martes, 13 de abril de 2010

ABSOLUTAMENTE NO

14/abril/2010

*Asunto de mexicanos criticar el rumbo
*¡Rechazo a intervencionismo de EU!

Los desaciertos de los gobiernos se critican para que las políticas públicas se enderecen, así como los aciertos se aplauden para que las acciones caminen. Y en el caso del gobierno mexicano, para que el país avance en beneficio de la población en todos los terrenos del bienestar (económico, político, social y cultural) y no únicamente para el interés y satisfacción de unos cuantos —llámese élite económica o política—, hay más materia para señalar errores que para el encomio (salvo los panegiristas y comodines al sistema de poderes establecidos que todo avalan). Por eso la crítica. Además que esa es la función del crítico que construye. De ahí la importancia del observador externo a las acciones de los gobiernos. Siempre que no se pierda la perspectiva general.
Dicho sea, esto último, por la muy sencilla razón de que las políticas aplicadas por los últimos gobiernos —de Miguel de la Madrid al actual; es decir, ¡cuatro sexenios y la mitad del de Felipe Calderón!— desde que se perdió la senda del nacionalismo (no de economía de puertas cerradas sino en el sentido de colocar el interés del país por encima de todo, como lo hacen Estados Unidos, Gran Bretaña, Europa, Japón, y los más que practican el proteccionismo a toda costa de sus economías), tienden al entreguismo en beneficio de factores externos y en claro perjuicio del interés nacional. Ejemplos sobran, pero tenemos casos como el desventajoso —no aguanta el balance a favor— TLCAN, el asunto del petróleo, y tantos más. Siempre en beneficio de EU. Gobiernos sometidos a los intereses del imperio del norte.
Por eso en lugar de avanzar se retrocede, ante la mínima revisión de la senda del desarrollo y del crecimiento económico nacional. No se diga cuando los resultados de los últimos gobiernos se ponen en la balanza contra los datos duros del bienestar social. No los hay. Aparecen los elevados déficits; las derrotas de las políticas públicas; las falsas salidas de los gobiernos que en lugar de resolver complican todavía más la situación. Lo que avanza es el retroceso. Es cuando vienen los desencantos por las instituciones, por los políticos —desde la Presidencia para abajo—, de los partidos (del PAN, pero también del PRI, cuando han tenido las riendas en la mano); el desgaste de la política y tantos asuntos más como la ingobernabilidad. Es cuando los gobiernos pierden credibilidad, por las políticas fallidas que aplican.
Es cuando se habla del Estado fallido. Es cuando el ambiente se presta para los balances desfavorables desde EU (también desde aquí los hay, pero ese es un asunto nuestro como mexicanos), en temas como el de la seguridad pública tan atropellada. Porque EU se empeña en calificar de fallida la estrategia contra el crimen organizado y el narcotráfico, a pesar del Ejército. Por eso se apresta a intervenir militarmente, según el “Informe del Servicio de Investigaciones del Congreso de Estados Unidos”, a cargo de la especialista en asuntos internacionales, Liana Sun Wyler (ver Proceso 1745 de esta semana). Pero frente a eso los mexicanos decimos que no. ¡Rotundo No! a cualquier intento de intervención militar del Pentágono de EU en la frontera norte de México. Porque el vecino sólo vela intereses, nunca otra cosa (recuérdese la riqueza gasífera en el subsuelo de la frontera común).
Y si ellos ven perdida la guerra contra el narcotráfico en México, con todo y la violencia desatada en la frontera, ¿qué hacen para evitarla? Por qué, siguiendo el “Informe”, justifican que: ¡“El tráfico de narcóticos de México representa una amenaza para la seguridad nacional de Estados Unidos, y por ello se necesita y se debe ampliar el papel del Pentágono en la lucha contra el narcotráfico en ese país”! ¿Qué hace EU en su territorio para controlar el consumo y desalentar así tráfico de drogas hacia su país? ¿Qué hace EU para evitar la venta de armas desde los estados del sur, que van a parar a manos de los narcotraficantes mexicanos? ¿En dónde está la coadyuvancia con México para desarticular a los cárteles desde el corazón, desde las finanzas que son el soporte como grandes fondos que invierten los narcos en sus propios bancos? ¿En dónde queda la pretendida corresponsabilidad anunciada por la secretaria de Estado, Hillary Clinton, cuando vino a México hace unos días?
Porque, claro está, para EU su “seguridad nacional” está en el gas natural de la frontera norte de México: el corredor Reynosa-Nuevo Laredo. Ni qué decir de la explotación del petróleo de aguas profundas del Golfo de México, que ya emprendió excluyendo al país. Esa es la preocupación por su “seguridad nacional”. Ni tanto que le apure la violencia porque EU no está poniendo los muertos. Así que nada justifica la intentona intervencionista.
Cierto que “los cárteles del narcotráfico mexicano son cada vez más poderosos y sofisticados en sus operaciones”, como dicen ellos. Pero también que los EU están armados hasta los dientes para la ofensiva, y no la aplican en su propio terreno, si es que les interesa contener el flagelo del narcotráfico más que el negocio. Es verdad que “la solución del problema de la violencia en México relacionada al trasiego de las drogas podría tomar varios años…”, como dicta Sun Wyler. Y que el problema se complica porque “al problema de la violencia está vinculado directamente a la corrupción por narcotráfico que cala a todos los sectores del gobierno mexicano”.
Pero en el fondo, el interés de resolver el problema del narcotráfico es de México, ya que la cooperación de EU sólo se plantea por el lado de la intervención militar. El problema de la fallida guerra de Calderón contra el narcotráfico es evaluación de mexicanos y no de gringos. Nadie está solicitando su participación militar. Mucho se vulnera la seguridad nacional de México —que es lo que nos interesa a nosotros—, con el “entrenamiento a militares y policías mexicanos, con otorgar equipo militar y tecnológico sofisticado e intercambiar información de inteligencia”, por parte de EU en el marco del Plan Mérida. Pero hasta ahí.
Que EU realice lo pertinente en su propio territorio para contrarrestar el poder de los narcotraficantes, sean mexicanos o de otras partes del mundo. Que no estén de ofrecidos con el envío de tropas. En México el Senado está haciendo lo pertinente, de acuerdo con la última reunión del gabinete de seguridad, para enmendarle la plana a Calderón en la fallida empresa antinarco. Pero ese es otro tema.

Correo: sgb33@hotmail.com

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