Wal-mart,
el trasfondo
*El
escándalo que desató en México The New
York Times
*El
acoso del sistema financiero en tiempos electorales en EU *Persecución por corruptelas de varias multinacionales
La
revelación del periódico refirió que la multinacional, originaria de Arkansas,
habría crecido en este país mediante sobornos, corruptelas pago en mano a
funcionarios mexicanos por hasta 24 millones de dólares en pocos años.
“Hemos
mejorado las medidas de cumplimiento, incluyendo políticas y procedimientos
eficaces, los controles internos, la capacitación y procedimientos de
auditoría, y tenemos protocolos de remediación. Además, la compañía está
continuamente revisando y mejorando el cumplimiento de sus políticas
corporativas”.
Hay
señalamientos referentes a que familiares de políticos han sido empleados. Es
el caso un primo de Margarita Zavala, un cuñado del extitular del Trabajo
Javier Lozano, y dos hermanos de Marcelo Ebrard, quienes son o han sido
directivos de la citada multinacional; además del involucramiento de ediles que
seguramente la PGR investigará.
Sería
a partir del año 2000, por cierto bajo la directriz de los gobiernos del
Partido Acción Nacional, cuando la empresa adoptaría el cambio de razón social
por el de Wal-Mart de México. Fue al año siguiente que las tiendas Aurrerá se
convirtieron en Wal-Mart Supercenter o Bodega Aurrerá.
Hablando
de ganancias. Tan sólo este año, el 2011, tuvo utilidades netas por 22 mil 254 millones
de pesos, un 359.3 porcentual superior al registrado en 2002 —el segundo año de
mayores operaciones en el país—, luego de un crecimiento operativo con 441
tiendas inauguradas con una inversión de 18 mil 352 millones de pesos el mismo
2011, contra las 136 abiertas en 2007.
Con
ventas en el año fiscal 2012 por 444 mil millones de dólares aproximadamente
—en 2011 facturó 421 mil 849 millones de dólares—, emplea a más de dos millones
de asociados en todo el mundo. Por
eso asegura en su portal que “Wal-Mart sigue siendo un líder en
sustentabilidad, filantropía corporativa y oportunidades de empleo”.
Wal-Mart
consigue mejores resultados en China; en efecto, ahora el 80 por ciento de los
productos de Wal-Mart son producidos en ese país en pésimas condiciones
laborales, a costa de la calidad y en varios casos demostrados, usando
productos tóxicos por ser más baratos.
Las
denuncias públicas sobre actos de corrupción en Wal-Mart de México no tendrían
otro fin que debilitar a la gigante
multinacional, ahora superada dentro del ranking mundial sólo por la petrolera
Exxon Movil que le arrebató el primer lugar mundial según el último reporte de Fortune, y provocar su desplome en las
bolsas de valores.
“Las
multinacionales invierten sumas millonarias para cuidar la imagen de sus
marcas. En donde ahorran es en las condiciones de producción. Como
consecuencia, surgen relaciones laborales deplorables, pobreza y violaciones a
los derechos humanos. En estos casos, el comportamiento social no es más que un
truco publicitario.” Klaus Werner y Hans Weiss, El libro negro de las marcas.
Por
Salvador González Briceño
Las
prácticas al desnudo de una comercializadora gigante como Wal-Mart, una
trasnacional de capital estadounidense que avasalla y destruye cualquier
estructura mercantil de aquellos países en donde se instala, aplicando técnicas
de guerra comercial de precios, como muchas otras empresas que representan la
punta de lanza del imperialismo en esta etapa de una globalización hoy
decadente.
No
obstante el beneficio alcanzado por aquellas empresas matrices y del país
promotor, cuyos gobiernos apuestan todo para proteger los intereses monopólicos
de sus inversionistas, circunstancias que no se modifican salvo por intereses
inevitables o insuperables como los que padece ahora Estados Unidos: una aguda
crisis financiera y una campaña presidencial en marcha. Ese es el trasfondo,
pero las secuelas se esconden a primera vista. Visto así el problema, está
claro que son muchas las herramientas utilizadas —estrategias de mercadotecnia
para la penetración de los países, inversiones, sobornos, prácticas desleales,
explotación de trabajadores disponibles, etcétera; lo que tampoco se consigue
en un día— por una empresa que se propone superar cualquier escollo, y avanzar
en sus conquistas con fines abiertamente mercantil/capitalistas y de
ganar/ganar.
