martes, 29 de mayo de 2012



Wal-mart, el trasfondo



*El escándalo que desató en México The New York Times
*El acoso del sistema financiero en tiempos electorales en EU
*Persecución por corruptelas de varias multinacionales



La revelación del periódico refirió que la multinacional, originaria de Arkansas, habría crecido en este país mediante sobornos, corruptelas pago en mano a funcionarios mexicanos por hasta 24 millones de dólares en pocos años.



“Hemos mejorado las medidas de cumplimiento, incluyendo políticas y procedimientos eficaces, los controles internos, la capacitación y procedimientos de auditoría, y tenemos protocolos de remediación. Además, la compañía está continuamente revisando y mejorando el cumplimiento de sus políticas corporativas”.



Hay señalamientos referentes a que familiares de políticos han sido empleados. Es el caso un primo de Margarita Zavala, un cuñado del extitular del Trabajo Javier Lozano, y dos hermanos de Marcelo Ebrard, quienes son o han sido directivos de la citada multinacional; además del involucramiento de ediles que seguramente la PGR investigará.



Sería a partir del año 2000, por cierto bajo la directriz de los gobiernos del Partido Acción Nacional, cuando la empresa adoptaría el cambio de razón social por el de Wal-Mart de México. Fue al año siguiente que las tiendas Aurrerá se convirtieron en Wal-Mart Supercenter o Bodega Aurrerá.



Hablando de ganancias. Tan sólo este año, el 2011, tuvo utilidades netas por 22 mil 254 millones de pesos, un 359.3 porcentual superior al registrado en 2002 —el segundo año de mayores operaciones en el país—, luego de un crecimiento operativo con 441 tiendas inauguradas con una inversión de 18 mil 352 millones de pesos el mismo 2011, contra las 136 abiertas en 2007.



Con ventas en el año fiscal 2012 por 444 mil millones de dólares aproximadamente —en 2011 facturó 421 mil 849 millones de dólares—, emplea a más de dos millones de asociados en todo el mundo. Por eso asegura en su portal que “Wal-Mart sigue siendo un líder en sustentabilidad, filantropía corporativa y oportunidades de empleo”.



Wal-Mart consigue mejores resultados en China; en efecto, ahora el 80 por ciento de los productos de Wal-Mart son producidos en ese país en pésimas condiciones laborales, a costa de la calidad y en varios casos demostrados, usando productos tóxicos por ser más baratos.



Las denuncias públicas sobre actos de corrupción en Wal-Mart de México no tendrían otro fin que debilitar a la gigante multinacional, ahora superada dentro del ranking mundial sólo por la petrolera Exxon Movil que le arrebató el primer lugar mundial según el último reporte de Fortune, y provocar su desplome en las bolsas de valores.



“Las multinacionales invierten sumas millonarias para cuidar la imagen de sus marcas. En donde ahorran es en las condiciones de producción. Como consecuencia, surgen relaciones laborales deplorables, pobreza y violaciones a los derechos humanos. En estos casos, el comportamiento social no es más que un truco publicitario.” Klaus Werner y Hans Weiss, El libro negro de las marcas.



Por Salvador González Briceño




Las prácticas al desnudo de una comercializadora gigante como Wal-Mart, una trasnacional de capital estadounidense que avasalla y destruye cualquier estructura mercantil de aquellos países en donde se instala, aplicando técnicas de guerra comercial de precios, como muchas otras empresas que representan la punta de lanza del imperialismo en esta etapa de una globalización hoy decadente.



No obstante el beneficio alcanzado por aquellas empresas matrices y del país promotor, cuyos gobiernos apuestan todo para proteger los intereses monopólicos de sus inversionistas, circunstancias que no se modifican salvo por intereses inevitables o insuperables como los que padece ahora Estados Unidos: una aguda crisis financiera y una campaña presidencial en marcha. Ese es el trasfondo, pero las secuelas se esconden a primera vista. Visto así el problema, está claro que son muchas las herramientas utilizadas —estrategias de mercadotecnia para la penetración de los países, inversiones, sobornos, prácticas desleales, explotación de trabajadores disponibles, etcétera; lo que tampoco se consigue en un día— por una empresa que se propone superar cualquier escollo, y avanzar en sus conquistas con fines abiertamente mercantil/capitalistas y de ganar/ganar.



