17/noviembre/2010
*No se movieron las comas de Hacienda
*Manos libres al gobierno, cesiones ratoneras
“Los espíritus mediocres suelen condenar todo aquello que está fuera de su alcance”: François de la Rochefoucauld (1613-1680).
Ayer se aprobó en la Cámara de Diputados al Presupuesto 2011 entre acusaciones de “repartir migajas” por parte de “un poder ratonero”, de no cambiar más del 1 por ciento de la propuesta del gobierno federal, desoír las necesidades del país en materia social y productiva —para subir en cambio el gasto corriente—, avalar un presupuesto con muchas limitantes y contar con un esquema anquilosado de discusión de la iniciativa presidencial [elaborada por los técnicos de la Secretaría de Hacienda, pendientes siempre atizando porque no cambiara ni una coma del documento], con todo y la reserva de los 82 asuntos para ser discutidos en lo particular por los legisladores.
Presupuesto austero, por no decir corto o limitado per sé. El dictamen avalado por la cámara baja, en lo general por 454 votos a favor y 13 en contra con 4 abstenciones; en lo particular por 424 a favor con 2 abstenciones, fue enviada así al Poder Ejecutivo para su aplicación el año entrante. La Cámara cumplió con los tiempos legislativos, pero incumplió con el país. No sólo eso, desnudó de cuerpo entero a los entreguistas o concertacesionistas del gobierno por parte de la fracción del PRI.
No se olvide, para comenzar, que donde la cabeza no marca directrices nacionales el cuerpo tampoco se desempeña bien. Como, en este caso, caer en el juego de la propuesta gubernamental. Números van, números vienen, pero el fondo del asunto es que nada es suficiente para hacer avanzar al país desde el punto de vista de atender sus prioridades y sacarlo del hoyo en que se encuentra. Como atender las necesidades productivas y de bienestar social. Migajas para ambos rubros. Peor aún, ni siquiera se colocan los candados legales suficientes para el ejercicio presupuestal con transparencia. Porque queda claro que, ahora con el PAN como antes con el PRI, los dineros públicos anuales son más objeto de reparto como botín que un programa de gobierno o sexenal para el beneficio nacional.
Luis Videgaray Caso, como presidente de la Comisión de Presupuesto del órgano legislativo, se vanaglorió de que “por primera vez en la historia la ley presupuestal obliga al gobierno federal a entregar a la Cámara de Diputados informes trimestrales de cada proyecto de inversión”. ¿Qué con eso? Minucias, ¿por qué sólo informes de “proyectos de inversión”? Como no se obliga, en cambio, a brindar resultados sobre sus “programas de gobierno”. La eficacia en la aplicación del presupuesto. Sobre su utilidad pública en general. Y no banalidades.
¿Qué hizo la Cámara de Diputados con los resultados de las revisiones presentadas en su momento por el Auditor Superior de la Federación, de la propia instancia legislativa, Arturo González de Aragón [dependencia que después de él no da color], sobre las anomalías durante varios años del sexenio de Vicente Fox? ¿En dónde está los resultados de tales indagatorias del auditor, de los primeros años del gobierno de Felipe Calderón? Eso es lo realmente importante, para no incurrir en el reparto del botín presupuestal del país entre unos cuantos que, renglón aparte, ganan más sin merecerlo. Eso sí daría pie aplaudir la acción del legislador por un compromiso manifiesto con el país. No migajas de un poder ratonero, como se autocalifican los propios legisladores; dicho sea por algunos, que son los menos, diputados ciertamente críticos.
Dos temas que dejaron ver el entreguismo del PRI, o el concertacesión a la vieja usanza entre ese partido y el PAN para no mover las comas del documento, fueron los relacionados con los recursos demandados para el campo y la petición de aumento para la Secretaría de la Defensa Nacional. Fue el debate entre la fracción de los cenecistas, de los cuales tanto se ufana en pertenecer la legisladora y representante de los priistas Beatriz Paredes, y los demás legisladores que se alinean con su líder. El campo no interesa. Eso los dividió, con todo y al final se aprobó un incremento por 33 mil 800 millones de pesos. Seguramente raquíticos, para las cuantiosas necesidades. Se olvida que un país con un campo débil es una nación altamente vulnerable. Y que por eso los países desarrollados tanto cuidan con subsidios a la producción agropecuaria.
El otro asunto fue el relativo a la petición de la Sedena de 10 mil millones más a su presupuesto para cubrir “necesidades adicionales” en 2011, presentado desde principios de octubre en un documento que llegó a manos de los integrantes de la Comisión de Defensa Nacional de la Cámara y decidieron solicitar a la Comisión de Presupuesto dicho incremento. Pero hubo malentendidos que salieron a la luz pública y causaron incertidumbre. ¿Cómo es eso que Sedena primero solicita el apoyo y luego lo rechaza?
El desglose es: 8 mil 327 millones de pesos para crear 18 unidades tipo corporación que refuercen el combate a la delincuencia organizada y al narcotráfico en estados de alta incidencia. Además, “la medida coadyuvará para abatir el índice de deserción del personal de tropa, pues las necesidades de mayores efectivos en áreas esas provoca apoyar el despliegue actual con unidades de otras plazas del país, originando mayor esfuerzo logístico, desgaste moral y físico lo que afecta la moral de las tropas, ante la necesidad de ausentarse por largos periodos de tiempo de sus unidad y de sus familias”. Porque los desplazamientos aumentan la deserción. Los otros 2 mil 022 millones de pesos adicionales para combatir el rezago en las percepciones del personal de tropa. Para ganar apenas la raquítica cantidad de 4 mil 500 pesos mensuales. ¿Cuánto gana un policía federal, de la dependencia de García Luna, por no dar resultados? Por cierto que no se ha evaluado el tema de los 100 mil desertores del ejército durante este sexenio. Tema pendiente.
Ante eso, Francisco Rojas cometió un desaguisado porque días atrás dijo que la Sedena había rechazado la adición de recursos. Hubo malentendidos por las declaraciones de Rojas. Sedena no rechazó los recursos sino los procedimientos, respetuosos como son de las jerarquías y de la institucionalidad. La vía no era PRI-Sedena, sino Sedena-Comisión de Defensa Nacional. Al final, los diputados dejaron inamovibles los 50 mil 039 millones presupuestados porque los 10 mil nunca llegaron. No obstante el aval de los mil 519 millones de pesos adicionales para crear plazas repartido entre SSP, PGR, Marina y Sedena.
Rojas le metió grilla al asunto para congraciarse con Sedena, pero le falló. Como hizo el PRI con el presupuesto 2011 en general, con el PAN. Así, pese a algunos avances forzados desde la izquierda del Congreso, las fracciones mayoritarias PRI-PAN repartieron las migajas. Claro, a petición de una cabeza sin directrices.
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