El
caso Wal-Mart no es nuevo, pero lo detonó recién el diario estadounidense The New York Times (NYT), como si lo fuera. Causó revuelo, principalmente en México.
Porque la revelación del periódico refirió que la multinacional, originaria de
Arkansas, habría crecido en este país mediante sobornos, corruptelas pago en
mano a funcionarios mexicanos por hasta 24 millones de dólares en pocos años.
Como
se puede ver, el asunto no es ni nuevo ni extraño. Por un lado se presta para
señalar que desde los orígenes del capitalismo, las grandes empresas de los
países desarrollados que con el tiempo pasaron de trasnacionales en los tiempos
del imperialismo a multinacionales en la etapa de la globalización, crecieron barriendo pueblos enteros en aras de
apoderarse de los recursos naturales y exprimir su mano de obra. Ya fuera
mediante la esclavitud o la imposición de extenuantes jornadas laborales, en
los países conquistados hasta alcanzar a la explotación infantil y juvenil.
En
otras palabras, porque el hurto, la rapiña y el saqueo con lujo de violencia
cubren páginas y páginas ocultas por la historia del surgimiento y
consolidación misma del capital desde los tiempos de la llamada acumulación
originaria hasta nuestros días. Un aspecto, apenas, de la naturaleza
destructiva y usufructuaria del capital.
Por
otro lado, se trata de una denuncia presentada desde septiembre de 2005, por un
exempleado el abogado de bienes raíces Sergio Cicero Zapata, que había sido tan
rechazada como enviada a los archivos; minimizada por Wal-Mart y olvidada por
el Departamento de Justicia de los Estados Unidos. ¿Por qué sale a relucir esta
historia precisamente ahora?
Cabe,
señalamos ya, esta cuestión precisamente en una coyuntura electoral en puerta, y
por la profunda crisis de su economía. Donde, renglón aparte, los que ganan
siempre son los especuladores, así sean tiempos de apretarse el cinturón para
los demás actores económicos. Lo que sí, seguro, el tema no salió a la luz
pública por el actual proceso electoral mexicano, además que de la señalada
corrupción de funcionarios no saldrán castigos ni culpables en un país de
impunidades.
Facilidades
Zapata
habría asegurado desde 2005, que en México la empresa Wal-Mart usaría el cohecho para agilizar “cambios de zonas en los mapas, (que) hicieron desvanecer
objeciones ambientalistas, permisos que típicamente toman meses para su proceso
mágicamente materializado en días”. Crecer/crecer. Una estrategia expansiva de
negocios estimulada por el entonces director de Wal-Mart México, Eduardo Castro
Wright, para construir tantas tiendas que la competencia no tuviera tiempo de
reaccionar, con el aval de
autoridades mexicanas.
De
inmediato, los señalamientos del NYT provocaron
reacciones de los directivos de la multinacional del comercio minorista, al
indicar que no sólo están cooperando con las indagatorias referidas a los
sobornos, también “cumplen con las leyes de los países en donde operan,
relativas a la solicitud de licencias y permisos”. Pero nadie ignora que en
México pulula la corrupción a varios niveles.
No
obstante las autoridades de la empresa en México aseguran haber tomado toda una
serie de medidas para combatir la corrupción. “Hemos mejorado las medidas de
cumplimiento, incluyendo políticas y procedimientos eficaces, los controles
internos, la capacitación y procedimientos de auditoría, y tenemos protocolos
de remediación. Además, la compañía está continuamente revisando y mejorando el
cumplimiento de sus políticas corporativas”.
Empero,
en 2003 Castro-Wright es señalado como el estratega del expansionismo de la
empresa en el país. Y ahora está en la mira de ser investigado por los actos de
cohecho señalados. Mientras eso no suceda, el señor Wright fue ascendido en la
jerarquía empresarial como ningún otro funcionario, y en 2005 ocupó el cargo de
presidente ejecutivo de Wal-Mart en los Estados Unidos.
Implicados
Las
páginas del NYT, sin embargo,
pusieron en evidencia las corruptelas usadas en México por los operadores de
Wal-Mart. Así, al número de tiendas creadas en 2011 —más las que se proyectan
para este 2012—, hay que sumar el desdén por la justicia en el caso de los
propios funcionarios (“alcaldes, concejales, oscuros planificadores urbanos o
burócratas de bajo nivel que expedían los permisos de construcción”, conforme
al citado informe) que han tolerado el expansionismo de la trasnacional en
detrimento del comercio minoritario. Un impacto en las economías locales, así
sean muy aledañas. Porque a donde llega Wal-Mart anula con sus bajos precios a
la competencia local, para luego vender más caro al consumidor. Con todo y su
eslogan es: “Para nosotros, el número uno es el cliente”.