El caso Wal-Mart no es nuevo, pero lo detonó recién el diario estadounidense The New York Times (NYT), como si lo fuera. Causó revuelo, principalmente en México. Porque la revelación del periódico refirió que la multinacional, originaria de Arkansas, habría crecido en este país mediante sobornos, corruptelas pago en mano a funcionarios mexicanos por hasta 24 millones de dólares en pocos años.



Como se puede ver, el asunto no es ni nuevo ni extraño. Por un lado se presta para señalar que desde los orígenes del capitalismo, las grandes empresas de los países desarrollados que con el tiempo pasaron de trasnacionales en los tiempos del imperialismo a multinacionales en la etapa de la globalización, crecieron barriendo pueblos enteros en aras de apoderarse de los recursos naturales y exprimir su mano de obra. Ya fuera mediante la esclavitud o la imposición de extenuantes jornadas laborales, en los países conquistados hasta alcanzar a la explotación infantil y juvenil.



En otras palabras, porque el hurto, la rapiña y el saqueo con lujo de violencia cubren páginas y páginas ocultas por la historia del surgimiento y consolidación misma del capital desde los tiempos de la llamada acumulación originaria hasta nuestros días. Un aspecto, apenas, de la naturaleza destructiva y usufructuaria del capital.



Por otro lado, se trata de una denuncia presentada desde septiembre de 2005, por un exempleado el abogado de bienes raíces Sergio Cicero Zapata, que había sido tan rechazada como enviada a los archivos; minimizada por Wal-Mart y olvidada por el Departamento de Justicia de los Estados Unidos. ¿Por qué sale a relucir esta historia precisamente ahora?



Cabe, señalamos ya, esta cuestión precisamente en una coyuntura electoral en puerta, y por la profunda crisis de su economía. Donde, renglón aparte, los que ganan siempre son los especuladores, así sean tiempos de apretarse el cinturón para los demás actores económicos. Lo que sí, seguro, el tema no salió a la luz pública por el actual proceso electoral mexicano, además que de la señalada corrupción de funcionarios no saldrán castigos ni culpables en un país de impunidades.


Facilidades



Zapata habría asegurado desde 2005, que en México la empresa Wal-Mart usaría el cohecho para agilizar “cambios de zonas en los mapas, (que) hicieron desvanecer objeciones ambientalistas, permisos que típicamente toman meses para su proceso mágicamente materializado en días”. Crecer/crecer. Una estrategia expansiva de negocios estimulada por el entonces director de Wal-Mart México, Eduardo Castro Wright, para construir tantas tiendas que la competencia no tuviera tiempo de reaccionar, con el aval de autoridades mexicanas.



De inmediato, los señalamientos del NYT provocaron reacciones de los directivos de la multinacional del comercio minorista, al indicar que no sólo están cooperando con las indagatorias referidas a los sobornos, también “cumplen con las leyes de los países en donde operan, relativas a la solicitud de licencias y permisos”. Pero nadie ignora que en México pulula la corrupción a varios niveles.



No obstante las autoridades de la empresa en México aseguran haber tomado toda una serie de medidas para combatir la corrupción. “Hemos mejorado las medidas de cumplimiento, incluyendo políticas y procedimientos eficaces, los controles internos, la capacitación y procedimientos de auditoría, y tenemos protocolos de remediación. Además, la compañía está continuamente revisando y mejorando el cumplimiento de sus políticas corporativas”.



Empero, en 2003 Castro-Wright es señalado como el estratega del expansionismo de la empresa en el país. Y ahora está en la mira de ser investigado por los actos de cohecho señalados. Mientras eso no suceda, el señor Wright fue ascendido en la jerarquía empresarial como ningún otro funcionario, y en 2005 ocupó el cargo de presidente ejecutivo de Wal-Mart en los Estados Unidos.



Implicados


Las páginas del NYT, sin embargo, pusieron en evidencia las corruptelas usadas en México por los operadores de Wal-Mart. Así, al número de tiendas creadas en 2011 —más las que se proyectan para este 2012—, hay que sumar el desdén por la justicia en el caso de los propios funcionarios (“alcaldes, concejales, oscuros planificadores urbanos o burócratas de bajo nivel que expedían los permisos de construcción”, conforme al citado informe) que han tolerado el expansionismo de la trasnacional en detrimento del comercio minoritario. Un impacto en las economías locales, así sean muy aledañas. Porque a donde llega Wal-Mart anula con sus bajos precios a la competencia local, para luego vender más caro al consumidor. Con todo y su eslogan es: “Para nosotros, el número uno es el cliente”.



