martes, 22 de febrero de 2011

INTERVENCIONISMO MANIFIESTO DE EU

22/febrero/2011

*Espaldarazo e ilegitimidad de Calderón
*Secuelas del saldo electoral de 2006

Se confirma que no hay secreto que no dé la luz algún día, por muy recóndito que esté. Por fin se descubre en parte el origen y explicación del intervencionismo [¿Destino?] “Manifiesto” —últimamente con amenazas verbales que suben de tono cada vez—, por parte de Estados Unidos hacia México: la ilegitimidad con la que llegó a la presidencia de la República en las elecciones federales de 2006, el entonces candidato del Partido Acción Nacional, Felipe Calderón Hinojosa. Y el cobro de facturas correspondiente por parte de los vecinos del norte.
Es decir, que la operación legitimista que aplicó la administración del entonces presidente de EU, George Bush, desde las actuaciones colaboracionistas del todavía [espía; perdón] embajador en México, Anthony Garza, se manifestó primero como un franco espaldarazo a un “ganador” abiertamente cuestionado por un proceso electoral claramente irregular, y luego en la imposición de una agenda totalmente pronorteamericana, más allá de los asuntos de la relación bilateral.
Por eso, en uso y abuso de un “derecho” que se han tomado como tal, EU demanda de México lo que quiere y lo presiona para obtener sus fines imperiales. Porque de entrada hubo una irregularidad, que se tomó por legal siendo que era más un asunto de las instituciones mexicanas que del intervencionismo de otros países; como fue el caso del reconocimiento de ganador para la presidencia que se le otorgó a Calderón, sin que se hubiese transparentado internamente el proceso ni los resultados electorales se hubiesen analizado.
En México nadie olvida que la diferencia de votos fue mínima, entre Felipe Calderón y el entonces fuerte competidor, Andrés Manuel López Obrador. Al igual que las irregularidades en el conteo rápido que se hizo en el IFE, de cara a las pantallas del televisor y bajo el comportamiento de una gráfica cuya curva resultó absolutamente anticientífica, matemática y estadísticamente hablando, y por lo mismo tramposa para aparentar el triunfo de Calderón.
Pero hay más. El ambiente previo a que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, y no el Instituto Federal Electoral, declarara al triunfador. 1) El IFE no llevó a cabo un nuevo escrutinio y cómputo de votos en el número de casillas que mostraban irregularidades, permitiendo con ello un desequilibrio en el proceso; 2) El TEPJF no ordenó abrir todas las casillas para contar todos los votos, la única manera de reponer el procedimiento electoral y subsanar irregularidades; 3) El error del propio Tribunal de emitir un “dictamen administrativo-electoral” y no una sentencia, como resolución con que se efectuó el cómputo final de la elección presidencial, y formuló la declaración de validez de la elección de presidente electo, con lo que emitió una decisión jurisdiccional y no administrativa; 4) Con ese proceder, el TEPJF puso fin a un proceso electoral mediante una determinación con la cual “no valida las elecciones y, por ende, no la legitimidad a Felipe Calderón Hinojosa para fungir como presidente de la República”. [Ver: Jenaro Villamil, Julio Scherer, La guerra sucia de 2006. Los medios y los jueces, pp, 91-160].
Pues resulta que, en los días posteriores a la elección y los previos a la torcida declaratoria de triunfador por parte de las instancias electorales, Felipe Calderón se reuniría en al menos tres ocasiones con el embajador Tony Garza. De eso da puntual informe el diplomático al Departamento de Estado de su país. En el primero y más importante, del 1° de septiembre de 2006 clasificado como “cable 06MEXICO4937”, por los temas resaltan los siguientes puntos.
Dice Garza: 1) Felipe Calderón, quien preludiaba que el suyo no sería un narcosexenio, está en una “situación de debilidad política posible”; 2) Corremos en riesgo de que los asuntos de mayor importancia para nosotros se estanquen, a menos que podamos enviar una enérgica señal de apoyo para que el futuro mandatario logre imponer su agenda; 3) Una vez que el TEPJF declare electo al panista, “un equipo de la misión bajo mi cargo se involucrará activamente con el equipo de transición de Calderón para promover y hacer progresar las áreas que son prioritarias para nosotros”; 4) Los problemas por los que atravesaba Calderón se resumen en: tensiones al interior de su partido y con el presidente Vicente Fox, “una evidente debilidad política por la magra ventaja de votos que reportaba a su favor el arbitraje electoral, una victoria política ensombrecida por la duda, y falta de coordinación y claridad dentro de su equipo más cercano en el proceso de transición” (La Jornada, reporte recibido de Wikileaks, trabajado y publicado ayer).
Por ese motivo Garza descartaba ya la posibilidad de un viraje en el anunciado resultado que beneficiaba a Calderón y auguraba que Calderón “no tendría una luna de miel”, con una “victoria amarga y dulce”. Además que las presiones estaban fuertes por parte de AMLO y la movilización para el esclarecimiento del proceso electoral. Por ello Garza recomendaba que el presidente Bush “volviera a llamar a Calderón apenas se hiciera el fallo oficial del TEPJF y que lo invitara a EU”. Y desde la embajada se haría lo propio: “Nos embarcaremos de inmediato en un proceso de planificación de la transición con el equipo de Calderón, empezando por Juan Camilo Mouriño y Josefina Vázquez Mota.
El balance: Que Calderón requería el apoyo por su debilidad, pero se le cobraría con creces, en los asuntos de su interés. Reconocía la situación difícil, pero decía que “unas cuantas semanas de paciencia eran mucho mejor que un solo día de López Obrador en Los Pinos” (cable 06MEXICO5607). A finales de mes, reunidos en casa del presidente electo, se habló de la “estrategia sobre los objetivos legislativos y ejecutivos de corto plazo”. “Lo central de la conversación en torno a la mesa fue el tema de la seguridad. Calderón aseguró que sería el eje de su gobierno. El político republicano insistió en la necesidad de que conformara desde el primer momento un gabinete de seguridad muy sólido. Y ambos coincidieron en lo indeseable que sería que éste fuera un narcosexenio”.
El espaldarazo de Estados Unidos a Calderón, se pagaría caro. Hoy las amenazas contra el país crecen. Y la seguridad nacional de México está en peligro. La ilegitimidad de Calderón le salió cara a México. El golpe de timón para consolidarse estilo Salinas, la atropellada declarada guerra contra el crimen organizado, ha cobrado muchas vidas. El tema, como ya dijimos, fue desarrollado ayer por La Jornada. La ofensiva posterior de Hillary Clinton es otro tema.

Correo: maniobrasdelpoder@gmail.com

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