Cierto
que las denuncias generaron reacciones nada favorables que se reflejaron de
inmediato en la cotización accionaria en el país y el mundo. Pero se corrió la
voz entre los defensores de México. Así el presidente Felipe Calderón como el
titular de la Bolsa Mexicana de Valores, Luis Téllez (salinista de viejo cuño),
salieron en defensa de la multinacional una vez que las acciones de la misma
cayeron en 10 y hasta un 15 por ciento.
Pero
sería la propia empresa quien entrara al mercado a ejercer su derecho de
“recompra” accionaria. Tan sólo el 24 de abril adquirió 488 millones de sus
propias acciones, invirtiendo 12 mil 305 millones de pesos. Cuatro veces más,
en unos días, comparado con el monto de los 3 mil 455 millones durante todo el
2011.
Sin
embargo se dice que ya llegó la autoridad. La Procuraduría General de la
República (PGR) investigará los actos de corrupción de dicha compañía en
México. Con todo y no se cuenta con una denuncia en particular, el Ministerio
Público, a través de la Subprocuraduría de Delitos Federales solicitará
información a empresas, a las diversas dependencias del gobierno federal y a
las propias autoridades estadounidenses, según declaraciones de la titular
Marisela Morales Ibáñez, para analizar el posible involucramiento de servidores
públicos en este asunto.
Por
lo pronto hay señalamientos referentes a que familiares de políticos han sido
empleados. Es el caso un primo de Margarita Zavala, un cuñado del extitular del
Trabajo Javier Lozano, y dos hermanos de Marcelo Ebrard (ver Reporte índigo 25/IV/2012), quienes son
o han sido directivos de la citada multinacional; además del involucramiento de
ediles que seguramente la PGR investigará.
Como
denunciara el regidor del ayuntamiento de Puebla, David Méndez Márquez,
“sabemos que las licencias de alineamiento, número oficial y uso de suelo, que
la trasnacional necesitaba en su momento para iniciar la construcción de un
supermercado en terrenos de La Margarita, sí fueron entregadas por la ahora
candidata al Senado y en ese entonces presidenta municipal Blanca Alcalá Ruiz”.
Por citar un ejemplo concreto.
Altas ganancias
La
empresa que maneja el concepto de tienda en autoservicio al alto volumen, como
estrategia para derrotar a competidores grandes, pequeños y de medianos
negocios en cuanto se posiciona del mercado, es originaria de Bentonville. Wal-Mart
Stores Inc., fue fundada por Sam Walton en 1962 —hoy la familia conserva casi
el 50 por ciento de las acciones—, e ingresó a la Bolsa Mexicana de Valores
como socio del grupo Cifra controladora de Aurrerá, de Jerónimo Arango, en 1991
el tercer año del régimen de Carlos Salinas. Pero no adquiriría el control
total sino hasta 1997.
Sería
a partir del año 2000, por cierto bajo la directriz de los gobiernos del
Partido Acción Nacional, cuando la empresa adoptaría el cambio de razón social
por el de Wal-Mart de México. Fue al año siguiente que las tiendas Aurrerá se
convirtieron en Wal-Mart Supercenter o Bodega Aurrerá. Además de Sam´s Club,
Superama, Suburbia, Vips, El Portón, Ragazzi. Tiendas que a la fecha controlan
más de la mitad de las ventas minoristas en el país, pues superan a todas las demás
juntas. Llegó así el boom expansionista de la empresa trasnacional
estadounidense, pues tan sólo obsérvese que entre 2001 y 2011 generó ganancias
por 156 mil 635 millones de pesos.
Valga
decir, como ejemplo además, que hasta las compras de Nacional Financiera
(Nafin) a la multinacional para el gobierno en los 11 años citados, ascendió a
6 millones 898 mil pesos por varios conceptos. O el equivalente al 32 por
ciento del total de adquisiciones de Nafin. ¡Una institución para beneficiar a
empresas locales, de emprendedores mexicanos!