Cierto que las denuncias generaron reacciones nada favorables que se reflejaron de inmediato en la cotización accionaria en el país y el mundo. Pero se corrió la voz entre los defensores de México. Así el presidente Felipe Calderón como el titular de la Bolsa Mexicana de Valores, Luis Téllez (salinista de viejo cuño), salieron en defensa de la multinacional una vez que las acciones de la misma cayeron en 10 y hasta un 15 por ciento.



Pero sería la propia empresa quien entrara al mercado a ejercer su derecho de “recompra” accionaria. Tan sólo el 24 de abril adquirió 488 millones de sus propias acciones, invirtiendo 12 mil 305 millones de pesos. Cuatro veces más, en unos días, comparado con el monto de los 3 mil 455 millones durante todo el 2011.



Sin embargo se dice que ya llegó la autoridad. La Procuraduría General de la República (PGR) investigará los actos de corrupción de dicha compañía en México. Con todo y no se cuenta con una denuncia en particular, el Ministerio Público, a través de la Subprocuraduría de Delitos Federales solicitará información a empresas, a las diversas dependencias del gobierno federal y a las propias autoridades estadounidenses, según declaraciones de la titular Marisela Morales Ibáñez, para analizar el posible involucramiento de servidores públicos en este asunto.



Por lo pronto hay señalamientos referentes a que familiares de políticos han sido empleados. Es el caso un primo de Margarita Zavala, un cuñado del extitular del Trabajo Javier Lozano, y dos hermanos de Marcelo Ebrard (ver Reporte índigo 25/IV/2012), quienes son o han sido directivos de la citada multinacional; además del involucramiento de ediles que seguramente la PGR investigará.



Como denunciara el regidor del ayuntamiento de Puebla, David Méndez Márquez, “sabemos que las licencias de alineamiento, número oficial y uso de suelo, que la trasnacional necesitaba en su momento para iniciar la construcción de un supermercado en terrenos de La Margarita, sí fueron entregadas por la ahora candidata al Senado y en ese entonces presidenta municipal Blanca Alcalá Ruiz”. Por citar un ejemplo concreto.



Altas ganancias



La empresa que maneja el concepto de tienda en autoservicio al alto volumen, como estrategia para derrotar a competidores grandes, pequeños y de medianos negocios en cuanto se posiciona del mercado, es originaria de Bentonville. Wal-Mart Stores Inc., fue fundada por Sam Walton en 1962 —hoy la familia conserva casi el 50 por ciento de las acciones—, e ingresó a la Bolsa Mexicana de Valores como socio del grupo Cifra controladora de Aurrerá, de Jerónimo Arango, en 1991 el tercer año del régimen de Carlos Salinas. Pero no adquiriría el control total sino hasta 1997.



Sería a partir del año 2000, por cierto bajo la directriz de los gobiernos del Partido Acción Nacional, cuando la empresa adoptaría el cambio de razón social por el de Wal-Mart de México. Fue al año siguiente que las tiendas Aurrerá se convirtieron en Wal-Mart Supercenter o Bodega Aurrerá. Además de Sam´s Club, Superama, Suburbia, Vips, El Portón, Ragazzi. Tiendas que a la fecha controlan más de la mitad de las ventas minoristas en el país, pues superan a todas las demás juntas. Llegó así el boom expansionista de la empresa trasnacional estadounidense, pues tan sólo obsérvese que entre 2001 y 2011 generó ganancias por 156 mil 635 millones de pesos.



Valga decir, como ejemplo además, que hasta las compras de Nacional Financiera (Nafin) a la multinacional para el gobierno en los 11 años citados, ascendió a 6 millones 898 mil pesos por varios conceptos. O el equivalente al 32 por ciento del total de adquisiciones de Nafin. ¡Una institución para beneficiar a empresas locales, de emprendedores mexicanos!



