31/agosto/2010
*Dentro de poco podría destronar a EU
*Crece, y no va tras la ganancia per sé
Ante los chinos —pero sobre todo la elite económica y política estadounidense que encabezan los judíos—, los países del mundo occidental imperialista y global tienen algunos temores bien fundados que pueden resumirse, por ahora, en los siguientes puntos.
1) El “Made in China” ha invadido practica y mercantilmente al mundo durante la última década del siglo pasado, y lo que corre del actual, porque está creciendo a tasas del 10 por ciento basado en un modelo de desarrollo propio que alienta las exportaciones. 2) El país asiático superaría a Estados Unidos en materia de crecimiento económico pronto; lo que puede suceder a la vuelta de dos décadas. No más.
3) Por eso mismo, China le arrebatará la hegemonía en la economía mundial a EU, sin ser propiamente un país de libre mercado, como el resto que abraza el imperialismo globalizador. Precisamente por ello. 4) El crecimiento chino arrastrará consigo aquellos países que estén dispuestos a salir de la órbita imperial estadounidense, por motivos simplemente económicos e incluso bajo una relación estrictamente ¡de mercado!
5) Un tremendo golpe para la concepción occidental de la hegemonía, de la política y de la cultura del imperialismo proestadounidense y europea, que podría despertar de su letargo a los occidentales con una cara de pocos amigos ante China. Porque EU, acostumbrado a ganar-ganar, arrebata por las malas lo que pierde por las buenas. Y para eso tiene a la industria de guerra más desarrollada del mundo como soporte de sus políticas internacionales, siempre al servicio de la postrera invasión empresarial gringa.
6) El país del dragón debe emplear todos sus artes diplomáticas, geopolíticas y geoestratégicas, para contener una posible reacción virulenta de los halcones gringos que se creen los dueños del mundo y, como todo imperio, desatará todo tipo de acciones para evitar caer de la supremacía que le deparó el capitalismo-imperialismo explotador, depredador y violento que ganó y ejerce desde finales de la Segunda Guerra Mundial, casi sin contrapeso desde la caída del Muro de Berlín y el fallido experimento de la Unión Soviética.
7) El reinado occidental está de capa caída ahora, porque la crisis económica y financiera que está padeciendo es tanto o más profunda de lo que se creía, y todavía no encuentra salida ni sabe a qué costo lo hará. De hecho es tan profunda como la gran depresión de 1929-1933 en EU que trastocó la simiente misma del capitalismo imperial mundial, de la cual sólo salió mediante la política del New Dale y la posterior incorporación del apoyo empresarial propuesto a Roosevelt por John Maynard Keynes. Pero ahora no se ve ni lo uno ni lo otro, como posibilidad, porque las condiciones son diferentes.
Ante este panorama brevemente descrito, China está haciendo lo propio. Con una política que retoma lo bueno de ambos modelos de desarrollo: el propio descrito como “socialista” con una fuerte dosis de intervención estatal, y el pro occidental basado en el libre mercado, la política del laissez faire, laissez passer (dejar hacer, dejar pasar).
Pero quizá lo más importante —un tema que debe estudiarse a fondo—, es que el desarrollo económico de China está basado en el crecimiento (con desarrollo social) y no en un incremento de la tasa de ganancia, porque sus fines no son propiamente capitalistas. Al menos no coloca por delante la explotación per sé de la mano de obra ni el aumento de la cuota de ganancia como fin último. Cual sí lo hace el imperialismo globalizador mundial encabezado por EU; entre una mayor explotación de mano de obra (que pasó del fordismo al taylorismo; intensificación del proceso y aumento en la productividad) con salarios decrecientes y un número mayor de desempleados.
Y no la concentración y centralización de la riqueza en pocas manos, como es el caso del capitalismo-imperialismo que hace a unos pocos multimillonarios ricos contra los multimillones de pobres, llevando a la sociedad a una gran polaridad. Y con una tendencia clara hacia la destrucción del planeta, lo que no sucede propiamente con el modelo chino (que tampoco está exento, porque ha adoptado procesos de la industrialización occidental).
El encuentro entre China y el occidente no es, mención aparte, únicamente por las diferencias culturales. De trasfondo están los modelos de desarrollo profundamente distintos. Y así, en tanto EU y Europa están en medio de la crisis tipo “W”, donde naufraga la economía del viejo motor de la globalización, China se encamina a fortalecer todavía más a sus empresas desde el mismo Estado, en el contexto de lo que en nuestros países de Latinoamérica se denomina una “economía mixta”.
A contracorriente, porque los chinos fueron ninguneados por la URSS en los tiempos de Stalin —ellos sí querían la industrialización acelerada para alcanzar el desarrollo capitalista sin más—, y derribaron la tesis malthusiana de que a mayor población más crisis con menos alimentos para el sustento básico, ahora tienen el futuro en sus manos. Y al imperio estadounidense también, en un futuro no lejano.
Pero “El sistema de ventajas socialista”, dice el primer ministro chino Wen Jiabao, les ha permitido tomar decisiones eficientes, organizar de manera eficaz y concentrar los recursos para llevar a cabo las grandes empresas. No sólo eso, pues también hay un sector privado fuerte y competitivo en industrias como el ensamble de ropa y alientos para la exportación, pero igual convive un Estado fuerte en sectores clave como las finanzas e infraestructura (comunicaciones, transporte) y minería, metalúrgica, etcétera.
Por eso mismo, ahora el gobierno anda en busca de altos ejecutivos jóvenes de occidente, para algunas de las 129 empresas que controla el gobierno central. Lo que incluye el traslado de cientos de miles de millones de dólares a proyectos de construcción y operación inmobiliaria. Gigantes del acero propiedad estatal, de extracción de carbón, no obstante la mayoría de los presidentes y un tercio de los directores ejecutivos sean nombrados por el “departamento de organización del Partido Comunista” chino.
Una serie de definiciones que corren por cuenta de un partido que se entromete en todo. De un Estado que intermedia en beneficio de un país, pese a rezagos ancestrales. El caso es que hoy están a un tris de convertirse en la principal economía mundial, con todo el peso que eso significa.
Correo: maniobrasdelpoder@gmail.com
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