el pretexto ahora para denigrar mexicanos. Pero también porque México no acciona sino que reacciona. El gobierno mexicano necesita una política activa. No de sometimiento a EU, como ahora. El Congreso mexicano debe presionar a Calderón en este sentido.
Pero la derecha reaccionaria no descansará hasta lograr lo que quiere: derrotar a Obama y a su gobierno benefactor. Porque a ella no le interesan los problemas sociales sino la política exterior que trae beneficios con la guerra. Porque la guerra es, como decía Clausewitz, “la política por otras vías, o viceversa”. Por eso, bajo el Partido Republicano se esconden los flamantes empresarios cuyo negocio es la guerra. Ahora se conforman con criminalizar a los migrantes. De paso presionan a Obama.

Correo: maniobrasdelpoder@gmail.com

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