jueves, 5 de agosto de 2010

NARCOTRÁFICO, MULTIFACTORIAL

05/agosto/2010

*Falla estrategia informativa del gobierno
*Drogas: cerrar las llaves de la ilegalidad

“Todo idealismo frente a la necesidad es un engaño”: Friedrich Nietzsche (1844-1900).

Algo es algo. Apenas dos temas sobresalieron ayer: el de la información desde el gobierno que a estas alturas muestra tremendos boquetes, y la discusión sobre la legalización —posible o no— de las drogas. Ambos en el contexto de la inseguridad derivada del desbordamiento del crimen organizado. No obstante el fenómeno demanda elaborar una revisión multifactorial de contenidos para confrontarlo, contenerlo o controlarlo. Al igual que la integralidad de la estrategia. Así:
1) Informar, pero informar bien a la sociedad. Porque hasta ahora es un caos desde el gobierno, bien organizado. Frente a los reclamos, el problema fue admitido por el presidente Felipe Calderón, en el marco del programa “Diálogo por la seguridad, evaluación y fortalecimiento”, a realizarse en Los Pinos. O bien el gobierno no informa, o lo hace de una manera deficiente. Con ello, acepta que no sólo está fallando la política de comunicación social desde el gobierno, también la unificación de criterios y la propia emisión de los datos. Y eso, quiérase que no, forma parte sustancial de la estrategia contra las drogas.
Esta fue una de las principales críticas propinadas ayer a Felipe Calderón, por algunos líderes de opinión —incluso más fieles que críticos del sistema—, analistas de la política cotidiana y participantes del evento ha lugar. Una deficiencia que, admite Calderón, está presente en esta lucha contra la inseguridad. Porque su gobierno no ha sabido transmitir a la sociedad sobre el trabajo que se está haciendo para contener al narcotráfico. Y los derivados: la lucha violenta entre los cárteles que se disputan las plazas en ciudades importantes, así como el papel desempeñado por las Fuerzas Armadas en esa batalla.
Fallas informativas. Las diferencias en los datos saltan a la vista. Simplemente entre el reporte del Cisen dado a conocer ayer por su director y el de la propia PGR, sobre el número de muertos en la lucha contra el narcotráfico, hay discordancias importantes. O no se ponen de acuerdo, o los datos no cuadran. Qué va de 24 mil caídos en esta guerra de la PGR, a los poco más de 28 mil que dijo Guillermo Valdés.
También, acepta Calderón, simplemente en la cifra de secuestros. No se ponen de acuerdo. Hay discordancia entre los estados. Cada gobernador, una cifra. En otras palabras, que el gobierno está perdiendo la batalla también en contra del narcotráfico por esa vía, la de la información deficiente. Y, de seguir como va, como le fue recalcado, “perderá ambas batallas”.
El diagnóstico preciso es importantísimo. Los cruces de información y los datos como base. Que se elabore, o se coordine lo que ya está conformado y confirmado. Pero, eso sí, que no devenga en una tarea exclusiva de unos cuantos. Si de lo que se trata es que todos le entren al tema, pues también es imprescindible la inclusión en la difusión. Nunca el manejo parcial o tendencioso, como hacen las televisoras. Eso no ayuda. Es tarea de todos, internet, radio y medios impresos.
Un trabajo incluyente, sin exclusivismos ni discriminación. Si se quiere una lucha comprometida y compartida. Sobre todo a estas alturas. Recuérdese que el problema es más un fruto de las complicidades del poder, que lo dejó crecer por ineficiencia o colusión, que de la sociedad que pone las víctimas; o bien los afectados por la droga, o peor los muertos por la creciente violencia. También:
2) Saltó a la mesa el tema de la legalización. Discernir sobre su viabilidad, o no. Ventajas y desventajas. Las opciones posibles. El tema lo sacó el propio Calderón. Porque el tráfico ilegal de las drogas ha creado un mercado consumidor cada vez más grande en el país, afectando a amplios sectores de jóvenes. Ya sea en edad escolar o los referidos despectivamente como Ninis (aquellos que ni estudian ni trabajan), como si fuera un problema personal y no social o de corresponsabilidad desde el gobierno.
Atrás quedó la justificación de que el negocio es boyante porque crece la demanda, desde el mercado estadounidense; esa fue la política de Miguel de la Madrid del dejar hacer dejar pasar, hasta llegar al punto del descontrol hasta acá. No es únicamente la demanda la que determina su viabilidad como negocio. Es también la complicidad, la corrupción, la protección, la participación directa de autoridades de todos los niveles en el negocio fácil. Y eso pasa por la protección de capos de la droga. Eso es parte de la multifactorialidad del problema.
Lejos está también, el que las bandas del narcotráfico en México eran sólo intermediarias entre los cárteles del sur del continente latinoamericano y el mercado de consumo. Ahora los cárteles mexicanos son controladores del negocio en todas sus fases. Desde la siembra de la marihuana hasta las drogas sintéticas. Por algo hoy se afirma que los cárteles mexicanos están sólo por abajo de las grandes mafias: las ruso-ucranianas y las chinas.
Porque el narcotráfico mexicano se ha globalizado, ni más ni menos que el mercado. Y los hombres que controlan el multimillonario negocio también. Por eso personajes como Joaquín El Chapo Guzmán están entre los hombres más ricos del mundo que integran cada año la lista de la revista Forbes. Todo porque el negocio es ilícito. Y altamente redituable.
Muchos temas más están en el rejuego. Y demandan revisión. El asunto de las cárceles del país, sobrepobladas y centros del crimen, como se vio en el Cereso 2 de Durango, donde los reos salían a delinquir con toda libertad. La impunidad que ha permitido al negocio crecer. La corrupción que penetra hasta los corrillos del poder. Desde los funcionarios que venden protección, hasta posibles integrantes de los cárteles enquistados en las estructuras de gobierno municipal o estatal.
Ayer también el presidente Calderón solicitó la denuncia de aquellos implicados. “Saber quiénes cobran las cuotas, en dónde se reúnen, cómo actúan, quiénes los cobijan y se coluden con ellos. Ministerios Públicos, jueces, policías, alcaldes o gobernadores. Sí me interesa saber. Y la sociedad sé que lo sabe. Si es el caso que eso ocurra”. ¿Será que de plano el área de inteligencia de este país, que es nada desdeñable, como la Segob, la PGR, Sedena, el Cisen, no tienen esa información? Eso suena a tomadura de pelo. O a ineptitud de los operadores, Sr. Calderón.

Correo: maniobrasdelpoder@gmail.com

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