Y
para 2012 prevé seguir adelante: aumentar en 436 tiendas, con una inversión de
12 mil 200 millones de pesos (no obstante, el 15 de abril El Universal confirmó de Calderón que la próxima inversión sería no
de 12 sino de 19 mil 740 millones de pesos; unos 1,640 millones de dólares, con
lo que se crearían 23 mil nuevos empleos permanentes),
para un crecimiento proyectado del 12 por ciento. ¡En sólo un año! Por eso, ya
al primer trimestre (enero/marzo de 2012) se han abierto 51 tiendas, con ventas
netas por 95 mil millones de pesos, 14 por ciento más que el año anterior, y
ganancias por 4 mil 712 millones de pesos, equivalente al 5 porcentual mayor al
registrado durante igual periodo del 2011.
Hablando
de ganancias. Tan sólo este año, el 2011, tuvo utilidades netas por 22 mil 254
millones de pesos, un 359.3 porcentual superior al registrado en 2002 —el
segundo año de mayores operaciones en el país—, luego de un crecimiento
operativo con 441 tiendas inauguradas con una inversión de 18 mil 352 millones
de pesos el mismo 2011, contra las 136 abiertas en 2007. Y por si fuera poco,
goza de un régimen fiscal favorable porque paga sólo 1.60 pesos de impuesto por
cada 100 pesos que vende.
Por
eso el Banamex-Citigroup reporta aumento en las acciones del 25.28 por ciento
en su precio entre el 20 de abril del 2011 y el 20 de abril de 2012. De ahí
también su segundo lugar en la BMV, después de América Móvil, con un valor
capitalizable que asciende a 665 mil 156 millones de pesos a diciembre de 2011.
Cuando mantenía también el primer lugar en su país con ventas mundiales
avasallantes.
Lastre de alcance mundial
Según
sus propias fuentes, Wal-Mart atiende a clientes y miembros —porque sus
empleados adquieren la burda calidad de “socios”, con todo y reciben por
aguinaldo la pomposa cantidad de 14.00 pesos en el caso mexicano diciembre 2011—
en más de 200 millones de veces a la semana, en 10,130 unidades de venta al
detalle por 69 banderas diferentes en 27 países en el mundo.
Con
ventas en el año fiscal 2012 por 444 mil millones de dólares aproximadamente
—en 2011 facturó 421 mil 849 millones de dólares—, emplea a más de dos millones
de asociados en todo el mundo. Por
eso asegura en su portal que “Wal-Mart sigue siendo un líder en
sustentabilidad, filantropía corporativa y oportunidades de empleo”
(www.walmartstores.com). Fuente:
Wal-Mart Stores, Inc.
Pero
el boom de Wal-Mart no se limita al cohecho como estrategia de crecimiento en
México y otras partes del mundo, porque tiene en su haber otro tipo de
denuncias. Es el caso de la usura, por los elevados intereses que cobra por el
manejo de su tarjeta de crédito, incluso por arriba de los bancarios. Como el
alto costo anual total que incluye tasas de interés, costos y comisiones, que
alcanzan hasta un 55.4 porcentual, superior al de los bancos establecidos en el
país, según datos de la Conducef (Comisión Nacional para la Protección y
Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros) y del Banco de México.
Además,
el pago injusto a sus proveedores y la explotación de mano de obra de sus
trabajadores —principalmente femenina— con agobiantes y mal pagadas jornadas
laborales. Un ejemplo típico de la llamada superexplotación del trabajo en esta
era global. Una estrategia de negocios cuya política es pagar salarios bajos y
casi o nulos beneficios laborales. Por cierto que la empresa cuenta con
prestadores de servicio de outsourcing,
“sindicatos blancos” que compiten entre sí por ofrecerle los salarios más
bajos.
Además,
Wal-Mart es una empresa enemiga de
los sindicatos, porque sus trabajadores están continuamente amenazados y son
hasta corridos cuando incurren en cualquier tipo de denuncias, de organización o
de protesta —cuanta con la más elevada rotación de personal, pues de cada 10
que ingresan salen cuatro—. De ahí las prácticas —que no siempre se convierten
en procedimientos legales en su contra— por violaciones en su plantilla
laboral, por el despido injustificado de personal, por la discriminación a
personas con alguna discapacidad. Además de la explotación del trabajo
infantil, del no pago de tiempo extra, de servicios de salud y explotación del
trabajo de indocumentados, entre otras viciadas y antilaborales prácticas. Por
ejemplo, en EU más del 60 por ciento de sus trabajadores carece de cobertura
médica; en México la situación es peor.