Y para 2012 prevé seguir adelante: aumentar en 436 tiendas, con una inversión de 12 mil 200 millones de pesos (no obstante, el 15 de abril El Universal confirmó de Calderón que la próxima inversión sería no de 12 sino de 19 mil 740 millones de pesos; unos 1,640 millones de dólares, con lo que se crearían 23 mil nuevos empleos permanentes), para un crecimiento proyectado del 12 por ciento. ¡En sólo un año! Por eso, ya al primer trimestre (enero/marzo de 2012) se han abierto 51 tiendas, con ventas netas por 95 mil millones de pesos, 14 por ciento más que el año anterior, y ganancias por 4 mil 712 millones de pesos, equivalente al 5 porcentual mayor al registrado durante igual periodo del 2011.



Hablando de ganancias. Tan sólo este año, el 2011, tuvo utilidades netas por 22 mil 254 millones de pesos, un 359.3 porcentual superior al registrado en 2002 —el segundo año de mayores operaciones en el país—, luego de un crecimiento operativo con 441 tiendas inauguradas con una inversión de 18 mil 352 millones de pesos el mismo 2011, contra las 136 abiertas en 2007. Y por si fuera poco, goza de un régimen fiscal favorable porque paga sólo 1.60 pesos de impuesto por cada 100 pesos que vende.



Por eso el Banamex-Citigroup reporta aumento en las acciones del 25.28 por ciento en su precio entre el 20 de abril del 2011 y el 20 de abril de 2012. De ahí también su segundo lugar en la BMV, después de América Móvil, con un valor capitalizable que asciende a 665 mil 156 millones de pesos a diciembre de 2011. Cuando mantenía también el primer lugar en su país con ventas mundiales avasallantes.





Lastre de alcance mundial





Según sus propias fuentes, Wal-Mart atiende a clientes y miembros —porque sus empleados adquieren la burda calidad de “socios”, con todo y reciben por aguinaldo la pomposa cantidad de 14.00 pesos en el caso mexicano diciembre 2011— en más de 200 millones de veces a la semana, en 10,130 unidades de venta al detalle por 69 banderas diferentes en 27 países en el mundo.



Con ventas en el año fiscal 2012 por 444 mil millones de dólares aproximadamente —en 2011 facturó 421 mil 849 millones de dólares—, emplea a más de dos millones de asociados en todo el mundo. Por eso asegura en su portal que “Wal-Mart sigue siendo un líder en sustentabilidad, filantropía corporativa y oportunidades de empleo” (www.walmartstores.com).  Fuente: Wal-Mart Stores, Inc.



Pero el boom de Wal-Mart no se limita al cohecho como estrategia de crecimiento en México y otras partes del mundo, porque tiene en su haber otro tipo de denuncias. Es el caso de la usura, por los elevados intereses que cobra por el manejo de su tarjeta de crédito, incluso por arriba de los bancarios. Como el alto costo anual total que incluye tasas de interés, costos y comisiones, que alcanzan hasta un 55.4 porcentual, superior al de los bancos establecidos en el país, según datos de la Conducef (Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros) y del Banco de México.



Además, el pago injusto a sus proveedores y la explotación de mano de obra de sus trabajadores —principalmente femenina— con agobiantes y mal pagadas jornadas laborales. Un ejemplo típico de la llamada superexplotación del trabajo en esta era global. Una estrategia de negocios cuya política es pagar salarios bajos y casi o nulos beneficios laborales. Por cierto que la empresa cuenta con prestadores de servicio de outsourcing, “sindicatos blancos” que compiten entre sí por ofrecerle los salarios más bajos.



Además, Wal-Mart es una empresa enemiga de los sindicatos, porque sus trabajadores están continuamente amenazados y son hasta corridos cuando incurren en cualquier tipo de denuncias, de organización o de protesta —cuanta con la más elevada rotación de personal, pues de cada 10 que ingresan salen cuatro—. De ahí las prácticas —que no siempre se convierten en procedimientos legales en su contra— por violaciones en su plantilla laboral, por el despido injustificado de personal, por la discriminación a personas con alguna discapacidad. Además de la explotación del trabajo infantil, del no pago de tiempo extra, de servicios de salud y explotación del trabajo de indocumentados, entre otras viciadas y antilaborales prácticas. Por ejemplo, en EU más del 60 por ciento de sus trabajadores carece de cobertura médica; en México la situación es peor.



