23/septiembre/2010
*Espacio para la educación, la ciencia y la cultura
*La institución más importante de Latinoamérica
“La experiencia inmediata de la vida resuelve los problemas que desconciertan más a la inteligencia pura”: William James, 1842-1910. (Filósofo y psicólogo norteamericano, hermano del escritor Henry James. Citado por Justo Sierra en su Discurso Inaugural de la Universidad Nacional, el 22 de septiembre de 1910).
La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) festeja su Centenario como era de esperarse: con propuestas para un país mejor. Y no con desfiles de oropel y caballos de Troya de traidores como El Coloso armable del 15 en el zócalo que personifica a Benjamín Argumedo, como lo hizo Felipe Calderón con el Bicentenario asesorado por el historiador José Manuel Villalpando y avalado por su secretario titular en Educación Pública y alegre suspirante panista al 2012, Alonso Lujambio Irazábal.
Bueno, ni siquiera el dictador Porfirio Díaz —contra quien dos meses después del célebre Centenario de la Independencia de México estallaría la revuelta convocada por el terrateniente Francisco I. Madero—, habría organizado tan improvisada y pésima conmemoración. Con todo y que Díaz corrió la fecha para hacerla coincidir con su cumpleaños número 80 aquel 15 de septiembre de 1910, siete años antes comenzó los preparativos.
Fue un conjunto de ingenieros, arquitectos, constructores, escultores y maestros albañiles quienes se darían a la tarea de erigir el México moderno porfirista —particularmente en la capital del país— con monumentos, parques, obras de desagüe y de ampliación, edificios de beneficencia, colocación de primeras piedras, además de la Columna de la Independencia inaugurada el día 16. Por decreto se inauguraba también obra pública municipal en todo el país.
Unos días después y como parte de los festejos, el 22 de septiembre de 1910 se inauguraba también la Universidad Nacional de México [hasta 1929 lograría su autonomía cambiando a UNAM; con el antecedente de la Real Pontificia Universidad de México (RPUM) creada en 1551], en el Anfiteatro Simón Bolívar de la entonces Escuela Nacional Preparatoria, hoy Antiguo Colegio de San Ildefonso.
El discurso del acto inaugural correspondió a Justo Sierra, como principal promotor del proyecto. “La Universidad Mexicana que nace hoy —dijo Sierra aquél día— no tiene árbol genealógico; tiene raíces, sí; las tiene en una imperiosa tendencia a organizarse que revela en todas sus manifestaciones la mentalidad nacional”. Pensando en los jóvenes, la Universidad, agregó: “Me (la) imagino así: un grupo de estudiantes de todas las edades sumadas en una sola, la edad de la plena aptitud intelectual, formando una personalidad real a fuerza de solidaridad y de conciencia en su misión, y que recurriendo a toda fuente de cultura… se propusiera adquirir los medios de nacionalizar la ciencia, de mexicanizar el saber”.
No le falló el cálculo, porque ahora la UNAM es eso y más, con el compromiso no sólo de capacitar a sus estudiantes para incorporarlos a las tareas más importantes del país, también asumir la tarea de la creación en todas las ramas del saber a través de la investigación y la difusión, sin faltar a su compromiso social de origen. Por eso las luchas universitarias han soportado las presiones para mantener la gratuidad de la Universidad, tantas veces arremetida por los gobiernos neoliberales que pretenden su privatización atendiendo a las exigencias del Banco Mundial.
Ceder a las presiones del organismo financiero internacional, sería tanto como dejarse guiar por preceptos anquilosados y pragmáticos, según lo refería el propio escritor, poeta, historiador, periodista y político mexicano llamado “Maestro de América”, Justo Sierra en dicho discurso cuando refería: “Los fundadores de la Universidad (RPUM) de antaño decían: ‘la verdad está definida, enseñadla’; nosotros decimos a los universitarios de hoy: ‘la verdad se va definiendo, buscadla’. Aquellos decían: ‘sois un grupo selecto encargado de imponer un ideal religioso y político resumido en estas palabras: Dios o el Rey’. Nosotros decimos: ‘sois un grupo de perpetua selección dentro de la substancia popular, y tenéis encomendada la realización de un ideal político y social que se resume en: democracia y libertad”. Compromiso irrenunciable el de la UNAM de hoy, a 100 años.
Ayer comenzaron las festividades conmemorativas con la develación de una placa y una caminata encabezada por el rector José Narro, exrectores, 500 universitarios distinguidos y de otros países por las calles del Centro Histórico de la Ciudad de México. Con una población estudiantil de 314 mil 557 estudiantes de licenciatura, posgrado, bachillerato y carreras técnicas; 35 mil 057 académicos y la impartición de más de 25 mil clases por día, la UNAM es ahora la institución más grande de Latinoamérica. Inició con mil 969 alumnos y 378 profesores en San Ildefonso.
La UNAM ha sido el “alma mater” de distinguidos creadores en todas las ramas de la ciencia y las humanidades; las letras y la cultura en general. Y representa el proyecto educativo más importante del país y de Latinoamérica. Con universitarios ilustres salidos de sus aulas y una continua elaboración de propuestas para bien del país, la UNAM “ha formado cientos de miles de profesionales y millones de mexicanos que han pasado por sus aulas”, dijo Narro ayer al inaugurar la exposición Tiempo Universitario.
Tiempos reacios, porque “vivimos influidos por una crisis económica de proporciones inusitadas, y marcados por la pobreza y la desigualdad, (que) obligan a reforzar el compromiso de nuestra comunidad universitaria con sus tareas y sus objetivos” originales. Aparte de luchar contra “la pobreza y la exclusión, pero también el pensamiento dogmático, la falta de innovación y el autoritarismo…someter la actividad educativa a criterios de mercado, constituirían una falla y un desatino”.
Para todos ellos, concluyó el rector: “Hay un remedio: educación, ciencia y cultura”. Eso es lo que representa la Universidad Nacional Autónoma de México, que ayer comenzó la remembranza de su inauguración, para bien de los mexicanos y del país. Honor a quien honor merece: enhorabuena.
Correo: maniobrasdelpoder@gmail.com
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