martes, 3 de agosto de 2010

MÉXICO, ECONOMÍA EN FALSO

03/agosto/2010

*La política está al servicio del dinero
*Datos que descalifican a cualquiera

El lenguaje de la verdad debe ser, sin duda alguna, simple y sin artificios”: Lucio Anneo Séneca (2 AC- 65).

La economía y la política van de la mano. Marchan juntas pero no se comprenden igual. ¿Por qué? Porque aquella se oculta en ésta; o, lo que es lo mismo, la política sirve de camuflaje a la economía. ¿El objetivo? Encubrir los intereses que se reproducen tras el trono; atrás de lo visible. Porque unos son los que dan la cara en el argot de la política (la grilla) nacional; muy otros los que mandan porque tienen el control. Son los dueños del títere (de la política), los que verdaderamente dominan al país, porque tienen en sus manos todos los hilos de los recursos y de la riqueza nacional (sistema financiero y empresas); de las instituciones del Estado y de los poderes fácticos coadyuvantes para ejercer dicho control.
Como buen ejemplo de lo perverso, en México la economía está perdida en sus principales indicadores. Éstos son del todo engañosos; sobre todo porque los comparativos se manejan siempre de un modo muy tramposo. Así, la economía no crece para la población en general, comenzando por la mano de obra trabajadora. No hay generación de empleos, no hay buenas remuneraciones salariales y los únicos puestos de trabajo que se jacta el gobierno actual estar creando, son eventuales. Otra cosa muy distinta sucede con los hombres ricos de este país. Muchos no pagan impuestos; o bien porque los eluden con mecanismos tramposos de filantropía, como sucede con el teatro Teletón de Televisa que utiliza la donación para no pagar, y sobre todo ganar. O bien porque aquellos grandes empresarios que le adeudan al fisco, definitivamente no le pagan, como tampoco nadie los obliga.
Y hablar de los grandes bancos es decir no sólo que en su mayoría no son mexicanos —¡craso error!— sino que se llevan las ganancias del ahorro y de los tributos del propio gobierno (jugoso negocio es el gobierno porque pide prestado y garantiza el pago de intereses y capitales con la riqueza nacional; Pemex, el ejemplo) a las matrices en los países extranjeros. Por si fuera poco, los grandes capitales nacionales también emigran a otros países, como Estados Unidos, Suiza o los paraísos fiscales. Cualquier cosa, menos quedarse a invertir en la economía real, no en las estadísticas.
En otras palabras, los hombres que dominan al país son los que se apropian de sus riquezas. Pero acostumbrados al dinero fácil, no invierten para reactivar la economía nacional. Depositan los grandes recursos en el extranjero y por nada les importa que el país se hunda. Incluso que fueran ellos los principales beneficiarios, tanto en el corto como en el largo plazo. Nada.
Luego entonces, cuando se dice que la economía mexicana podría crecer a tasas elevadas, o bien se habla de meras “expectativas” o bien de comparativos falsos. No de realidades. Por ejemplo, el consenso presume que en 2010 la “expectativa” es que el producto interno bruto (PIB) alcance un 4.5 o hasta un 5.2 porcentual de crecimiento. ¡Hombre, fabuloso, ¿no?! Pues no. Porque el promedio en el largo plazo es deprimente. Tan sólo de 1.7% ¡en un plazo de 10 años! “El menor dinamismo por lo menos de las últimas siete décadas, pero también una de las peores cifras a nivel mundial, según pronósticos del FMI”, dice a la letra el reporte del diario El Financiero fechado ayer.
Aparte del bajo crecimiento económico, el país experimentó un retroceso en los índices de competitividad, un estancamiento en materia de empleo y desarrollo humano, al igual que en rubros como corrupción e inseguridad pública. ¿Nada más? También se colocó en el lugar número 154 en cuanto a crecimiento económico de un total de 183 países. Es decir: ¡un desastre! Un lastre, el que le está imprimiendo a la economía mexicana el panismo que tiene precisamente 10 años en el poder. Un poco más, desde el 2000 que ganó Vicente Fox, a la fecha que tiene el control (¡porque el mando no!) Felipe Calderón. ¡Y con un cura en la Secretaría del ramo, mucho menos!
Lo peor es que no hay para dónde hacerse. Porque el gobierno trabaja para los que tienen el poder; aquellos que dominan las principales venas de la economía nacional y de la riqueza del país. No para sacar al país del bache. Sirva de ejemplo, que la cacareada “estabilidad financiera” sólo sirve a ese sector —el de las finanzas—, pero no a las empresas generadores de empleos. Que las altas tasas de interés no permiten el flujo de créditos para apoyar, alentar o crear negocios de ningún tipo. Que la fortaleza del peso es pésima para la competitividad de las exportaciones en los mercados extranjeros. En pocas palabras: que la fortaleza financiera va en proporción inversa al deterioro del aparato productivo o de la economía real.
Un poco más. Los datos arrojan puras pérdidas. Para el presidente del empleo, tan sólo al pasado mes de marzo, se registraron en el IMSS un total de 148 mil 859 empleos más que en noviembre de 2009. Pero de esos, 66,555 fueron trabajadores permanentes, el resto: 82 mil 304 fueron eventuales (sin traer a cuento la polémica contra el gobierno, que ha modificado enormemente los criterios para registrar cuando un trabajador está desempleado o subempleado, ¡pero su estatus está en las estadísticas!).
Otro ejemplo irrefutable. Tan solo, “La política fiscal no está impulsando la reactivación de la economía, sino al contrario: el alza del ISR —que entró en vigor en 2010— está significando una disminución del ingreso disponible de los hogares; y el incremento del IVA —del 15 al 16% en este año— se está reflejando en alzas de precios de bienes y servicios, con la consiguiente reducción del poder de compra de las familias, afectando en consecuencia al consumo interno privado”. (Dice el profesor José Luis Calva, investigador del IIE-UNAM).
En tanto México siga siendo gobernado por políticos al servicio de los poderosos, porque ellos nunca pierden, y aplicando las políticas sugeridas por el BM y el FMI de libre mercado pero con fuertes restricciones para la economía real, el deterioro seguirá en firme. Y los mexicanos cada vez más pobres. Con tasas del PIB mediocres, que salen a relucir en tanto se comparan en el largo plazo, y con una estructura vertebral unida directamente a la economía gringa, México seguirá por la senda de crecimientos hacia abajo. Pero eso sí: como el campeón de la desigualdad, con los más ricos, pero también con los más pobres en su seno. ¡Bonitos políticos!

Correo: maniobrasdelpoder@gmail.com

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