18/octubre/2010
*Descoordinación de una estrategia mal planteada
*¿Tienen los pueblos los gobierno que merecen?
A la memoria del brillante historiador y maestro Friedrich Katz
Los extremos. El tener la más alta responsabilidad de un gobierno, digamos la Presidencia de un país hablando de un sistema político presidencialista como el nuestro, es de lo más importante. A nivel colectivo, si aplicas buenas políticas te va bien cuando llega el juicio de la historia. Pero mal si haces lo contrario. Por ejemplo, Benito Juárez versus Carlos Salinas; Lázaro Cárdenas versus Vicente Fox. Los primeros, catalogados entre los mejores presidentes de México; los segundos, entre los peores.
El juicio es, entonces, equilibrado y favorable, cuando existe la preocupación por el interés colectivo, nacional, institucional-constitucional; por la buena conducción. Pero viene la condena, el rechazo generalizado, cuando no hay proyecto de nación, cuando hay desgobierno, desinterés por los problemas, impunidad y corrupción; digamos caos. Es peor cuando se busca únicamente el beneficio personal o de una camarilla nada más.
Porque de la toma de decisiones, trascendentes o ligeras, depende la vida de millones de personas [si como lo plantean los esotéricos, las buenas acciones proporcionan darma y las pésimas karma —sea individual o colectivamente—, entonces los pésimos presidentes se van al infierno, como en La Divina Comedia de Dante]. Del avance o retroceso del país, pende su estabilidad y su futuro. En el fondo, es como hablar de un asunto de vida o muerte para millones.
A no ser por un golpe de timón, Felipe Calderón pasará a la historia entre los peores presidentes de México. Solito se habrá ganado ese lugar. Porque como Presidente no ha dado muestras de resolver los problemas. Sin propuesta de país, sin proyecto de nación como su antecesor Fox, no ha atajado lo que más golpea al país: la creciente inestabilidad y zozobra creada atizada por la violencia de las bandas del crimen organizado que golpean a la sociedad. ¿O es deliberadamente un plan perverso para militarizar al país y ocultar la falta de resultados? La historia juzgará.
Mientras tanto, con todo y Calderón dice que su principal preocupación es la seguridad pública, no hay salida en puerta. Como en todo lo demás; la economía y la política. Aquella está trabada, esta última imbricada en la sucesión presidencial del 2012. Y sin respuestas, el gobierno de Felipe Calderón no sirve. Ni a escala federal, ni local. Esa ha sido la calificación para los gobiernos del PAN.
Para muestra un botón. El asunto implica a un gobierno estatal y otro municipal. Pero da bien cuenta del socavamiento de la institucionalidad, de la intervención torcida de la política y de la descoordinación en la presunta principal ocupación del actual gobierno federal: la estrategia conjunta para combatir el crimen organizado en el país.
Lo denunció tan pronto dejó la alcaldía de Ciudad Juárez. Se trata de José Reyes Ferriz, para quien la citada estrategia falló en Juárez. ¿Qué esperar del resto del país, cuando especialmente aquí el combate se asumió con acciones especiales, como el Operativo Conjunto Chihuahua (OCCH)?
Lo dijo así, para Proceso: “La guerra emprendida en esta frontera en contra del narcotráfico es un fracaso. El gobernador José Reyes Baeza [el ex del estado de Chihuahua] confundió mi solicitud de cooperación al gobierno federal para combatir al narcotráfico con una estrategia política para llegar a la gubernatura, cuando no lo era. En represalia, nunca apoyó el OCCH.”
Y agrega todavía: “No asignó (el gobernador) un solo peso a la estrategia y, por si fuera poco, la procuradora del estado, Patricia González Rodríguez, liberó a más de 9 mil 500 delincuentes de 10 mil que pusimos a su disposición. (Y) la impunidad lleva al fracaso.
“—¿Una relación difícil entre usted y el gobernador? [pregunta la reportera].
“—Entre el gobierno del estado y el municipio. Hubo mucha fricción, muy poca comunicación y coordinación entre los gobiernos, en una etapa en la que necesitábamos trabajar los tres juntos (la guerra contra el narcotráfico). Fue un trabajo intenso al que no se sumó el gobierno del estado” [y hay más].
Descoordinación desde el Estado porque se supone estarían trabajando al unísono gobierno federal-estatal-municipal, pero no es así; intereses políticos de por medio por la falsa lectura del gobernador e impunidad latente desde la instancia para procurar justicia a nivel estatal. Todo inintencionalmente de seguro, pero a beneficio del enemigo.
El asunto es de lamentar, porque además de la gobernabilidad amenazada, la estrategia especial contra los carteles de la droga montada en Chihuahua, denota la infiltración de los intereses políticos. Por eso, el testimonio del expresidente municipal de Juárez es menos que desalentador. Porque por un lado están los desatinos del gobierno federal en su lucha contra el narcotráfico, por otro los malentendidos políticos o conflictos entre autoridades locales. Y lo que resulta peor, la sociedad que padece los estragos sigue siendo golpeada por la violencia, como en este caso Juárez, por la pugna entre los carteles de Sinaloa y el local que se disputan la plaza.
Sin lineamientos claros desde arriba, desde la institución presidencial, las fallas seguirán siendo responsabilidad de Felipe Calderón. Y sin resolver esos detalles que son fundamentales, la estrategia no sirve. Como a la fecha. Hace poco, a la toma de posesión del nuevo gobernador de Chihuahua, César Duarte Jáquez, dijo que: “El poder es para poder y no para no poder”. Y con un programa de gobierno: “Chihuahua vive”, para enfrentar la violencia y “aplicar programas de incorporación social y educativa” a evaluar en 100 días, se enfrentará al problema.
Lo que no sabe Duarte, es que sin el apoyo federal su plan quedará en promesas porque no habrá resultados. Lamentable, en tanto el gobierno federal no atine a modificar la estrategia contra el crimen organizado. Peor cuando se acerque la disputa por el 2012. Pero ni hay mal que dure 100 años, ni verdad que se oculte para siempre. Mientras tanto, la sociedad juarense seguirá padeciendo los embates. ¿Tienen los pueblos los gobiernos que merecen?
Correo: maniobrasdelpoder@gmail.com
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