miércoles, 27 de octubre de 2010

DESASTRE ECONÓMICO DE MÉXICO

27/octubre/2010

*Salinas, como Pilatos, siempre se lava las manos
*No hay comparación con Brasil, con su mito Lula

“El mentiroso siempre es pródigo en juramentos”: Pierre Cornielle (1606-1684).

Mejor Carlos Salinas de Gortari es abucheado afuera del país que en México, en donde están los agraviados. Actor de primer orden en la política mexicana en estos días de apresurada calentura por las candidaturas rumbo al 2012, a Salinas además de consultarlo, se le deja actuar para tejer alianzas en torno al favorito del PRI, Enrique Peña Nieto. Y de paso, claro está, intenta lavar su mala imagen.
El caso es que el expresidente es invitado a platicar en diversos foros. Hasta en el propio IFE, a donde acudió el pasado 12 de octubre al foro “Democracia Latinoamericana”, para hablar sobre democracia y dar la “bienvenida a la alternancia”, siendo que él se hizo Presidente de la República a la sombra del fraude electoral de 1988, encubierto por el PAN con Diego Fernández de Cevallos quien ordenó quemar las boletas electorales en una bodega de San Lázaro, para borrar toda evidencia. Como ayer martes, a España fue al seminario internacional “México, entre el norte y el sur” para hablar sobre la economía mexicana hoy. Sin aceptar sus responsabilidades, claro está, porque desde siempre como expresidente se ha justificado de todo lo que no le salió bien: como llevar al país al “primer mundo” a raíz de la firma del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá, como lo prometió y en cambio le estalló el 1 de enero de 1994 el conflicto indígena en Chiapas con el alzamiento zapatista del EZLN.
Porque, a su pésimo entender, Salinas todo lo hizo bien. Fueron otros, en su momento el sucesor Ernesto Zedillo Ponce de León y su gabinete económico, quienes aplicaron mal los lineamientos de política económica dejados por él, así como las medidas para evitar la debacle conocida como el error de diciembre de 1995. Para él, fue el sucesor quien debe cargar con toda la irresponsabilidad. Cual si una situación de crisis económica como la que trajo consecuencias internas desastrosas, y externas que llegó al resto de países de Latinoamérica etiquetado como el efecto tequila, se gestara en unos cuantos meses. Pero fue secuela del pasado, amalgamado con decisiones también de Zedillo, pero no como Pilatos, la cobija de Salinas.
Así, con carteles de corrupto y asesino, y traidor a la patria, Salinas fue recibido el lunes en Madrid por jóvenes en la Residencia de Estudiantes, a lo que sólo respondió que ya ha rendido cuentas [¿a quién, cuándo y en dónde?] sobre temas como el fraude electoral, la corrupción y los asesinatos políticos durante su sexenio, entre 1988-1994. Invitado por la Fundación Botín, del Grupo Santander, ofreció la plática “México, raíces de futuro”.
Lo dicho. Salinas se lavó las manos. Se dedicó a limpiar lo que a su juicio son los estereotipos de la opinión pública sobre los efectos negativos del acuerdo comercial con EU, y las complejidades de las negociaciones, de las que no dice se acordó el entreguismo y desmantelamiento de todas las ramas de la economía mexicana antes boyante, para caer en las tasas ridículas de crecimiento catastrófico de todo el periodo neoliberal. Eso sí. También negó Salinas en ese foro a contentillo, que con la entrada en vigor del TLCAN México haya abandonado a Latinoamérica, que el país se haya desindustrializado y arruinado a los obreros. Seguramente son inventos de la gente. Como su enriquecimiento inexplicable, meros inventos también.
Por eso, en el mismo evento, los propios directivos del banco Santander hablaron de lo lamentable que resulta la economía de México. Ni se diga comparada con Brasil. Se habló de la enorme brecha que existe con el país carioca. Lo expresó ayer el director de análisis del banco para Latinoamérica, José Juan Ruiz: “En 1980 la economía mexicana era el doble de la brasileña, y en sólo 30 años, en 2010, sucede todo lo contrario: la economía brasileña ha doblado a la mexicana”. Secuelas. La mexicana se hundió bajo los preceptos adoptados por el presidente Miguel de la Madrid en su momento pero arreciadas por el propio Salinas durante su sexenio, los neoliberales a instancias de la banca internacional de Washington.
“Ruiz afirmó —dice el reporte de La Jornada de ayer— que no había grandes diferencias en cuestiones de macroeconomía; la inflación, el control en las cuentas públicas, el déficit y el tipo de cambio de la moneda, además de que el crecimiento económico al menos hasta 2003, en que México empezó a crecer menos que la medida en el resto del subcontinente, eran similares. Incluso, los porcentajes de economía informal son parecidos, pues mientras en México suponen un 30 por ciento, en Brasil son incluso superiores, con alrededor de 37. Pero mientas en Brasil y los brasileños respiran optimismo y asumen el eslogan de que serán la sexta potencia del mundo, en México hay la percepción de que los problemas no tienen solución”.
Un tremendo lastre del que Salinas tiene gran responsabilidad ahora. Aunque lo niega en todos los foros a los que va. No obstante el dicho de Beatriz Paredes, según el propio Ruiz, que la diferencia es que Brasil no tuvo su Malinche ni su presidente Cárdenas. Lo que ha permitido no tener tantos mitos. Creíble el dicho de Paredes. Pero no dijo que Brasil tiene su mito de Lula, hecho realidad. Lo cierto es que peor que el mito de Malinche o de Cárdenas, resultan las presidencias surgidas del PRI, como ahora las del PAN que no atan ni desatan para sacar al país del hoyo en que lo tienen postrado. Como el también problema gravísimo de México de no tener un sistema bancario propio, responsabilidad también del modelo aplicado por los priistas.
Craso error, el no tener una banca propia. También el no dar la cara a los vecinos del sur. Ese sueño, ese mito del presente orquestado por Salinas, de que México ya era del norte desarrollado. Y no del sur despreciablemente subdesarrollado. Ahora se le voltean las cartas. Brasil avanza en su economía con cifras altas de crecimiento del PIB por arriba del 5 por ciento, salvo el 2009. Y una economía sana con exportaciones al resto de Latinoamérica y al abrazante mercado chino. Incluso se mantienen pese a la actual crisis mundial.
No obstante, en México, personajes como el mismísimo exsecretario de Hacienda, Francisco Gil Díaz [de funcionario a cómodo empresario], todavía pugnan por ahondar las medidas neoliberales. México debe salir de los nubarrones que significan las “pensiones”, el “bajo crecimiento y la violencia”, dijo. Cuando operadores como él, al igual que Salinas, han llevado al traste a este país. Orquestando la desarticulación de la economía mexicana.

Correo: maniobrasdelpoder@gmail.com

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