Así lo describe “Christy Hoffman, subdirectora de la organización mundial de sindicatos UNI, que la trasnacional recurre a escala global a prácticas de corrupción para dominar el mercado de abastecimiento, violando en el camino los derechos más elementales de sus empleados, (además) afectando el medio ambiente y quebrantando a los pequeños negocios de la localidad donde se asienta, por lo que pide una investigación sobre su forma de actuar en todo el mundo” (La Jornada, 26/IV/2012).



De ahí que, abunda en la misma fuente Enrique Bonilla, líder del Frente Nacional contra Wal-Mart, en los últimos 10 años la empresa se ha ahorrado el pago de sueldos por 84 mil millones de pesos, al tener a su servicio a personas a las que no retribuye con un salario fijo y prestaciones como los empacadores o a quienes trabajan en los estacionamientos.



¿Y los derechos humanos?


El dilema va más allá. Porque la estrategia de Wal-Mart es típica de las multinacionales de altos vuelos de la globalización imperial estadounidense. Entre las imputaciones que recogen los autores de la obra citada en el epígrafe, destaca:



“Uno de sus secretos del éxito de Wal-Mart radica en los bajos salarios que paga en EE.UU. a sus empleados menos calificados. Numerosos ejemplos indican además que las empresas proveedoras de Wal-Mart ubicadas en el denominado Tercer Mundo no respetan los estándares mínimos en cuanto a la remuneración de los empleados, al tiempo que toleran la violación de los derechos humanos.



“En 1999, en la fábrica Beximco de Bangladesh (proveedora de productos para Wal-Mart), los empleados debían trabajar en las siguientes condiciones: jornadas laborales de 12 horas y media, siete días a la semana, casi sin días libres; el pago oscilaba entre los 9 y 21 centavos de euro por hora, quedando así entre un 40 y un 70 por ciento por debajo del salario mínimo que establece la ley.



“Numerosas multinacionales rompieron todo tipo de relación comercial con Myanmar (ex Birmania)… (bajo el argumento): es imposible hacer negocios en Birmania sin apoyar directamente al Gobierno militar (SLORC, 1988-2011) y a sus graves violaciones a los derechos humanos.



En agosto del 2000, Wal-Mart fue sorprendida in fraganti importando mercadería desde la dictadura Militar de Myanmar hacia Canadá, pese a que el gobierno canadiense, debido a las constantes violaciones a los derechos humanos, había exigido a todas las firmas que interrumpieran sus relaciones comerciales con Birmania.



En mayo de 2000 los trabajadores de una empresa proveedora de Nicaragua exigieron que les aumentaran el salario en un monto equivalente a 8 centavos de euro por hora. A raíz de esta medida fueron despedidos 700 trabajadores, y con ellos todos los sindicalistas. Tras una larga lucha en los tribunales, el 10 de mayo de 2001 la firma aceptó reincorporar a cuatro sindicalistas y dieciséis trabajadores”. (El libro negro…, p 291).



Todavía en 2003, una trabajadora de maquiladora en Bangladesh dijo a Los Ángeles Times, que su horario normal era de 8 de la mañana a 3 de la madrugada para sobrevivir en el nivel de pagos que fijaba Wal-Mart. Y agrega la fuente: “El gerente de esta maquila se quejó de que aún debía mejorar, porque Wal-Mart conseguía mejores resultados en China. En efecto, ahora el 80 por ciento de los productos de Wal-Mart son producidos en China en pésimas condiciones laborales, a costa de la calidad y en varios casos demostrados, usando productos tóxicos por ser más baratos. De todas las exportaciones chinas, 12 por ciento van a los anaqueles de Wal-Mart”. (Silvia Ribeiro “Wal-Mart, ¿manzana podrida?”, en La Jornada, 05/V/2012).


Depredación de lo barato


Pero la falta de escrúpulos se convierte, en los hechos, en mayores ganancias. Eso vale para todas las multinacionales que extienden sus brazos hacia cualquier país que les garantice buenas condiciones de mercado, de explotación de mano de obra y materias primas baratas. Como para Wal-Mart, México es la joya de la corona.



“Las firmas occidentales no sólo explotan a millones de trabajadores, también ejercen un control absoluto sobre las riquezas naturales de numerosos países. El mundo al revés: Angola, Brasil, Indonesia y Nigeria, al igual que la mayoría de los países en vías de desarrollo, poseen una reserva casi inagotable de tesoros naturales (petróleo, oro, diamantes, cobre, maderas nobles, café, cacao, bananas, etcétera).” (El libro negro…, p 30).