Así
lo describe “Christy Hoffman, subdirectora de la organización mundial de
sindicatos UNI, que la trasnacional recurre a escala global a prácticas de
corrupción para dominar el mercado de abastecimiento, violando en el camino los
derechos más elementales de sus empleados, (además) afectando el medio ambiente
y quebrantando a los pequeños negocios de la localidad donde se asienta, por lo
que pide una investigación sobre su forma de actuar en todo el mundo” (La Jornada, 26/IV/2012).
De
ahí que, abunda en la misma fuente Enrique Bonilla, líder del Frente Nacional
contra Wal-Mart, en los últimos 10 años la empresa se ha ahorrado el pago de
sueldos por 84 mil millones de pesos, al tener a su servicio a personas a las
que no retribuye con un salario fijo y prestaciones como los empacadores o a
quienes trabajan en los estacionamientos.
¿Y los derechos humanos?
El dilema va más allá. Porque la estrategia de Wal-Mart es típica de las multinacionales de altos vuelos de la globalización imperial estadounidense. Entre las imputaciones que recogen los autores de la obra citada en el epígrafe, destaca:
“Uno
de sus secretos del éxito de Wal-Mart radica en los bajos salarios que paga en
EE.UU. a sus empleados menos calificados. Numerosos ejemplos indican además que
las empresas proveedoras de Wal-Mart ubicadas en el denominado Tercer Mundo no
respetan los estándares mínimos en cuanto a la remuneración de los empleados,
al tiempo que toleran la violación de los derechos humanos.
“En
1999, en la fábrica Beximco de Bangladesh (proveedora de productos para
Wal-Mart), los empleados debían trabajar en las siguientes condiciones:
jornadas laborales de 12 horas y media, siete días a la semana, casi sin días
libres; el pago oscilaba entre los 9 y 21 centavos de euro por hora, quedando
así entre un 40 y un 70 por ciento por debajo del salario mínimo que establece
la ley.
“Numerosas
multinacionales rompieron todo tipo de relación comercial con Myanmar (ex Birmania)…
(bajo el argumento): es imposible hacer negocios en Birmania sin apoyar
directamente al Gobierno militar (SLORC, 1988-2011) y a sus graves violaciones
a los derechos humanos.
En
agosto del 2000, Wal-Mart fue sorprendida in
fraganti importando mercadería desde la dictadura Militar de Myanmar hacia
Canadá, pese a que el gobierno canadiense, debido a las constantes violaciones
a los derechos humanos, había exigido a todas las firmas que interrumpieran sus
relaciones comerciales con Birmania.
En
mayo de 2000 los trabajadores de una empresa proveedora de Nicaragua exigieron
que les aumentaran el salario en un monto equivalente a 8 centavos de euro por
hora. A raíz de esta medida fueron despedidos 700 trabajadores, y con ellos
todos los sindicalistas. Tras una larga lucha en los tribunales, el 10 de mayo
de 2001 la firma aceptó reincorporar a cuatro sindicalistas y dieciséis
trabajadores”. (El libro negro…, p
291).
Todavía
en 2003, una trabajadora de maquiladora en Bangladesh dijo a Los Ángeles Times, que su horario normal
era de 8 de la mañana a 3 de la madrugada para sobrevivir en el nivel de pagos
que fijaba Wal-Mart. Y agrega la fuente: “El gerente de esta maquila se quejó
de que aún debía mejorar, porque Wal-Mart conseguía mejores resultados en
China. En efecto, ahora el 80 por ciento de los productos de Wal-Mart son
producidos en China en pésimas condiciones laborales, a costa de la calidad y
en varios casos demostrados, usando productos tóxicos por ser más baratos. De
todas las exportaciones chinas, 12 por ciento van a los anaqueles de Wal-Mart”.
(Silvia Ribeiro “Wal-Mart, ¿manzana podrida?”, en La Jornada, 05/V/2012).
Depredación de lo barato
Pero la falta de escrúpulos se convierte, en los hechos, en mayores ganancias. Eso vale para todas las multinacionales que extienden sus brazos hacia cualquier país que les garantice buenas condiciones de mercado, de explotación de mano de obra y materias primas baratas. Como para Wal-Mart, México es la joya de la corona.
