09/junio/2010
*Con lujo de violencia se parapeta el gobierno
*Pisoteo a demandas justas de los mineros
“Toda reforma impuesta por la violencia no corregirá nada el mal; el buen juicio no necesita de la violencia”: León Tolstoi (1928-1910).
Si arremeter en contra de los mineros y sus familias que resguardaban la mina de Cananea, en Sonora, con un operativo de al menos 2 mil policías federales usando gases lacrimógenos es un “desalojo pacífico” en los términos del titular de Gobernación, Fernando Gómez Mont, pues entonces quién sabe qué será para el gobierno federal un desalojo violento. Otra cosa serán, seguramente, las huellas del delito que se recogieron tras la refriega: casquillos de bala de diferentes calibres, cilindros de gas lacrimógeno y bolas de metal. Policías apoyados con dos helicópteros en la acción.
El operativo con “saldo blanco”, comenzó el domingo a las 14 horas, pero se anunció del mismo hasta la mañana del lunes. De acuerdo con la versión oficial, la toma de las instalaciones fue “con el ingreso pacífico y sin resistencia no incidentes de elementos federales a las instalaciones”. Es decir, que para la Secretaría de Gobernación, “las acciones se realizaron con estricto apego a la ley y con pleno respeto a los derechos humanos fundamentales de los extrabajadores que se encontraron afuera del lugar”.
Pero de acuerdo con los testigos —que nunca faltan para disgusto de los discursos oficiales— y los propios afectados, las cosas ocurrieron de muy distinta manera. La toma de la mina no se hizo por las entradas principales resguardadas por los mineros, sino por la parte trasera desde los gigantescos cerros mochos llenos de cobre. “Entraron por la parte de atrás, por un rancho y un basurero, para consumar el fin de una huelga” legítima a todas luces.
Sin violencia para la Segob, pero como dicen los testimonios: “Los gases volaron de madrugada, los tiros a la misma hora (dos heridos leves, dicen las autoridades). Un incendio no esclarecido (es decir, no se sabe quién lo inició) acabó con unas oficinas antiguas de la mina”. Del incendio está, desde luego, la sospecha de haberla iniciado un grupo de “porros”, como los describió la propia gente, que llegaron acompañando a la policía.
De los heridos no se sabe nada todavía (y el gobierno seguramente tampoco va a informar), pero de lo que sí se supo fue de los cinco mineros detenidos a quienes, como informó la Segob, no se les habrían violado sus derechos humanos, pero ellos describieron que se les mantuvo atados de manos a la espalda y de rodillas en tanto tomaban por asalto las instalaciones.
Un operativo en donde no faltó, ahí sí, la “coordinación” entre las policías de los tres niveles de gobierno: federal, estatal y municipal. Puede fallar en otros casos, como durante el propio combate en contra del crimen organizado y el narcotráfico, pero no en asuntos como este.
Cuando de lo que se trató fue de romper con una huelga iniciada por los 1,200 mineros desde el 31 de julio 2007 bajo demandas justas. Como el reconocimiento del líder Napoleón Gómez Urrutia por parte de la Secretaría del Trabajo, de las representaciones locales, que las “compañías terceras” subcontratadas por la empresa minera no los desplace, y la mejora en las condiciones de seguridad de que carecen, como las que causaron la explosión en Pasta de Conchos. No obstante, los tribunales, incluida la Suprema Corte de Justicia de la Nación, habrían declarado la nulidad de la huelga en tres ocasiones desde entonces.
Nada qué ver, tampoco, con la “influencia” de los dueños de la mina de Cananea. O con la otra de Pasta de Conchos, en Coahuila, donde la madrugada del 19 de febrero de 2006 hubo una explosión tras la cual quedaron sepultados 65 trabajadores, y nunca hubo el intento siquiera de rescatarlos a pesar de la exigencia justa y la presión de los familiares, y de la indignación de la sociedad. Porque el Grupo México que pertenece a Germán Larrea y familia Larrea Mota Velasco, figuran entre los empresarios más ricos del país con 9 mil millones de dólares, sólo atrás de Carlos Slim que maneja 53 mil mdd y de Salinas Pliego con 10 mil mdd.
Poco le afecta —como no le impactó siquiera el anuncio de la toma de las instalaciones en sus acciones al GM que operan en la bolsa—, entonces, que se diga que la huelga ha costado mil 500 millones de dólares, o más, según la lente con que se mire. Porque ahora se han anunciado inversiones millonarias: el “rescate” costará unos 220 millones de dólares. Pero la meta es que en conjunto con la filial Asarco de Estados Unidos, Grupo México quiere pegarle competitivamente a Codelco, la minera de Chile que ahora ocupa el primer lugar en exportación de cobre. Con Cananea en sus manos, la meta de GM es ahora duplicar la capacidad de la mina, al pasar de las 190 mil de antes de la huelga, a las 490 mil toneladas. Comenzará a operar dentro de unos seis meses.
¿Qué significó para las autoridades locales el arribo de la policía federal? Para el cabildo, la acción “se veía venir”. Y para el gobernador, es que “hemos sido muy tolerantes”. Para Javier Lozano un triunfo, seguramente, porque su política de arremeter en contra de los trabajadores ha sido una constante, como representante oficial laboral de este y del anterior gobierno de Felipe Calderón ahora y de Vicente Fox antes. Y como promotor de una ley laboral retrógrada.
Y, perpetrado el golpe, lo mismo que se les ofreció a los trabajadores de la Compañía de Luz y Fuerza, jugosas liquidaciones, ahora se les ponen en la mesa a los mismos mineros. Falta que ellos acepten después del asalto de las instalaciones en Cananea. Pero el gobierno le juega al vivo. Porque como bien recuerdan los mineros, fue precisamente el 6 de junio de 1906, cuando las actividades de la minera Cananea regresaron a la normalidad, luego de la muerte de 23 mineros y la detención de los líderes de la huelga.
Olvida, además, que Cananea representa un símbolo de resistencia. Con todo y que parece que Felipe Calderón desdeña la historia de México. Con acciones como esta pretende, además, este gobierno celebrar con bombos y platillos el Centenario de la Revolución Mexicana. Y el Bicentenario de la Independencia de México. A ver si no le revira tanto abuso.
Correo: maniobrasdelpoder@gmail.com
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