23/julio/2010
*Delicados, los huelguistas de hambre
*Sellan con sangre la protesta laboral
“En cuanto alguien comprende que obedecer leyes injustas es contrario a su dignidad de hombre, ninguna tiranía puede dominarle”: Mahatma Gandhi (1869-1948).
El movimiento del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) ha alcanzado un grado perentorio. No de ahora. Ocurre desde la extinción misma, vía el ilegal decretazo emitido por Felipe Calderón Hinojosa, de la compañía de Luz y Fuerza del Centro (LyFC) el pasado 11 de octubre. El riesgo de hoy es porque la vida de los electricistas que se mantienen en huelga de hambre pasó de lo delicado a lo peligroso. Y todavía no hay respuesta, de ningún tipo, por parte del gobierno federal. Los rehúyen porque ni los reciben para dialogar. Calderón le echa la bolita al titular de Gobernación y éste a un subsecretario. Nada más.
Como otras tantas acciones que ha emprendido el actual gobierno del Partido Acción Nacional (PAN) —definido claramente por su carácter antisocial; ni qué decir, cuanto todo lo que toca lo destruye—, violentando incluso a las propias leyes que sustentan el Estado de derecho, el de Felipe Calderón le calculó mal al conflicto que generó atropellando el derecho de los trabajadores electricistas agrupados en el SME. Los echó a la calle el Presidente del empleo, para olvidarse luego.
Acostumbrados al arrebato, los panistas del gabinete (participaron en la operación decretazo los titulares de Economía, del Trabajo, de Hacienda y el propio Presidente) creyeron que los trabajadores expulsados de su fuente laboral con el apoyo policiaco (la Policía Federal invadió las instalaciones de noche), correrían a cobrar los finiquitos ofrecidos por el enemigo de los trabajadores de este país, Javier Lozano Alarcón, el titular de la manoseada Secretaría del Trabajo.
Luego entonces: asunto arreglado. A sacudirse las manos. Y a frotárselas después, cuando plácidamente urdieran la privatización del sector eléctrico. Para que los amigos empresarios exploten el triple play —lo que incluye la venta de la fibra óptica a los extranjeros—, tras apoderarse de una empresa estratégica que le ha costado, y está para brindar un servicio básico a los mexicanos. Es la prestación y el abasto de la electricidad.
Pero resulta que Calderón y su gabinete le calcularon mal. Nunca esperaron que fuera suficiente con atropellar y luego desconocer los derechos laborales de los trabajadores, para terminar con el “problema”. Como no lo ha sido en otros casos irresueltos por este y el anterior gobierno del PAN. En asuntos como el de San Salvador Atenco, los mineros de Cananea, Sombrerete y Taxco, guardería ABC y tantos más.
Apoyados, eso sí, en su caso por la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN). Sin importar el estropeo mismo de las leyes, o montarse en la sinrazón. Con todo y eso, el cinismo es tal que el gobierno trata de pasar incluso por arriba de las definiciones de la misma Corte. Porque ni el máximo órgano judicial del país se atrevió a desconocer los derechos laborales de los trabajadores —que lo pudo hacer, como nos tiene acostumbrados a sus bandazos—, al igual que la opción que tienen del “patrón sustituto”.
Sin embargo, a estas alturas ni siquiera eso resuelve el gobierno. Ha tenido que intervenir el poder legislativo para pronunciarse exigiendo que Calderón dé una pronta solución a los derechos del SME, a raíz de los huelguistas de hambre y la resolución misma de la Corte. Incluso la Asamblea Legislativa del DF se ha pronunciado a favor de una respuesta inmediata.
La espera pasa por la vida de los huelguistas más delicados. El hecho es que no asoma voluntad política alguna, siquiera para reconocer con la toma denota, la decisión de la asamblea reciente que eligió a sus representantes sindicales, seguramente porque se trata de Martín Esparza. Como tampoco hay salida en lo referente al patrón sustituto por parte de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), a quien le compete por ser una empresa con la prestación del mismo servicio.
Por ello se sostiene, y con razón, que el principal responsable en este caso es Felipe Calderón. ¿Acaso cree que el presidente puede violentar las leyes y atropellar los derechos de terceros? Será el culpable si es que muere algún trabajador de los que están defendiendo su fuente laboral con la huelga de hambre. Será un cargo de conciencia personal, como su responsabilidad política, y por lo que tendrá que responder al juicio de la historia.
El peligro no es menor, como tampoco el desgaste físico, luego de 90 días de protesta sin ingerir alimentos. Es el caso de Cayetano Cabrera. También Miguel Ángel Ibarra, quien cumple 81 días al día de hoy, y está grave. Por mucho que algunos paladines de prensa sostienen que la responsabilidad es de los líderes del SME por la vida de sus compañeros, la protesta es precisamente porque “les arrebataron la vida cuando les quitaron el empleo”. Y esa fue una decisión de Felipe Calderón.
Porque, dijeron ellos ayer en conferencia de prensa, desde la sede de su huelga de hambre en el zócalo capitalino: es una determinación personal. Y nadie, ni los líderes siquiera los tienen en esas condiciones. Fue decisión individual, como el único medio de consigna que les dejó el gobierno cuando les arrebató su fuente de trabajo. Y nadie más que ellos decide, incluso lo que hacen con su propia vida.
Defender la fuente de trabajo con dignidad, es algo que no comprenden los panistas. Tampoco Felipe Calderón. Por eso, con sangre protestaron ayer los trabajadores del SME, que se sacaron sangre para deletrear pancartas con los siguientes mensajes: “Mi sangre por la nación”, “Audiencia púbica con el presidente de la República”, y “Mi sangre por mi empleo”. Porque con sangre se sellan los compromisos; la vida con la vida.
Acompañados ayer mismo por otras organizaciones, como la representación del movimiento Eureka, familiares de los estudiantes asesinados en Ecuador, o los campesinos de Atenco con la presencia de su líder Ignacio del Valle. Hombre menudo pero que despertó tanto miedo al presidente Fox que lo condenaría a 112 años de prisión. Tan sólo por defender sus tierras, acusado por ¡“secuestrar” policías! Otro es el secuestrado por su ineficacia. Que responda Felipe Calderón al SME. También al pueblo mexicano.
Correo: maniobrasdelpoder@gmail.com
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