Un dilema de la mayoría de estos países es que carecen de recursos para invertir en tecnología, explotarlos y comercializarlos. Llegan entonces los inversionistas extranjeros, en condiciones favorabilísimas, pues “los países endeudados establecen impuestos que son irrisorios, si se tienen en cuenta las escalofriantes ganancias generadas por la exportación… A menudo se trata de dinero sucio, de sobornos obtenidos por las elites locales a cambio de condiciones ventajosas para las corporaciones internacionales. (Y) debido a la falta de controles transparentes, suele ser más el dinero que desaparece en los canales de la corrupción que el que se queda en el país en forma de impuestos.” (p. 31).



Y más adelante: “Es necesario obligar a las corporaciones a asumir responsabilidades. Las multinacionales disponen de un poder cada vez mayor. En muchos casos los presupuestos anuales superan el presupuesto total de los estados”. (p. 35). Pero no se olvide, como recuerdan los autores citados, Werner y Weiss, que: “Así como el poder de los representantes políticos es un poder conferido por el pueblo, el poder de las empresas es otorgado por los consumidores”. (p. 38).


Guerra de precios


En “Las guerras de precios: el modelo de Wal-Mart”, en el libro No Logo, Naomi Klein describe las políticas de vasallaje de la multinacional: “A mediados de 1999, Wal-Mart tenía 2.435 grandes tiendas en nueve países, que vendían desde casas para la muñeca Barbie y faldas y bolsos Kathie Lee Gifford hasta taladradoras Black & Decker y CD Prodigy. De estas tiendas, 565 eran <>, un concepto que combina el modelo de descuentos de Wal-Mart con tiendas completas de ultramarinos, peluquerías y bancos, y también 443 Sam´s Clubs, que ofrecen descuentos aún mayores por grandes compras y artículos caros, como muebles para oficinas.



“La receta que ha convertido a Wal-Mart en el principal mayorista del mundo, con ventas de 137 mil millones de dólares en 1988, es muy clara. Primero, hay que construir tiendas dos o tres veces mayores que las del competidor más parecido. Luego, atiborrar las estanterías con productos comprados en tal volumen que los proveedores se vean obligados a vender a precios substancialmente inferiores a los normales. Luego se reducen los precios de las tiendas, para que ningún otro minorista pueda competir con la política de <> que se practica.



“Todo lo referente a este minorista originario de Arkansas está pensado para lograr economías de escala, y por ello normalmente las tiendas de Wal-Mart miden 92 mil pies cuadrados, sin incluir los grandes acaparamientos obligatorios. Como su tarjeta de presentación son los descuentos, Wal-Mart debe mantener bajos sus costos fijos, y es por eso que las parcelas que compra para erigir sus tiendas sin ventanas se hallan en las afueras de las poblaciones, donde el suelo es barato y los impuestos inferiores. Con cada año de expansión de la empresa, el tamaño de las nuevas tiendas ha aumentado, y muchas de la antiguas, comparativamente pequeñas, se han convertido en supertiendas, algunas de la cuales tienen hasta 200 mil pies cuadrados.



“Otros elementos clave para reducir los costes es que Wal-Mart sólo abre tiendas cerca de sus centros de distribución. Por esa razón se extiende como el aceite, que es lento y espeso. La empresa no se traslada a una nueva región hasta haber cubierto de tiendas la anterior, que pueden llegar a cuarenta en un radio de cien millas. De ese modo la compañía ahorra dinero en transporte y en envíos y logra una presencia tan compacta en la zona que apenas le es necesario publicitar la marca. <>, explicó Sam Walton, el fundador de Wal-Mart. Luego la empresa construía otro centro de distribución en la región y repetía el proceso.