“Las
firmas occidentales no sólo explotan a millones de trabajadores, también
ejercen un control absoluto sobre las riquezas naturales de numerosos países. El
mundo al revés: Angola, Brasil, Indonesia y Nigeria, al igual que la mayoría de
los países en vías de desarrollo, poseen una reserva casi inagotable de tesoros
naturales (petróleo, oro, diamantes, cobre, maderas nobles, café, cacao,
bananas, etcétera).” (El libro negro…,
p 30).
Un
dilema de la mayoría de estos países es que carecen de recursos para invertir
en tecnología, explotarlos y comercializarlos. Llegan entonces los
inversionistas extranjeros, en condiciones favorabilísimas, pues “los países
endeudados establecen impuestos que son irrisorios, si se tienen en cuenta las
escalofriantes ganancias generadas por la exportación… A menudo se trata de
dinero sucio, de sobornos obtenidos
por las elites locales a cambio de condiciones ventajosas para las corporaciones
internacionales. (Y) debido a la falta de controles transparentes, suele ser
más el dinero que desaparece en los canales de la corrupción que el que se
queda en el país en forma de impuestos.” (p. 31).
Y
más adelante: “Es necesario obligar a las corporaciones a asumir
responsabilidades. Las multinacionales disponen de un poder cada vez mayor. En
muchos casos los presupuestos anuales superan el presupuesto total de los
estados”. (p. 35). Pero no se olvide, como recuerdan los autores citados,
Werner y Weiss, que: “Así como el poder de los representantes políticos es un
poder conferido por el pueblo, el poder de las empresas es otorgado por los
consumidores”. (p. 38).
Guerra de precios
En “Las guerras de precios: el modelo de Wal-Mart”, en el libro No Logo, Naomi Klein describe las políticas de vasallaje de la multinacional: “A mediados de 1999, Wal-Mart tenía 2.435 grandes tiendas en nueve países, que vendían desde casas para la muñeca Barbie y faldas y bolsos Kathie Lee Gifford hasta taladradoras Black & Decker y CD Prodigy. De estas tiendas, 565 eran <
“La
receta que ha convertido a Wal-Mart en el principal mayorista del mundo, con
ventas de 137 mil millones de dólares en 1988, es muy clara. Primero, hay que
construir tiendas dos o tres veces mayores que las del competidor más parecido.
Luego, atiborrar las estanterías con productos comprados en tal volumen que los
proveedores se vean obligados a vender a precios substancialmente inferiores a
los normales. Luego se reducen los precios de las tiendas, para que ningún otro
minorista pueda competir con la política de <> que se practica.
“Todo
lo referente a este minorista originario de Arkansas está pensado para lograr
economías de escala, y por ello normalmente las tiendas de Wal-Mart miden 92
mil pies cuadrados, sin incluir los grandes acaparamientos obligatorios. Como
su tarjeta de presentación son los descuentos, Wal-Mart debe mantener bajos sus
costos fijos, y es por eso que las parcelas que compra para erigir sus tiendas
sin ventanas se hallan en las afueras de las poblaciones, donde el suelo es
barato y los impuestos inferiores. Con cada año de expansión de la empresa, el
tamaño de las nuevas tiendas ha aumentado, y muchas de la antiguas,
comparativamente pequeñas, se han convertido en supertiendas, algunas de la
cuales tienen hasta 200 mil pies cuadrados.
“Otros
elementos clave para reducir los costes es que Wal-Mart sólo abre tiendas cerca
de sus centros de distribución. Por esa razón se extiende como el aceite, que
es lento y espeso. La empresa no se traslada a una nueva región hasta haber
cubierto de tiendas la anterior, que pueden llegar a cuarenta en un radio de
cien millas. De ese modo la compañía ahorra dinero en transporte y en envíos y
logra una presencia tan compacta en la zona que apenas le es necesario
publicitar la marca. <>, explicó Sam Walton, el fundador de Wal-Mart.
Luego la empresa construía otro centro de distribución en la región y repetía
el proceso.
“Después
de que Wal-Mart comenzara en el sur de EE.UU., abriéndose camino lentamente por
Arkansas, Oklahoma, Missouri y Louisiana, Wall Street y los medios
periodísticos occidentales tardaron algún tiempo en darse cuenta de la magnitud
del proyecto de Sam Walton. Fue por ello que hasta principios de la década de
1990, treinta años después de la inauguración de primer Wal-Mart, la empresa no
se enfrentó a oposición alguna. Los argumentos contra su estilo de comercio
minorista —que ahora resulta tan familiar como el propio Wal-Mart— eran que los
precios bajos atraen a los compradores a los suburbios, destruyendo la vida y
las pequeñas tiendas de los centros de las ciudades. Las tiendas pequeñas no
pueden competir con ella; de hecho, muchos competidores de Wal-Mart se quejan
de que tienen que pagar a los mayoristas de los productos unos precios
superiores a los que ofrece Wal-Mart al por menor.
