martes, 1 de febrero de 2011

GUERRERO, ESTRATEGIA 2012 DEL PAN

01/febrero/2011

*No ganó el PRD, ganaron PRI y PAN
*Las trampas de los partidos políticos

Es regla que en la política las cosas se ajustan casi siempre mal. Eso porque responden a intereses específicos y como tales resultan contrarios al bienestar de la población. No obstante, las jugadas de los políticos encuentran acomodo y para ellos todo opera bien, porque le apuestan a ganar.
Para eso sirven los acuerdos en las cúpulas del poder —hasta con el uso del aparato estatal— y entre los líderes de partido. Porque la política le es útil precisamente al poder, más no a la sociedad. Y los partidos —los dirigentes también— saben perfectamente cuál es su rol en esos juegos de poder. Por eso velan siempre sus intereses desde las legislaturas; cuidan, por ejemplo, los flujos de cuantiosos recursos procedentes de los fondos públicos por mutuo acuerdo.
Como en la ciencia y en la vida, sabido es que sin principios —o sin un contexto general de por medio— cualquier acción política resulta inexplicable, vista tal y como se presenta en primera instancia. Pero tampoco hay tretas inexplicables cuando se habla de política, por muy camufladas que aparezcan. Por mucho que se intenten ocultar.
Sobre todo cuando se ha vivido en carne propia —porque nadie experimenta en cabeza ajena— la política y sus movidas furtivas —los acuerdos pues—, y no simplemente se contemplan desde el escritorio o los noticiarios de la televisión y la revisión de los diarios.
Así, lo sucedido en el proceso electoral de Guerrero tiene muchas lecturas —partidos, candidatos, alianzas, ganadores-perdedores—, pero hay una que es fundamental: la estrategia, y tiene que ver con los intereses que están en juego rumbo a la elección presidencial del 2012. Aunque todo el mundo dijera otra cosa, el Partido Acción Nacional quiere ganar y seguir el Los Pinos un sexenio más [dicen que gobernarán hasta el 2030; ¡Dios nos libre!]. Por tanto no entregar la estafeta presidencial al Partido Revolucionario Institucional ya.
Sabe perfectamente, el PAN, que no tiene con qué triunfar: que no ha dado resultados; que tanto Vicente Fox como Calderón han sido pésimos presidentes; que en lugar de avanzar hay retroceso en todos los terrenos de la vida nacional, la inseguridad incluida; que muy pocos se creen los spot-comunicados de Presidencia de que el país marcha bien, etcétera.
Pero no quiere entregarle el poder al PRI, en un acto de simple alternancia política, a la vuelta de tan sólo dos sexenios. Y para eso requiere aliados. Sabe que los tiene que conseguir y el Partido de la Revolución Democrática es una buena opción. Porque la dirección de ese partido de “izquierda”, Jesús Ortega, es perfecto aliado para ir por la presidencia en el 2012. Y la pertinencia de ir juntos no para; se presume el acuerdo entre PRD y PAN. Lo del candidato vendría después.
Sólo que la fuerte oposición que levantó esa posibilidad de ir coaligados en la elección del Estado de México pospuso el acuerdo interpartidista. Pero el PAN ha echado sus redes porque sabe que solo no gana. Y con el control de las instancias electorales, el partido en el poder le apuesta a que si no consigue la alianza irá solo pésele a quien le pese. Felipe Calderón lo sabe perfectamente por la forma en que llegó al Congreso el día de la toma de protesta, por la puerta de atrás pero con el abrigo del PRI.
Con todo y que en el fondo no son tan disímiles PAN y PRI, de todas maneras entre ellos existe la disputa de quién controla el poder presidencial. Por eso los pleitos de dientes para afuera. Pero hacia las cúpulas deben existir acuerdos. El PRI debió ceder durante cierto tiempo el poder; y no es del todo creíble el dicho de Ernesto Zedillo que el PRI esté de regreso. Pero podría ser también.
El caso es que, además de todo lo anterior, son muchos los intereses que están en juego en la elección presidencial. El país y la gente, para los dos partidos, es lo de menos. Ni se diga para el PAN que ha demostrado a raudales en una década enquistado en la presidencia que el país no importa.
Con lo dicho hasta aquí se entiende el entrecruzamiento de intereses políticos que estamos viendo en la elección para gobernador en el estado de Guerrero, el domingo próximo pasado. Las estrategias que entraron en juego son sui géneris. Ganó el candidato de la “Coalición Guerrero nos une” [PRD-PT-Convergencia y al final el apoyo del PAN], Ángel Aguirre. Con bandera perredista pero de extracción priista.
Entendiendo: diríamos que el ganador no es el PRD sino el PRI. Pero quien en realidad se está frotando las manos por el embrollo que se armó para ganar Guerrero es el PAN. Porque el PAN está llevando a la práctica su “estrategia 2012” para ganar la Presidencia a como dé lugar. Por eso su candidato Marcos Parra declinó a favor de Aguirre.
Es decir, que por ahora el PAN va de experimento en experimento. Si bien se le cayó la alianza con el PRD en el Edomex por la llegada de Alejandro Encinas [todavía está por verse si no caen alianza y candidato], muchas otras jugadas puede aplicar todavía como parte de su “estrategia 2012”. A ver qué pasa en lo que resta del 2011, con las elecciones estatales, también importantes, en Baja California, Hidalgo, Coahuila, Edomex, Nayarit y Michoacán.
Los antecedentes de todas las trampas bajo las cuales se están realizando las elecciones —posible presencia del narcotráfico en el apoyo de campañas, la corrupción, la intromisión de los candidatos presidenciables como Peña Nieto y Marcelo Ebrard en los procesos locales, todas las artimañas conocidas del viejo PRI— estatales saldrán sobrando. ¿Alguien cree que procederá la impugnación priista de la elección en Guerrero, con la diferencia de 13 puntos en la votación del domingo? Yo no. Como tampoco que ganó el PRD.
El abandono de la coalición PRD-PAN en Edomex, y la declinación del candidato panista a favor del candidato perredista en Guerrero tienen mensaje: el PAN está bajando la presión sobre el maridaje con la “izquierda”, para después ganar consenso rumbo a la elección presidencial y no ir solo. Eso denota toda una estrategia que está en camino.
Le haría bien al PAN —desde el punto de vista panista— ganar coaligado, pero de no conseguirlo, de todas maneras, hará todo por arrebatar la elección. Tretas donde los mexicanos no interesan. De ese tamaño son las jugadas de los partidos políticos y de los políticos que están para servir al poder. Pero son maniobras del poder que ponen en juego el destino de un país.

Correo: maniobrasdelpoder@gmail.com

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