“Después de que Wal-Mart comenzara en el sur de EE.UU., abriéndose camino lentamente por Arkansas, Oklahoma, Missouri y Louisiana, Wall Street y los medios periodísticos occidentales tardaron algún tiempo en darse cuenta de la magnitud del proyecto de Sam Walton. Fue por ello que hasta principios de la década de 1990, treinta años después de la inauguración de primer Wal-Mart, la empresa no se enfrentó a oposición alguna. Los argumentos contra su estilo de comercio minorista —que ahora resulta tan familiar como el propio Wal-Mart— eran que los precios bajos atraen a los compradores a los suburbios, destruyendo la vida y las pequeñas tiendas de los centros de las ciudades. Las tiendas pequeñas no pueden competir con ella; de hecho, muchos competidores de Wal-Mart se quejan de que tienen que pagar a los mayoristas de los productos unos precios superiores a los que ofrece Wal-Mart al por menor.



“Se han escrito muchos libros sobre los efectos de las grandes tiendas, el más notable es In Sam We Trust del imperio Bob Ortega del Wall Street Journal. Como señala Ortega, Wal-Mart no es la única que enfoca el comercio minorista como una cuestión de volumen, sino simplemente el líder de una especie de comerciantes al por menor que emplean su poder para lograr un tratamiento comercial especial. En este sector, a Home Depot, Office Depot y Bed, Bath & Beyond, que suelen agruparse en calles comerciales llamadas <>, se las denomina category killers, porque penetran con tanta fuerza en cada ramo que suprimen casi instantáneamente a los competidores más pequeños.



“Este estilo de comercio minorista ha sido muy discutido y fue el responsable del primer movimiento contra las cadenas comerciales que apareció en la década de 1920. A medida que proliferaron tiendas de descuento como A&P y Woolworts, los pequeños comerciantes trataron de que el intento de las grandes empresas de lograr precios mayoristas inferiores, reduciendo así los precios al por menor, se declara ilegal. La retórica de aquella época, como señala Ortega, tiene una sorprendente semejanza con el lenguaje de los grupos de base de oposición que han surgido en docenas de pueblos estadounidenses cuando se anuncia la inminente llegada de Wal-Mart.



“En el frente legal, han aparecido demandas regulares por prácticas monopolistas, y no sólo contra Wal-Mart. En septiembre de 1997, por ejemplo, la Comisión Federal de Comercio de EE.UU. (FTB) dictaminó que Toys ‘R’ Us era responsable de presionar ilegalmente a los fabricantes para que no suministraran los juguetes más exitosos a las demás cadenas…”. (Ob. cit. Paidós, 2001. pp. 155-157).



Pero desde luego que en esta selva de globalización en decadencia, no se trata sólo de Wal-Mart —con todo y ahora es el caso—, porque otras “marcas” también trabajan haciendo negocios y cazando oportunidades vía prácticas deleznables. Así en países pobres o del Tercer Mundo para la obtención de materias primas y mano de obra barata y superexplotable, como en aquellos otros países y ciudades en los cuales se instalan para realizar los negocios.


Cazadores cazados


En ese tenor agrega Naomi Klein en su obra: “Las multinacionales de las marcas —Levi´s, Nike,  Champion, Wal-Mart, Reebok, The Gap, IBM y General Motors— no dejan de repetir que en el fondo son como cualquiera de nosotros: cazadores de oportunidades que buscan la mejor oferta en el mercado global. Son compradores exigentes y plantean exigencias específicas respecto a los diseños que imponen, las materias primas, las fechas de entrega, y sobre todo los bajos costos. Pero en esta engorrosa logística lo que no les interesa es cómo lograr  la reducción de los precios: la construcción de fábricas, la compra de máquinas y la contratación de mano de obra  barata quedan al cuidado ajeno.”



Creadores de oportunidades o ventajosos, lo cierto es que las políticas de Wal-Mart no son exclusivas. Son una constante de las multinacionales que buscan abaratar al máximo sus costos sin sacrificar sus ganancias, y para ello acuden a generar oportunidades de empleo en aquellos países de flexibilidad laboral. Por ello, ya muchas “marcas” han sido objeto de repudio y denuncias que parten desde la población por muchas razones afectada.



Los salarios de hambre y la superexplotación de la mano de obra son una constante para dichas marcas. Es decir: “Los fabricantes de las marcas más importantes y más ricas del mundo se niegan a pagar a los trabajadores chinos los 87 centavos de dólar que les permite mantenerse, ahorrar para casos de enfermedad y quizá enviar algún dinero a sus familias. Un estudio de 1998 sobre la fabricación de artículos de marca en las zonas económicas especiales de China descubrió que Wal-Mart, Ralph Lauren, Anna Taylor, Espirit, Liz Claiborne, Kmart, Nike, Adidas, J.C. Penny y The Limited sólo pagan una fracción de esos miserables 87 centavos, y algunos hasta 13 centavos por hora.” (No logo).



