05/noviembre/2010
*Arranca la reunión de los países ricos
*Sin visos de solución a la crisis mundial
“Como fuerza social, un individuo con una idea vale por noventa y nueve con un solo interés”: John Stuart Mill (1806-1873).
No hay nada nuevo bajo el sol, según el viejo precepto bíblico. Esta vez tampoco. Se trata de la 5ª Reunión Cumbre del G-20 en Seúl, durante la segunda semana de noviembre y el cierre previsto para los días 11 y 12. Es el G-7 [Estados Unidos, Canadá, Alemania, Francia, Italia, Reino Unido y Japón] más Rusia, el G-5 [China, India, Brasil, México, Sudáfrica] y la Unión Europea. Se agregan también: Arabia Saudita, Argentina, Australia, Indonesia, Corea y Turquía. Durante 2010 España asiste como invitado especial.
La preocupación central del G-20 [recuérdese que surgió en 1999 un 15 de diciembre en Berlín, y van cuatro reuniones importantes: Washington, noviembre 2008; Londres, abril 2009; Pittsburg, septiembre 2009; Toronto, junio 2010] es la revisión de los problemas del sistema financiero internacional. La primera, aquella en donde el presidente francés Nicolas Sarkozy se sacó de la manga la tesis de “refundación del capitalismo”, sin mayor sentido que el discursivo. Una propuesta que se ha ido diluyendo con el tiempo y las engorrosas discusiones técnicas.
Pero esta vez los temas tienen que ver, desde luego, con la crisis mundial. En tres vertientes: “1) El marco de crecimiento fuerte y sostenido; 2) La gobernanza de las instituciones financieras internacionales; 3) La regulación financiera y el rol de la Junta de Estabilidad Financiera”. (Según Oscar Ugarteche, en http://alainet.org/active/41989). Seguridad financiera y guerra de divisas, en otras palabras.
Pero más allá del cabildeo, no se esperan grandes avances. Es el estira y afloja entre poderes, los desarrollados del G-7 y los países ricos en reservas monetarias y energéticas mundiales. Más que encuentro será encontronazo. Sobre todo EU, quien presionará a Europa para que aplique medidas cíclicas contra la crisis [él lo contrario], el control sobre las directrices de las instituciones financieras [el Banco Mundial, con derecho de veto y nombramiento del director] y también presiones para que se regule al sistema financiero que nadie quiere [EU lo ha hecho tibiamente].
Es lo que Lluís Bassets llama “las dos grandes escuelas”, para no perder la costumbre de las etiquetas: entre “quienes creen como Barack Obama que hay que seguir estimulando las economías mediante inversión pública, y quienes como los europeos en general, pero especialmente el gobierno alemán y el Banco Central [europeo], consideran que lo primero y esencial es quitar la grasa que le haga falta hasta recuperar la esbeltez para crecer”. ¿Los gordos son los trabajadores europeos? Por eso las medidas contracíclicas.
Pero a la hora de la hora se abrirá la agenda de la discusión a otros temas. Como ocurrió el pasado 22 de octubre, en las reuniones preparatorias de Seúl por los ministros de finanzas del G-20. Porque está, como decimos, el contexto de la crisis financiera de los países ricos del sistema imperialista, y lo que se ha dado en llamar recientemente la “guerra de las divisas” y sus posibles alternativas. Escenarios donde nadie quiere ceder o perder.
Queda claro que, sin decirlo explícitamente, los países ricos del G-7 van en busca de aplicar medidas restrictivas o contractivas a todos los que se dejen. A China, para comenzar. Mucho se alega que ese país asiático [que dentro de poco será una gran potencia que supere a los EU —yo digo que no será más allá de unos 25 años; o quizá hasta menos, unos 20 o el equivalente a dos ciclos económicos más de la economía estadounidense— como el país más desarrollado, sin ser propiamente capitalista y a pesar de las todavía posibles reformas internas que emprendan los chinos por el control férreo del partido, el PCCH] acosa al mercado mundial con una moneda artificialmente subvaluada para beneficio de sus exportaciones.
Se les olvida, aún a los propios EU, que China posee el mayor cúmulo de reservas monetarias extranjeras, incluso de EU. Y que por eso los tiene en el puño de una mano. Pero por eso también EU comienza a ver a los chinos como amenaza real, tanto a su hegemonía como para su economía. Al menos por ahora reina la diplomacia; no se sabe lo que ocurra después entre estos dos países, antes de la hegemonía china de la economía global.
Entretanto, las previsiones de crecimiento alejan mucho a los países asiáticos de los occidentales, principalmente EU y Europa. Porque el bloque del Este, incluye a China, tiene tasas del PIB previstas cercanas al 8 por ciento; EU crecerá al 2.4, Europa al 1.6 porcentual. Sólo América del Sur por el 6 por ciento. México como mero espectador.
En otras palabras, todos quieren recuperación, pero ninguno ceder frente a los demás. Eso que en este tipo de reuniones los ricos se unen en bloque contra los otros países; tratando de presionarlos para que cedan a los designios. Pero en el fondo no tienen con qué hacerlo por la fragilidad de sus economías y las falsas expectativas de salida. Eso incluye que ellos mismos están desorientados sin saber qué hacer más allá de las medidas restrictivas, sin importar derribar conquistas laborales históricas de los trabajadores.
Por eso no se auguran grandes avances de la reunión del G-20. Ni siquiera la visita del presidente Barack Obama por Asia será suficiente ni beneficiosa para EU, a donde quiere fomentar exportaciones desde su plataforma nacional. Porque Obama, pese a la derrota electoral republicana o alentado por ella luego de asumir que la principal preocupación de sus coterráneos es la economía y el empleo que no llega, recorrerá varios países antes de asistir a la cumbre de Seúl.
Recogerá esperanzas o promesas, pero no cosechará beneficios. Al contrario, el llamado BRIC (Brasil, Rusia, India y China) quiere, como lo hizo saber en la última reunión cumbre de Estado en Rusia en 2009 [17 de junio], que quiere “la creación de un nuevo sistema global de seguridad financiera”, petición a la cual no cederán los del G-7. Contra propuestas como esta arremeterán todos. Porque claramente beneficia a los países en crecimiento, como los integrantes del BRIC. Con apoyo a los demás en “vías de desarrollo”. Ese será, quizá, el motivo más fuerte del encontronazo en la reunión del G-20 en Seúl 2010. Ya veremos.
Correo: maniobrasdelpoder@gmail.com
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