06/agosto/2010
*Sitios alternativos, síndrome globalización
*Informar, denunciar tropelías del imperio
“Primero te ignoran, después se ríen de ti, luego te atacan, entonces ganas”: Mahatma Gandhi (1869-1948).
Entre las múltiples maniobras del poder que utiliza el imperio a escala mundial para esconder sus tropelías, está el ocultamiento de la información considerada “clasificada” o de tipo “confidencial”, por así convenir a sus intereses “nacionales”. Esto porque, se presume, ofrecer cualquier investigación o informe al público lector —sobre todo aquel que conforma la llamada opinión pública— podría entorpecer el proceder o, en su caso, poner en riesgo los fines perseguidos y hasta peligrar la “seguridad nacional” del país o los países en cuestión.
En su actuación internacional, como imperio que estructura geopolíticamente el mundo y se relaciona con él acorde a sus intereses, Estados Unidos, por ejemplo (que no es el único), practica como medida tanto al interior como hacia afuera, el no dar a conocer datos relevantes de sus estrategias y actuaciones —sobre todo en países considerados “enemigos”—, hasta en tanto transcurre un cierto número de años. Lo anterior, en razón de poner fuera del alcance de la justicia a los actores involucrados, ya sea en la toma de las decisiones o en los hechos mismos, referentes aquellas actividades que pusieron en peligro o afectaron intereses de terceros, sean países, gobiernos o comunidades.
Pero alcanzado por su propio destino, eso se acabó. Quedó para la historia que en el caso de las guerras o de las invasiones contra terceros, de las masacres de inocentes o cualquier tipo de abusos derivados de su estilo de arrebatar aquello que a sus intereses conviene en cualquier parte del mundo, todo queda en los archivos de la CIA, del Pentágono o en los escritorios de la Casa Blanca, hasta el ostracismo de la impunidad. Sí. Ahora con el avance de la tecnología propia de esta etapa de la globalización neoliberal, la web como expresión de esa globalidad informativa que derriba fronteras, ofrece otras herramientas para derribar tamañas barreras.
Y por cierto ni siquiera es necesario el trabajo de los hackers para acceder a los archivos secretos violando claves, aquellos que guardan la información que describe procedimientos, muchos de ellos violatorios de bienes o intereses de terceros, hasta los derechos humanos de ciudadanos que se interponen y son tratados sin piedad. Basta simplemente que cualquier ciudadano, incluso estadounidense, se indigne por tamaña procedencia de personajes, corporativos o militares, para denunciar poniendo a disposición de cualquiera vía la red toda la información disponible o al alcance de la mano, con sólo tener acceso a una computadora personal. Es decir, como no todo es tan “secreto” porque nunca falta un inconforme —incluso los propios actores que actúan obedeciendo órdenes—, la información se ofrece como herramienta para la denuncia pública.
Esa es una de las ventajas que tiene ahora la red de redes. El internet pone a disposición de todo aquél que lo busque, hasta los secretos más ocultos de cualquier país, como del considerado imperio más poderoso de la tierra. Y los cambios de actitud en el mundo comienzan a partir de la disponibilidad de aquella información que desnuda los hechos. Un gran beneficio para aquellos individuos o asociaciones civiles, incluso redes, verdaderamente preocupados por las secuelas del proceder imperial —como violaciones a derechos humanos de personas en donde EU hace presencia sobre todo militar, la destrucción de los recursos naturales hasta el cambio climático como efecto de la actividad destructora de la voracidad industrial—, y dispuestos a destapar, descubrir, denunciar, acusar y rechazar, los procedimientos y los instrumentos de dicho imperio, como empresas, bancos, organismos, asociaciones, publicidad, etcétera.
Ahora bien podemos decir, como el cuento de Hans Christian Andersen, en “El traje nuevo del Emperador”, que “el rey va desnudo” completamente por el mundo. Se acabaron las secrecías, aunque permanezca la impunidad. Y ahora la lucha es contra ambas, hasta descalificar cabalmente al imperio con el uso de una herramienta de su propia creación. A tan digna tarea contribuyen páginas web y blogs en todo el mundo (los que tienen acceso, claro). Desde la denuncia vía las grandes redes sociales con acceso individual como facebook, twiter, myspace, etcétera. Hasta aquellas websites que ofrecen análisis e información confidencial hasta contrainformación, de aquello que está fuera de los grandes medios de comunicación tradicionales.
Un caso reciente que irrumpió en medios como The New York Times, The Guardian y Der Spiegel publicado simultáneamente el mismo día (25 de julio), fue el reporte denominado “Diario de guerra de Afganistán, 2004-2010”. Proporcionado por el sitio Wikileaks (http://wikileaks.org, creado en 2006), cuyo director Julian Assange, obtiene primicias periodísticas como este informe que comprende 91 mil documentos secretos de las fuerzas armadas estadounidense sobre la guerra (el documento completo puede verse en: http://wardiary.wikileaks.org/).
Pero la importancia deriva de que por primera vez, los medios tradicionales toman en cuenta a fuentes alternativas como este sitio que persigue fines de denuncia al servicio de las personas. Y de todo aquél que, como este servidor, osan denunciar las tropelías orquestadas desde la comodidad que brinda el poder y atenta incluso contra la vida misma de la humanidad en actos absolutamente reprobables; todo descubierto casi en el momento en que suceden. Y no hasta que el poder mismo lo delimite, para tiempo después.
En maniobras del poder, nos referimos al tema en los siguientes términos: “En el informe del pasado 25 de julio, publicado por The New York Times, basado en los archivos militares clasificados del Pentágono sobre Afganistán, se advierte (entre otras cosas) que el servicio de espionaje paquistaní apoya soterradamente a la insurgencia afgana. Pese a los arreglos y apoyos de EU con Paquistán. ¡Pero qué esperaba EU si ambos países comparten creencias y cultura! Aparte que EU es un país invasor en la región”. (Ver: http://alainet.org/active/39815&lang=es)
Pronto, el Pentágono se movilizó para indagar sobre el origen de la información considerada “secreta”, pero el golpe estaba dado: Wikileaks exhibió tanto las debilidades de la operación del imperio en Afganistán, como la vulnerabilidad de su sistema informativo. Al mismo tiempo, el sitio de Assange dio otra dimensión a la resistencia de los medios tradicionales de reconocer el trabajo también profesional de fuentes alternas como esta ¡y tantos más!
Correo: maniobrasdelpoder@gmail.com
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