05/julio/2010
*Jorge Rafael Videla, golpista en 1976
*Juicio histórico contra la junta militar
“Justicia es el hábito de dar a cada cual lo suyo”: Ulpiano (170-228).
A diferencia de México, donde ningún alto funcionario ha sido llevado a los tribunales por las atrocidades cometidas —léase asesinatos, tortura, encarcelamiento, persecución y desaparición de disidentes— durante la llamada guerra sucia orquestada entre los años 60 y 80, ocurre que en algunos países latinoamericanos (bajo el antecedente Nüremberg), sí hay ajuste con el pasado y siguen en pie los procesos a expresidentes y generales responsables de los golpes de Estado, perpetrados a la sombra de la seguridad nacional de los Estados Unidos en los años 70 del siglo XX.
Antes le tocó al general, expresidente y proclamado senador vitalicio para cubrirse de impunidad, Augusto Pinochet, señalado como el principal operador del golpe militar en contra de Salvador Allende en Chile, el 11 de septiembre de 1973, ahora le corresponde todavía al exdictador y expresidente también de facto en la Argentina entre 1973 y 1986, Jorge Rafael Videla.
Apenas el viernes pasado antes del medio día dio inicio en la Corte de Córdova, Argentina, otro proceso en contra del dictador Videla. El juico va también en contra del exjefe del tercer cuerpo del Ejército Luciano Benjamín Menéndez (condenado antes a cadena perpetua en otros procesos), el coronel Aníbal Guevara, el médico Cristóbal Ruiz, el abogado Raúl Egea y otros 20 represores más acusados por crímenes de lesa humanidad: “homicidio calificado, tormentos agravados y tormentos seguidos de muerte”. Pero ahora señalados por tortura y asesinato en simulacros de intento de fuga a 32 presos políticos, en su mayoría detenidos y puestos a disposición del Poder Ejecutivo Nacional antes del golpe de Estado del 24 de marzo de 1975.
Videla había sido condenado en la histórica “causa 13” ya en 1985, por la Cámara Federal porteña, posteriormente indultado por el presidente Carlos Menem en 1990. Pero detenido nuevamente y hoy preso en Campo de Mayo desde octubre de 2008, cuando el juez federal Norberto Oyarbide le revocó el beneficio de la prisión domiciliaria. Las causas de entonces fueron dos: el presunto plan sistemático de apropiación de hijos de desaparecidos durante la dictadura, y por el secuestro de dos empresarios en 1976.
Los firmantes del fallo de ahora, Eduardo Farah y Jorge Ballestero, le atribuyen al jefe de la junta militar la responsabilidad de 571 secuestros y 268 casos de tortura. Videla tiene responsabilidad en estos delitos, “porque estaba en la cima de la cadena de mandos desde que se ideó el plan de represión ilegal, y desde ese lugar se dieron las órdenes para su ejecución y se dispusieron todos los medios del Estado para lograrlo”.
No obstante, las pruebas que serán exhibidas durante el juicio en el tribunal federal oral de Córdova en contra del exdictador durante el actual proceso, son irrefutables porque fueron presentadas en cada caso por más de un testigo. Y, por lo tanto, la posible responsabilidad por los demás casos señalados seguirá pendiente. Se dice que el actual juicio podría durar hasta seis meses, porque encierra dos causas.
Así lo califica el secretario de Derechos Humanos, Eduardo Luis Duhalde, presente en el proceso: “Se trata nada menos que del juicio a los máximos responsables del genocidio argentino y todos estamos convencidos de que no se puede profundizar la democracia sobre la ciénaga de olvido y la impunidad”. Es un paso “muy grande en el avance del proceso de verdad, memoria y justicia en encausamiento de los responsables del periodo más cruel de la historia argentina, tanto por los crímenes que se juzgan como por los altos jefes militares que están en el banquillo de los acusados”.
Las dos causas por las que será juzgado Videla son: 1) los crímenes cometidos en la unidad penitenciaria número uno de Córdova por el fusilamiento de los 32 presos políticos detenidos antes de la dictadura, y 2) los secuestros y tortura cometidas por el Departamento de Informaciones Públicas. Se trata, luego entonces, del tercer juicio por el delito de lesa humanidad que se realiza en Córdova, y el primero en contra de Videla después del histórico litigio contra los miembros de la Junta Militar.
Los procesos contra tiranos o dictadores surgieron tras la Segunda Guerra con los Juicios de Nüremberg a partir del 20 de noviembre de 1945 y hasta 1946, donde se procesó a los 24 principales miembros —supervivientes capturados— del gobierno nazi en la Alemania de Hitler. Acusados de crímenes de guerra principalmente contra los judíos residentes en varios países. En el banquillo de los acusados podía verse al segundo de a bordo del dictador, Herman Goering, así como a Rudolf Hess. Los juicios sentarían las bases para tipificar, posteriormente los delitos como crímenes de la humanidad y en contra de los derechos humanos. Fue también una muestra de la supremacía de los Estados Unidos, con la sartén por el mango tras el papel en la alianza para derrotar a Alemania en mayo de 1945.
El juicio en contra de Sadam Hussein tras la invasión a Irak perpetrada por el Pentágono de los Estados Unidos el 20 de marzo de 2003, y su posterior ahorcamiento, más que redimir las causas de la humanidad en pro de los derechos humanos, resultó una farsa de George Bush. Otro tanto con Slodoban Milosevic. Pero no fue farsa la Operación Cóndor que involucró a los países del Cono Sur del continente Latinoamericano, orquestado por la dictaduras militares alentadas para lo fines e intereses de los propios Estados Unidos, principalmente para contener la “expansión socialista”, pero que diseminó el terror.
La Operación Cóndor sembró el terrorismo de Estado en contra de los pueblos de América Latina mediante la guerra de baja intensidad. Los instrumentos fueron los militares que encabezaron las dictaduras. Luego de usar a los generales, como hizo EU con Manuel Antonio Noriega en Panamá, o los abandona a su suerte o los enjuicia. Pero los procesos contra Videla ahora, como a Pinochet, los han encabezado los pueblos para ajustar sus cuentas con su propia historia. México, para muestra de la impunidad.
Correo: maniobrasdelpoder@gmail.com
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