“Se
han escrito muchos libros sobre los efectos de las grandes tiendas, el más
notable es In Sam We Trust del imperio Bob Ortega del Wall Street Journal. Como señala Ortega, Wal-Mart no es la única
que enfoca el comercio minorista como una cuestión de volumen, sino simplemente
el líder de una especie de comerciantes al por menor que emplean su poder para
lograr un tratamiento comercial especial. En este sector, a Home Depot, Office
Depot y Bed, Bath & Beyond, que suelen agruparse en calles comerciales
llamadas <>, se las denomina category killers, porque
penetran con tanta fuerza en cada ramo que suprimen casi instantáneamente a los
competidores más pequeños.
“Este
estilo de comercio minorista ha sido muy discutido y fue el responsable del
primer movimiento contra las cadenas comerciales que apareció en la década de
1920. A medida que proliferaron tiendas de descuento como A&P y Woolworts,
los pequeños comerciantes trataron de que el intento de las grandes empresas de
lograr precios mayoristas inferiores, reduciendo así los precios al por menor,
se declara ilegal. La retórica de aquella época, como señala Ortega, tiene una
sorprendente semejanza con el lenguaje de los grupos de base de oposición que
han surgido en docenas de pueblos estadounidenses cuando se anuncia la
inminente llegada de Wal-Mart.
“En
el frente legal, han aparecido demandas regulares por prácticas monopolistas, y
no sólo contra Wal-Mart. En septiembre de 1997, por ejemplo, la Comisión
Federal de Comercio de EE.UU. (FTB) dictaminó que Toys ‘R’ Us era responsable
de presionar ilegalmente a los fabricantes para que no suministraran los
juguetes más exitosos a las demás cadenas…”. (Ob. cit. Paidós, 2001. pp.
155-157).
Pero
desde luego que en esta selva de globalización en decadencia, no se trata sólo
de Wal-Mart —con todo y ahora es el caso—, porque otras “marcas” también trabajan
haciendo negocios y cazando oportunidades vía prácticas deleznables. Así en
países pobres o del Tercer Mundo para la obtención de materias primas y mano de
obra barata y superexplotable, como en aquellos otros países y ciudades en los
cuales se instalan para realizar los
negocios.
Cazadores cazados
En ese tenor agrega Naomi Klein en su obra: “Las multinacionales de las marcas —Levi´s, Nike, Champion, Wal-Mart, Reebok, The Gap, IBM y General Motors— no dejan de repetir que en el fondo son como cualquiera de nosotros: cazadores de oportunidades que buscan la mejor oferta en el mercado global. Son compradores exigentes y plantean exigencias específicas respecto a los diseños que imponen, las materias primas, las fechas de entrega, y sobre todo los bajos costos. Pero en esta engorrosa logística lo que no les interesa es cómo lograr la reducción de los precios: la construcción de fábricas, la compra de máquinas y la contratación de mano de obra barata quedan al cuidado ajeno.”
Creadores
de oportunidades o ventajosos, lo cierto es que las políticas de Wal-Mart no
son exclusivas. Son una constante de las multinacionales que buscan abaratar al
máximo sus costos sin sacrificar sus ganancias, y para ello acuden a generar oportunidades de empleo en aquellos
países de flexibilidad laboral. Por ello, ya muchas “marcas” han sido objeto de
repudio y denuncias que parten desde la población por muchas razones afectada.
Los
salarios de hambre y la superexplotación de la mano de obra son una constante
para dichas marcas. Es decir: “Los
fabricantes de las marcas más importantes y más ricas del mundo se niegan a
pagar a los trabajadores chinos los 87 centavos de dólar que les permite
mantenerse, ahorrar para casos de enfermedad y quizá enviar algún dinero a sus
familias. Un estudio de 1998 sobre la fabricación de artículos de marca en las
zonas económicas especiales de China descubrió que Wal-Mart, Ralph Lauren, Anna
Taylor, Espirit, Liz Claiborne, Kmart, Nike, Adidas, J.C. Penny y The Limited
sólo pagan una fracción de esos miserables 87 centavos, y algunos hasta 13
centavos por hora.” (No logo).
