lunes, 27 de junio de 2011

EL PRESIDENTE “DE LOS 40 MIL”

27/junio/2011

*El diálogo sirve; y mucho
*Calderón-Sicilia, la reunión

Felipe Calderón se empecina. No cambia un ápice su estrategia por muy fallida que resulte aunque, efectivamente, no tenga saldos a favor como se lo remarcó el poeta Javier Sicilia, cabeza del Movimiento de Paz con Justicia y Dignidad, en la reunión del Castillo de Chapultepec del pasado viernes 23. ¡Ya se vio que es como pedir peras al olmo!
Claro que Calderón admite el costo moral, que ya es mucho. Soporte para el juicio político, ¿qué no? Porque, como dijo Sicilia tras el encuentro, eso le puede traer —que le traerá— consecuencias jurídicas al presidente de México; ya interna, ya internacionalmente [¡como ahora al golpista Micheletti de Honduras, que pronto puede ser juzgado en tribunales internacionales!]. Lo peor de todo es que cree que tiene la razón, porque lo que hace lo hace con “conciencia”. ¿La tiene?
No obstante, en el pecado lleva la penitencia. Dice Calderón, “lo repitió varias veces” —recuerda Sicilia en el balance posterior que recoge Proceso—, que mientras “no tenga propuestas viables para combatir al crimen organizado” y la violencia que genera seguirá usando al Ejército y enfrentar la crítica “aunque sea injusta”. Pero, ¿cuándo se ha sentado a revisar la estrategia, más allá de pretender “golpes espectaculares” deteniendo a narcos menores y no a los cabecillas verdaderos, pretendiendo con ello ganar puntos en las preferencias de la sociedad? ¿Esa crítica es “injusta”?
“Estoy abierto —dijo Calderón— a revisar la estrategia pero, realmente, mientras no sea clara la alternativa, como usted dice [le revira a Sicilia], mientas no se pueda decir ‘es para este lado’, creo que tengo que seguir con eso: combatiendo a los criminales y reconstruyendo el tejido social”. Pero, ¿Cómo sin revisión mirará el presidente claramente la alternativa en sus diversas aristas; mejor dicho las alternativas? Porque no se trata de “para este lado”, sino para muchos lados, porque una estrategia inteligente pasaría por tantas rutas como el problema mismo del narcotráfico. ¿Con qué afirma, o por qué lo dice que está “reconstruyendo el “tejido social”, si la sociedad está desbaratada en sus nexos familiares en muchas ciudades del país?
Admitió igualmente que desde el inicio de su administración no podía esperar ninguna reforma de ley ni limpiar las instituciones para actuar con la fuerza del Ejército contra el crimen organizado, como se lo cuestionó el poeta. ¿Acaso alguien olvida que llegó a la toma de protesta al Congreso por la puerta de atrás —con la complicidad del PRI—, sin una declaratoria de ganador ni un recuento de votos, que por tanto la investidura presidencial pudo ser de Andrés Manuel López Obrador; y que por eso tomó una determinación irresponsable como el “golpe espectacular estilo Salinas”, por tamaña ilegitimidad, que por apresurarse a combatir al crimen organizado?
¿Por qué no esperar la reforma legislativa que dice, o comenzar con la limpia de las instituciones infiltradas, corroías o enjuiciar a los cómplices que a la sombra del gobierno actuaron impunemente, de una u otra manera, con o como delincuentes? O si tal era la urgencia, ¿por qué no hacerlo paralelamente y convenciendo a la sociedad y a todos los actores políticos, que lo hecho no era fruto del presidencialismo autoritario heredado del PRI, sino de un estadista al frente de un Estado dispuesto a reconvenir o refundar al dicho Estado, como fue la expectativa de Vicente Fox y de la tan ansiada transición democrática abierta por el PAN en su ascenso al poder?
Porque como fue actuando el propio Calderón, más parece la determinación de “conciencia” de un solo hombre, que del consenso que requiere una decisión de ese tamaño. Más por la responsabilidad de sacar al Ejército a las calles del país; lo que no significa que se tuviese que atender por todos los medios el problema de la inseguridad creciente, desatada por la disputa de las bandas del narcotráfico en muchas regiones del país.
Dijo también que “si estuviera en la posibilidad de evitar un crimen y no tuviera más que piedras en la mano, lo haría con piedras…”. Porque así hay que hacer las cosas en México, que está dolido. ¿Así, sólo con el Ejército? No obstante admite pasar a la historia y ser juzgado “injustamente” como el presidente de los 40 mil muertos. ¡Que lamentablemente serán más, en lo que falta del sexenio y no se revise dicha estrategia! Que no es defensa de los criminales sino atacarlos con una estrategia diversa, tan variada como lo plantea el reto del crimen, hasta el nivel internacional de la mano de productores y consumidores. ¡Y con las debidas exigencias a Estados Unidos, porque el entreguismo regular del PAN a los designios no se puede! ¡Ah, pero que para todo eso hace falta la legitimidad¡ ¿y eso cómo se consigue?
Y luego el asunto del Estado fracasado, para no citar fallido. Lo admitió Calderón en los siguientes términos: “El crimen, al controlar territorio, se adueña de esa comunidad, desplaza a la autoridad, la corrompe o la mata y entonces secuestra, extorsiona, asalta, viola impunemente. ¿Por qué? Porque la autoridad ya no existe o está a su servicio. Y es ahí donde yo coincido en la responsabilidad del Estado, que abdica de su deber esencial de defender a los ciudadanos. Ellos quieren ser ahora la autoridad. Por eso sustituyen las leyes de los Congresos por su propias leyes; por eso sustituyen la recaudación de impuestos por sus propias cuotas. Y eso exactamente, Javier, lo que tenemos que impedir”. El agravamiento de la situación en ¿cuántas comunidades del país?
De la presencia de García Luna en la reunión, ni qué decir. Resultó una bofetada a la cara del poeta porque se había exigido su renuncia, pero también ofensivo a los presentes. Para la sociedad por tratarse de un operador más al servicio del narco, y atender las exigencias del espionaje de los Estados Unidos, según las revelaciones de Wikileaks que lo involucran, que para hacer su trabajo al servicio del país.
En fin, que para Sicilia el presidente reiteró su obcecación porque sigue en la misma cerrazón, mostrándose poco sensible al grave problema que está —más que “reconstruyendo el tejido social”—, destruyéndolo lamentablemente por el tiempo que falta y nada se hace en revisar siquiera la estrategia. Los tiempos políticos lo echan a perder todo, aunque no debería de ser así. Pero en el sistema político mexicano hasta eso sirve para distraer a la atención pública de los problemas fundamentales del país.

Correo: maniobrasdelpoder@gmail.com
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