01/agosto/2011
*En 2012 PAN no gana solo, no quiere perder
*Posible retorno del PRI, pero no la tiene fácil
Agitadas las aguas en la política mexicana, visto es que el Partido Acción Nacional (PAN) no quisiera perder la Presidencia de la República en el 2012 frente al Partido Revolucionario Institucional (PRI). Sobre todo, el de mayor deseo es del nunca legitimado y presidente de facto —del partido y el país— Felipe Calderón Hinojosa, para quién lo mejor sería contar con un incondicional que le cuide las espaldas cuando abandone Los Pinos [que no la emblemática silla, puesto que de Palacio Nacional no ha pasado de simple visitante] terminado su mandato.
Pero sin plan de gobierno en el transcurso del sexenio [que llegará a ser uno de los más largos de la historia], sin resultados siquiera en su mayor empeño —el combate al narcotráfico ¿para brindar seguridad a la sociedad? mediante una guerra que desató más el ambiente de impunidad y violencia, gracias a una estrategia siempre cuestionada y nunca mudada, sacada de la manga por sus fines legitimistas—, y sin saldo a favor en cuanto a la solución de los problemas nacionales [económicos o políticos], lo único que tiene bajo la manga es una estrategia triunfalista merced al control del aparato estatal y sus órganos electorales.
Lo cierto es que sólo con trampas ganaría otro relevo el PAN, la permanencia en el poder otro sexenio. Porque no tiene con qué. Es decir, que más allá de apostarle a una curva estilo Hildebrando en la pizarra del conteo electrónico final de votos desde el Instituto Federal Electoral (IFE) tras la elección —previo uso de todas las trampas electoreras del dinosáurico PRI; como la caída del sistema que puso a Carlos Salinas [uno de los presidentes priistas más nefastos] en la Presidencia para el periodo 1988-1994, bajo el aval del PAN mediante el interlocutor Diego Fernández de Cevallos ¿y el consentimiento de Cuauhtémoc Cárdenas?—, sólo le queda operar una estrategia alternativa.
Y por dos vías para intentar ganar: 1) No ir con candidato propio al proceso electoral, lo que dejaría en el ridículo a los actuales suspirantes de ese partido, con ambiciones personalistas todos [¿lo supo Javier Lozano y por eso abandonó sus intenciones de erigirse candidato?; o ¡de plano sopesó su impopularidad y repudio generalizado!]; 2) Participar con un candidato ciudadano, o común con otro partido que, como lo refirió hace poco el mencionado Cárdenas, bien podría ser el mismo del Partido de la Revolución Democrática (PRD).
Por cierto que un indicador posible de que Cárdenas estaría admitiendo [¿negociaron ya?] de Calderón esa posibilidad, es que el candidato por el PRD sería designado en elección cerrada —lo que permitiría el control de tamaña elección—, y no abierta porque así dejarían en clara ventaja a Andrés Manuel López Obrador [quien por cierto será el candidato del PT ¿y de Convergencia?], por su amplia posibilidad de triunfo desde adentro del partido y hacia afuera con la participación ciudadana.
Y en ese rol andarían algunos: se ha mencionado ya a Marcelo Ebrard, actual Jefe de Gobierno del Distrito Federal, pero igualmente suenan el ciudadano Juan Ramón de la Fuente, el exrector de la UNAM y José Woldenberg, el extitular del IFE. Pero tanta participación o convalidación del mismísimo ingeniero Cárdenas, a tantas jugadas desde dentro del sistema político pripanista, deja abierta la posibilidad del retorno al poder del cardenismo —una pieza intocada hasta ahora— en cabeza del hijo y exgobernador de Michoacán, ni más ni menos que Lázaro Cárdenas Batel. Sí, el vástago del ingeniero Cárdenas como candidato de una posible alianza PAN-PRD, rumbo a la elección de 2012. Esa podría ser una amplia posibilidad panperredista, que dejaría inertes a todos los grupos de interés al interior del PRD.
De no ser por alguna de estas dos posibilidades, el PAN no tiene opción de repetir en Los Pinos. Y sería, de ir con un candidato común PAN/PRD, una jugada maestra que confundiría a todos los mexicanos, porque estaría avalada por el mismísimo ingeniero Cárdenas, el hijo de uno de los dos más grandes presidentes de México: Lázaro Cárdenas del Río [1934/1940] —el otro es, desde luego, Benito Pablo Juárez García [1858/1864-1867/1872]. ¿Por eso admite el propio Calderón la posibilidad de un candidato ciudadano? ¿Por eso dicen en el PAN que no les corre prisa por elegir a su candidato? ¿Por lo mismo se tiene en los escenarios a puros suspirantes grises, como Cordero, Mota, Lujambio, Félix, Creel, Márquez, más Lozano que ya sucumbió, listos para “jalar en equipo”?
Pero, todavía cabe cuestionar las posturas del expresidente Vicente Fox. ¿Por qué está abriendo la boca para pregonar el retorno del PRI, con su “nueva generación de priistas”? ¿Acaso está fuera de las jugadas, porque tiene broncas con Calderón, o quiere curarse en salud? ¿Por qué, entonces, el mismo presidente de facto dijo recién que Peña Nieto no es un “peligro para México”; deja abierta la puerta de su impunidad? ¿Por qué Estados Unidos no se ha pronunciado sobre el posible regreso del PRI al poder, como sí lo ve el expresidente español Felipe González?
Lo cierto es que solo el PAN no gana; “el PAN no ha hecho su tarea”, reiteró Fox, y “ya es tarde, veo difícil que logre cerrar la brecha”. Y es casi seguro que por ello no irá con candidato propio a la presidencia; porque si va solo pierde. Y regresa el PRI. Fox dijo al diario puertorriqueño El Nuevo Día: “Independientemente de ser agradecido o no, lo importante para mí es ejercer mi libertad. Es verdad que hay muchos panistas que dicen: ‘que se calle ese pinche Fox, que todo el día dice pendejadas’; pero para mí es fundamental el tema de la libertad, y si no empiezo conmigo mismo, a decir las tonterías que se me ocurran, a decir lo que pienso, si dejo que me callen desde la Presidencia o desde mi propio partido, estoy perdiendo mi libertad”.
Pero el mismo Fox es un perdedor. Dilapidó todo el capital político que adquirió tras la elección del 2000 y con instaurar la “alternancia” en el poder al sacar al PRI “a patadas” de Los Pinos. Es más, con su sexenio se profundizaron todas las agravantes contra los mexicanos. Su gobierno “de empresarios y para empresarios” le dio al traste al país. Su posible negociación de la salida de Joaquín El Chapo Guzmán del penal de Puente Grande, abrió también las puertas al desastre de violencia que hoy está padeciendo México. Su desgobierno, de Fox, es el mismo de Calderón, pero peor porque éste llegó marcado por el estigma de la ilegitimidad.
De ser Batel el bueno, el candidato PAN/PRD del 2012, ¿le estaría cubriendo el cardenismo las espaldas a Felipe Calderón? En política, y por las ambiciones del poder, todo es posible.
Correo: maniobrasdelpoder@gmail.com
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