09/junio/2011
*Hank Rohn, el indefendible
*Mendiguchía, ¿quién sigue?
Primero Carlos Hank Rohn, el exalcalde de Tijuana, luego Pablo Salazar Mendiguchía, el exgobernador de Chiapas, ¿quién sigue? ¿Judicialización de la política, “cacería de brujas” por los tiempos electorales o guerra sucia por idéntico motivo?
Una premisa es importante señalar: claro está que entre el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el Partido Acción Nacional (PAN), no existen tantas diferencias en cuanto a sus objetivos de ejercer el poder para beneficio de la clase más rica del país —entre ellos también se llevan su parte del pastel, mientras los políticos que dan la cara se prestan a adoptar ese papel…—. Más tratándose de adoptar la línea surgida en Washington del bipartidismo, y cuando entre sí se sirven de tapadera en lo tocante a los usos y los abusos del poder, cada cual a su debido turno.
Eso no obsta, sin embargo, que entre panistas y priistas se den con todas las artimañas legales e ilegales permisibles e imaginables, por el poder que se disputan entre sí en cuanto de los cargos de representación y dirección política se trata. No es lo mismo estar arriba, en la presidencia, que abajo; en el poder, que en la oposición. Peor aún, y cuando de la corrosión sistémica se habla; la corrupción y la impunidad latentes, gracias a que en sendos estilos de gobernar de los partidos sacan a relucir las mismas mañas, procedimientos y arbitrariedades; los abusos del poder, vamos, de los dos haciendo un uso totalmente a modo y parcial de la justicia.
En ese sentido se entiende cómo luchan entre sí; el PAN por mantenerse en el poder, en la silla presidencial o la residencia oficial de Los Pinos y por tanto en el centro de las decisiones, el PRI por arrebatarle la batuta aquél. En otras palabras, que la lucha por el poder político se da, si bien entre los dos únicamente, en el fondo ambos responden a los mismos amos.
Se ha dicho en este espacio que el PAN hará todo, hasta lo imposible —la guerra sucia electoral se quedará corta, por lo que asoma ya—, por ganar la elección presidencial en el 2012. Para ello cuenta con todo el aparato del Estado, aunque carezca de resultados como gobierno porque en ninguno de los terrenos tiene logros; en la economía, en la política, en lo social, y mucho menos en los escenarios internacionales, por la sujeción total a los intereses y geopolíticas de los estadounidenses.
También cuenta, el citado PAN, con los tejes y manejes de la política; ejerciendo el oficio —con todo y carece de las tablas suficientes y tampoco tiene operadores—: 1) ya buscando las alianzas con otros partidos, como la frustrada con la “izquierda” que representó el PRD en el Estado de México —evidencia del entreguismo de Jesús Ortega Martínez; ahora, con Jesús Zambrano todavía faltan las evidencias, pero nada se descarta—; 2) ya proponiendo y lanzando a un posible candidato independiente, o “un no panista” —al decir de Calderón—, como única vía para convencer a la sociedad de votar por su partido y así perpetuarse en el poder, siquiera otro sexenio.
Ninguna de las dos vías es descartable, porque el PAN puede echar manos de cualquiera de las dos. Porque ambas parecen como las opciones más viables rumbo al 2012 presidencial. Y ninguna requiere de una aprobación especial de reforma política por parte del Congreso de la Unión.
Pero en el ínter puede suceder cualquier cosa, como parte de la guerra sucia electoral, o la judicialización de la política. Así apuntan las críticas por la detención de un tan connotado como vulnerable priista, Carlos Hank Rohn, ¿y cuántos más?
Cierto que Hank Rohn, quien adoptó la premisa de su padre —el exregente capitalino, Carlos Hank González, la cabeza más visible del Grupo Atlacomulco y que ascendió escalafones desde una placita de maestro rural en su entidad, el Edomex [mención similar a la maestra Elba Esther Gordillo, quien de maestra subió hasta el liderazgo caciquil del SNTE]— de que “un político pobre es un pobre político”, y por eso se encargó de emprender todo tipo de negocios, resulta indefendible.
Detenido hace cinco días junto a 10 personas más (empleados y escoltas del hipódromo Agua Caliente), en presunta posesión de 88 armas de fuego y más de nueve mil cartuchos útiles por la SIEDO, a Hank se le ejerció la acción penal sólo por acopio de armas —y no, también, por delincuencia organizada, como se anunció primero—, y la madrugada del miércoles fue ingresado al penal de El Hongo, en la zona montañosa de Tecate —tras su detención en Tijuana, su traslado el DF y de retorno a Baja California.
Tan indefendible como vulnerable, ciertamente a Hank Rohn se le menciona en casos como la “Operación Tigre Blanco”, por la DEA y el FBI, presuntos vínculos con los Arellano Félix. En EU fue declarado persona “indeseable” y se le retiró la visa indefinidamente. Pero el caso más sonado y evidente fue el asesinato del periodista Héctor Félix Miranda, El Gato Félix, coeditor del semanario Zeta de la mano de Jesús Blancornelas. Por ese delito dos de sus pistoleros purgan ya 20 años de cárcel. Amén de los escándalos por la proliferación de las casas de apuesta en Tijuana.
Se dice que a Salazar Mendiguchía se le veía venir la detención, por desvío de recursos. Se le acusa por 104 millones de pesos durante su administración que terminó el 8 de diciembre de 2006. Fue detenido en el aeropuerto de Cancún y trasladado al penal de El Amate, en el municipio de Cintalapa. El gobierno de Chiapas informó que la detención fue conforme a orden de un juez, por delitos de peculado, ejercicio indebido del servicio público, abuso de funciones públicas, abuso de autoridad y asociación delictuosa. Pronto el detenido, el exgobernador, se declaró en huelga de hambre por su detención.
Cierto o no, porque el sistema priista y ahora panista se reproduce desde el poder alentado por la corrupción y la impunidad, los casos expuestos —que pueden ser seguidos de otros más—, ciertamente responden al consenso periodístico de persecución política o “cacería de brujas” por asuntos electorales para denostar al PRI, que a una política de depuración a fondo del sistema. Una política de ese tipo no está siendo aplicada por el PAN. Porque si los priistas tienen cola que les pisen los panistas no se quedan atrás. Pero las jugadas son por el 2012, y falta ver lo que vendrá después, cuando la estrategia de guerra sucia electoral se presente a todo lo que da.
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