28/mayo/2010
*Casi la guerra, los preparativos 2012
*Ganar, así sea con el aparato de Estado
“Democracia: es una superstición muy difundida, un abuso de la estadística”: Jorge Luis Borges (1899-1986).
En términos prácticos, más que buenos deseos de servir a los demás, la política es ambición por el poder. Por eso pasa por el arrebato y la traición. Casi la guerra. Un espacio de la vida pública de un país en donde no hay amigos, puros contrincantes; cuasi enemigos. Cada quién lo propio. Ahí sí que aplica el precepto darwinista de la supervivencia del, o de los más aptos. Eso y más se puede decir de la política en el marco del sistema político mexicano. De la política a la mexicana.
Prototipo de una polis donde rige el librecambismo, o el libre mercado del capitalismo y de la cultura occidental. En unos países más que en otros. Pero la política es un arma para apoderarse del aparato estatal. Y donde el grupo o partido que lo tiene no lo suelta por nada; o tan sencillamente. La democracia como vil parapeto. Una moneda de cambio más. Porque es muy raro el acuerdo en torno al consenso. La idea de avanzar conjuntamente en torno a objetivos precisos casi no se da. Al menos entre los grupos o partidos que rondan la cúpula del poder, porque entre ellos está la disputa por el Estado. No así con los ciudadanos, siendo que ellos son el soporte fundamental.
Y cuando se da algún tipo de consenso, es más bien por conveniencia. Ocurre entre grupos. Lo que se conoce como alianza entre partidos políticos distintos. Puede ser. Pero en esos casos depende siempre del objetivo. Es cuando “el fin justifica los medios”. Hasta aquí el problema son los intereses mezquinos: grupales, sectoriales o partidistas. Los de unos cuantos que buscan el control de los demás. Y de la riqueza que conlleva, porque el Estado administra el interés general.
México es de los que más. Aunque también hay políticos de cepa; con el espíritu de servicio a los otros. Cuando arrecia la disputa entre dos o más interesados, es cuando un aparte del poder está en juego. El pleito depende de la rebanada del pastel. Eso pasa en tiempos electorales. Es cuando las tretas se aceleran. Los golpes bajos. Las descalificaciones. La mascarada de la publicidad en la televisión. La venta de un producto, más que de un representante. La pugna empieza en los partidos, pasa por los candidatos y de ahí al resto de la sociedad vía los medios de comunicación. Llega con las campañas.
Para los partidos, en tiempos de elección todas las estrategias son buenas. O malas, según la lente con que se miren. Pero claro está que a falta de convencimiento y de principios, las disputas por la preferencia del voto se dan con todo. Así está ocurriendo en estos días en el país. Y las cosas se complican cada vez. En cuanto avanzan los procesos electorales, se presentan las descalificaciones, los golpes bajos, la guerra sucia. Más como en este caso, que la querella entre los Partido Acción Nacional y Partido Revolucionario Institucional es por todo.
Ambos partidos ensayan lo que serán sus estrategias electorales para el próximo 4 de julio. Día cuando se disputan las 12 gubernaturas. Una buena rebanada de pastel. Ni qué decir que el ambiente está plagado de contradicciones. Enrarecido ambiente porque el 2010 preludiará electoralmente el 2012, cuando haya elección presidencial. Ya la primera elección del 2010, la de Mérida, sembró las dudas. Si bien la votación favoreció al PRI, no ganó con una amplia diferencia, como se preveía. Es decir, que la disputa fue más cerrada de lo que sugerían las encuestas.
Y una réplica de escenarios similares en julio próximo traería problemas. Sobre todo en aquellas entidades en donde se auguran diferencias porcentuales mínimas. Como en Oaxaca y Sinaloa, cuando menos. En ambos casos las diferencias son pocas. De apenas 1 y 4 puntos, respectivamente entre el primero y el segundo lugar. En Oaxaca va arriba Gabino Cué, candidato por la alianza PAN-PRD-PT-Convergencia. En Sinaloa, Jesús Vizcarra, por la coalición PRI-PVEM-Panal.
Pero podría haber problemas también en otros estados como Aguascalientes y Zacatecas, que contagiarían al Estado de México de igual modo. Es decir, que el 2010 podrá complicarse en al menos cinco estados, de los 12 donde se elegirán gubernaturas en julio.
El Partito Acción Nacional quiere conservar la Presidencia de la República. Y el Partido Revolucionario Institucional pretende recuperarla. El pleito es entre los dos. Porque el tercero en discordia, el PRD, está muy deteriorado desde el fraudulento agandalle de la presidencia partidista para Jesús Ortega Martínez. Más porque se prestó a negociar en términos legislativos y ahora político-electorales con el PAN. Ambas circunstancias le están saliendo caras a Ortega y al PRD.
Bajo el principio de divide y vencerás, al parecer el PAN hará todo lo que sea necesario para dos cosas: cerrar la disputa entre candidatos, y a río revuelto ganancia de pescadores. Porque desde el 2006, luego en el 2009 y ahora, está claro que el PAN no tiene con qué ganar a ley. No tiene bases de partido, no ha hecho un buen gobierno y tiene pocos seguidores. Por eso sus alianzas partidistas, para tratar por ese medio de remontar. Aunque sea compartiendo el poder. Al fin que la presidencia está en sus manos. Y cuenta con el resto del aparato estatal.
A eso le apunta el PAN. A dividir, generando altercados como el reciente en contra del candidato al gobierno de Quintana Roo, Gregorio Sánchez Martínez, por la alianza PRD-PT-Convergencia, detenido y trasladado hasta Nayarit bajo acusaciones de presuntos nexos con el narcotráfico. Dizque la averiguación estaba desde enero, basada en la declaración de un “testigo protegido”. ¿Pero por qué esperar a que se registrara y comenzara la campaña electoral? Si es presunto involucrado, ¿por qué no se le detuvo antes? Es claro que para bajarlo de la candidatura y de las preferencias electorales entre los quintanarroenses. Porque va arriba. Aunque en ese estado el PAN no figura.
El único problema es que Acción Nacional estaría echando mano del aparato de Estado utilizando a la PGR como operadora a contentillo de los intereses de sus jefes y del gobierno presidencial en turno. Pero eso siembra la duda si el PAN será capaz de cualquier cosa en lo que falta del proceso electoral. ¿Qué esperar en el 2012? Jugadas de la política a la mexicana.
Correo: maniobrasdelpoder@gmail.com
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