Luego entonces, la arremetida de The New York Times pareció selectiva. Y no se explica salvo bajo presión del sistema financiero. Porque las denuncias públicas sobre actos de corrupción en Wal-Mart de México no tendrían otro fin que debilitar a la gigante multinacional, ahora superada dentro del ranking mundial sólo por la petrolera Exxon Movil que le arrebató el primer lugar mundial según el último reporte de Fortune, y provocar su desplome en las bolsas de valores. Sucedió, porque sus títulos accionarios cayeron casi 5 por ciento en esos días; 4.52 equivalente a 59.63 dólares.



Porque los amos de la ganancia digital, los especuladores bursátiles no saben cómo ni de dónde generar ganancias en estos tiempos de debacle de la economía de EU. Eso explica también la participación de la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC) que generó un corolario de denuncias más allá de Wal-Mart, se lanzó contra 81 empresas en total (¿también para apoyar a Obama en su candidatura?), por “entrar en conflicto con la Ley de Prácticas Corruptas en el Extranjero (Foreign Corrupt Practices Act o FCPA). ¿Apenas ahora se descubren sus prácticas, cuando han sido una constante de las multinacionales?



Curiosamente están en la lista negra empresas como Morgan Stanley, Hewlett-Packard, Qualcomm, Avon, Las Vegas Sands y Koch Industries (el conglomerado de Texas dirigido por los destacados donantes republicanos Charles y Davin Koch), 20th Century Fox de New Corp, Disney y Dream Works Animation, Johnson & Johnson (en abril pagó 78 millones de dólares para resolver acusaciones de que violaba el programa de Petróleo por Alimentos de la ONU), Halliburton (que en 2009 pagó más de 550 millones de dólares para resolver reclamos de que funcionarios habían sobornado a funcionarios de Nigeria para la construcción de una planta de gas), Siemens (la empresa alemana que tuvo que pagar 800 millones de dólares, la multa más alta de la FCPA).



Según un experto en FCPA: “Definitivamente —dice—, la lucha contra la corrupción ha estado en la cima de la agenda de la aplicación de justicia recientemente… esta área de la ley que solía ser especialmente oscura”. Una serie de investigaciones que se han lanzado en el último año. Y curiosamente en este año electoral.



También, porque las medidas de política económica adoptadas por los gobiernos de EU, sólo sirven de barrera protectora para los principales responsables de la crisis, los operadores del sistema financiero internacional, principales artífices y promotores del arrastre que están padeciendo las economías del mundo —Europa dixit: con la próxima expulsión de Grecia comenzará la caída del euro, del dólar, de las bolsas del mundo, de la desUE, etcétera—, hacia una recesión que comenzó en 2008-2009 y no tiene la luz al final del túnel. Como si ellos requirieran ser blindados.



Por eso, como alega el economista Paul Krugman, en EU ya se está sobre el abismo, por tanta salida falsa. Mientras Obama anda de campaña, rumbo a su relección del próximo 6 de noviembre. Y las protestas crecen. Pero hay reacciones.



En el norte está la oposición organizada: las protestas masivas de los jóvenes que recorren las calles en decenas de ciudades europeas, gritando consignas en contra de las medidas de austeridad adoptadas por los gobiernos en turno; en EU el movimiento Ocupa que está fraguando conciencia entre el pueblo estadounidense sobre que él es el menos responsable por la actual crisis, y por lo mismo el gobierno no debe cargarle todo el peso de la misma.



En el sur, las medidas se toman sin recato, como la nacionalización de las acciones de la Repsol española en YPF por parte de Argentina, o el decreto para nacionalizar la red eléctrica que hizo Evo Morales en Bolivia el pasado 1° de mayo. Acciones valientes.



Lo de Wal-Mart, sacudido por The New York Times es, entonces —como se puede ver—, apenas la punta del iceberg de la debacle mundial global y de sus tretas. Tomado de ejemplo para las denuncias de corrupción, quien pierde es México, con gobernantes entreguistas por quedarse de brazos cruzados.



15/mayo/2012. 

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