Luego
entonces, la arremetida de The New York
Times pareció selectiva. Y no se
explica salvo bajo presión del sistema financiero. Porque las denuncias
públicas sobre actos de corrupción en Wal-Mart de México no tendrían otro fin
que debilitar a la gigante multinacional,
ahora superada dentro del ranking mundial sólo por la petrolera Exxon Movil que
le arrebató el primer lugar mundial según el último reporte de Fortune, y provocar su desplome en las
bolsas de valores. Sucedió, porque sus títulos accionarios cayeron casi 5 por
ciento en esos días; 4.52 equivalente a 59.63 dólares.
Porque
los amos de la ganancia digital, los especuladores bursátiles no saben cómo ni
de dónde generar ganancias en estos tiempos de debacle de la economía de EU. Eso
explica también la participación de la Comisión de Bolsa y Valores de Estados
Unidos (SEC) que generó un corolario de denuncias más allá de Wal-Mart, se
lanzó contra 81 empresas en total (¿también para apoyar a Obama en su
candidatura?), por “entrar en conflicto con la Ley de Prácticas Corruptas en el
Extranjero (Foreign Corrupt Practices Act o FCPA). ¿Apenas ahora se descubren sus
prácticas, cuando han sido una constante de las multinacionales?
Curiosamente
están en la lista negra empresas como Morgan Stanley, Hewlett-Packard,
Qualcomm, Avon, Las Vegas Sands y Koch Industries (el conglomerado de Texas
dirigido por los destacados donantes
republicanos Charles y Davin Koch), 20th Century Fox de New Corp, Disney y
Dream Works Animation, Johnson & Johnson (en abril pagó 78 millones de
dólares para resolver acusaciones de que violaba el programa de Petróleo por
Alimentos de la ONU), Halliburton (que en 2009 pagó más de 550 millones de
dólares para resolver reclamos de que funcionarios habían sobornado a
funcionarios de Nigeria para la construcción de una planta de gas), Siemens (la
empresa alemana que tuvo que pagar 800 millones de dólares, la multa más alta
de la FCPA).
Según
un experto en FCPA: “Definitivamente —dice—, la lucha contra
la corrupción ha estado en la cima de la agenda de la aplicación de justicia
recientemente… esta área de la ley que solía ser especialmente oscura”. Una
serie de investigaciones que se han lanzado en el último año. Y curiosamente en
este año electoral.
También,
porque las medidas de política económica adoptadas por los gobiernos de EU,
sólo sirven de barrera protectora para los principales responsables de la crisis,
los operadores del sistema financiero internacional, principales artífices y
promotores del arrastre que están
padeciendo las economías del mundo —Europa dixit:
con la próxima expulsión de Grecia
comenzará la caída del euro, del dólar, de las bolsas del mundo, de la desUE,
etcétera—, hacia una recesión que comenzó en 2008-2009 y no tiene la luz al
final del túnel. Como si ellos requirieran ser blindados.
Por
eso, como alega el economista Paul Krugman, en EU ya se está sobre el abismo, por tanta salida falsa. Mientras Obama anda de campaña,
rumbo a su relección del próximo 6 de noviembre. Y las protestas crecen. Pero
hay reacciones.
En
el norte está la oposición organizada: las protestas masivas de los jóvenes que
recorren las calles en decenas de ciudades europeas, gritando consignas en
contra de las medidas de austeridad adoptadas por los gobiernos en turno; en EU
el movimiento Ocupa que está
fraguando conciencia entre el pueblo estadounidense sobre que él es el menos
responsable por la actual crisis, y por lo mismo el gobierno no debe cargarle todo
el peso de la misma.
En
el sur, las medidas se toman sin recato, como la nacionalización de las
acciones de la Repsol española en YPF por parte de Argentina, o el decreto para
nacionalizar la red eléctrica que hizo Evo Morales en Bolivia el pasado 1° de
mayo. Acciones valientes.
Lo
de Wal-Mart, sacudido por The New York
Times es, entonces —como se puede ver—, apenas la punta del iceberg de la debacle mundial global y
de sus tretas. Tomado de ejemplo para las denuncias de corrupción, quien pierde
es México, con gobernantes entreguistas por quedarse de brazos cruzados.
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